Pensamiento y acción del Movimiento de Documentalistas

LIBRO COMPLETO
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INDICE GENERAL

ÁFRICA EN NUESTRA MILITANCIA
ALGUIEN HA VISTO A JOHN REED?
A LOS COMPAÑEROS DOCUMENTALISTAS
ANALFABETO POLÍTICO
APORTE A LOS ESTUDIANTES DE TALLER V
A PROPOSITO DE... “El cine de la herida y la barbarie”
APUNTES PARA UNA FUNDAMENTACION GENERAL
BUROCRACIAS DE CULTURA Y VICEVERSA
BUSCANDO UNA IDENTIDAD EN TIERRA DE LOS ANTIGUOS
BUSH EN ARGENTINA
CANAL 21 - TV LIBRE
CRONICA DE LA APERTURA
EL ALBA DE LA CULTURA Y LA COMUNICACIÓN
EDITORIALES PARA EL PROGRAMA LA CUADRILLA
EL DOCUMENTAL Y LA OPCION POR EL FUTURO
EL LUGAR DEL HÉROE Y DEL MÁRTIR EN LA ARGENTINA DEL SIGLO XXI
EL NUEVO CINE ARGENTINO ESTÁ EN OTRA PARTE
ESTAMOS HARTOS...
EL TEMA DE LA TELEVISIÓN ‘PIQUETERA’
EL TALLER DE LA MATANZA
ESTÉTICA REVOLUCIONARIA
FILOSOFIA DE LA IMAGEN DOCUMENTAL
FRENTE A LA ASAMBLEA DE ADOC
GASTANDO SUELA
HUELLAS
IDEAS FUNDACIONALES DEL MOVIMIENTO
IMPERIALISMO, CENSURA Y FASCISMO
INFORME SOBRE DOCUMENTAL Y GLOBALIZACIÓN
LA LARGA MARCHA DE LA LENTE INSOMNE
LA MIRADA DE ULISES
LA NECESIDAD DE UNA COMUNICACIÓN SOBERANA
LA NOCHE DE LOS NOSOTROS
LA SEMANA EN QUE ME LLENÉ DE LUZ
LA TRABAJOSA CONSTRUCCIÓN DEL "NOSOTROS"
LENGUAJE, DIVERSIDAD Y DISCURSO HEGEMÓNICO
LOS DOCUMENTALISTAS Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES
LOS MEDIOS ESTATALES EN AMERICA LATINA
MOVIMIENTO Y POLÍTICA
NUEVOS EDITORIALES DE LA CUADRILLA
OJOS DE PETARE
PANTALLA HORIZONTAL
PANTALLA PANORAMICA DE TRES CONTINENTES
PARA RAYMUNDO EN NUESTO DIA
POESÍA DOCUMENTAL
POSTAL DE MUERTO QUE ACUSA DESDE SU TODAVÍA
PRAXIS DE TVLIBRE
PRONUNCIAMIENTO DEL 27 DE MAYO DE 2004
RUPTURAS Y CONTINUIDADES
SEMIOSIS INSURGENTES
SI BIEN....
TOMAR LA PALABRA
INDICE DE TEXTOS POR AUTOR
INDICE DE TEXTOS POR AÑO DE PUBLICACION ORIGINAL 242


ÁFRICA EN NUESTRA MILITANCIA

por Jorge Falcone

Ponencia para la mesa redonda organizada en el marco del Festival de Cine y Video Documental, 2004.

Las ideas del “continente negro” en América Latina

La infancia de mi generación conoció una África ideal de la mano de las novelas de Edgar Rice Burroughs, ilustradas en la historieta por Burne Hogarth y protagonizadas en el cine por Johnnie Weissmuller. Cuando llegó La Hora de los Hornos y la era se puso a parir un corazón, descubrimos que había una cara oculta de la historia. En el período de mayor efervescencia de mi bachillerato, de la mano del médico surafricano David Cooper -por ejemplo- me topé tempranamente con la Antisiquiatria, expresión de una vocación latente que nunca llegué a consumar. Ya hombre -y devenido en guerrillero urbano- , formé parte de una organización político-militar que estrechó vínculos de solidaridad, a fines de los 70s, con el Chama Cha Mapinduzi (Partido Revolucionario de Tanzania).

Conocí a Frantz Fanon y a Amilcar Cabral desde los jugosos consumos culturales propiciados por una ofensiva popular creciente:
El primero me llegó como secuela de la conmoción provocada por el estreno de “La Batalla de Argelia”, ese imperdible filme de Gillo Pontecorvo cuyas alternativas resultaran tan familiares a los jóvenes de mi extracción política e ideológica. Por entonces ignoraba que los ex colonialistas belgas ya instruían a la FFAAs de nuestro país en materia de tortura y desaparición forzada de personas, metodologías ambas destinadas a doblegar a un pueblo en rebeldía. Tampoco sabía que, a la edad de 18 años, Fanon resolvió enfrentar a los nazis desde el Ejército de Liberación de esa Francia que luego lo discriminaría en las aulas de su universidad. A los 27 años -cuando publica “Piel Negra, Máscaras Blancas”- Fanon ya sabe que la incorporación de una lengua ajena conlleva el acopio de todo el imaginario del opresor. A partir de 1952, como jefe de siquiatría de un hospital de Argelia, tratando a los independentistas flagelados por el colonialismo comenzará a gestar su obra póstuma: “Los condenados de la tierra”.
Decepcionado de la alternativa de buscar una solución pacífica para el flagelo que castigaba a su pueblo, este intelectual orgánico del movimiento de liberación -como Walsh, como Gleyzer- se incorpora al movimiento independentista de su Patria. En un país saqueado como el nuestro, dispuesto durante la primer década democrática a acusar de sus males a los militares, y durante la segunda a los políticos, postergando ad eternum el veredicto final que merecen los grupos económicos de esa oligarquía que hundió nuestra economía en su provecho, acaso una de las más vigentes lecciones de Fanon sea la que analiza la “guerra civil del pobre contra el pobre”, en ausencia de un enemigo principal visible. Al respecto, dice el siquiatra antillano:

“Mientras el colono o el policía tienen derecho, a cualquier hora del día, a golpear al nativo, a insultarlo y hacerlo arrastrarse ante ellos, usted verá al nativo sacar su puñal en respuesta a la más ligera mirada hostil o agresiva que le dirija otro nativo, pues el último recurso del nativo es defender su personalidad frente a su hermano. Así, la autodestrucción colectiva en una forma muy concreta es uno de los medios por los cuales se libera la tensión muscular del nativo. Todos estos patrones de conducta son una reacción reflexiva de muerte ante el peligro, un comportamiento suicida que demuestra al colono (cuya existencia y dominio se justifican aún más a raíz de los mismos) que estos hombres no son seres humanos razonables.”
A esta altura -y salvando distancias étnicas o componentes generacionales- podemos convenir que buena parte del aporte de Fanon serviría de notable ayuda para la pléyade de hombres y mujeres de ciencia que hoy se agolpan a tratar de traducir la enorme complejidad -por ejemplo- de la Masacre de Patagones.
A Cabral lo conocí estando ya politizado, en las páginas de la revista Confluencia, expresión periodística de los Comandos Populares de Liberación. Se lo mostraba en aquella célebre foto de la canoa, en la que viaja erguido junto a media docena de compañeros. Después de leer atentamente su definición de la cultura como elemento de cohesión pre política de un pueblo, me comencé a interrogar acerca de quién sería aquel líder revolucionario de extracción no marxista que venía a legitimar nuestra lucha con tanta vehemencia.
Y supe luego que se había graduado como ingeniero en Portugal. Que volvería a su continente preocupado por liberar a Guinea y Cabo Verde del yugo colonial. Que en 1964 conocería al Che, y dos años más tarde explicaría al mundo su causa en la 1ra Conferencia Tricontinental de La Habana. Aquí cabría destacar que la mía fue una generación tricontinental. El propio Comandante Guevara diría, en su último discurso ante delegados de la ONU: Nos hemos declarado parte de los Países No Alineados -a pesar de ser marxistas-leninistas- porque los no alineados, como nosotros, luchan contra el imperialismo en donde sea. En una época en que los intereses dispersos del mundo periférico comienzan a re encontrarse tímidamente en ámbitos como el Foro Social Mundial, viene a cuenta revisar aquel espíritu de fraternidad que animara a patriotas como Amilcar o el Che. Ya volcado a ejercer la lucha armada por liberar a su Patria, Cabral sería asesinado por militantes traidores al Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde reclutados por los portugueses, y a solo nueve meses de la emancipación nacional. En nuestra latitud, ante la claudicación de la clase política y dispuestos a remontar un camino de grandes frustraciones, cobra más vigencia que nunca su afirmación acerca de que la lucha por la liberación es, ante todo, un acto cultural.-


ALGUIEN HA VISTO A JOHN REED?

por Fernando Buen Abad

Una plaga de noticieros asesina a la verdad en público...

De norte a sur, de este a oeste, antes de dormir y al amanecer arrecia la alienación informativa de los noticieros burgueses. CNN a toda hora, por ejemplo. ¿Es una casualidad? Dicen ser "periodistas", "comunicólogos" esos lebreles entrenados para recoger la presa "informativa", entrenados para traducirlo todo al lenguaje de sus amos, entrenados incluso en universidades y claustros de alta alienación, para ahogar la verdad en saliva mercenaria que exhibe, aunque no lo quiera pero con cinismo triunfal, la médula ideológica de un muerto que deambula en las campiñas de la historia: el capitalismo mismo. Eso si, un muerto farandulero adornado con escándalos, corrupción y oscuridad luminosa, como las pantallas de la tele.
¿Dónde está John Reed a estas horas?
Ese show de la impunidad impúdica financiada por la alienación pedagógica de los noticieros quiere educarnos para que vivamos asustados y desesperanzados en un mundo imposible de transformar. Quieren que vayamos al dormir infestados de angustia, infelicidad, miedo... quieren que no pase por nuestra cabeza, y sueños, otra cosa que esa "verdad" transmitida en "vivo y en directo" desde "el lugar de los hechos"... quieren que anide en nuestra inteligencia y corazón esa "realidad" que tiene por respiro único el reino feliz de la publicidad. Ese reino terso, jovial y todopoderoso donde vive un dios degenerado que devora el producto del trabajo. Todo lo que no pertenece a ese reino es "feo", peligroso... hay que resignarse. Noticias para estar "actualizado".
Y no faltan los "profes" que en algunas universidades enseñan a sus discípulos la premisa mayor de cierto periodismo, su piedra filosofal: no pensar... (es decir no pensar libremente), les dicen. Es peligroso[1], queda mal, hay que ser "objetivos", criticar es "setentista", no lo miran con buenos ojos los dueños del medio, los patrones, los que pagan, los que pueden impulsarte si te vuelves dócil, servil, funcional, útil, pues, a la causa originaria que consiste en dejarte explotar, hacerte cómplice de tu propia indignidad para que ellos cobren más caro... acumulen influencias, poder...ganen más, para siempre. Los muchachos incluso pagan (colegiaturas, humillaciones, extorsiones y pleitesías nada baratas) para que les eduquen así. Información exclusiva de última hora: en los pasillos ciertas universidades deambulan estudiantes victimados por educadores cuya integridad ética no aprueba los exámenes más laxos. Alguien haga algo... no lo celebren. A diestra y siniestra se embauca a los estudiantes con el sueño peregrino de volverlos "periodistas" o "comunicadores" famosos sólo porque se sientan ante una cámara a leer "las noticias más importantes hasta el momento". Algunos ensayan en las aulas, y más allá
también. Negocio redondo.
Mientras tanto el "mercado" de las noticias compra y vende la nota más "espectacular", lo que reúna al menos tres condiciones del show bussines: 1. que parezca verdad y esconda lo real 2. que demuestre la impotencia de todos aquellos que no sean fuerza viva del stablishment. 3. que genere raiting. Y, a últimas fechas, será noticia de "primera plana" todo lo que contribuya a criminalizar la lucha obrera, campesina, de movimientos sociales etcétera, que simplemente no resista más la podredumbre cínica que les destroza la vida... minuto a minuto y "en el lugar de los hechos". Será famoso aquel que mejor criminalice al enemigo de clase. Quien más lo ensucie, difame, tergiverse, deforme y diluya. No importa que bajeza haya que usar: chistes vulgares, testigos falsos, jueces corruptos, políticos prostituidos, clérigos en desgracia... "líderes de opinión" bien dispuestos a bajarse los pantalones para cobrar fama y dinero porque sus fines justifican a sus noticieros. Y se les paga bien, es decir, mucho. No a todos.
No es noticia, en los medios burgueses, la explotación, incluso la de sus "comunicólogos", no es noticia el triunfo de las luchas sociales que se libran también en el corazón de muchos monopolios de la información. No es noticia la revolución, no es noticia el avance de la conciencia ni la experiencia organizativa de quienes quieren transformar al mundo... cambiar la vida. Son, eso si, materia para noticia evangélica, los huracanes, terremotos, sequías... que suelen ser presentadas como "malignidades" que "castigan" y como suelen "castigar" más a los pobres acaba siendo oportunidad moralizante par advertir apocalípticamente que no se debe ser "pecadores", "desobedientes", indóciles o subversivos. El escenario de la producción informativa, escenario de una lucha semántica, sintáctica y pragmática, es también escenario de la lucha de clases. No se le puede ocultar ni con noticias leídas mientras se encueran,[2] (no es una metáfora) los periodistas. ¿Es ese el colmo?
Efectivamente la industria fabricante de espejismos noticiosos comete un asesinato diario y en público que es un asesinato cultural: la muerte de la verdad. Ante las miradas atónitas de la población, los niños, los adolescentes, los adultos, hombres y mujeres. Y lo convirtieron en negocio. Lindos muchachos, científicos de la "información", "profesionales" de la noticia, "salvaguardas" de los hechos... sepultureros de la verdad. Y rondan impunemente en Venezuela donde quedaron insatisfechos y derrotados los vampiros mediáticos, con una estaca popular en el pecho de sus negocios más oscuros que un día soñaron asesinar un proyecto revolucionario letra por letra y les falló. Rondan en México los buitres que se saborean los festines electoreros, que babean tras los antecedentes de las "celebridades" (porque esconderlos, maquillarlos, también es negocio para "comunicadores). Rondan los mismos vividores en Argentina, Chile, Perú... incluso, algunos, se hacen presidentes. Rondan y ennegrecen detrás de jugos, caldos, sangre "informativa" para mantener la "atención" de ese público al que imaginan postergado para siempre, idiota crónico o idólatra consuetudinario, derrotado para siempre mientras, claro, compre y compre, diarios, noticieros, informativos con "candente actualidad". Dicen.
Mentir sobre los hechos, desfalcarlos, someterlos a intereses de facciones mercantiles o políticas (que suelen ser lo mismo) es un delito contra la humanidad. La moral burguesa consagrada en la ONU y que manipula a su antojo la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la moral burguesa que esconde la inspiración originaria antifascista y anti-imperialista de la ONU misma, se llena la boca una y otra vez con la defensa de la "libertad de expresión" pero sólo para ellos. Libertad de expresión que en el discurso burgués significa libertad de mercado noticioso, incluso, para inventar el mundo que a ellos mejor les acomoda a la hora de explotar y alienar a masas enormes de trabajadores. Delito de alta traición que se aprovecha de la inocencia y la ignorancia de pueblos lacerados por la miseria educativa y cultural. Delito de robo agravado por la propiedad privada de los medios para la información colectiva. Delito de secuestro que toma por rehén sociedades que no tienen posibilidad concreta de elegir alternativas ni de luchar contra la hegemonía de los monopolios mercantiles de la información. Delito de usurpación de funciones asumiéndose como voceros de una sociedad que jamás los ha elegido para tales fines. Delito de suplantación de personalidad jurídica y política al asumirse como "cuarto poder"... poder de facto al que nadie parece querer controlar porque "se viola la libertad de expresión" de las empresas mass media, mientras a cambio si se viola y con cinismo la libertad de información de los pueblos. Asesinato, pues, impune y a la vista de todos. Asesinato en la plaza pública.
Esa industria de la alienación basada en producir raiting con noticias faradulizadas, que se apropia la materia prima de los "hechos", pretende consolidarse escuela mundial de lealtades y sumisión con el capitalismo que al mismo tiempo ha sabido convertir, para colmo, en "noticia" la traición, la represión y la brutalidad contra las luchas sociales más avanzadas. Ese acopio de experiencias represivas que ciertos "profesionales de la información" ejecutan también, tan bien, desde las pantallas y las páginas, fue formado progresivamente como industria y máquina de guerra ideológica cuya función es mantener incluso en la familia, las oficinas, las iglesias y las escuelas como "células" de reproducción ideológica del autoritarismo, el capitalismo y el imperialismo.
Familia y escuela sumisos para fabricar individuos sumisos que ven noticias de manera sumisa. Transmisión de noticias de la clase dominante a sociedades acostumbradas a la explotación... a la esencia ideológica burguesa convertida en "lo más natural"... lo que se transmite ciegamente, acríticamente, culturalmente... como lo único que hay, como la finalidad de todo humano, de la historia. El fin, pues. Noticieros sacerdote, noticieros maestro, padre, madre... amos que dirigen la adaptación tatuada en el cerebro para vigilar, controlar mientras "la autoridad" informativa de la clase dominante, ejerce sus funciones de gendarme dentro de cada sujeto, reprimiendo o dirigiendo conductas y pensamientos.
Las noticias burguesas producidas industrialmente, contribuyen a la acumulación del capital y al aseguramiento de capital ideológico que se ha inoculado en la clase trabajadora como estrategia para dirigir voluntades a distancia y permanentemente, como garantía de dependencia espiritual o fidelidad, de los propios trabajadores, a una sistema económico, cultural, político al que le entregan, contradictoriamente, su trabajo, riqueza, salud e integridad emocional. Victimado, alienado por la descarga descomunal de información manipulada por los noticieros, el trabajador que mira noticias de manera a-crítica contribuye, sin quererlo, a su alienación y no sólo.
Por esto es invaluable el trabajo informativo producido por los movimientos sociales de base, algunos colectivos de comunicación comprometidos con la verdad y todos esos periodistas que organizados o independientemente son fuerza, inspiración y base para una disciplina sustancial que consiste en presentar y comunicar (poner en común) los hechos con honradez movilizante para transformación de la realidad. Presentar la verdad de los hechos pero no esa "verdad" fabricada aisladamente sino la verdad que es producto de una intervención colectiva. He ahí la fuerza de comunicación desde abajo que, por ejemplo, en Venezuela derrotó y derrota los delirios dictatoriales de las oligarquías. He ahí la fuerza movilizante de documentalistas, reporteros, informadores sociales... trabajadores de la comunicación que, desde frentes diversos, producen herramientas de organización indispensables a la hora de identificar a los sujetos sociales en lucha, sus definiciones, carácter e intereses. Trabajo de comunicación que incluye a artistas, pensadores, inventores no complacientes con lo que se vive y en búsqueda de un mundo mejor... sin capitalismo y de todos. La lista ahora, por suerte, crece permanentemente. Pero falta mucho.
Falta organización y falta capacidad de suma aunque, desde luego, hay voluntades magníficas con experiencias puntales. Falta esa organización que ponga puntos sólidos de coincidencia y avance de inmediato hacia la defensa de los mejores logros en las luchas sociales. Falta organización que ponga en común las tareas de comunicación, sin autoritarismos ni absolutismos, sin aristocracia y sin burocracia. Organización con base social y revolucionaria donde se construyan acuerdos y se sumen las fuerzas, que son muchas, que las hay pero dispersas, que no tienen diferencias sustanciales y pueden tener coincidencias fundamentales. Desde Chiapas hasta Johannesburgo, desde Caracas hasta Pakistán, de un lado a otro están ahí los compañeros que producen páginas de Internet, documentales, intervenciones callejeras, periódicos impresos, programas radiofónicos, televisoras barriales, correos electrónicos... miles y miles de voluntades que ya están en marcha, que saben bien, y bien que saben lo que hay que hacer, debatiéndose, no pocas veces en solitario, sobre cómo sostenerse y como ensanchar y profundizar sus luchas y sueños. Paradójica y acaso patéticamente, muchos piensan, hacen y sueñan cosas muy similares. Acaso el peor enemigo de esa fuerza sea la atomización ultra que bien puede ser hermana de la intolerancia y el sectarismo. Veneno puro donde florece muy linda la explotación y la impunidad. ¿Qué nos falta para trabar tareas de comunicación creativas y poderosas unidas contra la miseria que nos ahoga? Si los explotados somos mayoría, ¿qué nos falta para caminar juntos aun con nuestros debates, qué nos falta para derrotar al circo de mentiras "informativas", y a sus patrocinadores, que no son otra cosa más que barbarie cultural desatada en la ruta de la destrucción de toda fuerza productiva, fuerza creativa, fuerza comunicativa... la fuerza nuestra que, pese a todo, ignoramos tanto?. ¿Qué nos falta, acaso comunicación? ¿Alguien vio a John Reed?
[1] "Los cinco países con mayor número de periodistas asesinados:1. Filipinas 2. Iraq 3. Colombia 4. Bangladesh 5. Rusia Total de periodistas asesinados en todo el mundo desde el 1 de enero del 2000: 121 Total de periodistas caídos en el cumplimiento de la profesión desde el 1 de enero del 2000: 190. http://www.cpj.org/news/2005/
A LOS COMPAÑEROS DOCUMENTALISTAS

Declaración del Movimiento de Documentalistas

Frente a la reunión convocada para el próximo 11 de Diciembre de 2001 con un funcionario del gobierno en el INCAA, nosotros planteamos:

Primero: Como movimiento no nos sentamos, al mejor estilo de la burocracia, a “negociar” con los funcionarios de un gobierno que el pueblo argentino repudia y contra el cuál para y se moviliza en las calles.

Segundo: No aceptamos “negociar” desde la más evidente sumisión a la funesta política del gobierno en la cultura. No estamos dispuestos a “negociar” sobre la base de un temario donde uno de los puntos consta en ¡¡abrir una oficina!! Los que van a decidir las políticas que saldrán de esa oficina no serán los documentalistas sino algunos funcionarios designados por el gobierno más hambreador, entreguista e hipócrita de la historia. Y esos funcionarios no van a servir a los intereses de los trabajadores de la cultura y del documental. Nada de oficinas a la medida de los funcionarios y los burócratas.

Tercero: Nos llaman a aceptar como una concesión lo que es una trampa. No aceptamos discutir con los funcionarios la realización de “concursos” de documentales convocados por el INCAA. Ni aceptamos como una conquista el hecho que tengamos que competir entre nosotros en vez de colaborar. Menos aún competir entre nosotros con los funcionarios de este gobierno como garantes, con sus reglas y con sus condiciones. Nada de concursos. Una comisión elegida democráticamente por los documentalistas debe evaluar los proyectos y decidir la proporción de asignación de recursos para todos de acuerdo a cada proyecto. Sí. Para todos. ¿No hay plata? ¡Vamos! Que pongan un impuesto a las películas norteamericanas que ahogan nuestra industria, por ejemplo. No a los concursos. Nada de competir.

Cuarto: No aceptamos sentarnos a discutir la flexibilización de la preclasificación como si eso fuera una conquista. No aceptamos de hecho y sin cuestionamientos la existencia misma de ese mecanismo discriminatorio y autoritario: lo rechazamos de plano. No aceptamos que un tecnócrata contador, un ave negra leguleyo, un funcionario de escritorio nos califique. No vamos a concederles graciosamente el derecho de ponerse encima nuestro. Nada de precalificación. Nada de discriminación. Fomento para todos.

Sabemos que muchos documentalistas creerán que nuestro lenguaje es demasiado duro, pero no es duro, es firme. Y esa firmeza no viene del ofuscamiento, sino de la profundización en una línea de acción basada en análisis y caracterizaciones fundamentadas. Además, más duros son los golpes que este gobierno nos está dando, con la ayuda de sus funcionarios y sus burócratas de turno.

Conclusión: No estamos dispuestos a negociar con funcionarios de un gobierno cuya legitimidad es insostenible. Más bien habría que enjuiciarlos. La única competencia que nos importa es la que nos compete:

Democratización de la producción cultural
Socialización de los medios y modos de producción audiovisual

Mesa de Metodología y Política del Movimiento de Documentalistas, Diciembre de 2001

ANALFABETO POLÍTICO

por Fernando Buen Abad
Ponencia presentada a la Mesa de Metodología y Políticas del Movimiento de Documentalistas en Febrero de 2002.

El peor analfabeto es el analfabeto político. El no ve, no habla, no participa de los acontecimientos políticos.

”El no sabe que el costo de la vida, el precio del poroto, del pescado, de la harina, del alquiler, del calzado o del remedio dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece e hincha el pecho diciendo que odia la política. No sabe el imbécil que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado, el asaltante y el peor de todos los bandidos, que es el político corrupto y el lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.”

Bertold Brecht

Desde el epicentro del movimiento social que se produce en Argentina y al margen de cualquier reduccionismo emergen con urgencia oleadas de preguntas, presagios y movimientos nuevos.
Todo se mueve, se moviliza... se agita sin que sepamos, a ciencia cierta, (o sólo lo sepamos parcial y provisionalmente) a dónde van tantas movilizaciones. Se mueven los banqueros y se mueven los piqueteros, se moviliza la clase política y se movilizan los trabajadores desocupados, se agitan las cacerolas y se movilizan las trasnacionales... se mueve el Fondo Monetario Internacional y se movilizan las asambleas populares. Tales movimientos abren lugares que mueven al pensamiento para encontrarle lugar a ciertas respuestas con vocación de propuesta y viceversa.
Hay un epicentro nuevo en cada asamblea popular que crece para hacerse un gran movimiento general. Hay un epicentro nuevo en cada abrazo solidario y en cada grito desesperado. Hay un epicentro nuevo en cada conversación y en cada movilización nueva. ¿Adónde vamos? ¿Adónde queremos ir? ¿ Adónde debemos ir? El movimiento solo no basta. Aunque sea nuevo, fresco, esperanzador y masivo. Es necesario darle dirección. ¿Cuál?
Vamos despacio que esto es urgente. Ninguna respuesta debe adelantarse a las respuestas de un consenso popular que está en plena búsqueda de su autogobierno, de su dirección propia... de su madurez histórica. Ninguna respuesta puede pasar por encima, debajo o al costado de las asambleas populares. Ninguna tesis, programa, acción o filmación puede o debe autoproclamarse exenta del examen asambleario. Para unilateralidades, autoritarismos y redencionismos ya tuvimos muchas experiencias amargas. Lo que hoy se mueve exige otra cosa.
Nuestro movimiento de documentalistas es un movimiento estéril si no se mueve con la inercia de los mejores movimientos populares. Nacional e internacionalmente impregnados por los espíritus rebeldes y revolucionarios más entusiastas. Para aprender y para renacer. Para hacerse y depurarse. Nuestro movimiento de documentalistas es nada sin el aliento del movimiento social que desde sus epicentros más poderosos indica y enseña rutas. ¿Qué lugar tenemos cuando hay tanto lugar nuevo por estudiar, entender, participar, qué lugar ganamos, cuál perdimos?
¿Por qué nos movemos como documentalistas?
Porque es inmoral, obsceno, quedarse quieto. Para no quedar atrapado en los corrales de los institutos burocráticos de corporación alguna... para nos ser carne de burócratas o de empresarios. Para no hacer el caldo gordo a las vanidades caudillistas del snobismo intelectual. Y sobre todo, especialmente, para bajar los humos de las jactancias propias y ajenas, para aprender crítica y auto-críticamente el significado de la humildad en la lucha... para hacer lo que se debe que es estar donde las luchas populares mandan sin que nos soñemos mandatarios por auto-iluminación. Para aprender a hacer consenso asambleario en la práctica científica y estética del cine documental en y con los movimientos populares. Huelga insistir en nuestro grado de atraso. Estamos en plena autocrítica dialéctica. Por eso hacemos tanta convocatoria. Disculpen las molestias.
El lugar de los documentalistas, es el lugar de un aprendiz que debe tomar nota y adiestrarse políticamente si no quiere perder el paso de la historia.
Nuestro lugar como documentalistas, dado el atraso teórico y metodológico que nos mantiene repitiendo formatos narrativos audiovisuales, (que nos perdonen los comités centrales de cada cúpula académica) es el de abrir los cauces de la investigación teórico-práctica llevados por la fuerza de la historia para que repongamos a nuestro oficio las mejores luchas desde las ideas más avanzadas. Desde la ciencia hasta la poesía.
Nuestro lugar como documentalistas es el de una lucha contra la dependencia y la esclavitud; ya que no producimos ni un tornillo de la tecnología que usamos; que no generamos tantas escuelas corrientes o investigaciones científicas como las que precisamos y que no disponemos de los circuitos y sistemas de exhibición, ni en la cantidad ni en la calidad, que nos urgen.. nuestro lugar es el de la lucha por la soberanía económica, política y cultural, nuestro lugar es el del desarrollo científico y tecnológico para todos. Nuestro lugar es el del fortalecimiento teórico y emocional para contribuir, con humildad, al avance social que vine gestándose en las asambleas populares y hacia un frente único que conquiste poderes nuevos, con personas nuevas y pensamientos nuevos hijos de las mejores tradiciones e ideas. Nuestro lugar es el de la crítica y el denuncia de la guerra de intensidad mediática que desarrollan las empresas dueñas de medios masivos como armas de guerra ideológica para narcotizarnos con noticieros, chimentos, concursos, publicidades, farándulas y dictaduras del raitig.
Nuestro lugar es el de la construcción y participación creativa en el desarrollo de radiodifusoras, televisoras, periódicos y revistas barriales, populares y/o asamblearias armadas con agencias de noticias de los trabajadores desocupados, los piqueteros, los acorralados, los jubilados... armados con sentido del humor sin canalladas, con sentido del amor loco renovado, con sentido de comunidad dispuesto en serio a hacer comunicación.
Ya no vale hacer registros sobre las luchas. Vale registrar en la lucha. No vale ser camarógrafo de manifestaciones, vale ser manifestantes con cámara. No vale hacer documentales sobre los desocupados o sobre los expropiados. No vale hacer documentales sobre las movilizaciones o sobre las asambles para exhibirlas en los cenáculos de la capilla progresista. Vale hacer documentales con los desocupados y con los expropiados. ¿Será mucho pedir?
Nuestro lugar como movimiento de documentalistas es el lugar de sepamos perder si cometemos el error de creemos guías iluminados de algo o alguien. Nuestro lugar es el que sepamos construir en el espacio promisorio de las transformaciones actuales que, todavía incipientemente, buscan diseñar una nueva dirección hacia una sociedad justa. Eso merece ser documentado. ¿Seremos capaces?
Nuestro lugar está por definirse. No bastan los mea culpa, los arrepentimientos ni las buenas intenciones. Jamás bastaron. Nuestro lugar no existe como espacio privilegiado que nos espera pacientemente hasta que superemos, un día de inspiración, nuestro atraso general. No somos poderosos por tener una cámara (aunque sea de última generación o hija de las sanas intenciones) No somos poderosos por el encuadre, la composición o la genialidad. No somos poderosos por nuestros cenáculos de progres; ni por nuestras bitácoras autoproclamatorias. No somos poderosos en sentido alguno si creemos que el poder es eso que nos legitima la sordera. El poder que debe interesarnos no está en nuestras cunas ni en nuestras pugnas. El poder narrativo o expresivo nuevo que podemos hacer los documentalistas es exactamente el mismo que puede y debe construir la sociedad toda para autodirigir su desarrollo en una sociedad donde la riqueza... todas las riquezas, sean de todos y se repartan equitativamente para siempre. ¿Podremos hacer eso?
Desde el centro mismo del gran movimiento argentino que va en búsqueda de un frente unificado donde quepan los sueños mejores de cada cual en colectivo, desde ese motor vienen en marcha vertiginosa con sus tiempos y premuras propias, todas las preguntas que se agrupan y agolpan a la hora en que nos organizamos y nos ponemos a pensar en voz alta, con el corazón en la mano, ¿qué hacemos para avanzar como un movimiento de documentalistas, no sectario que sirva para algo más que reunirse y sirva para mucho más que hacer documentales?, que no es poco pero que es insuficiente, aislado o ungido con néctares de torre de marfil. El lugar del Movimiento de Documentalistas ante el movimiento popular argentino que dejó atrás los; espontaneismos; para encontrar cauces nuevos de convocatoria, será sólo el que seamos capaces de soñar en vivo con nuestro pasado apostado críticamente al futuro en medio de urgencias que florecen de manera nueva.
¿Llegaremos a tiempo?

APORTE A LOS ESTUDIANTES DE TALLER V

por Jorge Falcone

A propósito de “Cromañón, retazos de la memoria” y el compromiso que estamos asumiendo.

He aquí algunas reflexiones surgidas al calor de un momento clave de nuestra realización, en el que -registrada una buena cantidad de imágenes- vamos arribando al momento de decir “basta, no se graba más”, circunstancia que suele dar paso al angustiante desafío de seleccionar, ordenar, y dar sentido de relato a lo registrado. Acaso este sea un momento clave para la comparecencia de un docente que por apostar al funcionamiento de aula-taller pareció diluirse ante el desempeño autónomo del curso. Pero eso no fue así. Y aquí estamos para compartir nuestra experiencia de intervención sobre la realidad.

La enorme dificultad de narrar la historia mientras sucede: No somos Pergolini y Felipe Pigna…

Definitivamente, el tema que hemos acordado abordar para nuestro documental aún no tiene definición jurídico-legal, ni mucho menos distancia temporal que permita establecer un punto de vista ecuánime al respecto (suponiendo que fuera menester ensayarlo). Como víctima de la represión genocida de 1976 puedo afirmar que el dolor propicia ideologías reñidas con una noción trascendente de justicia. Y que solo la distancia de los acontecimientos contribuye a la cicatrización de las heridas así como al logro de interpretaciones políticas más profundas sobre lo sucedido. La Masacre de Cromañón aún no acaba de suceder: Esta semana un nutrido grupo de porteños se movilizó en apoyo al Jefe de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y una adolescente testimonió haber reconocido entre las fotos de las víctimas que ornamentan el santuario de Once al supuesto promotor del siniestro. Nuestra labor, por ende, casi se asemeja a la de los corresponsales de guerra, que sólo cuentan con una hipótesis de conflicto, pero -tomando el ejemplo de Irak- en medio del combate carecen de la certeza de que existan o no armas de destrucción masiva en poder de Saddam. Y ningún estudiante de 3er año tiene la obligación de ser ducho en tales menesteres. Por eso, aún a riesgo de resultar obvio, deseo subrayar que el ciclo “Algo habrán hecho” de Canal 13, por tomar un caso de abordaje de sucesos históricos, nos aventaja con creces al revisar las gestas de Moreno, Castelli o Belgrano, seguramente nubladas por las corrientes historiográficas de rigor, pero pobladas de documentación pasible de ser estudiada e interpretada detenidamente por quien decida meterse con tan apasionante temática. Nosotros operamos en medio del “fuego cruzado” de una sociedad que, aún a 21 años de vigencia del orden constitucional, no se ha hecho cargo plenamente de la responsabilidad que le asiste en el accidentado derrotero de nuestro país. La causa Cromañón no podía ser ajena a aquella disyuntiva planteada por el Evangelio, cuando Jesucristo, a punto de ver lapidada a Magdalena por su moral dudosa, neutraliza a los improvisados jueces ofreciendo un proyectil y diciendo: “El que no tenga pecados que arroje la primera piedra…” Como las Sagradas Escrituras recogen relatos de carácter moral, se supone que -en una reacción que deberíamos envidiar- la masa enardecida se sosiega y se retira comprendiendo la lección. A los argentinos nos falta mucho para eso. Y, en este caso, habemos quienes escogemos -de la responsabilidad aparentemente tripartita sobre el siniestro: Chabán, Ibarra, bengala-rock- al dueño del boliche porque todo empresario de un país capitalista dependiente es sospechoso de acumular recursos mal habidos; al titular del ejecutivo metropolitano porque resulta increíble que justamente el jefe de todos los inspectores porteños ignore que su autoridad se asienta sobre una trama de coimas; y -con todo el dolor del alma para los que de generación en generación profesamos ese credo- al rock, por haber fomentado una cultura del exceso que, en sus picos de nihilismo, ha coqueteado con la muerte como si esta fuera ajena a sus filas, pobladas de cadáveres exquisitos -desde Tanguito a Kurt Cobain-, frecuentemente idolatrados desde una discutible noción de la osadía. ¿Será imprescindible que, a un año del dolor, en este país-Cronos que -como el dios griego- sigue devorando a sus hijos, los documentalistas tomemos partido por alguna de estas tres opciones?. Les voy a presentar a quien está a cargo de esta cátedra y vela por un arribo a feliz término de la experiencia en curso:

CREO QUE NO.

De qué hablamos cuando hablamos de Cromañón: Coyuntura y posteridad

A esta altura de nuestro derrotero, cuando vuestra convivencia con los familiares de las víctimas constituye la experiencia humana (y pedagógica) más trascendente y conmovedora de este profesor, entiendo que el peor riesgo que podríamos correr sería el de perder perspectiva de largo aliento y enredarnos en una lógica inmediatista, de carácter leguleyo y tribunalicio, que nos arrastrara a “opinar” en consonancia con las pasiones de coyuntura. Personalmente, creo que deberíamos envasar un manuscrito en una botella y arrojarlo al océano de las futuras generaciones. Y para esto hay que imitar a Ulises, que se dio el lujo de escuchar el canto de las sirenas. Pero atado al palo mayor de su barco. Porque su destino final era Íthaca. Y nuestra Íthaca parece indicar que, en el marco de un modelo de exclusión social, las franjas generacionales extremas (jóvenes segregados del sistema productivo y ancianos expulsados de él) son las que padecen el máximo rigor de la vida cotidiana. Y allí entra Cromañón, como resultado de un fenómeno de carácter estructural fermentado a lo largo de las décadas del 80 y 90, durante las que se desmontó un Estado planificador-mediador, y se construyó otro de carácter gerencial, al arbitrio de los centros de poder mundiales. El hecho Cromañón es fruto de una Argentina desprotegida y librada a su suerte. He aquí una épica posible para esta historia, que no exige descender a esa mezquina toma de partido que hacen los diarios en estas horas.
• “Algo habrán hecho…”: Buscando la objetividad en el país del
descompromiso.
Acaso una responsabilidad social que nos asiste -y fundamentalmente a vuestra generación- sea justamente la de cortar la cadena de delegación de responsabilidades y ponernos el problema encima. A diferencia de aquellos sectores medios que durante el baño de sangre de 1976 miraron para otro lado brindando así su apoyo tácito al proceso de postración nacional del que aún estamos intentando desembarazarnos. Obviemos por un instante la responsabilidad de los empresarios venales y los funcionarios corruptos y mirémonos al espejo de esas víctimas que -como nosotros- en ausencia de referentes más creíbles acudieron a una cita de honor con su banda preferida, para, compartiendo códigos poético-musicales, expresar un malestar común. Si la liturgia del rock, como consta en tapa de las revistas Rolling Stone, Inrokuptibles, Soy Rock, etc., para la mayoría de las bandas consagradas ha venido implicando pogo, bengala y coros, ¿porqué hoy los Callejeros están solos, abandonados por la Bersuit, La Renga, o Viejas Locas?
Porque todos los argentinos compartimos un mismo escenario histórico y social, y estamos enfermos de la misma cultura del descompromiso. Entonces, la fiesta dura hasta las primeras víctimas. Después, “yo no fui”. Interesante conducta para una reflexión en placa, locución, o -lo que siempre será mejor- en palabras de un entrevistado.
• ¿Puede ser neutral una mirada surgida de la misma generación de los 195 muertos?
Ustedes no pertenecen ni a la generación de Chabán ni a la de Ibarra. Esto refrenda el objetivo central que propuse al inicio de la cursada. El mejor documental es aquel cuyo autor trasciende sus propias fronteras. Ya no cabe duda de que hablando de Cromañón se tornará inevitable hablar de nosotros y de nuestros sueños. De la sociedad en que desearíamos vivir. Y de temas tan manoseados y universales como la justicia. Lo que equivale a trabajar sobre la identidad. Una vez más, mismidad y otredad en la realización documental. Eso procuré y estamos haciendo. Que sea a conciencia: Al hablar de Cromañón hablo de mí. No volveré a estafarme.
• Superobjetivo, historia y trama: El documentalista es un alquimista en procura de la Piedra Filosofal de un buen relato, oculto entre sus imágenes en crudo.
En nuestro último encuentro uno de vosotros manifestó afligido que hay que multiplicar el acopio de imágenes porque “aún no aparece una historia”. Luego me proporcionó copia de algunos crudos entre los que vi uno de los travellings a contraluz más bellos, dolorosos, y elocuentes de mi vida docente, descriptivo del santuario de Once. En otro VHS apareció un sacerdote celebrando misa ante los deudos, y afirmando audiblemente que le costaba cumplir con su función de pacificar los ánimos, porque también había perdido un pariente y se sentía furioso e invadido de afán de venganza. Entonces -me interrogo junto a vosotros- ¿cuándo una imagen cualquiera, la de un hombre acaso, adquiere universalidad y habla en nombre de la humanidad? Tal vez en estos casos. Diciendo, por ejemplo, “oficio de sacerdote, debo hacerlo en nombre de víctimas y victimarios, pero mi dolor es tan hondo que no llego a tal altura…”
El superobjetivo, pues, es el objetivo superior del mensaje que deseamos construir. A riesgo de que se diluya en conceptos tan manoseados como “ama a tu prójimo como a ti mismo”, propongo la idea de considerar como norte conceptual el de “en una sociedad justa, todos somos responsables de todos”. La historia, a su vez, es el relato que nos permitirán construir las imágenes que recopilemos y los recursos documentales que nos permitan acompañarlas de texto en pantalla o locución en off. Y la trama es la cadena de hechos mediante los cuales decidamos ilustrar aquella historia (he aquí el mayor grado de originalidad posible de nuestro aporte autoral). Como sostuvo Miguel Mirra en su reciente exposición en el COTRAIN de Caracas (escuela de cine de Liliana Blazer), “cuando hemos terminado de filmar, si bien aún no sabemos cómo será, nuestro documental ya existe”.

De contenidos y formas: A veces la tesis se nos aparece antes de finalizar la carrera (y adivinen qué hace Maradona cuando Caniggia le manda un pase justito frente al arco rival…)

Yo no puedo hablar por vosotros, solo por mí. Y arriesgo que esta puede ser mi experiencia pedagógica más importante a lo largo de 12 años de desempeño docente en la casa de estudios donde nos conocimos. Tal vez no sea justo arriesgar que acaso vuestro futuro trabajo de grado, por el azar de las circunstancias, no llegue a adquirir la envergadura del que tenemos entre manos. Queda a vuestro arbitrio pues, cuándo decir -en atención a los plazos comprometidos- “comencemos a editar”, al margen de los “cantos de sirena” de los familiares de las víctimas, que -de estar a su alcance- nos reclamarían que siguiéramos registrando el resto de sus vidas, o al menos un largometraje acerca de cada uno de los 195 pibes malogrados. En esa toma de decisión final se revela el distanciamiento afectivo del documentalista para no subordinarse a otro designio que el que le dicta su propia ética profesional, ya para siempre tramada con la vivencia de los protagonistas de su filme. Sospecho que va arribando la hora de adoptar esa última decisión y enfrentar el maravilloso misterio de la isla de decisión. Ese oscuro rincón del que, a lo largo de 110 años, salieron los grandes creadores del Séptimo Arte.-

Incondicionalmente a vuestro lado,

Prof. Jorge Falcone


A PROPOSITO DE... “El cine de la herida y la barbarie”

por Miguel Mirra

En el artículo “El cine de la herida y la barbarie”, de Ana Amado, publicado en la revista "leZama", la autora comienza realizando un muestreo de varios documentales exhibidos comercialmente en este año y llega a la correcta conclusión que tienen elementos en común. A partir de esta observación parcial, ya que como dijimos, el muestreo se redujo a los documentales exhibidos comercialmente, expone una conclusión general, afirmando que "Desde relatos sobre los huecos indecibles de la identidad o la revisión memoriosa del pasado, a las maniobras asesinas o violentamente exclusoras de los poderes, pasando por los retratos o autorretratos dedicados a seguir el trayecto de creadores y artistas, los films documentales empiezan a contar, melancólicamente desde una herida" .

Un momento, un momento. ¿No será que la autora ha confundido todo: realizadores independientes, exhibidores no comerciales y exhibidores comerciales? La pregunta es pertinente porque, aunque Ana Amado tal vez lo ignore, ese muestreo a que recurre, tal vez ingenuamente, no llega a ser ni una minúscula parte de los documentales realizados y exhibidos en distintos ámbitos en los últimos tiempos. Y es sólo una pequeña parte de los documentales en condiciones de calidad técnica como para ser exhibidos en salas comerciales que no han podido acceder a esa instancia. ¿Por qué excelentes documentales como Piqueteras, Las Palmas Chaco o Laburantes, entre muchos otros, que no parten de la herida sino de la resistencia, la movilización y la apuesta por el cambio social, no acceden a la exhibición comercial?
¿No será que los documentales que llegan a la exhibición comercial son sólo los que cuentan "melancólicamante desde una herida"?. ¿No será que el sistema comercial, integrante pleno del poder económico y político, filtra automáticamente lo que exhibe y no permite que lleguen otro tipo de documentales? ¿No será que a ese poder le viene bien que se exhiban sólo documentales que "cuenten melancólicamente desde una herida"?
Más adelante, la autora se dedica a analizar la programación del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires de 2004 y descubre que "la tendencia reciente es, sin embargo, de índole más política que social (...) dirigidos abiertamente a la revisión de la militancia de los setenta a cargo de los sobrevivientes...".
Y otra vez vuelve a cometer un grave error, por ingenuidad o desconocimiento. ¿Sabe la autora cómo y quién realiza la selección de los documentales que se exhiben en ese festival. La tendencia de que habla, ¿es la del conjunto de la producción documental nacional o sólo la de los que seleccionan los documentales que participarán de ese festival?
¿Sabe la autora que en el Festival Nacional de Cine y Video Documental de 2003 se presentaron ciento treinta documentales y en el de este año ya se llevan recibidos cerca de cien? ¿Tiene idea la autora de qué tratan esos documentales y cuál es la tendencia que marcan?
¿No será que al poder económico y político le sienta bien que se hable desde lo político del pasado y no desde los social y político del presente, porque incluye a los que se movilizan en las calles, en la fábricas y en los barrios de la mano de nuevos movimientos sociales? ¿No será que el poder se cuida muy bien de exhibir en los ámbitos que controla documentales que cuestionan su legitimidad?
¿No será que de ese poder son integrantes plenos el sistema comercial de exhibición y el festival organizado y financiado por el estado capitalino?
¿No será que "el rostro y la sangre" del pasado no les inquietan en absoluto, pero el rostro y la sangre del presente los pone en guardia y entonces... censuran?
De más están los devaneos en que la autora se desliza luego para no poner negro sobre blanco su posición frente a la cuestión formal que ella misma plantea, pero ese es otro problema. En definitiva, nos parece que para generalizar observaciones como las que propone la autora, el conocimiento de la producción documental debería ser más extenso y profundo y las conclusiones a las que arribe tendrían que ser menos ingenuas y superficiales.

Al menos, es lo que pretendemos los documentalistas.

APUNTES PARA UNA FUNDAMENTACION GENERAL

por Fernando Buen Abad

Reconocerse como movimiento (acción... práctica) exige definir fuentes, márgenes y alcances. Este Movimiento, con vocación de amplitud, no es mezcolanza. Posee preferencias, posiciones, prejuicios y contradicciones en estado de trabajo autocrítico. Nos mueve cierta necesidad de acción que propone lenguajes audiovisuales en construcción permanente. Nos convocan y movilizan las acciones humanas documentadas, documentales y documentables que construyen objetiva y subjetivamente la realidad. Nos unen y motivan las ganas de contribuir en lo posible al enriquecimiento y transformación del documental en simultáneo con la transformación de la realidad toda. Se trata de un Movimiento que se autodefine en la práctica como una acción no indiferente de las luchas por la libertad humana. Sin dogmas.
Existe un tejido teórico y práctico que da cohesión inicial a la construcción de este Movimiento. Se trata de un tejido de ideas y hechos tramado por una combinación de experiencias y esperanzas. Son ejes de trabajo documental que se nutren en la fragua del ensayo y el error. Sobre la afirmación de que el documental es "acción"; sobre la necesidad de profundizar y enriquecer la idea de "realidad", "documento", "comunicación"... se levantan respuestas y apuestas hechas trabajo documental, nuestro y ajeno, que no hacen sino agudizar el dilema: Acción sí pero ¿hacia donde?.
Nuestras respuestas, pobres, enriquecieron la idea de movernos en conjunto. No hay otro remedio.
No hay mejor remedio.
Sí queremos una construcción colectiva de la comunicación toda. Sí tenemos en la cabeza la palabra revolución para que al cuestionarla nos cuestione, para ponerla en su sitio y nos ponga en el nuestro. Tenemos en mente también la palabra libertad para que no se olvide victimada en los muladares del terror que nos quiere mudos.
Sí tenemos en mente la necesidad de organizarnos mejor, trabajar y profundizar nuestra condición de trabajadores del documental y lo que nos une, iguala, compromete y enamora de la fuerza organizada de todos los trabajadores.
Sí queremos transformar el orden imperial de las comunicaciones con un trabajo sistemático, disciplinado, científico y poético en pleno Movimiento. Inacabado, provisional y en transformación permanente este Movimiento sería nada si no fuese convocatoria. Y peor sería si fuese convocatoria sin programa. Pero programa en serio, es decir, estimulante, creador y revolucionario. No queremos repetir esquemas que alguna vez fueron serios y murieron de solemnes. También estamos hartos de eso.
Así que con nada que perder nos movemos en grupo con vocación multiplicadora.
Tenemos entre manos una brújula audiovisual que nos heredó la historia. Orienta la acción y fija un rumbo.

BUROCRACIAS DE CULTURA Y VICEVERSA

por Fernando Buen Abad

Difícil de entender… difícil de explicar.

Con esto que el capitalismo ha engendrado bajo el nombre genérico de “Cultura” en épocas, ideas y formas desiguales y combinadas, tenemos a la vista tareas de estudio, criba, crítica y transformación contra las manías “culturales” burguesas y sus moralejas históricas. Contra esa cultura que justifica y hermosea la explotación de clase. Nada estúpida, a “palos de ciego” muchas veces la burguesía se ha preparado para la consolidación de su “imagen”, “identidad” y hegemonías en todas las escalas de la vida colectiva y particular. Ha creado esa “Cultura” que, incluso, ha desfigurado a la “técnica” como conquista magnífica y la ha vuelto instrumento de denigración y humillación. Hoy todo eso que ha conquistado la burguesía en materia de “Cultura” se ha convertido en instrumento contradictorio que destruye las fuerzas productivas, frena desarrollo y secuestra cuanto ha sido históricamente, de forma material y concreta, logro de la capacidad económica de la Humanidad para asegurarse la existencia. Hay logros extraordinarios, hay que ganarlos, superarlos y ponerlos al servicio de todos. Lío enorme.
En su ascenso imperialista el capitalismo, monopólico-fascista, ha creado una “Cultura” generadora de la destrucción que encuentra pretextos ridículos a diestra y siniestra para adueñarse del mundo y de las conciencias. Química, física, matemáticas. Novelas, dramas, películas… invasiones, genocidios, guerra ideológicas. Cultura de exterminio. A estas alturas el capitalismo es repulsivo. Ha impuesto matrices ideológicas de miseria y corrupción que andan por el mundo como moralejas fatalistas ante las cuáles no hay salida (dicen); sólo queda la resignación para poner otras mejillas. Cultura para que los esclavos se entretengan con “diversión” vulgar, superflua, banal y obscena. Cultura sólo para quien puede pagar en universidades o en salas de espectáculos. Ciencia a la orden de las billeteras, arte a la orden mercenaria. Cultura clasista que prevé para los pobres una instrucción limitada a la servidumbre y un adiestramiento para que aprenda a rechazar su papel como dirección de cualquier cambio.
Muy rentable. Cultura para que los explotados se cultiven y diviertan alienándose. Difícil de entender… difícil de explicar.
Hay un campo de lucha concreto y necesario a la hora de trabar oficios que construyan movilizaciones desde abajo y a fondo frente a las definiciones sobre la Cultura y sus trampas rentables. Hay una gran tarea semiótica que debe realizarse para diagnosticar el patrimonio Cultural sus recursos y fuentes, sus armas y su estado de ánimo, sus luchas de clase.

Campo de lucha que dibuja escenarios nuevos y contendientes nuevos ( y no tanto). Es un campo de lucha en el que aparecen, por ejemplo, las industrias de turismo que necesitan “cultura” de ornato; aparecen los pastores museísticos; aparece la baba demagógica de ciertos funcionarios urgidos de llenar informes y justificar gastos... aparecen también algunos zánganos con sueldos prebendarios; aparecen los mercachifles santones con bisutería erudita para amenizar tedios burgueses... fauna y flora de la decadencia que manotea desesperada los últimos reductos de supervivencia a lomos de algún presupuesto, una dádiva, un cargo… lo que sea la voluntad del patrón. Toda ambición de control y explotación necesita un aparato burocrático para controlar y explotar el trabajo de creadores Culturales, artistas, científicos, en oficinas talleres, fábricas, iglesias, escuelas, cerebros, ideas y sueños… moral para esclavos inoculada durante mucho tiempo con un imaginario letal que funge como verdad aplastante … la burguesía se apropia la riqueza y del poder de los trabajadores a cualquier costo, se arma con soldados, policías y burocracia adiestrada para que subordine a sus controles, de manera rentable, el saqueo y la explotación. Aunque haya que disfrazarse de “progres”.
Esta a la vista un escenario de luchas urgentes. Se trata de conocer la Cultura en su estado actual sus intersticios y sus entrañas, sus bases y sus logros, su sello de clase y su contribución al ascenso humano o sus descensos para, desde ahí, impulsar dialécticamente una transformación organizada que será necesariamente distinta si sueña con una sociedad sin clases, sin explotación y sin alienación. Eso puede orientar la lucha para una política en Cultura, política Cultural, Cultura política. Esta vez sin patrones, sin clérigos y sin burócratas. ¿Es mucho pedir?
Compete a los trabajadores todos y a los trabajadores de la Cultura censar, intervenir, el patrimonio Cultural y evaluar su estado actual con su deterioro, fraudes, falsificaciones, robos y persecución, incluso con indiferencia, contra los trabajadores de la Cultura especialmente quienes no han sido complacientes con la orgía ilustrada de algunos vándalos burócratas durante décadas. ¿Habrá que decir sus nombres? Hay que abrir los libros, mirar las cuentas de las burocracias y de los patrones para ver cómo se han manoseado los recursos “Culturales”, la fuerza de nuestro trabajo y cómo se ha hecho de eso un enjambre de corrupción y humillación impune, indecente e injusto. Nadie podrá esclarecer esto mejor que los trabajadores organizados y revolucionarios. Nadie mejor que los trabajadores que logren sacudirse, de una vez por todas, los engaños y las ilusiones patronales y gubernamentales. Nada como hacerlo organizadamente.
Sería medicinal un proyecto revolucionario impulsado desde los movimientos sociales de base, desde la voluntad de los trabajadores mismos, para contribuir a la producción de una Cultura no alienada capaz de abonar a la emancipación de los explotados. No una Cultura que estrangule a los trabajadores victimados por sus necesidades elementales. Un proyecto de Cultura que se impulse con la fuerza de los trabajadores hacia el desarrollo de las fuerzas productivas, que nos libere de la alienación y permita ejercer un trabajo razonado y cuidadoso para beneficiarnos de los recursos naturales sin aniquilarlos. Necesitamos disponer de la totalidad de los conocimientos, incluso científicos y todas las técnicas creadas por la Humanidad para mejorar nuestra calidad de vida y elevar la conciencia sobre nuestras fuerzas: cambiar el curso de la historia. Sin propiedad privada, sin “derechos de autor” mezquinos y usureros. Sin patrones. ¿Es un abuso insistir?
Hay que abrir los libros de las burocracias, de las empresas de “cultura”, de los monasterios de la inteligencia. Revelar a todas luces cuanto dinero poseen, cómo se lo agencian. Sueldos, premios, prebendas y canonjías…Abrir los libros, exhibir cuanto hay y cuánto hay, porqué y para qué, abrir los libros del dinero y los libros de los conceptos con que se justifican y con qué se justifican los gastos.
Hay que transformar desde su raíz toda concepción de “actividades programadas” que se programas sin el concurso de los trabajadores y sin beneficiar su calidad de vida. ¿Programadas por quién, para qué, con qué beneficios? Hay que interrogar a los manejadores del arte y la Cultura, sus “metodologías” tradicionales, sus prácticas viejas al modo y placer burgués que gobernó y gobierna desde en los Ateneos y Centros Culturales artísticos en cada país. ¿Es feo exigir esto?
No hay manera de librarse de esas “Políticas Culturales” burguesas más que organizándose con acuerdos y praxis que transforme a fondo la sociedad y las ideas clasistas. Expropiarle lo mejor que haya conseguido y ponerlo al servicio de la transformación definitiva de la sociedad y la conciencia. Una Cultura nueva que nacerá dialécticamente de lo que somos hoy. Nos guste o no. Aprovechar las tecnologías, las fábricas mejor equipadas por la burguesía, los mejores sistemas de cultivo, los mejores laboratorios, la mejor medicina, las casas más cómodas, las escuelas, centros de arte, museos... todo nos sirve mientras sirva para la superación permanente y para la destrucción de las hegemonías capitalistas. Eso mismo hay que hacer con la “identidad”, el “folclore”, las “tradiciones” y los “hábitos” heredados, la “herencia Cultural” usada por los patrones para vanagloriarse a espaldas de los productores. Hace tanta falta mirar, críticamente, todo “tesoro de la cultura” someterlo a un debate profundo a una valoración abierta y aquello que impida el desarrollo de la humanidad… superarlo. Dicho sea a los “políticos” esos “hacedores de Cultura”, a los “programadores”, “educadores”, “diseñadores de eventos Culturales” estén en la bancada institucional que se hayan inventado o encontrado. A los que creen que “hacer Cultura” es contratar (dilatando los pagos e incluso sin paga) “espectáculos” para que caminen el sendero neoliberal de la autofinanciación postrada ante el turismo y el sobismo week end.
¿Qué es ahora esa Cultura? ¿Botín de funcionarios nacionalistas y ruidosos con sueldos, viajes “todo pagado” y canonjías... que sobreviven gracias al trabajo que hacen otros? ¿Qué es la Cultura, algunos profes y directivos enquistados en la repetición escolástica de fórmulas para detener el desarrollo del conocimiento y meter la cabeza académica en un agujero que no mira la crisis y la barbarie y menos la estudia para modificarla? ¿Qué es la Cultura, los préstamos, créditos, réditos y coctails para amigos, cómplices y seguidores? ¿Qué es, los distribuidores, sus salas, sus salones de fiestas, sus turistas y sus publicidades? ¿Qué es, festivales y lobby, para compadres, para recomendados, para protegidos con la bendición de un premio? ¿Qué es la Cultura, sus muchachos sagaces que se cuelan en cuanta beca aparece gracias a las gestiones de sus cuates e informantes? ¿Qué es, el glamour internacional de las embajadas donde algunos niños ricos juegan a ser "genios" con la dote de papá y la bendición de algunos burócratas?
Hay cierta “Cultura” de estado, o de instituciones benéficas, que es verborrea de santidad ilustrada que chorrea hipocresía y que se niega a considerar a los artistas y a la Cultura como un trabajo que como todo trabajo debe salir de cuanto lo somete, explota y aliena. Esas instituciones aplauden con énfasis lo “genial”, lo “fabuloso” de la creatividad… mientras se olvida de que se trata de trabajo y de que se trabajo sirve entre otras cosas para que el productor de Cultura viva con dignidad. Es una manía burocrática muy desgraciada, desafortunada, admirar a la Cultura sólo cuando es negocio de alguien o para alguien. Esa Cultura de burocracia se contenta con salas llenas, especialmente si son turistas, se exhiba lo que se exhiba. Llenar salas, proliferar en espectáculos “concurridos” y movilizar cierta “Cultura” libresca benefactora de algunas editoriales para mantener en pie, hoy por hoy, las causas de los señoritos y los señorones de la Cultura con sus más profundas ambiciones y sus programas alienantes. ¿Es esto una crítica de “resentidos”?
Hay que erradicar todo modelo de elite con el que muchos funcionarios “planifican y programan” a espaldas de la imaginación de los que producen la Cultura. Cultura no es sólo lo artístico, lo tradicional o lo folklórico. Algunos estamos cansados de las verborragias gobierneras que hacen de su Cultura de elite un manjar que debemos apetecer a ultranza si no queremos ser tratados de ignorantes o de enemigos. Algunos estamos hartos de financiar viajes y cócteles de esa gente culta y linda que va por el mundo llenando agendas de embajadas, clubes sociales y centros de Cultura donde las señoras de los funcionarios descargan lágrimas de cocodrilo y algunas veces lavan dólares de sus maridos.
¿Quién controla las subastas de Cultura indígena por ejemplo? ¿Quién controla el saqueo de piezas arqueológicas, pictóricas… alguien alguna vez recuperó los cuadros, esculturas, figurillas etcétera que fueron prestados a ciertos funcionarios importantes para que decoraran sus mansiones oficiales? ¿Alguien alguna vez miró de cerca los inventarios y dónde quedaron los cuadros que muchos artistas donan a museos y galerías de los gobiernos? ¿Alguien alguna vez hizo un recuento de cuánto dinero se asigna a todas las actividades que se justifican como “Culturales”? Si se destapara esta cloaca quedaría bien clara una expresión absolutamente corrupta del capitalismo disfrazado de Ilustrado.
¿Esto incomoda a alguien? ¿Hay que pedir disculpas?
Por culpa de estas burocracias, entre otras cosas, los pueblos han perdido toda capacidad para administrar sus propias organizaciones. Por culpa de esa cultura de burócratas padecemos formas viciadas de uso, flujo o manejo de sus recursos. Por culpa de esa cultura de burócratas padecemos una de las expresiones más odiosas de la alienación mientras las burocracias se las ingenian para aparecer por todas partes y parecer indispensables para gozar de todos los bienes posibles, las comodidades y el “poder” en tanto que muchos trabajadores viven en la miseria y ven postergados sus urgencias. Burocracia así es entonces injusticia. Si no son los trabajadores quienes asuman el control de sus organizaciones y trabajo con independencia política absoluta seguirán sometidos a los caprichos ideológicos y formales de las elites burocráticas que una y otra vez no sólo no producirán los cambios necesarios para los trabajadores de la Cultura sino que se encargaran de postergarlos hasta derrotarlos.
Hay que decirlo en los talleres de artesanos, en los laboratorios científicos, en los centros de investigación, en las panaderías… hay que decirlo a los albañiles y en las escuelas, institutos de dramaturgia y teatro, escuelas de arte, cine, atriles, caballetes, muros… a los profes, a los espectadores y a todo mundo: los demagogos del arte y la Cultura se santiguan con sus sueldos y se sienten satisfechos por “llevar Cultura al pueblo” gozan orgásmicamente cuando el jefe les da una palmadita en la cabeza y les aumenta alguna ganancia económica o política. Mueven la cola complacidos con su esperpento ideológico… su “Cultura” de elite triunfante, hija renga de la ilustración, que sólo entienden y sienten algunos elegidos y eruditos.
Mientras tanto muchos miramos como el trabajo alienado en la cultura, la ciencia y el arte sirve contradictoriamente para someter y explotar más a los trabajadores que apenas ganan para vivir. Suelen no tener asistencia médica, no tienen posibilidad de jubilarse, dependen de caprichos políticos y empresariales, están cercados en circuitos de distribución cada vez mas mafiosos, la materia prima es cada vez más cara, se les somete a un besamanos infernal para caerle “bien” al burócrata que programa salas, galerías, muestras, equipos de ayuda, becas, financiamientos… ni pensar en congresos, reuniones, capacitación, libros, tecnología… ni pensar en abrir espacios de docencia crítica y activa, espacios de creación libre y experimentación conciente. Ni pensar en debates políticos sobre la producción de cultura. Para cada cosa hay que tramitar permisos, mil formularios, colas y más colas, filas enormes, copias certificadas, fotocopias de documentos infinitos, credencial de identificación, avales y firmas bancarias y vínculos y certificados notariales y dos copias de cada acta y las firmas autorizadas y la constancia de pago de impuestos y la no deuda de infracciones viales y la bendición de Dios, y el diablo, por las dudas. Relaciones, cuñas, palancas, amigos o amigotes que decidan o influyan en quien decide. Sonrisitas aquí, sonrisitas allá, soportar a más de un imbécil culto con iniciativa conversadora, otra sonrisita… Luego con un poco de suerte pagar poco, compartir lo mínimo, cuando piden un “porcentaje”, cohecho se llama, por lo entregado. De que los hay los hay. Bien pensado no tienen derecho los burócratas a inocularnos sus prioridades de mentalidad burocrática, no tenemos por qué trabajar a su ritmo y con sus calendarios, con su “Cultura” de la dilación, manoseo y especulación. No hay razón sensata para aceptarlo aunque muchas veces seamos víctimas de extorsiones vulgares o sutiles. Casi no hay nervios de burocracias Culturales que no estén esclerotizados de corrupción. Corrupción es también tergiversar los términos de la realidad. Identificar a la burocracia, desnudarla y combatirla es una tarea fundamental. A qué intereses sirve y no es un problema terminológico o teórico, es un problema político de lo más importante. Cuesta muchísimo dinero a los trabajadores.
Para colmo los trabajadores del arte y la Cultura viven casi totalmente desorganizados o algunos se organizan sólo por demandas economicistas o negociaciones esporádicas contra algunas burocracias. De debate político y conciencia de su fuerza como trabajadores… de unidad con el conjunto de los explotados… casi no se habla, muchos creen que “queda mal”, otros sienten que “eso no es arte”. Y muchas personas caen en el juego, muerden el anzuelo, algunas son buenas personas, que en el mejor de los casos son víctimas de su ingenuidad. Se prestan y “engordan el caldo” de las burocracias sin haber librado
un debate político de fondo, sin poner el claro el lugar principal del trabajador, su obra y aporte por encima de los administradores… se prestan y hacen comparsa sin debate político que haga entender que la cosa es exactamente al revés, que nos son los burócratas, que no deben ser ellos, quienes deben gobernar o dirigir la producción Cultura, y ninguna otra, con el control extorsivo del dinero, con el control extorsivo de las herramientas y los espacios de producción y exhibición…
Que no, que ¡ya basta!, que la cosa es exactamente al revés, que son los trabajadores los que han de organizarse sobre sus tiempos y premisas y que los administradores están para obedecer los acuerdos de base, las necesidades y estrategias de los que producen la riqueza Cultural… es al revés.
Hay que organizarse para construir un debate y una lucha contra la moralina cultural benefactora ideada por los empresarios, los clérigos y los burócratas sabihondos, que gastan hasta lo inimaginable para impedir el ascenso de los trabajadores de la Cultura. Hay que organizarse para movilizarnos desde las bases y hacia una Cultura donde los trabajadores constituyan su independencia política y generen junto al resto de los movimientos sociales de base, los obreros y los campesinos, los dictámenes necesarios para definir los rumbos de la Cultura. Moverse organizadamente con delegaciones abiertas e interdisciplinarias que admitan una intervención renovadora y revolucionaria sobre la Cultura toda. ¿Es eso muy ambicioso?
Es una convocatoria que cerrará, de una vez por todas, el paso a los diletantes y a los francotiradores. Organización de trabajadores y acción cultural directa con objetivos revolucionarios y hacia una producción Cultural con independencia política. Cero privilegios, cero favoritismos, cero indulgencias crediticias. Las instituciones del Estado, ministerios, alcaldías, gobernaciones etcétera relacionados de un modo u otro deben estar bajo el control de los trabajadores en general y los trabajadores de la Cultura en particular para que puedan determinar la ruta de su desarrollo Cultural pleno. Es cierto no todo está mal. Pero todo debería estar mejor. Y eso es lo importante, hoy por hoy.

¿Podremos?

BUSCANDO UNA IDENTIDAD EN TIERRA DE LOS ANTIGUOS

por Jorge Falcone

“De la piel hacia fuera, sabemos,
y sabiendo nos domiciliamos en el mundo,
nos sentimos entre las cosas como si estuviéramos en casa,
en el domo, nuestro domicilio.
¿Y qué pasa de la piel para adentro?”

Rodolfo Kusch “Geocultura del Hombre Americano”

Mismidad y otredad en la realización documental.
Introducción al oficio de curiosear orígenes y destinos.
Toda conducta humana carece de inocencia. Con esta premisa abordé, en los tempranos 60s mi vocación por el cine documental, realizando en mi ciudad natal un inolvidable seminario con Jorge Prelorán, discípulo argentino del gran etnógrafo francés Jean Rouch y creador de las etno-biografías cinematográficas (“Medardo Pantoja, el pintor de la puna”, “Damasio Caitruz y los araucanos de Ruca Choroy”, etc.); integrándome más tarde al taller de cine de Gerardo Vallejo (Grupo Cine Liberación), deslumbrado ante la visión y revisión de su imperdible documental “El camino hacia la muerte del Viejo Reales” (1968), para viajar juntos a la Quebrada de Humauaca (Jujuy), a mediados de los 80s, a filmar el Tantanakuy infantil, celebración ancestral de los artesanos luthiers de la zona, producida por el notable charanguista Jaime Torres; y ahora coordinando un taller de video documental integrado por estudiantes secundarios, hijos -en su mayoría- de trabajadores rurales oriundos del norte argentino, experiencia que motiva las reflexiones que deseo exponer a continuación.

Sucinto repaso del arte de documentar mediante el cine.

Desde el Bisonte de Altamira hasta el programa Photoshop, la humanidad no ha podido resistir la tentación de documentar su devenir. En el acto fundacional del cinematógrafo, como no podía ser de otro modo, la mirada de Einstein chocó con la de Merlín. En efecto, fue en el propio Día de los Inocentes de 1895 cuando los inventores Lumiére conocieron al imaginero Meliés. Ellos ensayarían luego el camino del noticiero. Más adelante, desde las frías estepas rusas trascenderían las hazañas de David Kauffman, ese gran experimentalista censurado por la burocracia stalinista que se haría llamar Dziga Vertov. Entre las dos guerras mundiales crecería en el Reino Unido la tensa relación entre Robert Flaherty y John Grierson, acaso representativa de similar tensión entre lo exótico y lo social, entre paternalismo y solidaridad. A propósito del primero -y ya que numerosos especialistas lo consideran el pionero del género en cuestión- conviene repasar algunos conceptos alusivos, pertenecientes al antropólogo tucumano Adolfo Colombres. En su canónico tratado “Cine, antropología y colonialismo” (Ediciones del Sol / CLACSO, 1985), el estudioso sostiene: “Con respecto a Moana of the South Seas (1923-1925), Flaherty declaró que no le interesaba la decadencia de esos pueblos como consecuencia de la dominación blanca. Su fin era mostrar la originalidad y majestuosidad de los mismos ‘antes de que los blancos anularan no solamente su personalidad, sino a los propios pueblos, ya en vías de desaparición’. Su actitud ratifica tal condena, considerándola fatal, inevitable. No se trataba de ayudar a estas sociedades, sino de rezarle un responso. Vemos entonces que, al igual que la antropología, el cine antropológico es desde sus comienzos connivente con el colonialismo”.

Ya en los convulsivos 60s, ora desde algunas experiencias encaradas por Godard en las postrimerías de la nouvelle vague, ora desde el Nuevo Cine Latinoamericano, el documental transita de un hacer SOBRE “el otro” a un hacer CON “el otro”. A partir de una Revolución Digital plenamente vigente, el contradictorio escenario que nos propone el Siglo XXI está signado por un derrumbe de la fe en la imagen (Tom Hanks estrecha su diestra a Kennedy) así como por la proliferación de minúsculos, dúctiles y portabilísimos equipos de registro que cada vez nos ubican más cerca de un cine verdaderamente autógrafo (“La dignidad de los nadies”, Fernando “Pino” Solanas).

Un taller donde todos nos preguntamos quiénes somos.

En el marco de sus actividades político-culturales, el Movimiento de Documentalistas al que adscribo incluye los Talleres Documentales de Base, experiencias de trabajo conjunto con movimientos sociales, encaradas -hasta la fecha- junto al Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza, el Movimiento Plátano de Marcos Paz (cuyos enclaves se encuentran hacia el oeste de la provincia de Buenos Aires) y la Agrupación “María Claudia Falcone” de La Plata (que desarrolla sus tareas al sur de la mencionada provincia).
El taller de video documental que tuve a cargo en la localidad de Arana, Partido de La Plata, recibe el nombre de “Valles Calchaquíes” -el mismo del comedor comunitario que le presta sus instalaciones- en homenaje a la inquebrantable lucha que los bravos indios de aquella cordillera del norte argentino (de la que provienen muchos trabajadores y trabajadoras rurales, padres o parientes de nuestros talleristas) mantuvieron contra el invasor español, comandados por el aguerrido cacique Don Juan Chalimín desde el año 1630 hasta 1643. Este notable jefe indio venció en numerosas oportunidades a las fuerzas de ocupación españolas. Se lo conoció también con el apodo de El Tigre de los Andes. La muerte lo encontró luchando por la libertad de su pueblo, fue descuartizado, y cada parte de su cuerpo se envió a distintas regiones del país con el fin de escarmentar a sus seguidores.
Durante la primera mitad del corriente año este taller impulsado con el fin de indagar nuestras raíces culturales se dedicó a interiorizarse sobre los pormenores del fenómeno cinematográfico, acopiar los recursos expresivos básicos del nuevo lenguaje, y visionar copioso y diverso material del género.

Cabe destacar que, siendo sus integrantes particularmente tele y cyber-adictos, como ocurre con frecuencia, hubo que conjurar -en principio- la tentación de hacer ficción. Y particularmente una ficción tan alienante como la posible invasión de platos voladores a la zona semi rural que habitan los talleristas. Hasta hace poco, dicha tendencia involucraba a la mayoría de los estudiantes de cine del país. Así, en los primeros encuentros, algunos documentales exhibidos con el fin de divulgar las luchas cotidianas de nuestro pueblo y sus nuevas formas de organización, fueron generando las siguientes devoluciones:

“Río Arriba” (Mención VI Festival Nacional de Cine Documental 2004), de Ulises de la Orden. Documental registrado en nuestra región andina, que sigue la expedición de un joven documentalista empeñado en profundizar su conocimiento sobre un abuelo terrateniente, valorado al interior de su familia como paladín del desarrollo:

“Sería muy loco estar en lugar de ese tipo que salió a dedo y a pié hasta el lugar donde su abuelo producía caña de azúcar, con esa idea que su abuelo había sido una gran persona y llegar a conocer los descendientes de los que trabajaban para el abuelo de él. Tanto camino recorrido hacia el sur valió la pena recorrerlo porque conoció el lugar donde vivían y como vivían los norteños de esas tierras, conocer sus costumbres, los tratos que usaban para obtener recursos necesarios para mantenerse, saber que preferían trabajar sin patrón y lo mas importante descubrir o enterarse que el que fue el abuelo era un cagador que explotaba y exploto a decenas de campesinos pobres. Lo que dijo el protagonista al final del documental:

‘TODO LO QUE SUCEDE RIO ARRIBA TIENE QUE BAJAR’ “

Walter Carabajal

“Toro es” (Premio “Mejor Tratamiento Estético” VI Festival Nacional de Cine Documental 2004), de Natalia Bacalini y Maximiliano Ezzaoui. Documental referido a un antiquísimo ritual de tauromaquia celebrado en la localidad de Casabindo, Jujuy, en el norte argentino:

“Me pareció un documental muy bueno por que yo en particular soy de la provincia de Jujuy, no precisamente de esos lugares en el que se firmo el documental pero pertenezco a ese territorio. estoy aquí por temas de estudio y me llamo mucho la atención algunas cosas de lo que vimos, por ejemplo como veneran a la virgen, no pensé que era de la manera que se vio. había escuchado hablar de esa fiesta por que tengo conocidos por esos lugares, siempre me invitaron pero por una u otra razón nunca fui, bueno esto me sirvió para prestarle mas atención a las costumbres que se conservan en esos lugares del que formo parte y tratar de que resto de las personas lo conozcan, de las demás cosas que se mostraron ya tenia algo de conocimiento por que había escuchado hablar, en fin me gusto mucho el documental y espero que a los otros chicos también”.

Carina Telli

“Grissinópoli” El País de los Grisines (Premio “Mejor Documental” VI Festival Nacional de Cine Documental 2004), de Darío Doria. Documental referido a la experiencia autogestionaria de obreros panaderos en una empresa recuperada:

“Trata sobre un grupo de trabajadores que a punto de quedar en la calle, deciden tomar la fábrica que esta quebrada económicamente. Ellos se ven muy perjudicados por la parte judicial y la parte laboral ya que además de la acostumbrada elaboración del producto, deben encargarse también de la parte comercial. Se producen fuertes discusiones en el ambiente interno dado que de obreros pasarían a trasformarse en empresarios, y no estaban preparados o formados para realizar dichas tareas. Esto se discute en varias asambleas. Al final logran poner fin a las discusiones y consiguen que les aprueben la ley de autogestión de la empresa en forma cooperativa”.

Juan Manuel Cánepa

A mediados de año, durante un baile popular en la zona, este último tallerista acercó al coordinador una enciclopedia escolar ilustrada, expresando su indignación ante la publicación de una colorida foto que mostraba a un miembro de nuestros pueblos originarios cubriéndose el rostro e intentando evadir la cámara en forma evidente. El chico vinculó aquella imagen con una charla mantenida en el taller acerca de la antigua creencia indígena que supone que quien roba nuestra imagen nos roba el alma. Y con absoluta lucidez destacó la firma de la editorial: Telefónica de España. El proceso de autoafirmación cultural que proponíamos estaba en marcha. Y comenzaba a rendir sus primeros frutos.

Hacia el enclave más austral del incanato en pos de averiguarnos.

Bastó con proponer a los talleristas un tema de indagación para que estos resolvieran interrogarse acerca de porqué eran provincianos extirpados y trasplantados de su lugar de origen.
En la segunda mitad del año, el Taller de Video Documental “Valles Calchaquíes”, desarrollado a partir de un subsidio de la gobernación bonaerense concursado como Proyecto Adolescente, y constituido por 18 estudiantes de bachillerato, miembros todos de familias de escasos recursos, tomaba la decisión de trasladarse a Santiago del Estero con el fin de averiguar las causas profundas de su desarraigo. Una empresa, como se podrá apreciar, de neto corte existencial.
A partir de fijarse esa meta comenzaron a estudiar los orígenes, la flora, fauna, demografía, y los mitos del lugar escogido, así como a organizar paralelamente un viaje que prometía ser muy revelador.
Desde hace siglos el dominio imperial ha venido balcanizando a los pueblos de Nuestra América y organizado repúblicas funcionales a sus intereses. Al colonialismo externo, ejercido desde los centros de poder mundial, le han correspondido formas de colonialismo interno, generalmente sostenidas desde las capitales-puerto en detrimento de un interior sistemáticamente saqueado. Tal es la impronta que signa la relación entre Buenos Aires, la provincia más desarrollada y rica de nuestro país, y las empobrecidas provincias del norte, como Santiago del Estero, de todas, la que posee una tradición más ancestral. Así como hacia el centro “civilizado” predomina un pensamiento urbano de carácter científico y cosmopolita, la periferia “bárbara” atesora otro rural de carácter preponderantemente mágico y ligado a la cosmovisión de nuestros pueblos originarios. Así -y simplificando un tanto esa dicotomía- se advierte una cierta disposición de espera de soluciones providenciales en los conglomerados metropolitanos, así como una actitud de mayor desafío ante la adversidad en los enclaves más remotos y desvinculados del desarrollo, como si se tratara de una cultura del desahucio tácitamente confrontada con otra de la contingencia.
La provincia en la que se basaría el futuro documental constituyó la frontera sur del Imperio Inca. Fue fundada el 24 de diciembre de 1553 por Francisco de Aguirre. En 1721 recibió una significativa inmigración de esclavos africanos. En 1778 su principal producción eran cereales y quebracho. En 1990 su población (48% rural, 52% urbana) alcanzaba los 670.000 habitantes. Hoy los lugareños se dedican a la cría de cabras, burros, ovejas, chanchos. Y a la producción de telas y carbón. Los más viejos relatan historias del “Alma Mula”, una mujer cuya conducta reñida con la moral la convirtió en un animal envuelto en llamas. También se habla del “Crespín”, una mujer adúltera que se volvió pájaro. Al “Petiso” se lo describe como un niño que murió sin ser bautizado (como a todo duende de la región, se le atribuye una mano de hierro para castigar y otra de lana para acariciar). “La Salamanca”, según los antiguos, es la puerta del infierno, y queda del lado norte de la laguna de los guanacos. Estas son algunas referencias de la riquísima mitología popular de la región. En la mayoría de los casos -como se advertirá- se trata de creencias sincréticas, que fusionan el imaginario del colonizador con el del colonizado

Capturando imágenes con una cámara cargada de sol.

Merced a un desempeño relevante, las unidades de producción a cargo de la realización estuvieron bajo la responsabilidad de Carina Telli (20 años, registro principal), Juan Manuel Cánepa (17 años, backstage), Walter Carabajal (16 años, foto fija), y Natalia More (19 años, producción ejecutiva), todos bajo la coordinación general de quien escribe estas líneas.
No bien pisamos aquella tierra reseca y castigada por casi un año sin lluvias, carente de fluido eléctrico y de agua corriente, en pleno monte nos preocupó la idea de no poder recargar las baterías de nuestras cámaras.
Pero en el comedor de la comunidad toconotec de San Antonio de Copo pudimos hacerlo, porque contaba con paneles solares. De tal modo, el astro que veneraron las culturas precolombinas nos brindó su energía para registrar la dolorosa verdad de Nuestra América.
Llegamos con la meditada decisión de no saquear voces ni imágenes, concientes de que sólo subordinando la mirada a la realidad logra uno subordinar la realidad a la mirada. Las transformaciones ocurridas delante y detrás de cámara no fueron pocas. Acaso baste citar un par de ejemplos para dar cuenta de su magnitud:
En cuanto a los lugareños que nos cedieron generosamente su testimonio, cabe destacar el caso de María, una humilde campesina de alrededor de 65 años que testimonió a cámara sentada junto a su marido bajo el alero de un rancho ubicado en pleno monte. Quizás el recuerdo de tantos hijos emigrados por la fuerza en procura de un horizonte más próspero dotó a su postura de un aire desgarbado, como de mujer vencida, que potenció el efecto de un discurso trabado por la indisimulable emoción. Esa actitud de aparente derrota fue variando lentamente a lo largo de la entrevista, a medida que la mujer consignaba los quehaceres que le permitían sobrevivir. Hasta que, ya totalmente erecta -y con altivez- dice llena de orgullo: “Y todo esto para mantener a mis nietos”. De manera que, si la entrevista comienza con cierto clima fatalista, cuando pronuncia esa frase ya exhibe sin tapujos la humilde dignidad de una mujer pobre.
En cuanto a los talleristas que adquirieron una noción de pertenencia cultural más profunda que la que los vincula con su lugar de residencia, cabe destacar el caso de una estudiante que en Buenos Aires -acaso por pudor ante la lógica racional urbana- no se atrevió a aludir frente a cámaras a sus temores de infancia generados por el citado mito de El Alma Mula, mientras que ya en el terruño natal constató que tal referencia es moneda corriente para explicar ciertos males que carecen de explicación aparente.
En resumen, si algún cambio profundo experimentó el taller en su conjunto, fue el de reconocerse UNOS en su lugar de origen. Y OTROS en el de residencia.
El resultado final de tan rica experiencia -que convalida la idea de que el documental constituye una excelente herramienta para reflexionar sobre la identidad cultural- es un filme de 36’ íntegramente realizado en formato digital, y bautizado “Santiagueños, dentro y fuera del pago”. Este desafío de viajar hacia las napas más profundas de una cultura, encarado por nuestro taller, acaba de ser reconocido con una Plaqueta de Honor en el VII Festival Nacional de Cine y Video Documental. Y realmente lo merece, como todo ser o grupo humano dispuesto a trascender sus propias fronteras con el fin de revelarse.-

BUSH EN ARGENTINA

Declaración del Movimiento de Documentalistas y La Cuadrilla ante la llegada de George Bush a la Argentina.

Los trabajadores de la cultura y la comunicación del Movimiento de
Documentalistas y La Cuadrilla decimos:

No “repudiar” a Bush y solamente a Bush. El representa al imperialismo neo fascista responsable de la barbarie, los asesinatos, la humillación, las guerras, el saqueo y la miseria que a estas horas en el mundo entero sacrifica vidas de personas, animales, árboles, ríos, mares, civilizaciones…

No “repudiar” y sólo “repudiar”. Hacen falta muchas más cosas para lograr triunfos contra las hegemonías económicas, políticas, ideológicas… por ejemplo organizarnos, luchar con, los trabajadores, los campesinos, los indígenas, los movimientos sociales de base verdaderamente democráticos y antiimperialistas.

No “repudiar” a Bush desgarrándose las vestiduras en rabietas escénicas de oportunidad olvidándonos de señalar a sus cómplices “nacionales”, políticos, gobernantes, burócratas, empresarios... beneficiarios plenipotenciarios del modelo de explotación mundial.

No “repudiar” a Bush solamente cuando pretenda pisar “suelo argentino”; se requiere un “repudio” enfático contra esta forma de vivir antisolidaria, devota del dinero, del poder extorsionador, del crimen… no solamente repudiar; es mejor la lucha pensada, construida, organizada desde abajo y sistemática cada minuto, cada hora, cada día; en cada escuela, oficina, fábrica, campo… en cada persona, en cada pareja, en la cama, en las sobremesas, en los parques y, sobre todo, en las calles.
Hay “repudios” y “repudios”. El “repudio” de los burócratas es una farsa. Es más importante el “repudio” de los trabajadores victimas del desempleo, de la ignorancia, del desamparo ante las enfermedades, la devastación de los recursos naturales… personas sin hogar, niños en las calles, luchadores criminalizados y humillados… es más valioso ese repudio porque contiene una semilla de unidad, y de cambio.

No es que nos haga falta “conciencia” sobre los que nos pasa o esperemos un “mesías” ... lo que nos hace falta es organización y claridad sobre nuestra fuerza y rumbo para que este “repudio” contra el imperialismo también sea un acuerdo para derrotarlo.

Los trabajadores de la cultura y la comunicación del Movimiento de Documentalistas y La Cuadrilla decimos:

Movilicémonos: ganemos confianza en las nuevas iniciativas de lucha desde los movimientos sociales.

Comuniquémonos: hagamos entre todos una poética de la lucha en la información y la comunicación entre pares.

Organicémonos: demos un salto cualitativo, esta vez en colectivo.
Pongámonos a buscar, todos, una salida no falsa que nos lleve a un mundo donde quepan todos los mundos.

Y otra vez, movilicémonos...

Los trabajadores de la cultura y la comunicación del Movimiento de Documentalistas y La Cuadrilla decimos:

Que la humanidad ya no esté obligada a pagar con trabajo su propia degeneración, que no sea arrastrada hacia una catástrofe económica, ecológica y militar. Que hay que terminar con toda involución de la vida y toda traición a la humanidad. Que son insoslayables la independencia absoluta y el combate irreductible a todo grupo ligado al poder imperial. Sea pues.

¡Ya Basta!
CANAL 21 - TV LIBRE

por Miguel Mirra

Propuesta para la creación de una Televisora Comunitaria de La Matanza

El discurso mediático del gobierno de las multinacionales ha calado hondo en la clase media progresista de nuestro país, pero también en la de otros países latinoamericanos. Al mismo tiempo, los nuevos movimientos sociales quedan desarmados frente al embate de los canales de alcance masivo con propaganda oficial y les es muy difícil contrarrestar, aunque más no sea en su entorno territorial, el mensaje desmovilizador de los medios. Esto amerita, desde mi punto de vista, una urgente y audaz política de alcance local e internacional basada en la creación de canales comunitarios a desarrollar en el seno de los nuevos movimientos sociales.

Los objetivos propuestos son múltiples:

En primer lugar, movilizar a las bases de los movimientos sociales y sus aliados alrededor de la construcción de sus canales de televisión comunitarios; en segundo lugar, generar herramientas de guerrilla comunicacional para desarticular el discurso hegemónico del gobierno y los medios masivos de comunicación; y en tercer lugar, difundir la situación y las luchas del pueblo argentino a nivel internacional a través de la inserción de esos canales en la red mundial de medios comunitarios.
La experiencia venezolana en este sentido es instructiva.
Para inaugurar un canal comunitario sólo se requiere de un acuerdo con un sector de la comunidad y de la voluntad política para llevarlo adelante. No hace falta una compleja tecnología, ni un equipo de expertos en medios, ni siquiera un trasmisor. Alcanza con que un grupo de la comunidad asuma el compromiso, se conforme un equipo de coordinación y se inicien los talleres de capacitación y producción. Con estos requisitos imprescindibles, sumados a un nombre, un logo y un sitio en Internet, puede dejarse inugurado el canal comunitario y darle trascendencia nacional e internacional.

A partir de este lanzamiento, y de la existencia de un canal en acto y no en proyecto, es que se podrá iniciar una etapa de acumulación de conocimientos, equipamiento e inserción territorial. Así, con un trabajo persistente anclado en en talleres de producción de programas de televisión en el seno de la comunidad el canal va tomado forma y envergadura social.
La difusión de programas grabados o en directo emitidos en televisores o pantallas conectadas a un centro de emisión de circuito cerrado, actividad no vedada por la ley de radiodifusión vigente, permitirá sumar experiencia por retroalimentación a partir del contacto y la participación de sectores cada vez más amplios de la comunidad.
Asimismo, a partir de esta actividad televisiva, modesta pero real, se podrá lanzar una campana de recolección de colaboraciones y apoyos de organizaciones y redes nacionales e internacionales a fin de posibilitar la ampliación del radio y el carácter de las emisiones. Al mismo tiempo, se podrá comenzar a delinear la estrategia jurídica a seguir en pos de la legalización, si ella es posible, o de establecer las bases para generar una señal televisiva de aire al margen de las normas establecidas por el ente regulador de la radiodifusión amparándose en el derecho constitucional a la libre expresión.
El Movimiento de Documentalistas está en condiciones, a partir de la experiencia de los Talleres Documentales de Base, de actuar en este campo con un mínimo suficiente de conocimientos, responsabilidad y audacia.
Por todo esto, estoy convencido que el Movimiento de Documentalistas puede, y debe, proponer sin más dilaciones la realización de una experiencia piloto con esta orientación a los compañeros del MTD de La Matanza con quiénes, por lo demás, nos unen ya firmes lazos metodológicos.
En definitiva, si las condiciones objetivas y subjetivas contradicen nuestra caracterización y no se puede desarrollar este proyecto hasta el final, quedará la experiencia registrada para un futuro en que las condiciones estén maduras.

Al menos es seguro que no habremos trabajado para el enemigo.

Caracas, 20 de Abril de 2005
CRONICA DE LA APERTURA

por Fernando Alvarez

El lunes 6 de octubre iniciamos la muestra anual del Festival Tres Continentes, hubo poca prensa y sin embargo el lugar estaba lleno. Estaban los realizadores, los amigos, los miembros de los organismos de derechos humanos que nos han acompañado estos años (Madres, MEDH, SERPAJ) y hubo música con el quinteto de Sara Mamani. Además, hubo dos presencias novedosas.

Por un lado un funcionario, creo que del INCAA, quien parecía dormir en la segunda fila de butacas.

Por otro, muy contentos con nuestra invitación, los compañeros de las organizaciones de desocupados (MTD de La Matanza y Claypole, y Villa Corina), junto con trabajadores ocupados de las empresas recuperadas. Y como invitados especiales los protagonistas de “Cartoneros de Villa Itatí”, designada mejor película del festival por el jurado.

Tenemos que ponernos contentos porque hayan respondido a nuestra invitación en tan importante número y agradecérselo especialmente. Vinieron hasta chicos, aún sabiendo que iban a estar llegando a sus casas a medianoche.

Claro que no es casualidad que haya habido una composición tan poco “festivalera”. Gente acostumbrada a venir al centro a reclamar lo que les corresponde, lo que les es quitado, esta vez vinieron como protagonistas de una fiesta. Esto nos señala que estamos trabajando en la dirección correcta.

Tampoco es casualidad lo del funcionario que aparentemente dormía.

Hay que reconocer que no hemos hecho ningún esfuerzo por congraciarnos con el gobierno, tal vez si nos portamos bien envían a alguien que aparenta estar despierto.

EL ALBA DE LA CULTURA Y LA COMUNICACIÓN

por Fernando Buen Abad

O de cómo uno entra a soñar como loco bajo el influjo revolucionario de Venezuela.

Las llaves como símbolo de todos ahora mismo.

La cosa es que un buen día de hace muy poco tiempo estábamos, ahí bajo la lluvia y guarecidos por una caseta, a medio destruir, a las puertas de la fabrica de válvulas INVEVAL recuperada en Venezuela. Llovía de la manera más inoportuna y, por eso, poética. Llovía, a ratos casi de lado y nos mojaba un agua diluida con viento transversal y caribeño. Ahí estábamos unos más mojados que otros. Pero eso sí, plática y plática . Como si hubieran llegado los buenos tiempos que no conocíamos, como si nos conociéramos desde siempre... como se debe, pues. Si uno espía desde las ventanas de la caseta se ve una parte de la montaña que ese día traía su copete tupido de árboles y un chal de nubes bien cargadas de relámpagos. Húmedo todo, incluso el tiempo que se detuvo a saludarnos unos instantes para contarnos cuánta prisa hay en la mirada de estos obreros que andan empeñados en transformar la historia… cambiar la vida.
Y van bien.
Algo de estrambótico tuvo semejante encuentro en la caseta. Nosotros de por sí éramos cinco, ya había, cuando llegamos, al menos seis compañeros, luego llegaron otros tres, estos últimos trabajadores de VIVE TV , total, un mundo con cámaras y micrófonos, entregado a la escucha atenta y medicinal de esas palabras calientitas, recién salidas de su victoria, que nos enamoraban entre sinfonías de gotas, desde un compañero al otro. Palabras bien cargadas de tres años de lucha. Faltan las llaves.

Esa reunión nació un día antes. VIVE TV organizó uno de esos programas, raros en el mundo, en el que se les da por permitir la libre expresión fraternalmente. ¿Cómo se les ocurre? No como una concesión “democrática” o demagógica. No como una dádiva de micrófono, una propina de pantalla o una limosna mass media. Ellos dicen que es un derecho.
Una rueda de sillas da aposento a una rueda de personas soñadoras a toda velocidad. Unos toman la palabra para pensar analíticamente, otros toman el corazón, hacen tres pases mágicos y lo convierten en palabras para un micrófono volador y juguetón, y otros, de plano, se desbordan en canciones. Una especie de mesa redonda sin mesa pero con comensales que departen un pan sabroso, nuevo y exquisito, horneado en las mismísimas necesidades expresivas de los pueblos en lucha. Un programa de TV en vivo… vivo de verdad, directo como una declaración de amor y tatuado en las verdades de cada sueño y cada lucha. Y había muchas en pantalla.
Bueno pues, ahí estaban los compañeros de INVEVAL. Hablaban de la televisión, del cine documental, de sus años de lucha, sus esperas y desesperaciones… de que les urge la entrega de las llaves para entrar de lleno a probar lo probable que es su triunfo obrero. Ahí estaban ellos y otros que, como nosotros, los más foráneos , absorbíamos a veinte uñas la lección de los trabajadores que hallaron la manera, su manera, de reinventar la vida para ellos y para nosotros. ¿Cómo se paga eso?
Era una especie de carrusel de palabras enamoradas y enamoradoras sobre el proceso revolucionario venezolano. No hacían falta líderes, ni caudillos de debate, no hacia falta control externo, no hacían falta intérpretes; la rueda de reflexiones giraba en un sentido y en otro como lo hace siempre porque es el formato permanente de ese programa. Había interrupciones que muy cuidadosamente podríamos definir como mágicas. Juzgue usted. Al tiempo que giraba el carrusel de las ideas, a plena luz de la tele, en la mañana de la revolución, quienes controlan la parte técnica conectaban el programa en vivo desde Venezuela con el discurso del presidente Chávez en Mar del Plata, Argentina; algunas entrevistas en las calles, las voces de la Cumbre de los Pueblos, el pensamiento revolucionario de Latinoamérica y VIVE en un discurso continuo, continuidad de corazones, sin guión prefabricado y narrando una historia que narrábamos entre todos… en ese mismo instante… como se debe. Como quisiéramos que fuese siempre. Lo vimos, lo vivimos. No hay modo de no movilizarse.
Fueron horas enteras y jugosas de un programa que es inédito siempre. Horas de aire libre. Cada crónica, voz, hecho, reporte, queja, apuesta… era una y la misma, todas y todos, aquí y allá. Comunicación se llama. Sin intermediarios, sin traductores, sin uniformes. O lo que es lo mismo, como casi no hay. Quedó grabado, video-grabado, pues.
Habría que ver con lujo de detalle, cómo una idea empujó a otra, cómo se tejió en la urdimbre de un imaginario circunstanciado por aquel encuentro imprevisto y bastante de azaroso, el momento en que Miguel Mirra, como síntesis de lo que rondaba en las cabezas de muchos, bajo los testimonios que llegaban en vivo desde Argentina, los testimonios que llegaban en vivo desde la marcha solidaria contra el ALCA en Caracas, bajo el acento de mar con que los venezolanos pronuncian las eses, vaya a saber bajo qué enigmas, Mirra lanzó la propuesta, casi temeraria, de incurrir en lo que hubiese que incurrir, para fundar un ALBA de la Cultura y la Comunicación. Hubo aplausos, entre un sí unánime, venidos de ese tejido inefable y continental que se salía de la pantallas. Sin exagerar.
Ahí mismo, como a quien se le ocurre un juego, se puso lugar y fecha para iniciar ese ALBA, terminamos (o empezamos) al día siguiente en INVEVAL. ¿Habrá mejor cuna para semejante sueño? Claro que entre el final del programa y la hora de la reunión pactada para el día siguiente, se nos abrieron las válvulas de los sueños y se nos destaparon las ilusiones más poéticas en conjunto. A esas alturas las llaves de INVEVAL ya eran símbolo del ALBA de la Cultura y la Comunicación, signos ascendentes y semiótica rebelde. Nosotros viajamos a la reunión apretados en una camioneta pero sin mojarnos. Otros no tuvieron esa suerte.
El emblema del encuentro a esas horas, y para siempre, lo aportaron los trabajadores de VIVE TV. Alejandra Perdomo a la cabeza. Ni el doble del agua que recibieron les hubiera disuadido de llegar hasta la fábrica. Sólo la cámara llegó seca y sólo así se entiende y construye la fortaleza moral de esos compañeros, además fraternales, solidarios y sonrientes. Eso no es cosa del caribe, o no sólo.
La lluvia tuvo el detalle de parar un poco para que pudiéramos salir del amontonamiento en la caseta. Estiramos un poco los pulmones y la vista ayudados por un paisaje que era Chiapas, que era Brasil, Ecuador, Bolivia… al alba. Ahí mismo en la reja de la fábrica la charla siguió su ruta. Recuento de la lucha de los obreros, las altas y las bajas, los sabores y sinsabores, los cuentos y los recuentos de todos los colores y sabores bien puestos a lomos de un debate político que los obreros desenfundan como conquista de todos. Liberados de las trampas economicistas, liberados del triunfalismo sectario, liberados de las vanaglorias que terminan en el espejo… estos obreros piensan en los demás obreros, en acompañar sus luchas, en prestar lo que saben y en prestar atención. Estos obreros no se sienten Mesías, entienden sus avances y entienden sus pendientes… y entre esos estamos todos nosotros.
Y entienden también la necesidad de una lucha de las ideas, de los valores y de los conocimientos. Entienden la necesidad de una lucha revolucionaria en las ciencias y en las artes, en los talleres y en los laboratorios, en la ética y en la estética. Entienden que nada de eso lo logrará un solo país, una burocracia de cualquier tipo, una fábrica aislada ni un grupo de diletantes. Por eso se reforzó ahí el sueño. Integración cultural de nuevo tipo para fortalecernos en las formas y en los conceptos de la cultura y la comunicación. Integración para la lucha en la infraestructura y en la superestructura, desde abajo, con los de abajo y para siempre.
Un sueño dorado proferido por trabajadores de la imagen y por trabajadores de las válvulas, a fin de cuentas juntos bajo las nubes, a fin de cuentas lo mismo, imágenes válvula, válvulas imagen. Urgen las llaves. ¿Cómo hacer para apurar el paso?
A esas alturas, con la reja por testigo y algún perro mojado que nos miraba perplejo, la idea de hacer cine documental desde las fábricas, con las fábricas, dejó de ser una “utopía” de revolucionario universitario o rebeldía de café. La idea del teatro, la música, la pintura… con actas de nacimiento en manos de los trabajadores, dejó de ser un antojo inalcanzable. A esas alturas, la idea de traer la formación científica, los laboratorios, la ingeniería… a rehacerse y revitalizarse en el marco de la lucha desde abajo, se volvió programa y promesa. O lo que es lo mismo, a esas alturas la cultura estaba al encuentro de una de sus mejores definiciones. La definición revolucionaria.
Como es imposible crear el ALBA de la Cultura y la Comunicación por decreto y de un plumazo, como eso no será tarea de pocos, acordamos irnos con el sueño bien puesto a correr la legua (y la lengua) y contar a cuantos fuese posible, de la manera más fiel y verdadera, qué clase de pretensión anida en ese sueño quijotero que no tiene dueño ni debe tenerlo, que no tiene límites, que no tiene santorales ni catedrales. Tiene lo que debe tenerse en estos casos, tiene un lenguaje que narra con símbolos propios el ascenso de la conciencia que hizo posible imaginar semejante integración latinoamericana y mundial, el lenguaje propio de imágenes propias que re-semantizan las llaves, que re-semantizan la lluvia, la caseta, la televisión, las luchas obreras, las revoluciones todas y especialmente las revoluciones en la cultura y la comunicación. Sólo nos falta estar a la altura de los obreros para recuperar, como ellos y con ellos, la Cultura y la Comunicación. Se habló de socialismo sin miedo, se habló sin miedo del socialismo. ¿Podríamos apresurarnos?

EDITORIALES PARA EL PROGRAMA LA CUADRILLA

por Fernando Álvarez

Hubo un fenómeno sobre el que creemos que no se ha reflexionado bastante. Es el cambio del valor asignado a la propiedad privada de los medios de producción que significaron las empresas recuperadas. Y el hecho de que sean los trabajadores los que decidan sobre la producción.
En un sistema como éste, en el que la posibilidad de vivir está ligada directamente a la posibilidad de trabajar, los trabajadores de esas empresas impusieron el derecho a la vida por encima del derecho a la propiedad. Impusieron como criterio que una empresa tiene un valor social que va más allá del valor que pueda tener para sus ocasionales dueños. Además demuestran cada día, que donde una empresa manejada por patrones fracasa tiene éxito dirigida por sus trabajadores.
Creemos que de su defensa y desarrollo también depende la posibilidad de construir un mundo en el que no sean todos estos mercachifles los que impongan los valores.
Creemos que es importante que la gente sepa que puede, incluso donde no pueden los que supuestamente saben.



Amarcord dice Federico Fellini, yo recuerdo. El recuerda pero al contárnoslo ese pasado se transforma en presente. El apocalipsis futuro que nos prometen terminator y similares trascurre en el momento que las vemos. El cine es un eterno presente porque la película está siendo.
Tal vez debido a ello es un formidable mecanismo para la construcción de la memoria, el presente y el futuro colectivos.
Con el cine no hay pasado inmóvil, es permanentemente resignificado.
No hay futuros imposibles, y ese futuro puede ser a nuestra medida.


Hace unos días se constituyó en Buenos Aires la Academia Argentina de la Cinematografía, o algo así. Está compuesta por importantes personalidades del medio cinematográfico y se ha fijado como principal motivo de su acción el elegir la película argentina que cada año se candidateará al premio Oscar .Su presidenta, la señora Norma Aleandro, estuvo en el escenario cuando se le dio el premio a "La historia oficial". Película de la que fue protagonista componiendo a una apropiadora (de bebés durante la dictadura) que no se dio cuenta. Lo hizo muy bien y la amaron todos los que no se dieron cuenta... Hubo tantos que no se dieron cuenta...
Después de semejante éxito tuvo la oportunidad de trabajar en Hollywood cubriendo el papel de una sirvienta, lo que no es de menospreciar. Hay que acordarse de que es latina y no da el tipo del narcotraficante. Para poder hacerlo tendría que ser apenas más oscura.
No es de extrañar que haya triunfado en un medio tan exigente. Allí se ovacionó de pie a Elia Kazan, y le dieron un premio a la trayectoria.
Varios de los que estaban en el teatro no se pararon ni aplaudieron, recuerdo al actor Nick Nolte sentado con cara de disgusto, parece que no les gustó que el homenajeado haya denunciado gente a la comisión Macarthy, la célebre, la que permitió que se inventara la palabra macartismo. El Oscar es un premio que no se le da a cualquiera.
Por último nos permitimos hacerles una sugerencia, aunque seguramente los que pergeñaron esto de la creación de la Academia Argentina de la Cinematografía ya lo habrán pensado. En la Argentina el negocio del cine es pequeño, este kioskito que inventaron guárdenselo para ustedes. A ver si se van a tomar el trabajo para que el bussines lo termine haciendo cualquier gil.

Hay inseguridad ahora en la Argentina y las capas medias acomodadas están sinceramente preocupadas.
Por suerte tienen quien las defienda.
El señor Hadad y sus incorruptibles periodistas atacan sin piedad a los que se atreven a atentar contra su tranquilidad. Pero con eso no alcanza, van en su ayuda los otros medios y también nuestros valientes diputados y senadores, quienes sancionan con la dureza que los caracteriza a cuanto delincuente anda por ahí.
¡Qué ejemplo de civismo, qué altura moral, nunca estuvo más justificado el regalarle la mejor frecuencia de radio a alguien! ¡Qué visionario Carlos Grosso! Y pensar que él y tantos otros insignes ciudadanos, como sin ir más lejos el mencionado Hadad, han tenido que soportar el improperio, la burla , el escarnio... ¿Qué habrán sentido cuando la turba les gritaba ¡Devolvé lo que robaste ladrón hijo de puta!
Cosas de ese tenor les gritaban como si, que te regalen una frecuencia de radio, la mejor claro, fuese lo mismo que robar un pasacassete.
Esa gente no rompió ningún vidrio para tener lo que tienen, no robaron, no secuestraron a nadie...
Bueno... algunos si.
¡Pero fue hace mucho!
Y ahora...ahora quieren disfrutarlo.



En la sociedad humana nada es natural.
No es natural que unos pocos se apropien de las riquezas de todos, no es natural que unos pocos decidan por todos, no es natural que esos mismos pocos se arroguen el derecho a decidir como deben vivir todos.
Tampoco es natural que unos pocos creen a su arbitrio la imagen de la sociedad que es de todos.
Ni que se apropien de la imagen de personas o grupos para intentar destruirlas, vanalizando sus luchas y sus sueños. Los que detentan el poder económico, político o comunicacional pretenden que creamos en la "naturaleza" de su miserable sociedad, pero no existe tal naturaleza.
Todo esto viene a cuento por un pequeño recuadro que salió en la revista Noticias Amarillas sobre sobre Toti Flores, un amigo con quien compartimos algunos sueños y no pocas realidades.

"El piquetero Fashion" se titulaba y así vanaliza la lucha de los compañeros del MTD de La Matanza por hacer funcionar su taller de costura. Todo desvelo, todo afán, toda bondad humana la transforman en unos pesos.
Los pueblos deben hablar con su propia voz.
Para ello es imprescindible recuperar la palabra y volver a adueñarnos de nuestra propia imagen.



De un tiempo a esta parte hay médicos que se niegan a atender a pacientes acusados de delitos, dicen que se debe a que sienten rechazo porque podrían secuestrar a alguien de su familia. La excusa encubre el deseo de no atender a los pobres.
Estos tipos no se negarían a atender quienes figuran primeros en el libro Guinnes de records, me refiero a Videla, Massera y Cía.. Ni hablar del Capicúa, al que no sólo lo internaron y operaron sino que lo preservaron como si fuera bueno. O a Manzano, testaferro de Mas Canosa el célebre narcotraficante, a quien le hicieron bonito el culo..
¿Era imaginable a principios del 2002, hace apenas dos años y medio, esta negativa pública a atender a los pobres?
Por esa época parecía que el Pueblo estaba haciendo la Revolución, había asambleas en cada barrio y una reunión de asambleas multitudinaria en parque Centenario y en el tórrido verano había gente que se acercaba a las marchas piqueteras con agua fresca y solidaria.
Han pasado poco más de dos años, el envión no alcanzó y el sistema está tratando de recomponerse. De aquel estado casi disuelto de los 4 ó 5 presidentes en una semana llegamos a esto. Operaciones de prensa para demonizar a la pobreza y esconderla debajo de la alfombra Buscan armar una sociedad de exclusión, de "o ellos o nosotros".
Es por eso que hoy cualquier dependiente de fiambrería se siente en condiciones de decir "a los piqueteros hay que matarlos a todos".
El tipo piensa nosotros somos humanos, ellos son subhumanos.
Es tan fuerte la necesidad de imponer esta lógica que a algunos como Blumberg a los que le secuestran o matan un hijo, ni siquiera les da para identificarse con padres de otra clase que pasan por una situación similar. Es por esto que criticó al pibe Bordón, porque era un cabeza, un negro.
De ellos solo se puede esperar que traten desesperadamente de perpetuar su situación de privilegio y recurran a la violencia, del lado nuestro sólo queda la organización de la gente tratando de no confundir revolución con quilombo.
Nos esperan tiempos duros, pero la ola va a volver a ir para el otro lado, siempre vuelve.


Nos ha llegado una información preocupante.
Está referida a que desde hace un tiempo en Esquel (Chubut) una empresa norteamericana pretende explotar una mina de oro y plata a cielo abierto.
Sus cálculos son sacar en 10 años 2500millones de dólares solo en oro, sin contar la plata.
Por sacar esa millonada solo pagaría a la provincia 40 millones de dólares y a la nación nada. Como tenemos un estado generoso que se conduele de la miseria por la que están atravesando las multinacionales se le pagarían de las arcas del Estado Nacional 125 millones de dólares por utilizar puertos de la patagonia para exportar todo ese oro, sin contar la plata.
A cambio la multinacional prometió 300 puestos de trabajo y para ello va a contaminar suelo y napas con arsénico que es con lo que se separa la plata y cianuro que es con lo que se separa el oro.
La gente del pueblo se organizó en Asamblea, consiguió hacer un referendum y el 81% votó en contra de la explotación de la mina.
Parecía que se había terminado ahí pero no. Hace unos días llegaron desde buenos Aires matones de la Unión Obrera de l a Construcción y han amenazado a gente de la Asamblea Vecinal.
Esto demuestra una vez más que no hay alternativas humanas dentro del capitalismo imperial. Porque el valor que mueve a las multinacionales y a las empresas capitalistas en general es el lucro y son capaces de todo para conseguirlo.
¿Y del lado de la gente qué? No descuidarnos, no poner la cabeza para que la aplasten los cromagnones, y fundamentalmente organizarnos con espíritu cooperativo y autogestivo en todos los campos, eso será lo único que garantice la construcción de una democracia real.


Hace una semana terminó el Festival Nacional de Cine y Video Documental que organizamos en Comodoro Rivadavia y San Salvador de Jujuy.
El fin de semana que pasó se llevó a cabo el Festival del Documental Joven en el Centro de Formación de Cultura Comunitaria de La Matanza.
Ayer, en el Serpaj presentamos un libro que fue el resultado del primer Concurso de Escritos documentales. Paralelamente, comenzaba el Festival Latinoamericano del Documental en el espacio La Tribu y el Museo Etnográfico, mañana es la ceremonia oficial de apertura en la sede de la Comunidad Caboverdeana, en Dock Sud.
Se organizaron una serie de actividades paralelas, ayer hubo una mesa redonda fue sobre la influencia de las guerras de liberación africanas en los movimientos revolucionarios de las décadas del 60 y 70, el viernes habra otra mesa redonda, esta vez con compañeros documentalistas de Cuba y Venezuela donde le entraremos al tema del documental comunitario.
Toda esta actividad orientada a compartir espacios, experiencias y lenguajes la organizamos nosotros, el Movimiento de Documentalistas sin ningún tipo de subsidio ni apoyo oficial. Este ha sido un año en el que además concretamos este programa de radio, una publicación y la edición de otro libro, “El documental en movimiento”.
Todas las actividades son gratuitas, no se paga por participar como cineasta, ni como escritor, ni como espectador.
De esta manera, basándonos en nuestro trabajo, defendemos a rajatabla nuestra absoluta e irrenunciable independencia.
Esto lo realizamos un grupo de gente que cuenta con modestos recursos, ¿es posible imaginar lo que sería capaz de hacer el conjunto de la sociedad si decidiese tomar el timón de su vida con sus propias manos?



Hoy es 12 de octubre.
Reflexionando sobre lo que significó el genocidio pedimos a los oyentes que como nosotros hagan un minuto de silencio.
Hoy lo que festejan es su día, el de ellos, y los alcahuetes locales le hacen de comparsa. El día del saqueo, el genocidio y la destrucción de los ecosistemas. Y le siguen diciendo día de la raza, así, impunemente.
A algún funcionario se le ha ocurrido que es demasiado descaro y pretende cambiarle el nombre por el de “Encuentro de Culturas” como si a la imposición violenta de dioses, creencias, idiomas y valores pudiese comparársela con algo de mutua influencia y provecho. ¿Qué provecho tuvieron los Onas si no quedó ninguno? ¿Con que dios se habrán encontrado en el más allá? No creo que haya sido con el mismo de tanto Torquemada que asoló estas costas.
Proponemos que se dejen de eufemismos y le den el nombre que le corresponde “día de la conquista”, la que hoy sigue, con otros espejitos de colores y otros arcabuces. Con Repsol, Telefónica y tantos chupasangre.



Cuando llegaron pusieron las patas en la fuente. Ya antes se habían mojado algunos porque los puentes estaban levantados y había que cruzar nadando.
Así iniciaron un ritual que se repitió durante 10 años.
Diez años de encontrarse cada 17 en abigarrada masa. Eran los descamisados por fin encamisados y ensacados y encorbatados, endomingados aunque fuera lunes o jueves. Diez años en los que Hugo le ponía su voz a esa maravillosa música, Corrientes era la calle que nunca dormía y se cenaba pucherito de gallina con viejo vino carlón.
Para muchos fueron años felices.
Después vino el bombardeo y los muertos en la plaza, y el exilio del general y la resistencia. El 17 se conmemoró en silencio porque el tirano estaba prófugo y los dictadores asesinos estaban presentes.
Dieciocho años más tarde el hombre retornó y al principio los años quisieron ser felices. Alguien dijo: “la historia siempre se repite, primero como tragedia y después como farsa”, él no sabía de brujos ni de chabelas, ni de 62 organizaciones, ni de Tres A, así que no pudo predecir que al menos en algunos casos se trata de una farsa trágica. Tampoco sabía de juventudes maravillosas en formaciones especiales que se transformarían por vaya a saber que magia del tiempo en esos imberbes que gritan.
No sabía nada, ni siquiera sabía que los lideres también mueren.
Y que como la organización vence al tiempo los que quedan son los aparatos.

EL DOCUMENTAL Y LA OPCION POR EL FUTURO

por Miguel Mirra

Ponencia para el Primer Encuentro Nacional del Movimiento de Documentalistas

¿Para qué hacer documentales? ¿Para qué nuclearse, organizarse, relacionarse, expandirse y crecer? ¿Será para crear una institución corporativa, o el complemento de un proyecto político partidario, o el apéndice de una organización sindical, o una asociación subordinada a la administración estatal o gubernamental? No.
En primer lugar, es imprescindible hacer caracterizaciones precisas. Caracterizar al estado argentino, algunas veces dependiente y casi siempre semicolonial, como un estado en proceso irreversible de transformación en un estado colonial (sui generis, porque la metrópolis imperial no realiza una anexión territorial plena, no utiliza un ejército propio de ocupación y no impone sus símbolos imperiales a la nueva colonia, todos estos aspectos secundarios).
En segundo lugar, es necesario empezar a definir la cuestión del rol de los partidos políticos enfrentados por el poder en el seno de un estado colonial y determinar el rol de los sindicatos, maniatados por la superestructura jurídica a un estado colonial.
Se trata también de caracterizar a todas las instituciones del estado como correas de transmisión de la estructura colonial en el seno de una sociedad que todavía no termina de asimilar su transformación en “súbditos de ultramar”. Los empresarios se transformaron en socios menores de las empresas imperiales, los funcionarios se convirtieron en gerentes regionales, las fuerzas armadas en gendarmes cipayos para mantener el orden colonial y los partidos políticos en plataforma de lanzamiento para la carrera de administrador colonial.
En este marco, la única salida sería el surgimiento de un movimiento de liberación nacional que sólo podría ser liderado por los explotados, los oprimidos y los excluidos.
¿Qué hacer mientras tanto? Mantenerse independiente de todas las opciones sujetas a las reglas del poder económico y político colonial; escaparle a las declamaciones sobre la toma del poder del estado; trabajar con la mirada puesta en las bases y no en los medios, porque los medios sirven estructuralmente al aparato de control colonial; rechazar las concepciones eurocéntricas e imperiales, no sólo en el discurso, sino en la opciones concretas del lenguaje y la comunicación; repudiar los autoritarismos teóricos y metodológicos, porque provienen de la soberbia imperial contagiada a los opositores funcionales al sistema; negarse a generar golpes de efecto y a planificar provocaciones, porque el trabajo por delante no deja lugar para peligros gratuitos; no dejarse enceguecer por los fuegos de artificio generados por los burócratas sindicales, y menos aún por los que se dicen progresistas o aún clasistas, porque las limosnas que se aceptan del estado se transforman en cadenas al yugo colonial. Establecer, por último, prioridades estratégicas sin perderse en la niebla de lo inmediato, porque las coyunturas, la mayoría de las veces, son manipuladas por el poder y sus sirvientes en las organizaciones y en los medios.
Y mantenerse en los marcos de una política cultural independiente, ya que “en la medida en que el dominio imperialista es la negación del proceso histórico de la sociedad dominada, también ha de ser por fuerza la negación de su proceso cultural. Por ello, y porque toda sociedad que se libera verdaderamente del yugo imperial reemprende las rutas ascendentes de su propia cultura, la lucha por la liberación es, ante todo, un acto cultural”, decía Amilcar Cabral en plena guerra de liberación de Guinea y Cabo Verde.
En fin, apostar a construir un movimiento documental con los ojos puestos en el futuro. Si el movimiento de liberación surge, estaremos allí; si no surge, al menos no habremos trabajado para el enemigo.

EL LUGAR DEL HÉROE Y DEL MÁRTIR EN LA ARGENTINA DEL SIGLO XXI

por Jorge Falcone

Derechos humanos y liberación nacional

"Un simbolo de la lucha por los derechos humanos que comenzó hace 25 años, Bonafini anunció que las Madres harán la última Marcha de la Resistencia.

Dice que por Kirchner ya no harán ese acto anual, aunque seguirán las rondas de los jueves. "

Titular diario Clarín, 14/1/2006

El 29 de julio de 1966, en la llamada Noche de los Bastones Largos, el dictador Juan Carlos Onganía, sin querer, nacionalizó a golpes la conciencia de un estudiantado enclaustrado hasta entonces en un ámbito insular de la mano de las consignas de autonomía y co gobierno. Antes de dicho acontecimiento, la perspectiva nacional-popular era denostada en las academias por derecha y por izquierda. De tal circunstancia fueron hijos la gran mayoría de los protagonistas de lo que hoy se da en llamar "la generación del 70". Jóvenes que al calor de aquellas luchas descubrieron la identidad desde la que venían dando la suya las grandes mayorías nacionales. Históricamente, es en los períodos de auge de masas cuando las pequeñas burguesías se suman a la revuelta y radicalizan sus posiciones ideológicas. La Revolución Cubana primero, y la heroica muerte del Che en Bolivia luego, fueron los catalizadores fundamentales de un estilo de militancia full time basada en la utopía del Hombre Nuevo, que ya no se resignaba a golpear quedamente las puertas del poder sino que tomaba impulso para voltearlas. Hacia las elecciones de 1973, la acumulación de experiencia de lucha popular organizada presentaba una subjetividad colectiva favorable a la construcción nacional del socialismo. Acaso ese haya sido el pico más alto de calidad -objetiva y subjetiva- de nuestras luchas contemporáneas. Más tarde, traicionada como fue la voluntad de las mayorías, no tardó en ensayarse el operativo de ingeniería represiva y remodeladora de nuestra estructura productiva más minucioso y profundo de la historia reciente: El Proceso de Re Organización Nacional (así denominado en honor al que protagonizara el patriciado de la Generación del 80, que fundó la República Argentina sobre cadáveres de indios y de criollos). Ante el terror sistemático, la prudente sabiduría popular generó un gran repliegue, a la expectativa de comprender la nueva realidad para poderla enfrentar. Las expresiones más radicalizadas de aquella pequeña burguesía que irrumpiera masivamente en la vida política del país a mediados de la década anterior, ya abiertamente comprometidas con la acción directa, sostuvieron la lucha armada casi en soledad, haciéndose acreedoras de la ingeniosa definición de "patrullas perdidas" que acuñara Rodolfo Jorge Walsh. Las primeras acciones directas del movimiento obrero organizado, por ejemplo, se registraron bajo la forma de paros y sabotajes a la producción, preferentemente originados en la agredida estructura del Estado, como lo testimonia el secuestro y asesinato, por esos días, del sindicalista Oscar Smith, representante de Luz y Fuerza. La carnicería que sobrevino a continuación creó tempranamente condiciones para el surgimiento de un movimiento de defensa de los derechos humanos que, rondando la Plaza de Mayo tímidamente a fines del año 1977, llegaría a hacerse con un Premio Nobel de la Paz en 1980, después de haber sumado cuarenta cuadras de familiares dispuestos a testimoniar sobre el horror ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA en 1979, bajo la atenta mirada de los genocidas. El activismo que nutrió esas filas provino mayoritariamente de las familias de aquella pequeña burguesía urbana que tuviera tanto protagonismo en la década anterior. La gente más humilde de nuestro pueblo, aún afectada por la represión, no reclamó en forma masiva ni estruendosa por el paradero de sus ausentes. En resumen, el componente de clase de los organismos que sostendrían la bandera de la "Aparición con Vida" remitiría a los sectores medios con alguna formación como para diligenciar un hábeas corpus o una denuncia internacional. Como el dolor no es una ideología, a pesar de que algunos familiares, en la propia búsqueda de sus parientes secuestrados fueron asumiendo la que ellos profesaban, el vasto y flamante movimiento iría adquiriendo un imaginario y una acción de resistencia condicionados por su propio cometido reparador y, lógicamente, por sus limitaciones de clase. Así se iría gestando, hacia los albores de un nuevo período democrático -y con honrosas excepciones- una ideología mayoritariamente victimizadora de los detenidos-desaparecidos, consistente en la despolitización de las causas del secuestro y asesinato, como si estas se debieran al producto de una gran locura del poder capaz de aterrorizar a la sociedad en forma arbitraria, y no respondiendo a un plan de exterminio sistemático del potencial de rebelión de un pueblo. De aquel período data, por ejemplo, el prólogo del historiador Félix Luna en el ensayo "Montoneros, Soldados de Perón", del británico Richard Gillespie, que comienza con la frase "He aquí la historia de una gran locura". La figura del detenido-desaparecido concebido como militante popular capaz de asumir TODAS las formas de lucha destinadas a liberar su
Patria aparece ya entrado el período democrático que transitamos, hacia la 25ava conmemoración del golpe militar de 1976, en consonancia con la superación gradual de las secuelas del terrorismo ideológico. Hasta entonces fue más común escuchar "a mi hijo se lo llevaron porque figuraba en la agenda de un amigo" que "a mi hijo se lo llevaron porque se propuso tomar un cuartel". A la hora de ensayar esta respetuosa reflexión, no hace falta ser sicólogo para comprender que el estado de "inocencia absoluta" de una víctima crea mayores condiciones para procurar el apoyo a la lucha por su paradero que si a este se lo presentara como guerrillero dispuesto "a matar o morir por una Argentina Socialista".

La lógica binaria de la víctima y el victimario.

De las sociedades de la disciplina diseñadas durante la vigencia de la Doctrina de Seguridad Nacional, se transitó a las actuales sociedades del control posteriores al apogeo del neo liberalismo, en las que más que apelar a fuerzas de ocupación, el poder se ejerce desde una inédita concentración económica y una rigurosa manipulación mediática. En tal contexto prosperan en nuestro continente -a excepción de la Cuba socialista, la Venezuela bolivariana, y la Bolivia profunda en ciernes- procesos democráticos liderados desde un perfil socialdemócrata y progresista, que se aviene a debatir la política pero no la economía (o, en términos que nos involucran como Nación, a construir el Nunca Más del genocidio, pero no el del saqueo: Tendremos un Museo de la Memoria, pero nunca re abriremos la Causa Alejandro Olmos para investigar la deuda externa ilegítima). En un escenario tan posibilista -y con sobrevivientes de la década del 70 en el control del ejecutivo- resultará lógico que la figura del luchador político-social perviva más asociada a la figura del mártir (Jesucristo) que a la del héroe (Camilo Torres), cuya reivindicación se asocia a procesos de transformación profunda -y no epidérmica- del modelo dependiente. Siguiendo la lógica hegemónica, acá sólo hubo victimarios en el poder y víctimas inocentes que se le opusieron.

Teoría de los Dos Demonios

La Teoría de los Dos Demonios no es otra cosa que la lúcida coartada ofrecida por el sistema a los sectores medios -otrora rebeldes y hoy escarmentados- para que se avengan a la lógica de "el mal menor" y "no hagan olas" mientras la exclusión social se profundiza. Según su enunciado, represión y resistencia compartirían la misma responsabilidad en la frustración de una oportunidad histórica. Sin embargo, y sin volver como es costumbre al Artículo 27 de nuestra Constitución Nacional, desde el rechazo a las Invasiones Inglesas de 1806 y 1807 hasta las puebladas de diciembre 2001, el pueblo argentino no se ha mostrado timorato a la hora de ejercer acciones directas cuando una causa superior lo exigió.

Democracias condicionadas o protagónicas

Si bien la nuestra no es aún una democracia social y participativa que incluya en el parlamento todas las voces de quienes luchan por una Argentina mejor y plebiscite sus grandes temas, a treinta años del genocidio mayor de nuestra historia -y cuando programas televisivos de alto rating, como "Algo habrán hecho", conducido por la dupla Pigna-Pergolini, se propone recuperar para el heroísmo figuras tan mancilladas como la de Belgrano, Moreno o Castelli, enamorando a nuevas generaciones con el retorno de la historicidad- acaso haya llegado la hora de resignificar la figura del detenido-desaparecido en general, y la del represaliado por el poder en particular, para que no goce de todos los honores de la memoria solamente un grupo de estudiantes capaces de conquistar el Boleto Estudiantil Secundario, al precio del olvido sistemático de otros que, como Ana María González, a la misma edad se permitieron volar por los aires a un genocida y caer en combate anónima y silenciosamente después. Al margen de las valoraciones que merezca tal o cual experiencia de lucha, la intransigencia en el logro de la liberación nacional debería igualar sin discriminación alguna tanto a quien alguna vez pasó por donde no debía como a quien arribó a una cita estudiada y cumplió con su objetivo. Porque gracias a la suma de todos esos No alguna vez construiremos el SI que nos falta, encolumnados tras la estrategia que el pueblo argentino escoja para lograrlo.
La recuperación de la figura del héroe -por ende- es propia de los pueblos que no se resignan a reformas de coyuntura sino que se comprometen con las transformaciones de fondo.
EL NUEVO CINE ARGENTINO ESTÁ EN OTRA PARTE

por Miguel Mirra

Cada tanto aparece la muletilla de un nuevo cine argentino en los grandes medios. Y últimamente ha vuelto a desplegarse. Pero frente al nuevo viejo cine de ficción adocenado y complaciente con ropaje de novedoso y comprometido exhibido en los cines comerciales, disfrazado de cine social, como el de Stagnaro o Trapero, hay otro cine registrado en video y exhibido en las provincias, en los barrios, en las empresas recuperadas, en los emprendimientos productivos y en los movimientos de trabajadores desocupados.
Es que el cine de ficción social es hoy el cine que el sistema de dominación colonial y de sus funcionarios locales promociona y apoya como una manera de ocultar las llagas de miseria que él mismo provoca en nuestra sociedad.
Ese cine trata, por ejemplo, de transformar en héroes a un par de despreciables sujetos de ideología menemista y entre reinas y estafadores nos vende basura envuelta en papel de regalo. Y encima se presenta como un ejemplo de éxito, como si ser el mejor manipulador fuese un objetivo válido de vida.
Es un cine que en el mejor de los casos ha recurrido a temas que supuestamente describen a los sectores marginados. Sin embargo, lo único que ha hecho ha sido confundir a los marginados con los marginales. Estrategia muy inteligente a la hora de separar a la clase media de los trabajadores ocupados y desocupados que luchan y se movilizan; pero nosotros sabemos que los trabajadores no utilizan la pobreza como coartada para robar y matar y no se transforman en represores de la bonaerense para salvar su pellejo miserable.
Frente a toda esta canallesca confusión, una nueva generación de jóvenes realizadores de verdad independientes nos propone otra cosa.
Un cine que no aspira a la marquesina individual o la nota complaciente en la página de espectáculos. Nos propone un cine documental hecho de carne y de sueños.
Hay hoy una enorme y nueva camada de jóvenes documentalistas. Sus miembros, lejos de la frivolidad que rodea al INCAA, tampoco se han convertido en servidores de los aparatos políticos haciendo una bochornosa “contra imagen” y no se han transformado tampoco en provocadores gratuitos al servicio de cualquier servicio.
Ellos no están en el centro de la escena y el gran diario argentino no les dedica una tapa del suplemento de espectáculos como a los usurpadores del falso cine piquetero.
Ellos producen en la periferia y sólo aparecen promocionados en los pequeños periódicos locales, en boletines de trabajadores desocupados, en cuadernillos de micro emprendimientos o cooperativas de base. En todas las provincias, en sus capitales y en las ciudades más importantes, y aún en muchos de sus pueblos, así como en los barrios del gran Buenos Aires, hay grupos de realizadores jóvenes que se expresan mediante la imagen documental, y resisten junto a su gente, honestamente, simplemente, sin alaridos y sin proclamas.
A ellos nos referimos. Ellos son el nuevo cine argentino, mal que les pese a los mercenarios, a los comerciantes y a los burócratas sindicales y políticos.

ESTAMOS HARTOS...

por Fernando Buen Abad

...de que nos sigan sacando la lengua.

Exposición en el primer Congreso de LaS LenguaS, realizado al mismo tiempo que el Congreso de la Lengua Española, en Rosario, 2004

En Rosario todos podemos observar algunos cambios: se arreglan los accesos y las avenidas, se pintan paredones, se remodelan teatros y se inauguran grandes centros comerciales. Las autoridades han embellecido algunos lugares de la ciudad.
Existe una recuperación respecto del fondo de la crisis que vivimos, fruto de un período de precios elevados para soja y aceites, principales exportaciones de la zona. Con esta recuperación algunos grandes grupos económicos están obteniendo inmensas ganancias.
Pero la mayoría de los rosarinos vivimos en la otra cara de la moneda. En otra Rosario. Aquí seguimos teniendo altísimos índices de desocupación, salarios por debajo de la línea de pobreza, jubilaciones miserables y la salud y la educación públicas en un terrible abandono.
Desde hace más de 5 siglos la historia parece girar en círculos y volver siempre al mismo lugar. Desde aquel lejano 1492 en que los españoles llegaron a América, el oro, la palabra y la cultura son para unos pocos, mientras que la miseria, la ignorancia, el silencio y la humillación son para muchos.
Y ahora llega el gran evento. Con mucho lujo, muchas autoridades, mucha prensa y un costo exorbitante: 500 mil euros por día
¿Qué es realmente el congreso de la lengua? Un espacio cerrado donde todos somos excluidos. No están invitados los docentes, los primeros trabajadores de la lengua y el habla. Tampoco los estudiantes de todos los niveles, (incluso los universitarios especializados) y la mayoría de los intelectuales (lingüistas, antropólogos, escritores, etc.). Los pueblos originarios sólo estarán representados por especialistas hispano parlantes que hablarán por ellos. En realidad, está excluido el pueblo. A todos los sectores antes citados se nos condena a efectuar acciones paralelas en el marco del Congreso de la Lengua y por fuera de él.
Es antidemocrático porque sus objetivos son injustos. Y por eso han decidido evitar la polémica. Es que pretenden negar la realidad y la historia. Niegan la realidad cuando parten de la ficción de que la lengua castellana es LA LENGUA de España y de la mal llamada Hispanoamérica. Pero el español no es siquiera la lengua de toda España, allí subsisten, a pesar de haber sido reprimidas por siglos, otras lenguas como la vasca y la catalana.
Menos aún en América donde los españoles no pudieron nunca erradicar lenguas habladas hoy por millones como el guaraní, el quechua, el aymara, el qom; lenguas que en algunos países como Paraguay, Bolivia o Perú son mayoritarias. Se desconoce la historia, porque trata de borrar que la imposición de la lengua castellana es parte de una larga lucha de opresión en España y en América que incluyó la persecución y eliminación física de los árabes y judíos en España.
En América la dominación lingüística fue parte indispensable del genocidio de los pueblos originarios; genocidio al servicio de uno de los más grandes saqueos que conoce la historia. Si no llegaron más lejos fue por la lucha de resistencia de esas naciones, luchas que forman parte indisoluble de nuestra identidad como pueblos y naciones.

Sólo partiendo de esa historia y de esa realidad se puede valorar que muchos pueblos y naciones puedan comunicarse hoy entre sí por medio del español y luchar para que no sea avasallado por el idioma inglés, empujado crecientemente como lengua única para un imperio único (el anglo yanqui).
Este no es un Congreso contra la globalización anglo yanqui. Nadie podría esperar esto cuando España ha sido socia de los yanquis en la masacre del pueblo iraquí. Por el contrario, es un Congreso que parte de aceptar la globalización en la que España aprovecha sus lazos culturales y lingüísticos para participar en el saqueo de América Latina. Así en la Argentina, varios monopolios españoles, auspiciantes ahora del Congreso, fueron destinatarios privilegiados de la entrega menemista. Uno de ellos, Repsol, se salvó de la quiebra internacional porque se apoderó de YPF y ahora nos vende a precio internacional el petróleo que obtiene por las inversiones e instalaciones que pagó el pueblo argentino. Lo mismo Iberia (con Aerolíneas Argentinas), Telefónica y otras empresas privatizadas. Por eso, el español Rato, Presidente del Fondo Monetario Internacional, presiona para exigir el pago de la fraudulenta Deuda Externa; pago que el presidente Kichner viene cumpliendo puntualmente por sobre el hambre del pueblo argentino. Y por si algo faltara, el Congreso va a ser inaugurado por el Rey de España. Pero no se puede tapar el sol con las manos ni esconder nuestra dura realidad.
En Rosario, "capital mundial de la Lengua y la Cultura Españolas", los pueblos originarios siguen siendo los más postergados.
En Rosario, "capital mundial de la Lengua y la Cultura Españolas", continúan impunes los asesinatos de Pocho Lepratti, Sandra Cabrera y tantos otros compañeros víctimas de la represión oficial.
En Rosario, "capital mundial de la Lengua y la Cultura Españolas", miles de niños dejan la escuela para buscar en la calle alguna moneda con que sobrevivir.
En Rosario, "capital mundial de la Lengua y la Cultura Españolas", se embellecen los teatros pero en centenares de escuelas no existen baños en condiciones y faltan vidrios, picaportes y hasta bancos para que nuestros chicos puedan aprender.
En Rosario, "capital mundial de la Lengua y la Cultura Españolas", el salario básico de un maestro no llega a los 60 euros y el sueldo de bolsillo ronda los 180 euros.
Para hacer oír nuestra voz y no ser meros espectadores del circo de los poderosos.
Para multiplicar nuestro grito de dignidad y hacer que nuestra situación se conozca en todo el mundo.
Para romper el círculo de la historia y lograr que nuestras riquezas no vayan al exterior y se queden en el país en beneficio de todos.
Nuestra identidad no es la que vienen a imponernos sino la de los pueblos originarios, que nace antes de la matanza y el arrebato de sus tierras; la de los inmigrantes que llegaron en busca de un lugar en el mundo; la de los 30mil desaparecidos que lucharon por un país libre; la de todos aquellos que somos parte de las luchas de nuestro pueblo y que sufrimos hoy la persecución judicial y la cárcel.
No estamos dispuestos a estar callados ante semejante hecho político y acatando lo que las autoridades municipales, provinciales y nacionales organizan para que nos quedemos afuera ordenados y contentos, pagando con el sufrimiento de muchos un congreso para pocos.
Por la defensa de la salud y la educación públicas.
Por el aumento del presupuesto en salud, educación y cultura.
Por el no pago de la Deuda Externa.
Por el respeto y desarrollo de las culturas indígenas y de su derecho a la propiedad de la tierra.
Por el apoyo a las reivindicaciones de los trabajadores de la cultura.
Por trabajo y mejores salarios para todos.
Por la defensa de todas las fábricas recuperadas.
Por el desprocesamiento de todos los luchadores y la libertad de los presos políticos.

EL TEMA DE LA TELEVISIÓN ‘PIQUETERA’

por Miguel Mirra

Ponencia presentada a la Mesa de metodología y políticas del Movimiento de Documentalistas

La television “piquetera” ha hecho su aparición. Nefasta aparición por su metodologia y práctica de un populismo foquista comunicacional, enemigo frontal de la autoorganización y movilización de los nuevos movimientos sociales en el terreno de la comunicación.
Cualquiera que pretenda seriamente realizar una caracterización seria de la televisión piquetera tiene que hacerse algunas preguntas, y contestárselas sin especulaciones de secta o aparato.
La primera pregunta nos conducirá a descubrir el populismo, modelo reiterado si lo hay en la política tradicional:
¿De quién es el trasmisor con que se realizan las emisiones?
Parece una cuestión secundaria, pero no lo es en absoluto: es fundamental. Si el trasmisor no pertenece al movimiento de trabajadores donde la televisión piquetera desarrolla sus “acciones”, sino que es propiedad de alguien ajeno al barrio, estamos en un típico caso de paternalismo populista: el grupo supuestamente sujeto emisor de la comunicación no es dueño de los medios de producción comunicacional y depende de un “buen patrón” que se lo preste, y no es novedad que la libertad de expresión tiene como condición de posibilidad la propiedad del medio de comunicación imprescindible para concretarla y para sacarla del mero enunciado democrático burgués. Y que nadie argumente que en los casos conocidos el “prestador” no es un patrón, porque lo que importa no es su aspecto, sino el rol que cumple.
Algunas otras preguntas más nos conducirán a descubrir el aventurerismo foquista, modelo anacrónico si lo hay para esta etapa:
¿La televisión “piquetera” es capaz de sostener el proceso comunicacional en el tiempo o se limita a esporádicas emisiones propagandísticas?
¿Las emisiones son acciones de “propaganda comunicacional” al estilo de la propaganda armada o son parte de una activa movilización popular en la comunicación?.
¿Las emisiones son “acciones ejemplificadoras” de una vanguardia o el producto de un proceso de organización popular autosuficiente y autogestionada?.
Las respuestas son obvias.
El Movimiento de Documentalistas no puede participar ni directa ni indirectamente de tal propuesta. Y no solamente tenemos que negarnos a participar, sino que debemos desenmascarar dicha práctica entre los compañeros del movimiento social.
Al mismo tiempo, y esto es fundamental, debemos apartarnos de los grupos que cedan a la tentación de hacerle seguidismo a esta práctica populista, aventurera y foquista, totalmente ajena a las formas de auto organización y movilización de los nuevos movimientos sociales.
Por supuesto, como siempre ha sido, no llevaremos a adelante ninguna discusión con estos grupos ya que nunca en ninguna circunstancia el Movimiento de Documentalistas le dice a nadie lo que tiene o no tiene que hacer. Respetamos las elecciones de los demás y nos reservamos el derecho de realizar las nuestras.

Para concluir, trascribimos algunos párrafos tomados de otro documento referido al agitado tema de la contrainformación.

“Pero la propuesta de controlar los procesos comunicacionales de los trabajadores, de los sectores populares y de los nuevos movimientos sociales apareció una y otra vez disfrazada con diferentes nombres, formatos y soportes conservando su esencia usurpadora y manipuladora de la producción de información en nombre de los verdaderos protagonistas de los procesos de movilización social. Por ejemplo, los noticieros obreros, aún a pesar se sus estrepitosos fracasos, así como el novedoso engendro paternalista y foquista de la televisión “piquetera”...

...Es que la contra información como práctica comunicacional en la actual etapa, ya sea por la vía de noticieros obreros, por la de videos propagandísticos, o por la de la televisión “piquetera”, es una variante de la pequeño burguesía intelectual desesperada que da manotazos de ahogado para no perder el protagonismo que detentó en el terreno de la comunicación “progresista”. El secreto es “inventar” mecanismos de comunicación que pueda controlar y ofrecerlos como la panacea en los barrios para no quedar subordinada a los procesos comunicacionales que desarrollan los nuevos movimientos sociales de manera independiente y autogestiva.

El Movimiento de Documentalistas nunca tratará de usurpar el protagonismo a los trabajadores ocupados y desocupados en el terreno de la comunicación y de la producción documental. Nuestro mejor rol debe ser el de construir juntos las herramientas para que puedan producir su propia imagen y sus propios mensajes sin depender de grupos o medios ajenos, incluídos nosotros mismos....”

EL TALLER DE LA MATANZA

por Fernando Alvarez - Publicado en el libro “Movimiento Documental, Teoría, metodología y práctica del Movimiento de Documentalistas”.

MUNDOS (1)

-El problema no es qué hizo o dejó de hacer la clase media, el problema es qué dejamos de hacer nosotros. Si nosotros que estamos así no pudimos generar un proyecto alternativo, como se lo vas a pedir a un tipo que piensa que tiene la vida más o menos asegurada-.
El que dice esto es un señor modestamente vestido, el cuello de su remera se ve gastado, tiene barba de un par de días y anteojos de vidrio grueso. Los dos formamos parte de un círculo de seis o siete personas sentados en sillas blancas de plástico, -iguales a las de mi casa, pienso-Estamos en una habitación que antiguamente formaba parte de algún taller o algo así porque está al lado de un galpón. No se si alguien lo reclama, nuestros anfitriones lo han ocupado hace ya un tiempo.
Hicimos 30 kilómetros desde el centro, sobre la ruta se mantenían los negocios pero en las transversales había desaparecido el asfalto cuando llegamos a la calle que nos trajo hasta aquí.
No hay ni un árbol afuera, la calle de tierra es una sucesión de baches, no hay veredas. ¿porqué acá en tanta tierra baldía casi no crecen árboles? Hace mucho calor, afuera en un patio se desarrolla una especie de miniferia donde 15 ó 20 mujeres, exponen lo que tienen para vender o trocar ( bombachas con encaje, corpiños, remeras, pimientos verdes, limones, no alcancé a ver más). Algunos perros entran y salen de la habitación con libertad, contra una pared hay una biblioteca grande, con libros de ediciones populares a los que se los ve ajados, reconozco una edición de salvat que se vendía en los quioscos hace como treinta años, más allá hay una bandera de un metro por un metro, roja con letras negras, dice MTD. Ya han pasado las presentaciones, ya explicamos nuestra propuesta, talleres de video de modo que sean ellos mismos los hacedores de su propia imagen.
-Este es el primer año que fuimos a Porto Alegre nueve compañeros, siempre iban dos, y este año, por primera vez, pudimos ir nueve-se entusiasma una señora rubia, de rulitos, no se calcular la edad de las mujeres de más de cuarenta y menos de ochenta, me parece que tiene más de cuarenta.
-Cuando presentas el libro, te da tanto embale, salís con ganas de escribir otro- el que hace este comentario es un señor que ha escrito "De la culpa a la autogestión", morocho, algo bajo (en mi barrio le hubieran dicho el petiso). Se llama Toty.
Un muchacho con una cámara entra y no sé porque me acuerdo de "El americano impasible" aquel personaje de Graham Greene.
-Acá hicimos funciones de cine para los pibes, las veían en el televisor , igual eran películas nuevas, veinticinco centavos las películas y el pochoclo, sin pochoclo parece menos cine- cuenta el Toty- de todas maneras venían los que preguntaban puedo pasar a buscar a mi hermanito, y esos también se acomodaban y recibían pochoclo, pasaban las mamás a tener a upa al nene, fue bárbaro, para ellos era un cine. Un padre se enojó, porque vino y vió el televisor . Entonces dijo "para esto la ven en mi casa".- Todos se ríen de la anécdota-
Uno de los presentes acota- fueron las madres las que lo rajaron, le dijeron bueno, si no le gusta déjese de joder y llevesé el pibe.
... la conversación se estira. En un momento, poco antes de que nos fuéramos la mujer rubia dice - . Ellos pensaron que nos íbamos a dejar morir.- ..........................................................................................................

Estamos en una oficina dentro de lo que fue un banco, uno de esos a los que manos ávidas dejaron sin dinero. En lo que fue el salón principal se desarrolla una clase de danza árabe, quince alumnas de diversa edad siguen los pasos de una profesora con total concentración.
También esto es conurbano, pero los edificios y casas de alrededor tienen buen aspecto, decenas de líneas de colectivos pasan por la puerta y hacen que los vidrios de la oficina tiemblen permanentemente. En la puerta, en unos carteles, se lee que se los quiere desalojar, parece que otras manos ávidas han comprado el derecho de engatusar a la gente. Cuatro o cinco veinteañeros con aspecto de no ser del barrio, charlan en la puerta, uno de ellos tiene una remera que reproduce la bandera de Venezuela y una inscripción de no se qué bolivariano. Nosotros estamos reunidos con otros dos. Enfrente mío hay una biblioteca con algunos libros y una imagen del Che. Nuestros anfitriones son dos, una chica de alrededor de veinte años y hermosos ojos marrones- si fueran celestes serían muy parecidos a los de mi hija- pienso, y un muchacho de unos pocos años más. El orienta la conversación, ella participa mucho. Nuestra propuesta es parecida, taller de fotografía etc, y es bien recibida. Nos cuentan las características del barrio donde trabajan-"Entrevías" se llama, también le dicen "La tierrita", ahí tenemos un comedor comunitario, una panadería y hacemos una revista. Habíamos hecho un acuerdo con la municipalidad pero no nos dan nada, yerba nada más. Y nosotros no podemos vender el pan al precio de una panadería .
A los pibes le cuesta salir del barrio, le tienen miedo al exterior, y no solamente porque los llevan por portación de cara. Cuando vamos al piquete uno ve que tienen miedo, por ahí en el barrio son capaces de estar entre los tiros, pero afuera se sienten inseguros. Es un buen grupo, un grupo sano ninguno es de robar, nosotros conocemos quien anda en el choreo en el barrio, de hecho nos robaron una vez el comedor, pero igual no los discriminamos. Ojalá se prendieran las mujeres en la actividad, en realidad ellas son el centro de las tareas, al trabajo comunitario ellas son las que lo hacen. Y si hay charlas, son las que participan. Si es sobre violencia familiar o sobre sexualidad, los varones no vienen. Ellas son las que más trabajan y encima al llegar a la casa muchas veces les pegan. O por ejemplo, hay mujeres que a lo mejor tienen seis hijos y no saben lo que es un orgasmo- cuando dice "orgasmo" nuestro interlocutor se siente incómodo. - Queremos seguir con la educación para adultos, hay tanta gente que lo necesita, no es que por eso sean menos, mi viejo no sabe leer ni escribir, y para mi es un capo, se maneja en la ciudad, va, viene, trabaja.
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Estoy en la oficina donde trabajo día a día para ganarme el sustento. Un local muy cerrado, se respira porque hay aire acondicionado. Mi interlocutor es mi empleador. Tiene un negocio gracias a un favor político y desde hace doce años embolsa más o menos veinte o veinticinco mil pesos todos los meses, ha habido meses malos de quince y buenos de cincuenta.
Le faltan algunas materias para recibirse de abogado. Ambos leemos el diario que yo compro todos los días. Traje oscuro de medida, camisa blanca impecable, corbata de seda, Rolex y encendedor de oro.
-Ayer lo ví a Conzi-dice- yo creía que era alto, pero no, ¡es así!-
-¿A quién, al asesino? -Pregunta alguien.
-No boludo, al hermano. Ayer fui a Dallas. Yo voy a Dallas a comer una o dos veces por semana porque tiene pelotero - me explica. -Con los pibes no puedo ir a otro lado. Yo pensaba, como lo debe estar puteando este Conzi al hermano. Mirá el lugar tiene como ciento cuarenta cubiertos, antes del crimen, jueves, viernes, sábado y domingo había una espera de cuarenta minutos. Yo no porque a mi ya me conocen, voy con reserva. Ayer había como mucho el ochenta por ciento ocupado, ¡sabés la guita se está perdiendo!

EL TALLER (2)

A Eduardo Pavelic y Carlos Mamud que prestaron las cámaras con las que hicimos el taller.

Alejo Araujo y yo, ambos compañeros del Movimiento de Documentalistas, llevamos adelante un taller de video documental en el Cefocc (3) de G. de Laferrere (La Matanza) desde marzo a diciembre del año 2003.
Voy a tratar de narrar esta experiencia a sabiendas de sus límites. No solo aquellos que llevo conmigo, sino fundamentalmente el límite dado por el hecho de que sea una sola persona la que escribe, ya que esta construcción se hizo y se sigue haciendo entre todos.
No hubo en ella un sujeto que observa y un objeto que es observado, solo personas y una cámara que fue de mano en mano.
En el verano del 2003, en el Movimiento de Documentalistas no empezamos a plantear la necesidad de los Talleres Documentales de Base. La experiencia que realizara un grupo de universitarios en la Biblioteca Popular del barrio Bella Vista, de la ciudad de Córdoba nos había dado un empujón. (4)
Como hiciéramos con los festivales de cine documental no nos detuvimos a pensar en las dificultades, en la necesidad de medios o dinero, simplemente hicimos algunas averiguaciones y nos lanzamos.
En el caso del MTD de La Matanza el único dato que teníamos era que una miembro de ese grupo llamado Toty Flores había escrito un libro con un título promisorio "De la culpa a la Autogestón". Recuerdo que por esos días anduve averiguando donde quedaba el barrio "La Juanita", porque no teníamos idea de adonde estaba. De amigos comunes surgió un número de teléfono así que hicimos una cita teléfonica y partimos hacia el kilómetro 28.5 de la Ruta 3.
Nos recibieron en una ronda, allí explicamos brevemente nuestra propuesta. Básicamente que aprendan lo básico del lenguaje audiovisual y así puedan crear su propia imagen . No solo ellos sino también la gente del barrio que quiera hacerlo.
La gente podrá decir lo que quiera, no habrá lugar a censuras ni enojos, advertimos. Esa es una propuesta ética y política con la que estamos de acuerdo -nos respondieron.
De modo que aceptaron con gusto y acordamos empezar la semana siguiente.
En esa primera reunión nos advirtieron acerca de lo que a la larga iba a ser el mayor obstáculo. Los desocupados, cuando se ocupan dejan de participar y eso, paradójicamente, es para festejar
Tanto estas como otras reflexiones que se fueron sucediendo a lo largo del año nos fueron poniendo en presencia de un grupo de gente con un alto nivel de observación, reflexión y honestidad intelectual.
Ellos se encargaron de hacer un cartel que pegaron en el barrio para propagandizar el taller.
Este primer grupo estaba constituido por algunos miembros del MTD , por alguna gente del barrio que solo participaba de esa actividad y otros que si bien no eran miembros del Movimiento eran partícipes habituales de actividades del Centro.
En realidad, cuando nosotros nos propusimos hacerlo, pensabamos que el taller debía estar dirigido a la gente del barrio en general. Con el paso del tiempo esta intención fue dejada de lado porque los partícipes más consecuentes fueron miembros del MTD y algunos de aquellos que tenían el hábito de participar .
Creo conveniente aclarar que la gente participa libremente de las actividades del Centro. Este agrupamiento es el único de los llamados piqueteros que no acepta subsidios del tipo Planes Trabajar o similares. Nadie se siente coaccionado a participar para poder cobrar el subsidio.
La actividad que nos propusimos para empezar fue ver documentales, para lo que contamos con la invalorable colaboración de las películas llegadas de todo el mundo en ocasión del Festival de Cine Documental de Tres Continentes en el año 2002.
Partimos de esta idea porque queríamos abrir el abanico de posibilidades a la hora de imaginar como puede ser un documental. Le agregaba valor a la propuesta el que esos documentales eran recortes de realidades muy distantes geográficamente, pero de experiencias muy cercanas. Cercanía en el abuso, explotación y exclusión, y también en la solidaridad, rebeldía y dignidad de que son capaces los pueblos.
Creo que fue importante también que, mediante este visionado, los partícipes comprendieran la diferencia que existe entre el documental y los institucionales que hacen los partidos o agrupaciones para propagandizar sus posturas y a los que llaman documentales.
Recuerdo uno de estos "documentales" en donde se veía un corte de ruta con un encuadre final de un gran cartel de una agrupación muy conocida que ocupaba la pantalla. Por como se había desarrollado la historia se pretendía resumir en él la historia de lucha de los argentinos. Explicamos que en ese caso se estaba haciendo un recorte interesado de la realidad ya que era obvio que la historia de lucha de los argentinos no desembocaba en ese grupo político (en todo caso es su deseo). Y además, si se abría el cuadro, seguramente iban a aparecer carteles de otros grupos que también estaban allí.
"Claro que sí -respondieron- si nosotros estábamos. Eso fue en tal lado. Además esa mujer que sale hablando con posturas tan claras no es de ese grupo sino de tal otro. A esa película no la pueden pasar en el barrio porque todo el mundo conoce esto."
Entendieron sin necesidad de más explicaciones lo que significa manipular imágenes.
Tambien les quedó claro que no tienen nada de malo los institucionales sino el tratar de pasar gato por liebre.
Mirar películas duró dos o tres sábados. A partir de allí propusimos que se elija un tema para investigar y empezó a circular la cámara.
La cuestión de definir el tema costó mucho centrarla porque las propuestas eran ambiciosas y muy difíciles de implementar para nuestra capacidad técnica y productiva.
De todas maneras los compañeros grababan semana a semana practicando con la cámara. Esta acción de registro apuntaba a las actividades del MTD y el Centro y a las referidas a la comunidad barrial y los emprendimientos autogestionarios. También se filmaron reuniones para delinear el sueño de tener una escuela donde se formaran sus chicos (sus chicos no son solo los hijos biológicos de los miembros), así como la reflexión conjunta para de tratar de definir los principios y valores en los que les gustaría que se formen.
En el marco de este proyecto se registraron encuentros con diversas personalidades, miembros de instituciones prestigiosas o del mundo académico que se trasladaban hasta allí para hacer el aporte de sus conocimientos. Incluso se filmaron visitas de videastas que hacían un reportaje o algún registro de una actividad para su documental.
Hubo otros momentos en los que la actividad parecía fracasar, ligados fundamentalmente a que los compañeros se ocupaban en trabajos estables.
Y el trabajo se agregaba a las otras actividades. Compañeras que estudian secundario o terciario y trabajan en contraturno los días de semana y los sábados en un emprendimiento autogestivo. A esto hay que agregarle algún curso, como una de ellas que, además de cursar 5to. año de la secundaria y trabajar, tenía una beca para estudiar Psicología Social en un instituto de Ramos Mejía a la que concurría dos veces por semana.
A pesar de todo el taller siguió adelante y sobre el filo del fin de año tuvimos un par de reuniones donde definieron la película que pretendían.
Quedaron cosas sin grabar que trataremos de completar en breve para pasar a la segunda etapa que será la edición de todo ese material tan rico, edición que por supuesto harán los compañeros. El corte final será de ellos.
Me voy a permitir una digresión que tiene que ver con la escuela que quieren llevar adelante porque creo que es un ejemplo revelador acerca de cómo funciona la exclusión, y es la vez un ejemplo práctico de lo que es el punto de vista.
Había salido un artículo laudatorio sobre este proyecto en un diario importante del interior, si mal no recuerdo era La Capital de Rosario.
Les hice notar el título al que no habían prestado atención. "Desocupados quieren hacer una escuela de oficios" decía.
Acá hay dos cosas reflexionamos. Primero, si sos desocupado no tenés derecho a querer que tus hijos tengan una educación que vaya más allá de aprender algún trabajo manual. ¿Una profesión, la Universidad? ¡A quién se le ocurre! ¿Ciencia?, ni pensarlo, ¿arte? ni por asomo.
Segundo presupuesto del titular:
Si sos desocupado te tenés que reeducar.
Según este modo de pensar, no es el sistema el responsable de excluir a la tercera parte de la población, sino que es gente que perdió el tren, no está suficientemente capacitada, tiene que aprender un oficio. Cómo si los millones de desocupados no fueran principalmente gente con oficio, muchísimos de ellos antiguos obreros industriales.
Compárense los prejuicios que conlleva este punto de vista con lo que contaba de la capacidad de estos obreros desocupados que se organizan y autogestionan, estudian y participan activamente del movimiento social.
Se culpabiliza a la victima como bien describe el libro "De la culpa a la autogestión" al que hicimos referencia anteriormente.
Lo más grave de todo es que probablemente al titular lo haya hecho alguien que quería ayudar.
Repasando el año transcurrido creo que la experiencia ha sido muy rica para todos. Se gestó una relación de reciprocidad.
Fuimos una vez por semana hasta Laferrere y tratamos de comunicar lo poco o mucho que sabíamos en esto de hacer un documental , pero recíprocamente Toty participó como docente en un curso sobre "Documental social" que organizamos durante la segunda parte del año. Y cuando con motivo del día del documentalista, organizamos un panel de mujeres convocadas con el tema "Los movimientos sociales, la mujer y el documental", Vilma, del MTD de La Matanza tuvo una participación muy destacada. Y esto no es todo: cuando hicimos la entrega de premios del Festival Nacional de Cine Documental, a principios de Octubre en el Centro Cultural de Recoleta, fueron aproximadamente veinte compañeros de La Matanza los que recorrieron los 30 kms. desde el barrio La Juanita para acompañarnos. De ese día y del primer encuentro que tuvimos allá por marzo del 2003 quedaron algunas impresiones escritas en la Crónica de la Apertura, publicado en esta misma recopilación como anexo documental, y en el escrito "Mundos" trascripto al principio.
Destaco esta relación de reciprocidad porque creo que el taller fue mucho más allá de sí mismo. Algunas reflexiones:
La producción de imágenes está monopolizada por gente que se beneficia económicamente de ello.
Le han expropiado a los pueblos la posibilidad de generar imágenes y no pueden desarrollarse autónomamente si no la recuperan.
El imaginarse desencadena la acción y la orienta. Para empezar cualquier empresa por lo menos hay que poder imaginarse el primer paso.
La posibilidad de autovalorarse tiene directa relación con apropiarse del lugar del narrador.
El sistema no valora a los seres humanos porque para él solo cuentan en su faz económica. Restituir la capacidad de imaginarse, de imaginar al otro, y poder expresarlo es central para poder resignificarse.
Mientras sean los que usufructúan este sistema los que nos digan qué pasa y qué va a pasar en el futuro, tratarán de hacernos creer que ha llegado el fin de la historia, que en los barrios lo único que crece son los pibes chorros, que todos los excluidos salen de caño a chorear o son piltrafas que ni siquiera sirven para eso, y que en un futuro cercano Terminator o un huevón de ese tipo nos va a correr a los tiros en un mundo donde las iniquidades se habrán potenciado al infinito.
Aún cuando la competencia parezca desproporcionada los pueblos que se movilizan tienen que poder narrar la historia, lo que ellos quieren, el modo en que quieren vivir.
Si no son los pueblos los que crean las imágenes sospecho que a la humanidad le espera un futuro doloroso, aún más que este horroroso presente.
Hay algo muy importante que juega a nuestro favor:
Ninguna de las cosas que generan ellos es capaz de conmover, pueden generar miedo, desánimo, estupidez o necedad, pero conmover no.
El trabajo, la dignidad, las pequeñas o grandes esperanzas que son capaces de imaginar los hombres sí.

(1) Escrito documental publicado en el sitio web del Movimiento de Documentalistas en Marzo de 2003.
(2) Informe sobre el Taller de La Matanza escrito para este libro en Enero de 2004.
(3) El Cefocc (Centro de Educación para la Formación de Cultura Comunitaria) funciona en lo que quedó de una escuela privada que sus dueños abandonaron , en mi primera visita yo la confundí con una fábrica abandonada porque al lado hay un galpón y los terrrenos de alrededor en ese momento eran baldíos.
El MTD (Movimiento de Trabajadores Desocupados) de La Matanza es la organización que lo creó y lo orienta. En ese predio se desarrollan diversos emprendimientos ecónomicos autogestionarios y se proyecta crear una escuela primaria que forme a los alumnos en los principios y valores en los que ellos creen. En marzo de 2004 empieza a funcionar el Jardín de Infantes. Este grupo es el único de los llamados "piqueteros" que se negó desde el principio a recibir planes asistenciales (los llamados "Trabajar" y " Jefas y Jefes de hogar") que el Estado entrega a los desocupados.
(4) Me refiero a los autores de la tesis que dio como resultado la película "Soy de Bella Vista" realizada por un grupo de chicos del barrio.


ESTÉTICA REVOLUCIONARIA

por Fernando Buen Abad

“La Revolución Bonita (1) ” ¿Chávez es Feo?

¿Cómo hacer visible la belleza convulsiva (2) de la Revolución Bolivariana? Mientras los dispositivos alienantes del neoliberalismo buscan por el mundo la manera de “dominar” cerebros y entristecer corazones, la Revolución Venezolana avanza paciente y esmerada (o sea a su ritmo) en la búsqueda de sus símbolos nuevos, sus emblemas frescos, sus lenguajes florecientes. Mientras el Imperialismo neo-nazi genera muerte, destrucción, miseria y barbarie en los países coloniales y semi-coloniales; mientras pinta con desolación los imaginarios actuales, mientras hace lo indecible por secuestrar y fulminar al porvenir… mientras padecemos el gran embrollo de las mafias mercantiles trasnacionales; Venezuela crea colores, canciones, teatro, poemas, danza… cine y televisión en pleno proceso revolucionario. Venezuela, desde abajo, hace lo que debe hacerse: hace que la ética sea la estética del futuro. Pongamos, por ejemplo la guerra contra la cultura de la burocracia (3) , lucha hermosa si las hay.
Pero eso no se logra por decreto ni con “buenas voluntades”, no se consigue con “buenos propósitos”, ni con “buenos muchachos”. La producción de un movimiento estético genuino, desde las bases, no se logra a con escarbar en los repertorios folklóricos para revivir lo que le “gusta al pueblo” y disfrazar de popular aquello que decide una élite. Las condiciones y los tiempos han cambiado. No se madura una estética revolucionaria sólo por inventar fraseologías novedosas “lindas”, en audiovisuales, estaciones radiofónicas, realizaciones revisteriles o cibernéticas… No nacerá semejante estética de la Revolución plagiándose la vieja estética de las oligarquías, su pasión dudosa por los “clásicos del arte” ni sus adoraciones demagógicas por la “ilustración”. El surgimiento de un proyecto estético revolucionario no nacerá de los costumbrismos, de los conservadurismos, de las burocracias ni de las sectas. No será obra de los funcionarios ni de los empresarios. Es imposible revitalizar el mundo en que vivimos, es inútil aferrarse a él, es preciso atreverse a cambiarlo críticamente desde sus logros mejores y desde abajo.
Si hay un movimiento estético naciente lo hay porque hay proceso revolucionario y a él responde. No hay mejor motor hacia una producción estética radical (desde las raíces) en Venezuela que la propia revolución hacia el socialismo. Pero se trata de una producción en transición que refleja su dialéctica y sus urgencias. No puede haber una producción simbólica, una revuelta de los signos, un ascenso semiótico, artístico, comunicacional, revolucionario definitivo y absoluto. Es simplemente un error esperar que la semiosis actual de Venezuela alcance para emblematizar a la Revolución toda, que apenas nace, porque aun sus mejores triunfos serán siempre perfectibles.
La belleza de la revolución no nace de los “mass media”, la belleza de la revolución no sale de los discursos, la belleza de la revolución no nace de los congresos ni de los simposios. Nace de la Revolución misma. Pero su nacimiento es un parto difícil y es necesaria una mayéutica (4) que ponga atentos y obedientes a cuantos actores sean capaces de apoyar, proteger y construir la transición, el parto. Que nazca la Revolución no implica que viva, habrá que hacer miles de cosas para que su belleza convulsiva y transformadora crezca, embarnezca y luzca plena para todos. Mayéutica con políticos, militares, economistas… mayéutica barrio adentro, alma adentro, cerebro adentro con campesinos, estudiantes y obreros. Mayéutica con todos y en todos. La estética de la Revolución requiere medios de comunicación para hacer visible la Belleza Revolucionaria que todos la vean y comparen lo que aportan, que todos la miren activamente, sus medios y modos, las relaciones sociales para producirla y que la extienden y perfeccionen, que sean esos medios la revolución Bonita de Carne y hueso que no la den por “terminada”, que no la den por institucionalizada, que no la den por “definitiva”. Que la hagan Revolución Permanente. Radiodifusoras, televisoras, periódicos, páginas web… revolucionarios y revolucionándose incluso, claro, en la estética también. La clave es insistir, insistir, evaluar y volver a probar con un programa revolucionario consensuado e incisivo.
La Revolución Bonita transformará el estado de cosas que la humanidad heredó. Transformará todo con una lucha semiótica contra los conceptos o significados que la han frenado. Tomará de ellos lo mejor y avanzará permanentemente. O será nada. Hay que capacitarse para dominar las técnicas y capacitarse para liberarnos de los esquemas ideológicos más pertinaces y contradictorios, clichés que repetimos inconscientemente, o casi. Educarnos para des-educarnos y re-educarnos Educarnos para superar lo que nos enseñaron, educarnos para ser sensibles a nuestras sensibilidades nuevas. Educarnos para una estética que no conocemos, que nos impone desafíos nuevos y que, para ser fiel a la revolución, se mantendrá en cambio constante. Entonces educarnos para superar lo que hemos sido y ser esta vez mejores… eso sería hermoso ¿No?

Un ejemplo ¿Intrascendente?
Estudiar la profundidad de una transformación en la estética de la sociedad, desde la médula misma, no es cuestión sólo de artistas, galerías, políticas culturales o sabihondos del “buen gusto”. Los poetas, pintores, músicos, teatristas, vídeo astas, intelectuales, bailarines… no son más dueños ni más hacedores de Belleza que los obreros, los panaderos, los electricistas... El problema está en la sangre y en los huesos, en las circunvoluciones mismas del cerebro y tatuado a la vida diaria. Hay que ver. Una mujer, entrada quizá, en el segundo lustro de sus sesenta años, dijo con un matiz fonético no venezolano y con la impudicia que suele tenerse bajo ciertos efectos ideológicos: “Que feo que es Chávez”. ¿Qué representa, cuánto representa a cuantos expresa? Lo dijo en el restaurante de un hotel en Caracas, durante la cena. Demos fe. Otra mujer, sentada a la mesa no muy lejos, que se sintió tocada por el rayo de ciertas coincidencias de clase, con una mirada cómplice, más sonrisa socarrona que mirada, tejió una red de complicidades históricas; con estratificaciones insondables y perfiles escuálidos “for export” incontables. Movió la cabeza lentamente, de arriba abajo, con un veredicto cómico y vengador en nombre de la burguesía latinoamericana y local. Asintió con convicciones absolutas. Fue cosa de un instante. Ambas mujeres “guapas”, foráneas con la guapura estándar del “buen gusto” estándar. Perfumadas estándar, teñido el pelo de manera estándar y con joyería estándar, destilaban feromonas muertas en una epopeya matrimonial estándar que, a todas luces, resultó tragedia. De los maridos sólo era visible la espala añosa y encorvada por los años y los kilos.
Pasó al lado de esas mujeres, como quien va al baño, otra dama estándar, también nalgona y embutida en sus ropas, gorda estándar, venezolana a decir por el “cónchale vale, hasta que alguien dice algo sensato” que masticó audiblemente mientras sucumbía a un orgasmo político de ocasión. Un triangulo de miraditas, una moraleja reptante, un brillo de labios, (estándar), malicioso. Todos sentimos pasar el viento de La Revolución Bonita que cimbró los valores estéticos de esa clase en franca decadencia. De no ser así nadie hubiera detectado el cuadro tragicómico de esa expresión con lamento grotesco. Chávez sabrá disculpar.

Ontología concreta de la Revolución Bonita
La estética revolucionaria en tanto que producción social de imágenes e imaginarios para la transformación, hacia fuera y hacia adentro, ha de ser tarea de todos los sectores y sujetos que se dispongan a interrogarse inteligentemente, dispuestos a auto-transformarse crítica y dialécticamente. No se trata de “abandonarlo todo” se trata de analizarlo todo, elegir lo mejor y dar lugar a lo nuevo que late fuerte a los pies de la vida cotidiana. La Revolución Bonita no es una bandera, aunque se sirva de algunas. No es un sello ni una “marca”. No se puede construir como se diseña una “Imagen Corporativa”. La revolución Bonita es cada una de las ideas nuevas que aparecen en cada una de las cabezas que quieren un mundo mejor. La revolución bonita es la suma de esas ideas cuando se organizan. La revolución bonita es la suma de todas esas ideas en acción organizada para transformar al mundo… la revolución bonita… su belleza convulsiva más espléndida, es cada triunfo de esas ideas nuevas acrisoladas bajo la praxis del socialismo. La revolución bonita es una praxis, una lucha estética dialéctica y superadora. La Revolución Bonita está ahí donde los campesinos miran futuro y siembran convicciones, está en el entusiasmo aleccionador que hace del Petare un laboratorio fantástico y una escuela poderosa, la Revolución Bonita está en los profesores y los estudiantes que aprenden a leer y escribir, que levantan su bandera de libertad frente al analfabetismo y conmocionan toda la estructura educativa para que todos se “pongan las pilas” y sean mejores en las secundarias y en las universidades. La Revolución Bonita es la templanza de los obreros reviviendo sus fábricas y la hondura de su inteligencia para derrotar cualquier reflujo. Hoy Venezuela es más hermosa por revolucionaría que por cualquier otra razón. Eso no niega la “belleza” que hubo antes, sólo que hoy es tan distinta y tan de todos que uno tiende a eclipsarse legitimante subyugado bajo la hermosura de las cuentas claras, del petróleo sembrado, de las escuelas ganadas, de los enfermos atendidos y curados, del hambre desterrada, de la ternura disciplinada, del tun tun de las caderas con sus imanes caribeños movilizando acuerdos, alianzas… amores solidarios por todas partes. Eso ha sido posible en Venezuela, su Revolución Bonita lo ha hecho posible y eso es maravilloso, aunque falte tanto por hacer. No hay marcha atrás. La Revolución Bonita está en los consensos nuevos, en las elecciones ganadas en los debates abiertos, en las tareas asumidas y en todo lo que esta pendiente, incompleto, indefinido y corrupto. Falta mucho. La Revolución Bonita está también el sudor del ejército de reservistas, en los médicos y en los voluntarios, es todos esos que traen ganas de poner el pellejo para defender el corazón. La estética de la Revolución es una tarea urgente y por eso es una tarea que tomará tiempo, que involucrará a muchas generaciones, que avanzará por aproximaciones sucesivas, de manera desigual y combinada, con ascensos y retrocesos… como debe ser. “No se puede madurar una manzana con un soplete” decía Adolfo Colombres. Habrá de producirse una Belleza nueva capaz de transformar la vida... cambiar al mundo. Y para eso hay que apurar una Estética militante de la libertad e investigadora fantástica de la Belleza Revolucionaria, magnética, que encienda todas las usinas amorosas en la resolución de los problemas en la vida práctica, que ayude a liberar a la humanidad de todo aquello que la aprisiona en los límites de sus necesidades más elementales. Belleza capaz de iluminar con sus fulgores las zonas más intrincadas del la vida, de los universos interiores y exteriores. Y hace falta una Estética Revolucionaria para la reclasificación programada y espontánea de las cosas según un orden más profundo y más preciso e imposible de dilucidar mediante la razón de la miseria.
Ya hemos visto que a la Belleza se la usa como Caballo de Troya. En las escuelas, los espectáculos, los círculos intelectuales y científicos… para desembarcar ejércitos ideológicos y doctrinas domesticadoras que “elevan” al espíritu de los pueblos y lo alejan de esos de hábitos “ignorantes” que afean el decorado burgués. Tomemos el derecho de llevar adelante, tanto en literatura como en arte, en ciencia, en educación, en agricultura y en carpintería… la investigación de nuevos medios de para la Belleza revolucionaria. Opongámonos a cualquier tentativa de limitación del campo de observación y de acción que la humanidad aspire a crear intelectualmente para atender sus necesidades estéticas. No resignemos el lugar del arte, la ciencia… la poesía toda, a participar en la lucha emancipadora de la Belleza, permaneciendo enteramente libres, en su dominio específico. Sin que “libertad” implique indiferencia, sin que libertad suponga falta de solidaridad con la lucha obrera y campesina.
Coincidamos en que bajo las condiciones actuales de genocidio, en todas sus formas, la tarea suprema del arte, la ciencia y el pensamiento es participar conciente y activamente en la preparación y triunfo de la Revolución Bonita. Acordemos que ni científicos, ni intelectuales, ni aristas pueden servir a la lucha emancipadora a no ser que estén subjetivamente penetrados por la necesidad revolucionaria organizada, social e individual, que traduzca el sentido y drama de la revolución en sus nervios para que procure libremente dar una encarnación artística, científica etc. a su mundo interior y exterior. Coincidamos en no someternos a burocracia o secta alguna. En no aceptar la Belleza por etapas o en un solo país.
Todo está aún por hacerse, por avanzado que vaya, lo estará siempre. No hay obra acabada. La Revolución Bonita está en pie de guerra, de cabo a rabo, con el cielo lleno de estrellas que soplan sobre nuestros pechos marejadas de deseos revolucionarios. Uno lo ve lo siente en las artes como en los deportes. Uno lo ve de lejos y de cerca, en los barrios y en los estados. Uno lo saborea y lo huele. Algo está cambiando en los juicios y en los perjuicios, en las dudas y en las deudas… como era de esperarse, sin desesperarse. Con sus medios propios, sin mordazas en poco tiempo avances grandes. Eso es maravilloso y concreto. ¿Quién los sigue? ¿Quién lo iguala? ¿Quién más le entra? A estas alturas la Revolución Bonita tiene el entusiasmo intacto. Vivitos y coleando. Sólo lo maravilloso es bello.
FILOSOFIA DE LA IMAGEN DOCUMENTAL

por Fernando Buen Abad

Aunque algunas definiciones dominantes aluden a producciones audiovisuales, el documental es mucho más que películas o videos. No es sólo documental lo que se registra audiovisualmente para ser exhibido en circuitos más o menos marginales o marginados. Caben en el documental cartas, crónicas y bitácoras escritas o habladas, caben objetos diversos, vestimentas, olores o aromas, texturas y emociones. Cabe también lo invisible.
El documental no es un ente incorpóreo que habita en latitudes extraterrestres desde donde ilumina con sus reflejos la inteligencia de ciertos elegidos. El documental es producción de Imágenes concretas de individuos concretos que bajo intereses concretos eligen esa parte de la realidad que consideran pertinente para sostener hipótesis más o menos precisas. Es producción o selección de Imágenes concreta inevitablemente comprometida con sus marcos teóricos y metodológicos y necesariamente obligada a someterse a exámenes éticos y estéticos aunque se omitan con frecuencia. Por eso el término documental con sus Imágenes suele necesitar adjetivos que le recorten sobrantes y faltantes para definirse con exactitud. Toda praxis documental posee una tensión dialéctica compleja, entre contenidos y formas, que no se agota con tipologías.
El documental requiere investigación, financiamiento y exhibición críticas y auto críticas. Son sospechosas las definiciones de escritorio despegadas de la praxis documental. Documentales científicos , históricos , educativos , políticos , institucionales producidos, según los cánones o estatutos más rigurosos de algunos cenáculos académicos, pueden ocultar propaganda mercenaria al servicio del engaño, la explotación y la miseria. ¿Quién pone el dinero para hacer documentales, quién los hace, cómo los hace, desde dónde, para qué? ¿Dónde exhibe, muestra, expone? No son preguntas secundarias ajenas al repertorio de ideas e intereses que dan base y metas a la realización documental se muestre como se muestre.
No basta con presentar secuencias de Imágenes en hechos testimonios o documentos con una objetividad que no ha sido capaz de precisar acabadamente sus relaciones con la historia, con los conflictos de clase y con sus compromisos sociales. La idea judicialezca de que el documento positivamente adquirido y mostrado basta para formular juicios sobre la realidad peca de ingenua. No basta con el hecho , se requiere el análisis del hecho . Histórico, científico político... Todo documento es, él mismo, sujeto de interrogaciones múltiples. ¿Cómo se consigue, quién lo provee, qué pide a cambio, en qué contextos, con qué argumentos? Un documento no es cosa sagrada , o Imagen de totalidad, que adquiere autoridad social por sólo por existir, ningún documento tiene valor sin su contexto histórico y no hay metafísica de la prueba capaz de sostenerse sin una relación detallada de sus nexos con las condiciones y contradicciones concretas de individuos concretos determinados por relaciones sociales concretas.
Tampoco puede el documental con sus imágenes ser inocente o indiferente a su obligación de auto, definirse tras un proceso de debate y síntesis filosófico práctico donde actúen los conceptos realidad , verdad , objetividad , Historia como agentes definitorios de su inspiración y acción políticas en las ciencias, la historia, la antropología etc. Captar la historicidad de los procesos es pensar históricamente. Es que nadie hace documentales inocentemente. Toda praxis documental , en cuanto reproducción o representación de la vida y sus condiciones objetivas, está mediada por la reflexión y la reflexión es una dimensión de la praxis social. Por la relación dialéctica e indisoluble entre teoría y práctica.
Quienes piensan que el documento sólo debe servir para informar, incluso educar , con la idea de que esto es posible de manera aséptica... objetiva (eso quiere decir desvinculándose de toda referencia ideológica) pretenden un documental a, político imposible. Inexistente. Hay incluso quienes piden no opinar , abstenerse de evidenciar el pensar propio ante documentos presentados in Vitro . Estos son los más sospechosos. Se oponen a lo tendencioso con una tendencia de ocultamiento que ellos practican, y ocultan. Suelen llenar espacios en organismos burocráticos gubernamentales, partidistas, universitarios. Suelen ser conspirativos y perversos vestidos con togas y birretes de cientificidad inmaculada fácilmente convertible en conferencias, becas, congresos y publicaciones. Suelen ser funcionales a un sistema de ideas donde se dedican a fabricar documentales y documentos anodinos basados en la ambigüedad, la falta de rigor, la autocomplacencia de élite y el buen gusto de no molestar a nadie con ideas e imágenes políticas incómodas. Ideólogos posmodernos defensores de cierta pureza heredera universal del ocultismo.
Un recurso fácil contra el documental o el documentalista no asépticos es satanizarlos con el típico estilo Torquemada. Son quemados con la leña verde más fina de la indiferencia y los epítetos maniqueos. Son sometidos reducciones inclementes y acusados de políticos , de propagandistas de izquierda , resentidos y, ¿por qué no?, de envidiosos . Suele, incluso, suscitarse una creatividad frondosa preñada con humorismo cruel donde no escasea la puesta en duda y subestimación de la inteligencia. Tácticas, en su mayoría, descalificadoras ideadas para cerrar el paso de toda expresión que no ensamble complacientemente con los pensamientos y acciones hegemónicos. Intolerancia y autoritarismo, puede decirse. Hay muchas argucias para despolitizar la historia y el documental a favor de discursos e Imágenes sin fuerza interior y sin pasiones . Un documental que se niegue a asumir la politicidad de lo histórico y sus implicaciones será sospechoso de ignorancia, indiferencia e indolencia porque desaprovecha los avances teóricos y prácticos del conocimiento social e histórico desde la época de Marx.
Pero el problema mayor del documental no radica en sus ideas e Imágenes (y su diversidad) sino a quién sirven tales ideas e Imágenes. El documental es praxis de un proceso de Imágenes complejo trabado con la realidad toda, realidad que, en cierto sentido, tiene una existencia externa al hombre, y que, por la praxis, se convierte en una realidad social. En este proceso, hombres y realidad e Imagen se transforman teórica y prácticamente. Y el tipo de teoría y praxis que es necesaria siempre es aquélla que se inspire y responda en a la idea y práctica de libertad, «praxis sin teoría, es decir, por debajo del estado más avanzado del conocimiento, ha de fracasar necesariamente [...]» se refleja el hecho de que la sociedad representa una unidad dialéctica entre ser y conciencia, y por tanto es un todo . No totalitario.
Es en la práctica documental donde la reflexión teórica logra la demostración de la verdad con Imágenes, pero no de manera directa. Son imprescindibles el análisis y la interpretación (la reflexión que complementa la acción); en otras palabras, la práctica se constituye en el criterio de verdad, lo que significa que es necesario el enfrentamiento de la teoría y de la práctica, de la reflexión y de la acción... documental y documentalista no están exentos. Pero hay que estar en contra de las formas más estrechas de la actividad práctica.
Sin teoría revolucionaria del documental y de la Imagen no puede haber movimiento revolucionario del documental y de la Imagen en general. El desarrollo del conocimiento humano es imposible sin un desarrollo de la sociedad humana; hay barreras objetivas, que impiden prácticamente cierto conocimiento de la realidad humana, barreras que en última instancia solamente puede superar una acción real que, como dice Marx en las Tesis sobre Feuerbach, sólo es concebible, racionalmente, como praxis revolucionaria. El documentalista debe ser bastante cauto como para atreverse a dar recetas de índole general que primen sobre el material histórico concreto, sin considerar las particularidades de cada contexto. Hay que tener cuidado con el método y modo de mirar los hechos para no caer en generalizaciones abusivas que conspiren contra la especificidad de cada proceso.
El documentalista desarrolla un trabajo ubicado necesariamente en una posición de clase. Sea o no crítico de ella, esté dispuesto o no a transformarla y transformarse. Tal trabajo como muchas cosas de la vida misma requiere definición de objetivos y acciones consecuentes con tales objetivos. Pero la definición de objetivos como la elección o creación de acciones no se despega de la complejidad dada en una sociedad dada. Pesa sobre el documentalista y sobre su trabajo el repertorio general de contradicciones y desigualdades en el que se desenvuelve su ser y su actuar y pesa ineludiblemente su grado de conciencia sobre las desigualdades y las contradicciones sociales. Entonces el documentalista enfrenta permanentemente un debate teórico y práctico con la realidad, es de este debate y del grado de desarrollo de su conciencia y de sus relaciones sociales donde el trabajo del documentalista encuentra principios y finalidades que se mueven con la inercia de una dialéctica política que es al mismo tiempo individual y colectiva sin disociarse. Sus imágenes e ideas sobre el documental dependen de esto. Por ejemplo, El Capital de Marx es un documental desde abajo: la historia vista con los ojos de sus víctimas
Proponer a un documentalista que desarrolle un filosofar político correcto y concreto es, en primer lugar, proponerle un pensar y hacer crítico conjunto trabado profundamente con las ciencias más avanzadas. Es proponerle un pensar y hacer colectivo dispuesto a reconocer, una a una, las condiciones y características de la sociedad en que trabaja para caracterizarla genuinamente, incluidas las calamidades, desigualdades y
contradicciones específicas. Eso incluye su realidad laboral, su nivel educativo, sus responsabilidades éticas y estéticas. La libertad de su producir Imágenes. Eso incluye su conciencia de clase y su integración organizada y crítica con grupos avanzados teórica y prácticamente. Eso incluye su capacidad creadora para experimentar y proponerle a su trabajo documental ideas e Imágenes que renueven los diálogos más profundos a que aspire una obra que tarde o temprano pretenda ser de todos.
Un documentalista puede (a caso debe) ayudarse con las categorías centrales del análisis económico no economicista. A través de ellas puede entender lo esencial si al mismo tiempo las interrelaciona para descubrir cómo se estructura y jerarquiza la totalidad social y el papel que en esa totalidad cumplen los hechos documentables . Marx, sobre la idea de totalidad, considera que en ésta se encuentra un factor dominante “la producción”; que es iluminación general donde se bañan todos los colores y que modifica las particularidades de éstos. Como un éter particular que determina el peso específico de todas las formas de existencia que allí toman relieve.
Cuando habla de condiciones materiales el análisis de Marx no restringe la producción al sentido económico del término, involucra todos los aspectos materiales relacionados con la producción y reproducción de la vida social, de las relaciones centrales de una determinada estructura y de la reproducción de los miembros de dicha sociedad. Indicar la primacía de las condiciones materiales de existencia supone establecer un sólido fundamento para el estudio documentalista . Ese es un comienzo en la investigación documentalista que se apoya datos medibles, cuantificables que podemos estudiar rigurosamente. Jerarquizar los datos históricos con sus condiciones materiales implica poner en el centro del documental al hombre en sociedad, liberado de explicaciones metafísicas que ubican como razón de la historia a fuerzas sobrenaturales, geográficas o extraterrestres.
No es el grado de desarrollo técnico sólo lo que determina a los períodos de la historia ni la evolución en las capacidades productivas sino el tipo de relaciones existentes. Es importante la acción del hombre no disociada de la técnica, la evolución de la ciencia y de los objetos de trabajo, como si éstos no fueran obra de los hombres e hiciera parte de las relaciones humanas. Para la producción de Imágenes documentales importa mucho aquello que realmente indica cambio de una organización social y que es la transformación de las relaciones de producción en otras diferentes. Dicho de otra manera importa significativamente al documentalista eso que define una época histórica en la naturaleza de las relaciones que se establecen entre los hombres. Para que el documentalista pueda conocer con exactitud cuáles son los objetivos históricos de un país, de una sociedad, de un grupo, lo que importa ante todo es conocer cuáles son los sistemas y las relaciones de producción y cambio de aquellos. Sin ese conocimiento es posible hacer documentales parciales, que capturarán y expresarán imágenes secundarias, lejanas pero no se hará documental en el sentido que aquí se entiende porque la actividad práctica más importante no quedará explícita . La historia de todas las sociedades que han existido hasta ahora, es la historia de la lucha de clases .
El documentalista puede con el análisis de las clases romper toda interpretación mecanicista de la historia. La teoría de clases en el documentalismo contribuye a enfatizar la acción de los sujetos conscientes es son motor de la historia, y del Documental , porque esa acción se desenvuelve en condiciones objetivas, donde los hombres actúan y que, de hecho modifican con sus acciones, sea para reforzar las condiciones y relaciones de una sociedad, sea para transformarlas.
Resume Walter Benjamin: La lucha de clases, que el historiador educado en Marx tiene siempre presente, es una lucha por las cosas burdas y materiales, sin las cuales no existen las más finas y espirituales. Pero estas últimas están presentes en la lucha de clases, y no como la simple imagen de una presa destinada al vencedor. En tal lucha esas cosas se manifiestan como confianza, valentía, humor, astucia, impasibilidad y actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos.
Todo documental es un enunciado en Imágenes abierto que se crea o se descubre bajo la dialéctica social de la verdad y la realidad. El documentalista no debe ser un historiador , en el sentido empobrecedor, es decir, no debe ser un especialista cuya práctica profesional se autolegitima a partir de la reconstrucción de fragmentos del pasado, práctica anclada en un territorio reducido y un espacio microscópico, descuidando cualquier interpretación global de la totalidad social.
Marx propuso la historia razonada ; o sea, una historia que ni separa ni mezcla el momento económico, el social, el político y el puro acontecer sino que los combina todos. Más aún esta historia razonada, por el brotar espontáneo de los razonamientos, por la viveza y la ironía del relato es una historia viva . Además, uno de los elementos fundamentales de una historia razonada radica en la interrelación entre estructura y acontecimientos, relación que antes de Marx y Engels no se había efectuado. Marx mezclaban adecuadamente los datos históricos y el análisis teórico es una mezcla química -afirma Schumpeter-, introdujo los datos históricos en el propio razonamiento del que deriva sus conclusiones. Fue el primer economista de rango superior que vio y enseñó, sistemáticamente, cómo la teoría económica puede convertirse en análisis histórico y cómo la narración histórica puede convertirse en histoire raisonnée.
Hay un salto cualitativo necesario en las definiciones y las acciones documentalistas que implica, entre otras cosas, una táctica de rupturas y construcciones de Imágenes sucesivas y escalonadas. Romper con práctica documental exclusiva de los lenguajes audiovisuales. Romper con las ataduras estatutarias ideadas por algunas escuelas contemplativas enamoradas de la clasificación. Romper con la negación del filosofar político en beneficio de cierta inmaculada concepción del documental científica y políticamente correcto. Romper con el mito de la objetividad periodística . Romper con la idea del documentalista ignorante, cineasta de segunda categoría, que goza fanáticamente con el descubrimiento de su mirada ante el espejo de su vanidad financiada burocráticamente. Romper con la colecta de limosnas que enturbian la claridad del trabajo documentalista. Romper con los sectarismos y las auto, proclamaciones. Romper con los nacionalismos y los chovinismos. Romper con la negación de la estética y la poesía.
Construir, a cambio, definiciones nuevas del trabajo y del objeto del trabajo. Construir relaciones de producción nuevas en las que el trabajo documentalista tenga dignidad y justicia como cualquier otro trabajo no alienado y no alienante. Construir un marco de trabajo nuevo donde la propiedad de las herramientas de producción deje de ser privilegio de unos cuantos, donde la propiedad privada de esos medios sea abolida. Construir una ética de investigación y documentación basada en las tesis teórico, metodológicas más avanzadas en contra de las sectas sabiondas y de los mercachifles del conocimiento. Construir espacios de exhibición y critica nuevos donde la exhibición no implique besamanos y la crítica no implique lisonjas.
Construir tácticas y estrategias nuevas para la capacitación y formación de muchos documentalistas nuevos que dispongan libremente de ideas y herramientas para documentar sus problemáticas y conquistas. Construir organizaciones de base anti, imperialista con documentalistas militantes de una revolución de la Imagen y la comunicación capaz de ponerse a la vanguardia de las mejores luchas históricas, es decir, al lado de los obreros y campesinos que lideran la transformación del mundo todo.
Si la lucha contra la opresión no es también la lucha del documentalista hacia una nueva sociedad, está condenado a la derrota. A menos que se tenga una idea clara del objetivo, será imposible tener una estrategia o una táctica documentalista científicas. Es totalmente natural que un documentalista esté obligado a ser un activista de la Imagen. Un documentalista es realizador de un trabajo tensionado por una distinción entre compromisos en la política y compromisos en el pensamiento. Si el compromiso es permisible en filosofía y ciencia política, el documentalista debe sostener un tacto moral que le deje incorporar sus compromisos sin dogmatismo. El documental debe ser fuerte y efectivo. Debe basarse en una comprensión clara y sobria de la situación, de las capacidades propias y de las metas. Las concesiones ideológicas debilitan al documental y al documentalista tanto como la rigidez ultra de cualquier tipo. En el trabajo documental tener objetivos claros y confianza en la justicia de su causa son condiciones imprescindibles.
Todo documental es limitado. El documental no es la revolución. No puede hacer un conocimiento y acción completos. Aun siendo consciente de la riqueza y variedad de vida social, el documentalista no debe olvidar que esta se estructura de una particular manera y que su trabajo puede ser una contribución en la transformación de la sociedad y sólo eso. Necesitamos saber nítidamente de qué lado estamos.
La contradicción entre trabajo y capital sigue siendo central y fundamental. El conflicto entre trabajo y capital no es solamente un choque de intereses, sino que también involucra una contraposición de valores, principios y morales. El grado de claridad que pueda y deba ofrecer esto al trabajo de los documentalistas puede traducirse en acción organizada horizontal y no autoritaria empeñada en ser eficaz y eficiente. Es un desafío colectivo que interroga sobre el nivel de conciencia y participación. Entre otras cosas pasar de la queja a la acción. El documental será revolucionario o será nada.
¿Estamos lejos?.
FRENTE A LA ASAMBLEA DE ADOC

Declaración del Movimiento de Documentalistas frente a la “asamblea” de Adoc (Asociación de Documentalistas).

En las últimas semanas un grupo de documentalistas se ha estado reuniendo para conformar una asociación que los agrupe. Dichas reuniones fueron convocadas inicialmente por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales para “iniciar un diálogo tendiente a reconocer el género documental como específico y adecuar la legislación vigente a las particularidades propias del género” según consta en el documento presentado ante el INCAA por el grupo de documentalistas que asistió a las reuniones. Luego de entregar ese documento, continuaron reuniéndose para constituir la citada asociación. Para ello, la “junta promotora” llama a una asamblea para el día 21 de Diciembre.

Nosotros nos preguntamos ¿Cual es la razón para que las reuniones de los documentalistas para su organización se realicen en dependencias del INCAA? Este instituto del estado se ha convertido en administración de los intereses de los grandes distribuidoras norteamericanas, alguien puede dudarlo; casi una gerencia regional. Por ingenuidad, por comodidad, por oportunismo... Pero si un intento de organización verdaderamente independiente de los documentalistas no genera su propio espacio de reunión, entonces permítannos dudar... Parece pequeña la cuestión, pero no lo es. Si un grupo de documentalistas, que se supone ligado a la gente y a las organizaciones populares no es capaz de buscar y encontrar un ámbito independiente de reunión, o se ha pactado de hecho con el estado (ese que condena al hambre y la exclusión a la mayor parte del pueblo argentino), o se tiene una inconsistencia política e ideológica que nos lleva a dudar seriamente de sus postulados, o se esta llevando a los documentalistas a prestarle a una coartada y una pantalla a los funcionarios aliancistas de turno.

Sin embargo, esta no la única ambigüedad. Entre los puntos más importantes de los objetivos propuestos para el estatuto de la Asociación dice “Difundir y sostener una política cultural en donde la existencia de un cine documental sea una importante razón de estado, en la política cultural de nuestro país, por motivos políticos, culturales e históricos....” ¿Cual estado? Nos preguntamos. Porque si no se define eso, o es una enunciación vacía de contenido, o una generación de falsas expectativas con respecto a un Estado que responde estructuralmente a su función de Estado colonial, o es un engaño manifiesto para enmascarar su verdadero rol y repartirse entre unos pocos las migajas que les arrojan los funcionarios para enmascarar su verdadero rostro.
Dicho artículo de los “estatutos” cita luego diferentes ejemplos de esas políticas “como lo es en países como Reino de los Países Bajos, Francia, Alemania, España, Bélgica, Canadá, Cuba, etc”
Por supuesto, decimos nosotros. Al partir de una concepción vacía de contenido con respecto al Estado, se puede echar mano a cualquier ejemplo. Pero esos ejemplos no nos sirven, porque salvo Cuba, todos los demás Estados mencionados son imperialistas. Ellos pueden generar sus propias políticas culturales como razón de estado porque lo hacen con recursos generados sobre el hambre, la desocupación y la marginación de millones de oprimidos y explotados en los países del mundo entero, y también en el nuestro. Y no vamos a abundar más, porque a partir de esta base tan endeble, todo lo demás se derrumba.
Por último, ¿Cuántos realizadores participaron directamente de la elaboración de los estatutos? ¿Por qué se cambió imprevistamente el horario de la reunión del lunes 25 para conformar “la junta promotora” razón por la que muchos realizadores no pudieron concurrir? ¿Se hicieron todos los esfuerzos para que los realizadores del interior (que representan el cincuenta por ciento del total) puedan participar masivamente de la asamblea, o al menos a través de sus propios delegados? Estas preguntas no parecen tener relación con lo anterior pero mientras esperamos las respuestas sería bueno recordar que "toda organización de los oprimidos que surge al amparo del estado colonial, se burocratiza de manera irreversible y termina por traicionar sus fines".
Por estas razones, y si en verdad de una Asociación que defienda los intereses de los documentalistas, la Mesa de Metodología y Políticas del Movimiento de Documentalistas, llama a la Junta Promotora a poner en debate en primer término estas cuestiones de fondo y llama a los realizadores a asistir a la asamblea, siempre y cuando se pongan en primer lugar en el orden del día los siguientes puntos:

1- Declaración de independencia absoluta del Estado.
2- Denuncia del rol colonial actual del INCAA y sus funcionarios
3- No reconocimiento de su autoridad como mediadores ante el Estado, por que ellos son el Estado.
4- El organismo central de la actividad cinematográfica debe ser dirigido no por funcionarios, sino por los realizadores y demás trabajadores del cine.
5- Por una asamblea verdaderamente democrática con delegados de todas las provincias elegidos en asamblea locales.

Mesa de Metodología y Políticas,
Buenos Aires, 6 de Diciembre de 2001

GASTANDO SUELA

por Miguel Mirra

En el año 1996, el documental era mala palabra entre los que perseguían con ahínco una nota individual en la página de espectáculos. Todavía no se vendía merca cinematográfica. Los mercenarios estaban en otra parte y aspiraban a triunfar en Cannes. Esa era la época, también, en que aparecían la resistencia popular y los fogoneros de Cutral Co; y no parece casual que la historia del Movimiento de Documentalistas se remonte a ese 1996, cuando organizamos el primer Encuentro de Documentalistas.
Hoy, en medio del éxito indiscutible del primer Festival Internacional Tres Continentes del Documental, nos parecen lejanos aquellos años en que nos vimos sitiados por miserias y mezquindades; sin embargo, no nos engañamos: esas miserias siguen allí con otros nombres y otros rostros, y también con los mismos. Antes se vestían de menosprecio, de descalificación, de zancadilla oportunista; casi igual que ahora. Es que los burócratas todavía siguen en sus sillones y, en medio de la crisis, se les suman otros nuevos hambrientos de subsidios y prebendas. La losa burocrática está en todas partes, no sólo en los sindicatos. Está en las instituciones y organismos de la comunicación, la educación, la cultura y en el estado transformado en administración colonial.
Y los burócratas quisieron encaramarse también sobre nosotros, los documentalistas.
Pero la derrota que sufrieron fue importante. La organización, la movilización y la repercusión obtenida por el Foro, la Muestra Fotográfica y el Festival Internacional demuestra que no es necesario arrodillarse ante el poder de los funcionarios en busca de migajas. Demuestra que un documentalismo independiente es posible. Seguramente, alguien con malas o buenas intenciones nos sugerirá que apoyados en el éxito obtenido podremos ahora reclamar apoyo oficial con mejores argumentos y podrá decir que con apoyo oficial el Festival saldría mejor.
Nada más alejado de la verdad.
Gran parte del éxito del Festival se debió a que fue realizado, y percibido así por los realizadores y el público, independientemente del estado. Esto es: no rozado por sospechas de corrupción, malversación, cohecho, peculado y demás figuras penales. Tampoco tocado por clientelismo, manipulación de la información y tráfico de influencias. Resolvimos estar muy lejos de recorrer pasillos y despachos, de palmear burócratas y funcionarios y debatir horas cómo mendigar con eficacia; y esa fue una gran decisión. Y nos felicitamos por eso. El gran logro de nuestra actividad está allí: la concretamos sin doblegamos ante el peso de los aparatos. Lo hicimos desde abajo, solidariamente, dignamente.
¿Saben qué? Creo que tiene asidero el dicho popular: Dime con quién andas y te diré quien eres. Nosotros preferimos andar lejos de los trepadores que se gastan el fundillo de los pantalones revolviéndose en los sillones del poder. Preferimos andar cerca del suelo con nuestros compañeros y caminar la vida gastando suela.

HUELLAS

por Miguel Mirra

Todos sabemos que los documentalistas somos unos pocos, entre los millones de oprimidos. Pero también debemos saber que tenemos una misión que cumplir. Una misión nada prescindible. ¿Conocen las pinturas de la Cueva de las Manos? Ese, me parece, es el mejor ejemplo de cuál puede ser nuestra función. Más allá de quienes seamos cada uno, todos y cada uno tenemos que dejar las huellas entrelazadas de nuestras manos en fondo de la caverna oscura. Entonces, esas serán las huellas de todos, no sólo las de cada uno, no sólo las de los documentalistas, sino las de todos. Pero para eso, al igual que los pintores del río Pinturas, podemos ser cada uno un par de manos que dejen sus huellas propias e irrepetibles pero, por sobre todo, tenemos que ser un conjunto de manos que dejen un tejido entrelazado de huellas que hablen por todos, no solo por nosotros, sino por todos.
¿Saben qué? Yo sólo puedo hablar por mi, pero junto con ustedes, puedo hablar por todos. Junto con todos. Entonces el trabajo documental pasa a transformarse en el trabajo de todos y cada uno, atravesado por una autoría a la vez individual y colectiva. Un entretejido donde cada hebra existe por si, pero entre todas hacen la manta que nos abriga del invierno.
Se acabaron, entonces, las pretensiones de estrellato, porque la única estrella pasa a ser la intrincada huella colectiva que construimos entre todos. Se acabaron también las disputas de cartel o marquesina. Nadie buscará dejar sus huella más arriba que las de los otros, sino más entrelazada.
Y se acabaron los mercenarios y los funcionarios: no se puede dejar huellas con las manos enguantadas. Pídanme que me despelleje las manos tratando de dejar mi huella junto con sus huellas, pero no me pidan que me ponga guantes.
20 de Diciembre de 2001.

IDEAS FUNDACIONALES DEL MOVIMIENTO

por Miguel Mirra

Documento presentado en el Primer Encuentro Nacional del Movimiento de Documentalistas.

Aunque el primer encuentro, en 1996, estuvo encabezado por la propuesta de analizar la relación entre documental y ficción, la primera idea fundacional y que movió la construcción del movimiento fue algo así como el intento de resolución de la opción contenida en la frase “el documentalista entre la mirada y la acción”. Ese fue el nombre de la primera publicación del Movimiento, una revista que acompañó el primer Festival nacional de cine y video documental que organizamos en 1997, en Avellaneda. Nuestra preocupación pasaba por sentirnos navegando entre la mirada, es decir el encuentro, y el movimiento, es decir la acción. En esa época nos llamábamos “Encuentro de Documentalistas”; con el paso del tiempo nos dimos cuenta que todavía nos estábamos encontrando, nos estábamos “semblanteando”. Ya llegaría el tiempo de movernos juntos, de pasar a la acción. La primera idea fundacional, aunque desarrollada con el tiempo, sería entonces el documental es acción.
Para la organización de ese primer Festival aceptamos el ofrecimiento del municipio de hacer los afiches. Dos días antes de la apertura, cuando los afiches llegaron, vimos con perplejidad que en toda la franja inferior aparecía, como si el Festival fuese parte de su gestión, el nombre del intendente. Luego de algunas idas y venidas, esa noche tomamos una decisión: tijera en mano los compañeros de difusión cortaron toda la franja inferior y se pegaron así los carteles. El Festival fue un éxito total y nadie se atrevió a reclamarnos nada. La noche de las tijeras despiertas forjamos la segunda idea fundacional del Movimiento, la de independencia política y, por añadidura, independencia del poder político y económico.
El nombre de “Movimiento de Documentalistas” recién lo adoptamos cuatro o cinco años después, luego que decidimos salirnos del corralito burocrático en que pretendía encerrarnos el área de cultura del municipio avellanedense en manos de la “alianza”. Saltamos el cerco y entonces nos pusimos en movimiento. En el escape hacia adelante dejamos en el camino a compañeros hasta allí muy valiosos, pero que no se animaron a correr el albur de un camino sin retorno y prefirieron mantenerse a la sombra del aparato institucional. En ese contexto confirmamos en la práctica algo que ya sabíamos: no se puede definir a nadie como una buena o mala gente independientemente de su relación con el poder.
Solamente unos pocos cruzamos el puente Pueyrredón y comenzamos a patear calles buscando dónde hacer base para volver a empezar. Hasta que con Diego Vilas y Fernando Alvarez comenzamos a reunirnos en un bar con billares que está al lado del hotel Bauen, hoy en manos de los trabajadores, muy cerca de Corriente y Callao.
Para esa época, volvimos a encontrarnos con un compañero mexicano, que nos había deslumbrado en el Festival de 1997 con una conferencia que sostuvo con verdadero conocimiento del tema y de los protagonistas: “La imagen documental en Chiapas”. Fernando nos aportó una cuota de pensamiento y política zapatista que nos llegó como una bocanada de aire fresco.
Empezábamos a definir un perfil. De ese encuentro y de los asiduos debates y discusiones surgió la siguiente idea fundacional, muy zapatista, por cierto: La humildad, la paciencia y la perseverancia en la organización y la voluntad, la inflexibilidad y la determinación en la confrontación.
Para comienzos del 2001 decidimos convocar el tercer festival nacional. Los funcionarios del instituto nacional de cine, a los que recurrimos pidiendo apoyo, ingenuos nosotros, nos hicieron ir como diez veces a recorrer pasillos y tocar puertas. Hasta que un día rescatamos del pantano burocrático la dignidad que nos merecíamos y decidimos, frente a sendos pocillos de café, no pisar nunca más el despacho de ningún burócrata. Y así lo hicimos. Esa fue la cuarta idea fundacional, más que una idea un sentimiento: no a los burócratas. No a los burócratas del cine, pero también no a los burócratas de la cultura; y no a los burócratas de la política, vinieran de donde viniesen.
Ya avanzado ese año 2001 nos topamos con otros burócratas. Mientras comenzábamos a organizarnos independientemente del gobierno y del estado al que caracterizábamos de “administración colonial”, un grupo de representantes de asociaciones y colectivos de documentalistas se reunían, dialogaban y acordaban con los funcionarios de De la Rua - sí, escucharon bien, con los funcionarios de De la Rua- en el instituto nacional de cine la realización de concursos para recibir... subsidios!. Nunca nos vamos a olvidar que en ese mismo momento infinidad de desocupados hambrientos recorrían las calles revolviendo tachos de basura mientras que otros, ya organizados, cortaban puentes y rutas.
Entonces planteamos, en una carta abierta, entre otros puntos, que nos negábamos terminantemente a participar de dichas reuniones por considerar que eran una traición al pueblo que se movilizaba contra el gobierno y que más que acordar con los funcionarios había que enjuiciarlos. Y quedamos aislados. No los voy a nombrar, pero sí les voy a decir que los burócratas de todos grupos conocidos participaron de ese “contubernio”. Al mismo tiempo, como siempre pasa con los burócratas de toda especie para justificarse ante sus “bases”, nos acusaron de sectarios, divisionistas y hasta de malas personas... A partir de ese episodio catalizó otra idea fundacional: nada de representantes, delegados, dirigentes, es decir burócratas del documental. Sólo nos relacionamos con iguales y entre iguales, y cada uno se representa a sí mismo. Nadie decide por nadie y cada uno piensa con su propia cabeza.
En septiembre de 2001, organizamos el III Festival Nacional de Cine y Video Documental. El salto fue cualitativo. Más de veinte compañeros participaron de la organización. El 19 de diciembre de 2001, en un local prestado por el Medh, donde funcionamos por un tiempo, se realizó la primera reunión multitudinaria. Ahí se concretó la convocatoria a todos los realizadores del país a participar de la construcción del Movimiento de Documentalistas. Esa misma noche nos movilizamos a la Plaza de
Mayo, y también al día siguiente.
Entonces se inició otra etapa. Inauguramos el sitio en Internet, Beatriz Cabot comenzó a organizar el área de fotografía documental y Soledad a editar el boletín Los Documentalistas. También llegó Jorge Falcone, con su rica cuota ideológica y poética. Y más adelante muchos otros compañeros y compañeras. El Movimiento de Documentalistas creció cuantitativa y cualitativamente. En la organización y en la acción. En la formación y en la difusión de la actividad documentalista. A nivel nacional e internacional. Entre los verdaderos documentalistas, entre los trabajadores de la cultura y en el seno de los nuevos movimientos sociales.
El 27 de Mayo de 2002, instauramos el Día del Documentalista en un acto multitudinario de homenaje a Raymundo Gleyzer, desaparecido en esa fecha de 1977 por la dictadura genocida. Y con ello, otra idea fundacional, el documental es acción, con memoria.
Sin embargo, habríamos de dar otras batallas. Desde comienzos de 2002 varios grupos de audiovisualistas de origen estudiantil lanzaron la consigna de producir contra información. Por supuesto nuestra respuesta no se hizo esperar. En ese tipo de propuesta, el protagonista social es ajeno a la generación, la elaboración, y la distribución del producto informativo, y es mantenido como un mero consumidor de lo que otros producen para él. Por ello, además de otras razones como el tipo de tratamiento temático y formal, hicimos público nuestro rechazo de plaño a adoptar la contra información como modelo de producción comunicacional.
Pero la propuesta de controlar los procesos comunicacionales de los trabajadores, de los sectores populares y de los nuevos movimientos sociales apareció una y otra vez disfrazada con diferentes nombres, formatos y soportes conservando su esencia usurpadora y manipuladora de la producción de información en nombre de los verdaderos protagonistas de los procesos de movilización social. Por ejemplo, los noticieros obreros, aún a pesar de sus estrepitosos fracasos, así como el novedoso engendro paternalista y foquista de la televisión “piquetera”.
Es que la contrainformación como práctica comunicacional en la actual etapa, ya sea por la vía noticieros obreros, por la de videos propagandísticos, o por la de la television “piquetera”, es una variante de la pequeño burguesía intelectual desesperada que da manotazos de ahogado para no perder el protagonismo que detentó en el terreno de la comunicación “progresista”. El mecanismo de estos grupos consiste “inventar o recrear” canales de comunicación que puedan controlar para ofrecerlos como la panacea en los barrios y en las empresas recuperadas y no quedar así subordinados a los procesos comunicacionales que desarrollan los nuevos movimientos sociales de manera independiente y autogestiva.
En estas batallas confirmamos algo que sabíamos: que nunca trataríamos de usurpar el protagonismo a los trabajadores ocupados y desocupados en el terreno de la comunicación y de la producción documental y que nuestro mejor rol debía ser el de entregarles las herramientas para que ellos mismos produjeran su imagen y sus propios mensajes sin depender de grupos o medios ajenos, incluidos nosotros mismos. Y de allí también la conclusión que se convirtió en principio básico del Movimiento fue: ninguna relación con los usurpadores del protagonismo social en la comunicación.
Pero hasta aquí hay sólo una parte. Falta la idea fundacional que da al Movimiento su perfil y su identidad más acabada. El Movimiento de Documentalistas se convirtió entre los años 2002 y 2003 en un Movimiento Internacional.
Comenzamos a conocer y compartir las experiencias de realizadores de otros países del mundo, tan oprimidos y explotados como el nuestro. Nos alejamos así definitivamente de los pequeños burócratas de entrecasa que sólo pueden desarrollar actividades mendigando subsidios al estado; un estado claramente convertido en administracion colonial. Nuestros compañeros de otros pueblos que luchan por su dignidad nos hicieron comprender que un estado que pacta con el imperio genocida se transforma en un estado cómplice y sus funcionarios políticos en partícipes necesarios. Más que pedirles subsidios, habría que enjuiciarlos.
En este contexto organizamos el primer Festival Internacional del Documental Tres Continentes Buenos Aires 2002. Y al año siguiente realizamos un acuerdo con la Asociación de Documentalistas de Sudáfrica para la realización del Segundo Festival Internacional Tres Continentes del Documental, en Johanesburgo y Cape Town. Allí se resolvió realizar la tercera edición en Asia, más precisamente en India. Se dispuso, además, que se realicen Festivales continentales que servirán de preámbulo y selección de los materiales que representarán a cada continente al III Festival Internacional. Asimismo, se resolvió convocar a realizadores de Oceanía y de las minorías de Europa y el norte de América para las cuales se abrirán secciones especiales.
Durante el Festival, se constituyó el Movimiento Internacional del Documental Tres Continentes, Asia, Africa y América Latina y se redactó una declaración inaugural que, entre otros puntos, se pronuncia por la plena vigencia de los derechos humanos en todo el mundo, contra toda forma de colonialismo, contra el monopolio de la biodiversidad, por el derecho de los pueblos a rebelarse contra la opresión y por la inmediata retirada de las fuerzas de ocupación extranjera de Irak y Palestina.
Confirmamos en la práctica la idea que le dá en definitiva al Movimiento su carácter más acabado: el Movimiento de Documentalistas es soberanamente solidario con los trabajadores explotados y los pueblos oprimidos del mundo que luchan por su liberación.

Es todo, que no es poco, creo.

Sin embargo, hay algunas ideas más que hoy vemos que estuvieron desde el principio: el trabajo colectivo y voluntario, la toma de decisiones por consenso, la solidaridad entre compañeros, la reciprocidad en las relaciones, la identificación con los oprimidos y los explotados. De cada uno según su posibilidad a cada uno según su necesidad.

Ni más, ni menos.

IMPERIALISMO, CENSURA Y FASCISMO

Declaración del Movimiento de Documentalistas
redactada por Fernando Buen Abad

No existe arma de destrucción masiva más letal que el imperialismo. Depreda la naturaleza, las sociedades y las civilizaciones. En los últimos 100 años el imperialismo multiplicó, como fase agudizada del capitalismo, sus capacidades destructivas. Frenó el desarrollo, inició un período de crisis generalizada y precipitó la expansión de la miseria en proporciones nunca vistas. Millones de cadáveres y de mutilados, víctimas de la guerra, millones y decenas de millones de personas atemorizadas, aplastadas, embaucadas y engañadas. Se trata de un cataclismo descomunal. Se trata de una monstruosidad.
Y pretenden silenciarnos utilizando la censura.
La censura, que no es otra cosa que la actualización cínica del fascismo. Muchos documentalistas en los países centrales, y en los colonizados o semi colonizados, reconocen las estrategias de la censura y la autocensura. Saben que es imperativo de su trabajo aprovechar hasta los resquicios más inopinados de “legalidad” que queda para sortear prohibiciones sin fin. Pero no se puede olvidar que toda censura es una forma de guerra ideológica. Guerra imperialista de conquista, bandidaje y robo de la información. Sometimiento de la verdad en el reparto del mundo en colonias o territorios ganados por el capitalismo.
En el desarrollo monopólico, estatal o privado, de la producción, distribución y consumo de documentales habita el germen de censura. El crecimiento de las "industrias del espectáculo" constituye una de las formas de censura más características del capitalismo. Es que la censura no sólo sirve para manipular conciencias privándolas de su libertad de información, también es resultado de una lucha por los mercados de consumo producida por la crisis de sobreproducción de imágenes. Es decir la censura es también una forma de impedir la competencia.
Si los medios, modos y relaciones de producción documental siguen siendo propiedad privada el peso de los monopolios se agudizará. A la ya odiosa censura que se ejerce incluso desde la formación teórico práctica de los documentalistas se agrega la casi total inexistencia de experimentación, mientras las metodologías de producción viven aplastadas por el empiriocriticismo y siguen desapareciendo autores incómodos de las bibliotecas universitarias. Cada vez es será más difícil adquirir, alquilar o conseguir prestadas las herramientas para la producción documental porque costo de tales herramientas y la ausencia casi total de alternativas es también una forma de censura. La distribución y exhibición, seguirán atrapadas por monopolios impagables e impenetrables. Seguirá reinando la censura del cinismo comercial. Serán más frecuentes los ataques desde la prensa, las ridiculizaciones desde la televisión o la radio y los episodios de agresión directa escenificados por grupos de todo tipo contra documentalistas y documentales.
El Movimiento Internacional de Documentalistas, que crece en todo el mundo, no puede dejar de analizar y desenmascarar los estragos históricos del Imperialismo y la censura como su expresión fascista. Esto es tan urgente como el desarrollo teórico metodológico de su práctica junto a los pueblos que luchan por su liberación. La censura, directa o indirecta, expresa o solapada, impuesta o autoimpuesta, ideológica o económica, expresa el parasitismo y descomposición fascista del capitalismo que, apoyado en policías de la conciencia, pretende custodiar la información, la realidad, las ideas…
La censura plantea una guerra civil de los significados.
Sin haber comprendido las raíces económicas del Imperialismo, sin un diagnóstico profundo sobre sus implicaciones políticas y sociales, y sin poner a la censura como el principal enemigo del campo documental es imposible dar el menor paso hacia la solución de las tareas prácticas del Movimiento Internacional de Documentalistas en el presente.

INFORME SOBRE DOCUMENTAL Y GLOBALIZACIÓN

por Miguel Mirra

La globalización cada vez más valoriza la digitalización frente a la analogía y cada vez más tiende a desvalorizar el afecto cotidiano de los hombres hacia su lugar, a romper los lazos de pertenencia y a desvincularlo de la naturaleza que lo rodea a partir de un permanente empobrecimiento de las imágenes representativas y su reemplazo por imágenes artificiales generadas por las computadoras. En esa visión, el hombre no pertenece a un lugar concreto sino al mundo globalizado; un mundo tan vasto, confuso, lejano y sobre todo tan ajeno que lleva al hombre a extrañarse de su propio mundo y de sí mismo para ir a pertenecer a un gran universo que no lo reconoce más que como una serie de códigos sin carne y sin alma. Al mismo tiempo, trata de imponer una visión del hombre como esencialmente la de un consumidor (hombre que ya no pertenece al pueblo, sino que forma parte del público, es decir como un objeto de los procesos productivos y de la historia misma, y no como un productor, es decir como un protagonista. El valor del trabajo humano como trabajo productivo en relación con la naturaleza (sea un campo, una mina o el mar) está enmascarado, escondido o desvalorizado, ya que en ese mundo todo parece resolverse con la aplicación de microchips, módulos y memorias, como si la pala, el pico, las tenazas, la sierra o la red del pescador hubiesen mágicamente dejado de existir. Más desvalorizadas aún están las particularidades regionales, nacionales y locales que hacen de la diversidad de las formas productivas concretas del trabajo formas de cultura propia para cada lugar, sea este lugar un país, una paraje una ciudad o un caserío.
Seguramente algún aspecto de esta globalización puede ser beneficioso. Por ejemplo, el conocimiento de algún programa de planificación en la rotación de los cultivos realizado en el otro confín del mundo puede servirle a un productor de la provincia de La Pampa, pero eso no implica que él no tenga que arar su tierra subiendo su cuerpo al tractor, manejándolo con sus propias manos y alineando los surcos con su propio golpe de vista en función de un campo que nadie conoce mejor que él. De la misma manera, ningún fabricante de video digital de ningún lugar del mundo, con todos sus multimillonarios laboratorios y sus fabulosos programas, me puede enseñar cómo filtra la luz la atmósfera sobre Buenos Aires y menos aún cómo ese filtrado particular y único rebota contra las texturas y los colores de una arquitectura y un diseño urbano propios de esta ciudad y de ninguna otra.
Pero, además, ese mundo está poblado de palabras convertidas en discurso, con un idioma cada vez más rico en tecnologismos y más pobre en particularidades, expresividades y vivencias humanas cotidianas, reales, concretas, vitales y propias. Cada vez más apela a la saturación de palabras convertidas en códigos, trivializadas por su redundancia y frivolizada por los lugares comunes a que remiten y expresan. Y ni hablar del tiempo fracturado y acelerado artificialmente que se expresa en todo su esplendor en la cultura globalizada del clip, donde los tránsitos y los ciclos vitales se eliden en función de un salto instantáneo de un punto de interés a otro, generando una concepción y una imagen del hombre que tiende a convertirlo en un autómata robotizado.
Este proceso merece y necesita una respuesta, no a través de un discurso articulado alrededor de la palabra como vehículo de la idea sino a través de imágenes directas, cargadas de calidez y poesía; imágenes que lleguen a conmover y emocionar por su carácter de imágenes plenas preñadas de sentimientos y que se conviertan al mismo tiempo un espejo en el que el hombre pueda reconocerse e identificarse. Nuestra idea es que cada vez más en la gente y en nosotros hay una necesidad -la mayoría de las veces inconsciente- de tener la alternativa de una imagen donde vea su propia naturaleza, su propio mundo y se vea a sí misma; necesidad que con sólo un efectivo disparador puede desplegarse en toda su potencialidad. Así, las imágenes de un mundo que se sienta como propio y el propio trabajo humano en contacto con la naturaleza -permanentemente escamoteados en la visión de ese otro mundo globalizado- son sin dudas el mejor punto de partida para crear una conciencia de pertenencia, al tiempo que de protagonismo y una alternativa en la producción de imágenes transformadas en documentales concretos.

LA LARGA MARCHA DE LA LENTE INSOMNE

por Jorge Falcone

“Yo sólo puedo hablar por mí,
pero junto con ustedes,
puedo hablar por todos”.

Miguel Mirra
Movimiento de Documentalistas, 20 de Diciembre de 2001

El viaje desde la ficción hacia el documental

Cuando este país era una larga siesta y aún estaban todos vivos, mi padre me daba las buenas noches tras el relato de algún filme de horror de la Universal. Esa fue la primera banda original de sonido que escuché en mi vida. Años después, promediando la secundaria, me volví un adicto al cine fantástico y pude disfrutar de cada una de aquellas producciones anteriormente imaginadas. Entonces -es curioso- tuve la sensación de que las estaba volviendo a ver… Fue inútil, pues, resistirme a la seducción del Séptimo Arte. Pasé sin solución de continuidad de mi primer filme -el “Gulliver” de Max Fleischer- al Grupo de Cine Súper 8, fundado en tercer año de la Escuela Superior de Bellas Artes de La Plata. En aquel tiempo me ocurría lo que a tantos estudiantes de cine de los que ahora recibo en clase: Deliraba por hacer ficción. Docente en la materia, hoy ensayo algunas hipótesis de porqué suele darse tal tendencia. Sin hilar fino, el documental supone una ventana al mundo; la ficción, su recreación total. Así, los Lumière habrían sido testigos; Meliès, inventor. Bien, la mayoría de mis alumnos sospechan -y yo también lo hacía- que de la mano de la ficción cinematográfica serán demiurgos absolutos de un universo por crear. Es más, cierta cinefilia ha alimentado esta noción revisando autores tan personales e irrepetibles como Fellini, que parió un mundo propio en los estudios Cineccitá. Baste con recordar los horizontes pintados para su inefable “Satyricón”, la silueta de un trasatlántico de madera terciada en “Amarcord”, o el proceloso mar de polietileno de “Casanova”. Es cierto, una mirada primeriza -como la que inauguré en mi bachillerato- entiende que la ficción no encuentra fronteras a la hora de imaginar; y que el documental está condenado a mirar sin opinar. Obviamente, 108 años después de la primera proyección pública en el Salón Indien, ya sabemos que esto es falso de toda falsedad. Yo pude comprobarlo cuando el país se puso grave y empezaron las convulsiones, del “Cordobazo” al “Luche y Vuelve”. Sin ir más lejos, después de realizar alrededor de una docena de cortos de terror y ciencia-ficción, me sentí convocado a Ezeiza para el primer retorno del General Perón. Eran los tiempos del Cine de Liberación, aquí y en todo el continente. En el ciclo superior del establecimiento en que recibí mi enseñanza media, ya todos los estudiantes de cine editaban imágenes de archivo combinadas con registro directo de marchas y concentraciones. Traje pues, a mi ciudad natal, un fotomontaje basado en borrosas diapositivas en blanco y negro de la multitud movilizándose estoicamente bajo la llovizna. El 20 de junio de 1973, volví a Ezeiza a superar la apuesta. La reacción hizo lo mismo.
Enfocando aquella masacre con el lente reflex de mi Kowa-Ser, resolví no retornar a la ficción jamás.
En el momento definitorio del filme “El Americano”, basado en la célebre novela del escritor estadounidense Graham Greene, el asistente vietnamita del periodista británico que encarna Michael Caine, dice a su jefe: “Tarde o temprano hay que tomar partido, si se quiere seguir siendo humano”. Así pensó mi generación en pleno. A nivel cinematográfico, yo pude ponerlo en práctica tras un breve exilio, primero en las reuniones del Taller Experimental Audiovisual convocadas por el legendario “Chino” Vallina, co-autor de “Informes y testimonios sobre la tortura en Argentina (1955-66)”, y luego en el Taller de Cine de Gerardo Vallejo, junto a quien tuve la oportunidad, durante casi tres años, de recorrer nuestro país con una cámara al hombro. En ese camino aprendí que el documental nos permite opinar por boca de otros (los actores sociales que escogemos). Que también puede ceñirse a las leyes universales del relato. Y que no siempre le hace asco a los recursos de la ficción. Desde entonces, cada vez que me asalta una buena idea (y hallo tiempo para desarrollarla), realizo documentales (que voy acumulando y casi nunca edito). En tal hacer llegué hasta el año 2001, cuando un reducido grupo -Diego Vilas, Fernado Álvarez, y Miguel Mirra- inició el retiro del Festival de Cine y Video Documental -evento al que me llegara en repetidas ocasiones- de la Escuela de Cine de Avellaneda, para evitar que dicha iniciativa independiente fuera entregada a las autoridades municipales, o convertida en apéndice del Festival de Mar del Plata, entonces conducido por Julio Márbiz. Yo ya estaba convencido de que mi mejor aporte cinematográfico había surgido de experiencias colectivas. Y fue que los mentores del “Encuentro de Documentalistas”, contestes de que “el documental es acción”, decidieron llamarse “Movimiento”.

El viaje desde el yo hacia el nosotros

A la hora de revisar mi toma de conciencia política e ideológica, vuelvo con frecuencia a aquel adolescente que fui, capaz de desalojar del aula a los representantes del Centro de Estudiantes con el pretexto de que “al colegio se viene a estudiar y no a hacer política”; y más adelante de comprender, durante una gaseada de la policía, que los trabajadores podían ser solidarios con nuestra causa…

En la primavera del 2001, tuvieron lugar las Jornadas de Cine y Video Documental, el Tercer Festival Nacional de Cine y Video Documental y el Festival de Documentales sobre Derechos Humanos. Tal emprendimiento posicionó a aquel movimiento en ciernes a nivel nacional, y le permitió crecer, pasando de sus tres promotores a catorce integrantes. En tal contexto se incorporó definitivamente Alejo Araujo. Daniel González, a su vez, impulsaría la iniciativa en la ciudad de La Plata, mientras Mario Bomheker hacía otro tanto en la provincia de Córdoba. Poco después se sumaría Fernando Buen Abad, quien habría de realizar valiosas reflexiones teórico-políticas, hoy constitutivas de las bases ideológicas del movimiento. Como consecuencia de aquellas jornadas comenzó a publicarse -vía mail- el Boletín mensual Los Documentalistas. Y, poco después, el sitio web www.documentalistas.org.ar. Ambos serían los grandes organizadores colectivos de la actividad. Yo me asomé a la misma por la ventana del primero de aquellos medios, que ya no recuerdo quien me reenvió. Mientras el INCAA impulsaba una asociación específica destinada a repartirse los subsidios de rigor (allí se daban cita los grupos Boedo Films, Cine Insurgente, 1° de Mayo, Contraimagen y Ojo Obrero), sin prisa pero sin pausa, crecía otra opción tan despreocupada de mamar de la teta oficial como de correr detrás de insurrecciones inminentes. No bien me di por enterado, los busqué para hacer contacto. Y caminando a su lado comprendí que YO era ELLOS.

Jerarquizando una iniciativa tomada en la apertura del primer Festival, realizado en 1997, el 27 de mayo del año 2002, contando con un enorme consenso nacional e internacional encabezado por Fernando Birri y Jorge Prelorán, en la Casa de las Madres Línea Fundadora y con la presencia de sus familiares, dejamos instaurado el Día del Documentalista, en honor a nuestro colega Raymundo Gleyzer, detenido-desaparecido durante la última dictadura. El 9 de julio del mismo año marchamos por primera vez, junto a organizaciones políticas y sociales, exigiendo justicia para las víctimas de la Masacre de Puente Pueyrredón. Dado el riesgoso desempeño de nuestra profesión durante aquellas jornadas, impulsamos una Campaña de Seguridad en el Trabajo Documental. Del 2 al 10 de septiembre, en sedes múltiples de Capital y Provincia de Buenos Aires, concretamos tres eventos autogestivos sin precedentes: El Festival Internacional Tres Continentes del Documental, la Muestra de Fotografía Documental (coordinada por Beatriz Cabot), y el Foro Documentalista: Lo necesario, lo inmediato, lo urgente.
En el año 2003, ya consolidados a nivel nacional e internacional, y respetados por el resto de las entidades de la cultura como los referentes principales de la actividad documentalista, llevamos a cabo en Sudáfrica el 2° Festival Internacional Tres Continentes del Documental (dejando expedito el camino para su tercera edición en la India), y lanzamos el Movimiento Internacional de Documentalistas, todo lo cual fue anunciado en nuestra Muestra y Entrega de Premios anuales a colegas y actores sociales, el 6 de octubre, en el Centro Cultural Recoleta.

El año 2004 nos encuentra frente al desafío de concretar, durante la última semana de septiembre, el VI Festival Nacional de Cine y Video Documental en ciudades del Sur y del Norte del país. Paralelamente desarrollaremos, en las ciudades del Gran Buenos Aires, el Primer Festival Jóvenes Documentalistas que otorgará el premio al Mejor Documental Joven, a la búsqueda y experimentación documental, y los premios especiales María Claudia Falcone y Mártires del Puente Pueyrredón.

El viaje desde el País de Algunos hacia el País de Todos

El 30 de octubre de 1983, gracias a la lucha de los trabajadores, las organizaciones revolucionarias del momento, y el movimiento de defensa de los derechos humanos, los argentinos volvimos a votar. Ocho años de régimen de facto y políticas de escarmiento habían logrado disciplinar a la sociedad argentina. Esta democracia se inauguró -por ende- con las banderas de “la vida y la paz”. Y la más absoluta vigencia de la ideología “martindehocista” que persuadió a grandes mayorías de que “la torta no alcanza para todos”.

Durante el gobierno de Alfonsín, representativo de la hegemonía de los sectores medios más exitistas y excluyentes, se recuperó el funcionamiento de las instituciones y se juzgó a algunos responsables de crímenes de lesa humanidad, inaugurando -como compensación ante el poder- la funesta “Teoría de los Dos Demonios”, que propondría una paridad de responsabilidades entre represores y revolucionarios.

El gobierno de Menem prometió originalmente el retorno al centro de las decisiones de aquellos sectores sumergidos que generalmente encarnan los valores e intereses más genuinos de la Nación. Pero no tardó en evidenciar la verdadera naturaleza de la perversa alianza que lo sostuvo: Los marginales y la aristocracia vernácula. El mandatario riojano brindó al Imperio la hazaña inédita de vaciar el estado con consenso de masas y postrar a uno de los movimientos populares más indómitos de América, dejando -en consecuencia- a las mayorías nacionales sin identidad clara ante la ambición y los embates del capitalismo salvaje. Como contraparte, comenzó a gestarse desde la comunidad un lento pero seguro proceso de asunción de responsabilidades que el nuevo estado delegaba (merenderos, huertas comunitarias, microemprendimientos, voluntariado solidario en general).

Una década después, los sectores medios pretendidamente progresistas ofrecieron una alternativa a la corrupción y entrega menemista, a través de una coalición propuesta para superar la era de los liderazgos personalistas: La Alianza. Dicha conjunción del viejo tronco balbinista reaccionario del radicalismo y una fuerza sin cohesión ni identidad como el FREPASO, permitió que la crisis hiciera zozobrar la experiencia en poco tiempo, en medio de una pueblada que, alzando la bandera de “Que se vayan todos”, dejó en el camino 33 muertos en 48 horas, e inauguró un período de inestabilidad institucional durante el cual desfilaron cinco presidentes interinos en el lapso de menos de un mes.

Como saldo, los sectores más dinámicos del pueblo argentino reclaman desde entonces un tránsito hacia formas participativas -acaso plebiscitarias- de ejercer una democracia que a lo largo de dos décadas demostró que sólo por inercia no “se come, se sana, y se educa”.
Si bien existía desde antes -como ya fue explicado- el Movimiento de Documentalistas creció y se instaló en el contexto de aquel “Argentinazo”. Su éxito ideológico se relaciona con la plena vigencia y expansión de la concepción del documental como reciprocidad productiva y enriquecimiento mutuo del “sujeto” y el “objeto” del documental, categorías que dejan así de tener sentido, y como proceso de toma de conciencia e identificación con el grupo a partir de la movilización colectiva para desarrollar la acción realizativa del documental. Esta concepción fue levantada por Adolfo Colombres para los documentales antropológicos desde los ochenta, y recogida y ampliada al conjunto de la cultura popular por nosotros, desde los propios orígenes del Movimiento. Decía el citado especialista en la película “Hombres de Barro” (1985), de Miguel Mirra, al referirse a la relación con los indígenas que la protagonizaban: “…Y no hacer la denuncia… Sino dejar que ellos hagan su propia denuncia, que muestren su propia humanidad. Es la lucha lo que saca al hombre del paisaje y lo pone en la historia”. “No hablar sobre el otro, sino con el otro” decíamos en un curso dictado en 1995. Y agregábamos “El documental como resultado es la objetivación de una relación. Puede ser una relación de poder y subordinación o una relación igualitaria de reciprocidad e intercambio. Para lograr esto último es preciso que el documentalista no se considere a sí mismo como un dios, o un patrón, sino como un simple mortal, un compañero”. Nuestras ideas básicas de independencia, trabajo, solidaridad y reciprocidad, fermentaron pues al calor de ese Nuevo Movimiento Social que nos fue nutriendo de miradas y voces múltiples. Nos pusimos entonces al margen de la lucha por el poder del estado y nos propusimos como generadores de alternativas independientes del aparato estatal y de las burocracias políticas y gremiales. A una base de tipo socialista y luxemburguista, con la influencia de los aportes de Adolfo Colombres, incorporamos ideas del zapatismo de Chiapas, del pensamiento nacionalista revolucionario, y muchas otras del pensamiento independiente, que acercaron compañeros y compañeras sin tradición de militancia política. Revisemos algunas de ellas: “Nos convocan y movilizan las acciones humanas documentadas, documentales y documentables, que construyen objetiva y subjetivamente la realidad. Nos unen y motivan las ganas de contribuir en lo posible al enriquecimiento y transformación del documental en simultáneo con la transformación de la realidad toda. (…) No tenemos ganas de sectorizar nuestras incógnitas existenciales en torres de marfil académico para disfrazarlas de prestigio. No tenemos ganas de acaudillar la redención de un trabajo expresivo para conseguir préstamos, financiamientos, fama o sex appeal en el mundo del glamour fílmico. No tenemos ganas de abrir campeonatos mundiales con halagos de ida y vuelta. No tenemos ganas de sentarnos a mirar complacidos y cómplices el trabajo de otros sólo por el gusto acrítico de contemplar por contemplar. No tenemos ganas de hacernos nuestra verdad a medida para lucir sobre las pasarelas intelectuales nuestras ideas a la moda. Nos une y mueve también el hartazgo contra todo eso. (…) Cabe en el documental la certeza de la duda, la ignorancia dinámica que nutre a la ciencia, la construcción de herramientas de comunicación que hacen audible y visible la acción social” (“Para una fundamentación general”, Fernando Buen Abad, Movimiento de Documentalistas, 10 de diciembre de 2001).

“Entonces el trabajo documental pasa a transformarse en el trabajo de todos y cada uno, atravesado por una autoría a la vez individual y colectiva. Un entretejido donde cada hebra existe por sí, pero entre todas hacen la manta que nos abriga del invierno.“ (“Las huellas en la caverna”, Miguel Mirra, Movimiento de Documentalistas, 20 de diciembre de 2001).

En nuestro Foro Documental del año 2002, la documentalista cordobesa Laura Tourn también sumaba su aporte: “La particularidad de esta metodología radicaba en que los protagonistas serían los mismos realizadores, es decir, autores y actores a la vez. Ellos llevarían a cabo la investigación, determinando por ejemplo: los informantes clave, temas, ejes de las entrevistas… guiados por el grupo coordinador en reuniones periódicas. Auto representación documental definida como un trabajo conjunto del grupo coordinador con el grupo realizador, donde se genera un espacio de análisis y discusión acerca de los aspectos que se trabajarán, el abordaje y las prioridades temáticas del grupo realizador. Mostrarse, presentarse uno mismo, y para ello construir una representación”.

La colega rosarina Lucrecia Mastrángelo agregaba lo siguiente: “Debemos asumir que no somos los iluminados que venimos a echar un poco de luz, sino que somos parte de una aldea global… Somos también obreros del arte oprimidos y explotados por un sistema capitalista, no estamos a salvo ni somos los salvadores, simplemente aportamos lo que aprendimos a hacer, como herramienta de liberación”.

En nuestro debate contra ciertas visiones que pretendieron reflotar el concepto de “contrainformación”, rematábamos con esto: “En la idea misma de producir contrainformación hay una clara contaminación paternalista y burocrática: el pueblo es tenido en cuenta sólo como receptor de un proceso informacional que otros generan por él; el pueblo no tiene participación alguna más allá de formar parte del contenido de la información y una vez iniciado el proceso contrainformacional el pueblo no tiene acceso ni al control de la producción, ni de la distribución del producto informativo. Termina, en el mejor de los casos, siendo un mero consumidor de una mercancía por la que, además, tiene que pagar”.

A la fecha, insertos en la lucha constante de nuestro pueblo y de otros pueblos hermanos, hemos abrevado -a partir de los talleres documentales de base, por ejemplo- algunos principios que los MTDs también rescataran de la experiencia indígena mexicana, tales como el pensamiento y la organización autónomas, la horizontalidad, y el arte de mandar obedeciendo. Recogiendo las más caras experiencias de lucha, hemos rescatado las figuras de intelectuales orgánicos del pueblo argentino tales como Rodolfo Walsh y Raymundo Gleyzer. Y reivindicamos para las futuras generaciones el ejemplo de quienes, en una u otra punta de la historia, supieron encarnar la imagen viva de aquel “Hombre Nuevo” que nos propusiera el Che, se trate de una estudiante secundaria domiciliada a dos cuadras de su colegio pero capaz de sacrificarse por un boleto escolar más económico para sus compañeros de menores recursos, o de un ladrillero capaz de inmolarse bajo las balas de la bonaerense por asistir a un compañero herido. En resumidas cuentas, como sostenía nuestro compañero Fernando Buen Abad en su documento “Pantalla horizontal”, del 12 de septiembre del 2002, estamos convencidos de que: “Toda la peste tóxica del imperialismo que agoniza, descarga por estos días su peor furia esclavizante. (…) Vimos la miseria, la muerte, la tortura… vimos la desolación, la desesperanza y la crueldad infinita. Vimos cómo se puede empeorar y que no existe solución mágica ni mesiánica. También vimos de qué manera los pueblos aprenden, se organizan y luchan para salvarse a sí mismos. No pocas veces quienes asistieron, extranjeros o nacionales, coincidieron en la necesidad de una lucha común antiimperialista que cada cual a su modo invoca para que se emancipe la humanidad y recupere su dignidad más portentosa. Esto también fue una misión cumplida por el (…) Movimiento de Documentalistas”.-

En la ciudad de La Plata, a los 12 días de enero de 2004.
LA MIRADA DE ULISES

por Fernando Alvarez
Escrito originalmente para el libro “Cuando con otros somos nosotros”, del Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza.

Cuando empecé a pensar en escribir estas impresiones sobre el MTD de La Matanza se me aparecía recurrentemente “La mirada de Ulises”- me refiero a la película de Theo Angelopoulos- la búsqueda de la primera mirada, la mirada original, la mirada virgen, la mirada fundante. La que pone la piedra sobre la que se construirá el mundo.
Esta idea me asaltaba permanentemente cada vez que sin mucho éxito intentaba escribir e inmediatamente me preguntaba ¿qué tiene que ver aserrín con pan rallado?
¿Será acaso por la noche del 19 de diciembre del 2001? Gente haciendo fogatas en las esquinas de las barriadas, dispuestos a defender su miseria de un supuesto saqueo de “los otros” -“los del otro barrio”, “los de la otra villa”, “los del otro lado de la ruta”- como se defendía cada “raza” en los Balcanes?.
Ese intangible que adquiere mil nombres, racismo allá, todos contra todos acá, pero que en el imaginario más primitivo de los pueblos significa “peligro”. ¿O será por las orquestas tocando en la niebla cerrada y amiga de Sarajevo, la santa niebla que protege de los francotiradores? Estoy casi seguro que es por eso, porque aún en las peores circunstancias los humanos encontramos un lugar para tocar nuestra propia música.
Aunque también podría ser por ese barco que transporta por los Balcanes hacia occidente una gigantesca estatua de Lenin. Monumento comprado a precio de remate para el jardín de algún nuevo rico alemán ,mientras se acercan campesinos a la orilla del río para descubrirse o arrodillarse y/o santiguarse a su paso.
Los ojos ciegos de una estatua, la no mirada. No, mejor aún, la fingida mirada, la simulación de mirada.
El desmedido souvenir. ¿Es que quedó alguna otra cosa vieja para malvender en la feria americana del fin del mundo?
(Podría decirse que también se vendieron por distintos precios conciencias, neuronas, anhelos. Siempre se puede aducir que uno era muy joven y eso ayuda mucho en el mercadeo.)
Después de todo ¿no pasó por La Matanza la estatua de Lenin vendida al mejor postor, al más snob? ¿La Matanza y los Balcanes no son el mismo mundo? La Matanza, 2do. cordón del conurbano, a 27,700 kms. del centro de Buenos Aires.
¿En la década del 90 no confirmamos que todo sueño, todo anhelo, sería mirado con desdén, descalificado?
Aquellos deseos por los que la gente podía morir convertidos en un poster o el sucedáneo millonario, desmesurado, monstruoso, de los enanos de jardín. No nos santiguamos cuando vimos pasar la estatua de Lenin pero, ¿no fueron sus ideas un credo? Hay un barco blanco navegando sobre el Egeo en el inicio de la película –me refiero a la de Angelopoulus-y me produce un sentimiento extraño, un cosquilleo, cierta inquietud. Puedo reconocer la sensación, es que empieza el viaje.
Sobre el mismo mar que supieron transitar Ulises, Aquiles, Héctor, la bella Helena y Paris, Menelao...Sobre ese mismo mar.
H ay una búsqueda allí, la de una primera película rodada en los albores del cine, la primera mirada...
¿Cuándo desaparece un mundo, un universo de sentido, el caos resultante no es el caos original? ¿No es acaso en ese caos original donde podemos tener una mirada primera, estrenarla?
¿Nos tendremos que deshacer de nuestros propios ojos de estatua, nuestro anquilosamiento, para poder hacerlo? ...Nuestro fingir mirar, mientras miran nuestros esquemas, nuestros prejuicios...
¿Cuánto de valiente tiene la persona que es capaz de morir por defender sus creencias pero no puede cuestionarlas en profundidad, repensarlas sinceramente?¿Cuánto de necio? ¿Cuántos son capaces de mirar de frente los credos rotos, reflexionar? ¿Y quiénes después de eso se animan a barajar y dar de nuevo? ¿Quiénes son capaces de intentar una primera mirada, una mirada original, cuando los ojos ya pesan fatigados? ¿Cuándo no es la primera vez que vamos por ella?
¿Será que el viaje es todo y que lo mejor que podemos hacer es llegar al final felices de haber sido marineros?
Consecuentes digo, sabiendo que allá al final nos espera aquel anhelo que es nuestra Ithaca pero que, como diría Kavafis, lo que importa es el viaje y gracias a lo que aprendamos en él descubriremos qué significan las Ithacas. ¿Quiénes son hoy las sirenas que pretenden desviar nuestro barco hacia las rocas, hacernos encallar, conseguir que se interrumpa el camino que nos propusimos? ¿Quiénes son los cíclopes? ¿O el cíclope?
Algo es seguro. Uno debe elegir hacia adonde y con quien navega...
Pienso, sin ser original, que en el principio fue el verbo.
Y alrededor de la acción se fueron completando los más y los menos, sustantivos, artículos, adjetivos. Primero la acción, el movimiento, la mirada.
Llegué al MTD de La Matanza cuando transcurría febrero del año 2003, los argentinos veníamos de echar a un gobierno un año antes y del tembladeral resultante, había expectativas ciertas de cambio general de la sociedad, y ninguna confianza de que ello sucediera a través de los carriles establecidos.
Estas expectativas no se correspondían con la necesaria, imprescindible, creación de un universo de sentido que expresara el deseo de ese sector del pueblo que se había manifestado tan rotundamente y hacía ilusionar con su ansia libertaria.
Los aparatos (políticos , empresariales, religiosos, sindicales, culturales, mediáticos) trabajaban a destajo para volver a controlar la situación, cada quien tratando de llevar agua para su molino pero siendo capaces de ceder en sus eternas disputas con tal de “poner en caja” a esos díscolos que encima parecían presa de un ataque de creatividad. Lo hicieron tratando de no oponerse a la marejada social, retrocediendo muy hábilmente hasta que ésta con el tiempo se fue debilitando.
El primer encuentro en La Matanza me impresionó grandemente, gracias a su concomitancia con otros sucesos pude contarlo en un escrito que se tituló “Mundos” y mereció el favor de que lo publicaran en un par de revistas y como parte de un artículo en el libro “El documental en movimiento”.
Diré de ese encuentro que recuerdo con gratitud la amabilidad relajada con que fuimos recibidos, nosotros y nuestra propuesta. “Un taller de cine documental (video en realidad) de modo que sean capaces ustedes y los vecinos que quieran participar de él, de hacer su propia imagen”
Y algunas frases que quedaron rebotando y luego se transformaron en letra impresa: “el problema no es que hizo o dejó de hacer la clase media, si nosotros no fuimos capaces de generar una alternativa no se lo podés a pedir a alguien que piensa que tiene el futuro asegurado” o “ellos creían que nos íbamos a dejar morir”. Esto dicho en el conurbano, a treinta kilómetros del centro, con calles de tierra , baches, sin agua corriente, sin cloacas, en un lugar que yo imaginé como fábrica quebrada y ocupada por nuestros interlocutores y que resultó ser una escuela privada quebrada y tomada.
Lo único que sabía de ellos era que no recibían ni querían recibir Planes Trabajar (subsidio del estado a los desocupados), que exigían dignidad y trabajo y que uno de ellos había escrito un libro de título promisorio: “De la culpa a la autogestión”.
Las conversación transcurría mientras se desarrollaba una feria de trueque en lo que había sido el patio del colegio, feria mínima de economías mínimas, necesaria, entendí después, más como ámbito de socialización que de supervivencia o, mejor dicho de sociabilización para humanizar la supervivencia.
Como se comprenderá, lo realmente necesario en este ámbito no es tan distinto de lo realmente necesario para cualquier persona del planeta.
Hay un eje, central creo, en la prédica y la acción del MTD de La Matanza y este eje expresado de distintas maneras y por diferentes personas fue lo que me produjo gran impacto. En ese primer encuentro no recuerdo que haya aparecido como tema, aunque estuvo sobrevolando todo el tiempo la conversación.
Alguno diría tiempo después “No solo habíamos sido derrotados en terreno económico o político sino que habíamos sido derrotados en el terreno cultural”, u otra “ la lucha se decide también en el plano simbólico y ahí hay que darla”, u otro “teníamos que dar la lucha en el plano cultural y por eso decidimos hacer una escuela . Una escuela que tuviese los valores y estuviese dirigida por el MTD”
Estos fueron conceptos que fueron desgranando los compañeros a lo largo del año y medio que compartimos y fueron dichos en diferentes circunstancias. Las frases pueden sonar poco coloquiales pero se debe tener en cuenta que fueron dichas frente a una cámara a la que se trataba de explicar qué es el MTD de La Matanza.
Me llamó la atención que fueran trabajadores desocupados o con ocupaciones precarias que en vez de entrar en pánico y “salvesé quien pueda” doblan la apuesta. Sin ningún afán discriminatorio considero que estas frases tienen distinto valor dichas en La Matanza que el que tendrían en la universidad. Y esa diferencia está dada por el contexto.
Creo que la magnitud del desastre que provocaron los que orientan el proceso económico-social no se alcanza a valorar desde uno mismo. Es necesario mirar alrededor. Ahí nos descubrimos, en el otro. Vemos a nuestro propio ñandú, el que quiere esconder la cabeza bajo tierra.
A pesar de lo desmesurado de la empresa en el MTD intentan estar a la altura de las circunstancias. Así he escuchado a alguno decir mientras amasaba el pan : “El conocimiento es poder”, puede incluso ser una obviedad, pero puesto en contexto no lo parece. Más cuando la reflexión surge de una experiencia. “El compañero que dirigía todo en la panadería era un oficial panadero, por supuesto desocupado, era el que sabía todas las proporciones y todos dependíamos de él, nadie hacía nada hasta que no venía, después sí ayudábamos, amasábamos, poníamos a hornear, despachábamos.
Un día se fue porque consiguió trabajo en una panadería y con él se fueron las proporciones y los tiempos de espera. Nunca los había pasado a nadie. Ahí descubrimos que el conocimiento es poder”
En otra oportunidad le escuche decir al mismo compañero “cuando uno se pone a hacer el trabajo cooperativo, autogestivo, descubre que a lo mejor militó 20 años, se pudo haber arriesgado a morir incluso y no cambió nada. Descubre ahí que lleva el burgués adentro de uno y que ese es su peor enemigo. Todo lo hace como patrón o como empleado y hay que empezar de cero.” .
Algo del espíritu se me debe haber trasmitido porque me llevó a pensar. ¿Si todo el trabajo de los cuentrapropistas es en definitiva autogestivo, y si existen cooperativas diversas desde hace cien años, que diferencia a estos cooperativistas del MTD?
Creo que la diferencia está dada por el sentido de la acción.
¿Qué diferencia a los emprendimientos autogestivos del MTD de La Matanza de los emprendimientos de los otros movimientos o aparatos de partidos que reclaman planes de subsidio e implementan emprendimientos basados en el dinero de esos planes?
Que los que dan los planes son los que tienen el poder. Me da la impresión (espero que no se ofendan por ello) que en ese sentido los compañeros son ácratas, no digo anarquistas, digo que desconocen el poder instituido y crean su propio poder. Salvando las siderales distancias, hacen lo que han hecho otros movimientos sociales, los zapatistas o los sin tierra de Brasil por caso. Crean sus propias circunstancias, no le otorgan ese poder a ninguna persona o aparato. Ni siquiera se lo dan al dinero (acabáramos, apareció Mamón), omnímodo Dios de este principio de siglo. El único Dios verdadero.
Cuando los compañeros no permiten que el pan que fabrican aumente su precio aún cuando hayan aumentado los insumos, porque “no es solo lo que nosotros ganamos también hay que pensar que la gente tiene que poder comprar el pan. Trabajemos más, vendamos más cantidad y vamos a ganar lo mismo”. O, cuando queriendo recaudar fondos para un emprendimiento laboral que querían realizar (y que por cierto ya hace un año que funciona exitosamente) decidieron regalar el locro a los vecinos que se acercaban a comprar porque habían usado un maíz inapropiado, estamos también en presencia de otra lógica.
Así lo expresó uno de ellos cuando debatiendo alrededor de temas educativos dijo: “queremos movernos con otra lógica y otra lógica genera necesariamente otra moral”. Lo de los temas educativos no es ocioso porque están haciendo funcionar un jardín de infantes que es el embrión de su propia escuela.
Esto que reproduzco puede llevar a una falsa impresión de lo que es “la cooperativa” y sus integrantes. Cuando he comentado este tipo de cosas en conversaciones de amigos por lo general han sido recibidas desde cierto nihilismo, “descubrieron una adecuada política de marketing” por ejemplo, o también como si yo estuviera describiendo algún cuadro naif.
Si pasa esto es por mis limitaciones como narrador, porque la situación allí es a la vez prometedora por la capacidad de la gente que se reúne y desesperante en muchos casos por la destrucción económica, moral, política, cultural que tienen que remontar.
No viven en el mejor de los mundos, pero esa realidad que crean les permite vivir mucho mejor de lo que lo harían si no la hubieran creado, y les abre el futuro con todas las limitaciones del caso.
Creo que la gente de los movimientos se debe el debate de la cuestión del sentido de las acciones que se emprenden, que dirección llevan, porque no parece adecuado tener como patrón de medida la capacidad de hacer barullo más o menos violento o la masividad (salvo que uno crea que el nazismo en Alemania o el fascismo en Italia eran revolucionarios).
Creo que ha habido una especie de deslumbramiento de los grupos y partidos de izquierda, y podría enunciarse así: finalmente se les dio una posibilidad de tener una inserción importante en las barriadas de trabajadores, claro que para ello recurren a una tradicional política de la derecha conservadora, el clientelismo.
Se moviliza a miles de personas a las que se les pasa lista, los que no cumplen quedan excluidos. Entonces se presenta certificado médico, se pide un reemplazo, etc., todas formas de seguir recibiendo “el beneficio”.
El “cliente” es tan antiguo que se remonta a la república romana (siglo V a siglo I antes de Cristo). ¿Qué tiene que ver todo esto con la idea de progreso que encarnó la izquierda, especialmente la marxista?.
En las organizaciones se ha vuelto a armar una pirámide de poder, arriba el gobierno que “da” los subsidios, en el medio la dirigencia de las organizaciones que los “administran”, y a la base la gente, que no decide nada, es llevada y es traída aprovechándose de su necesidad. El que no “participa” no cobra. No es que sea una sorpresa, lo hacen los evangelistas a los ojos de todos cuando reparten comida en plaza once, primero los indigentes agradecen a Dios antes de “darles” nada.
Así viene andando el mundo desde hace miles de años, 2500 para ser precisos. Me da la impresión que en ese sentido en los compañeros hay una intención de desarrollar algo realmente nuevo.
Construir la realidad, no permitir que sean otros los que la hagan. No depender de otros para hacerlo, no delegar el poder en nadie, no quitárselo a ningún igual. Construir realidad con mis iguales que son quienes me rodean y con los amigos de esta idea, sin entrar en estériles debates, tratando de que cada uno haga su aporte. “De cada quién de acuerdo a su capacidad, a cada quién de acuerdo a su necesidad”.
La gran ventaja que tiene este pensamiento es que el “cambio” no está allá lejos, cuando consigamos cambiar el sistema echando a los burgueses del poder del estado, sino que está acá, ahora. Cuando empiezo a hacer el trabajo autogestivo, cambian las relaciones de producción y la propiedad de los medios de producción. Y cambian ahora.
Por supuesto que esto pequeñito puede ser barrido de un plumazo por el poder hegemónico, pero lo que no puede ser barrido es el cambio que experimentaron los compañeros. Eso no se lo puede quitar nadie.
Por otro lado nos saca de encima un falso dilema que instalaron los “conversos”, me refiero a la cuestión de la “utopía”, este regalito también
nos lo dejó la caída del muro. El socialismo que se había construido era en muchos aspectos horrible, pero el cambio social no era una “utopía”, a ningún pragmático ramplón se le ocurría endilgarle el mote de imposible porque el triunfo del imperio capitalista no era total y había algo que se decía socialismo en funciones.
“Lo bueno de las utopías es que no son realizables pero sirven para orientarnos” se cansaron de repetir. Bueno señores eso es falso, no hay nada utópico que construir, hay emprendimientos autogestivos y hay que buscar la manera de que funcionen. Eso es todo. Se empieza por lo más pequeño, pero no hay techo, pueden ser un país y el mundo autogestivos.
En estos sentidos es posibilitaria “la cooperativa”, y también es educativa, yo doy fe de ello. Me transformé trabajando con ellos, aprendí de la acción compartida.
Llegamos para enseñarles a hacer su propia imagen y terminamos trabajando en conjunto, todos opinando, los que querían hacerlo filmando, los que querían hacerlo editando.
No me integré al MTD, y sin embargo de alguna manera fui integrado. Suena extraño pero por un año y medio, compartimos el trabajo como iguales y finalmente no enseñe a que ellos hagan su imagen, aprendimos a hacer entre todos su imagen. Y en ese hacer su imagen reconstruí la mía.
De eso resultó, hasta ahora, una buena película de 10 minutos que ellos decidieron llamar “Construyendo el futuro”. Pero eso es la Ithaca que nos propusimos al iniciar el viaje, en el camino quedan, algunos sinsabores, mucha alegría, reflexiones profundas, amistades entrañables, mucho afecto y agradecimiento.

LA NECESIDAD DE UNA COMUNICACIÓN SOBERANA

por Jorge Falcone
Disertación brindada en Venezolana de Televisión (VTV), con motivo del lanzamiento de la Escuela de la Imagen y el Sonido Latinoamericanos.

"Éramos una máscara
con el chaleco parisién,
el chaquetón de Norteamérica
y la montera de España..."
José Martí (Nuestra América)

Conflictos asimétricos y soberanía comunicacional

Ante todo, deseo expresar que honra al Movimiento Internacional de Documentalistas -del que formo parte- brindar nuestra solidaridad a la Revolución Bolivariana, sobre todo en una circunstancia en que arrecian los rumores imperiales de carácter intervencionista, o de posible atentado contra su líder.

En el contexto del I Foro Militar sobre Guerra de Cuarta Generación y Conflicto Asimétrico, celebrado recientemente en el auditorio de la Academia Militar, en Clor de verosimilitud sucumbe -hoy más que nunca- ante la ductilidad e hípericonicidad de la imagen digital, capaz de gestar un apretón de manos entre el propio Kennedy y el actor Tom Hanks o reconstruir por completo a la Troya helénica. Definitivamente, el material que hoy hacen circular las megacadenas satelitales de TV ha dejado en ese camino todo vestigio de confiabilidad. Si bien el espectáculo informativo brindado por los poderosos del planeta nunca fue fiable, en el nuevo escenario mediático -y más vigente que nunca la seducción de las imágenes- este ha terminado por transformarse en material de alta peligrosidad, a la par de las ojivas nucleares de última generación, que nos amenazan y someten de manera mucho más burda y explícita.
Sostuvo el filósofo Paolo Virno, en oportunidad del 11-S que la difusión masiva -y casi en tiempo real- de la decapitación de las Torres Gemelas (más allá de toda hipótesis conspirativa, supuestamente perpetrada con métodos artesanales e inédita temeridad) adquirió una fuerza de representación simbólica mundial enorme, en tanto metaforizó algo así como la castración de los grandes sementales del poder a manos de quienes por ellos venían sometidos a la violación sistemática de sus derechos. A ese fenómeno denominó "guerrilla semiótica", y le atribuyó un efecto sicológico residual más efectivo que el del atentado en sí mismo. Cualquiera que haya seguido atentamente la agonía pública de Juan Pablo II así como su interminable sepelio, suerte de montaje paralelo con la conmemoración pascual del ascenso al Gólgota de Cristo, advertirá que, lejos de informar con inocencia, los medios de comunicación hegemónicos contribuyeron a plebiscitar esa cultura sacrificial que desde hace 2000 años viene prometiendo la recompensa a esta vida de sufrimiento y privaciones en otra que será mucho mejor. Como expresara recientemente el trovador cubano Silvio Rodríguez, "el verdadero show del mundo es el político. Las superproducciones son estas guerras que nos sobrecogen (cuando no nos tocan), los genocidios, las reuniones de alto nivel, los grandes pronunciamientos históricos. Y todo no es más que la pretensión de cuatro gatos comprometiendo la suerte de millones...". Cabe ratificar, a esta altura de la exposición, que el poderío que asignamos al bombardeo actual de imágenes mediáticas sólo constituye un factor condicionante del devenir histórico de la humanidad, en el que la lucha de los pueblos -como lo demostró sobradamente el venezolano en abril de 2002- es el factor determinante en la construcción del futuro.
La fluctuante relación Estado-Comunidad en tiempos democráticos
Nuestra América brinda hoy un escenario lo suficientemente complejo (y rico en desafíos) como para que resulte sencillo definir un espacio de trabajo excluyente a la hora de instalar y desarrollar una comunicación soberana. Tanto el Estado como la comunidad, según de qué proceso se trate, brindan posibilidades de incidencia -en diverso grado- al servicio del objetivo aquí trazado. En ese espacio intermedio desde el cual, ciertos emergentes de la comunidad encontramos el modo de posibilitar la escucha de nuestra voz y la contemplación de nuestra imagen se inserta -por ejemplo- la experiencia de los micro informes sobre ciencia y tecnología en Argentina que para el noticiero de la emisora estatal de TV dirige hoy quien les habla: Se trata de una de esas empresas en la que resulta visible la tensión entre la demanda institucional y la expectativa de sus hacedores por posicionar una materia gris que fuera mandada recientemente "a lavar los platos" por parte de un ex ministro de la última dictadura (de más está describir el sinnúmero de contratiempos que supone elevar el standard de producción de imágenes, así como la optimización necesaria de mensajes que toman a la comunidad como su destinatario principal, en un contexto en el que no se hace presente una voluntad oficial de renovar y jerarquizar la televisión estatal). Venezuela ofrece -en nuestra modesta opinión- un panorama de inédita conciencia popular -en el espectro continental- acerca del significado del espacio mediático como campo de batalla de la lucha antiimperialista por la soberanía popular. Más allá de lo recientes que resulten ciertos logros, y lo mucho que reste aún por hacer, sobran ejemplos para sostener esta opinión: Desde la producción-difusión, el impresionante documental "El golpe no será televisado", de Kim Bartley, hasta el valiente, acusador e imprescindible filme-tesis "Puente Llaguno", de Ángel Palacios, resulta contundente el valor que el género documental -objeto de nuestra atención- viene adquiriendo en el contexto local, así como la apropiación que del mismo hace el propio pueblo venezolano. Otro ejemplo destacable resulta -a nivel de la comunicación institucional- la campaña televisiva "Abril en la memoria", que incluye desde la presentación en pantalla de documentación reservada -y rescatada por el valioso ensayo periodístico "Código Chávez", de Eva Golinger- hasta la entrañable pieza "Si ellos vuelven a salir yo vuelvo a salir", que reactualiza el compromiso bolivariano de todos aquellos que en las jornadas de 2002 rescataron a su líder de las garras de los escuálidos. Por último, imposible omitir aquí el valor estratégico en materia de ejercicio de liderazgo directo en una democracia protagónica- del popularísimo programa dominical "Aló Presidente".

Conclusión: El desafío de instalar cada micro victoria popular en el macro espacio comunicacional.

La humilde política comunicacional que llevamos adelante en un remoto punto del Cono Sur donde hoy desarrollo mi militancia territorial de base nos lleva a entender que no es inocuo en el seno de los pueblos que una persona valiosa pero desconocida sea transformada por la prensa -por modesta que esta sea- en personaje. Así, un anónimo campeón de Truco -nuestro juego criollo de barajas- puede transformarse ante sus pares en un referente digno de admiración por el solo hecho de ocupar las páginas de nuestra prensa popular. Los medios de comunicación, cualquiera sea su envergadura, tienen capacidad para construir o defenestrar dirigentes, y enaltecer o abochornar el derrotero de los pueblos. Aquí se propone ni más ni menos que: 1) ser fieles a la decisión de considerar a la comunicación mediática como Cuestión de Estado, así como de inscribir -particularmente a la comunicación audiovisual- en el marco de una geopolítica nacional y continental de defensa; 2) democratizar la pantalla dando plena participación a los actuales receptores del discurso televisivo en condición de emisores de sus propias voces e imágenes; 3) redoblar esfuerzos fraternales para crear la gran caja de resonancia mediática que restaure en el terreno de la comunicación aquel sueño soberano del libertador Simón Bolívar acerca de la Patria Grande (que también fue el de nuestro caudillo federal Felipe Varela). Para que cada victoria popular, por pequeña que sea, tenga un grado de amplificación que ensordezca y enceguezca a los partidarios del discurso único. En la convicción de que miles de hormiguitas, con paciencia y empeño, pueden roer a un elefante; y 4) concebir -a tal efecto- a la Escuela de la Imagen y el Sonido Latinoamericano (que preferiríamos llamar "Escuela Latinoamericana de Imagen y Sonido") como el futuro ejército de reservistas de la soberanía comunicacional de nuestros pueblos, atentos a la premisa del inmortal cantautor nacional Alí Primera, cuando expresa aquello de "Abre brecha, compañero, que ya sopla viento de agua. Y que hay que espantar al perro antes de que se eche la miada". ¡Larga vida a la Revolución Bolivariana! Muchas gracias.-

14/4/05,
Caracas, República Bolivariana de Venezuela.


LA NOCHE DE LOS NOSOTROS

por Jorge Falcone

Muestra de Festivales en el Centro Cultural Recoleta.

”Nos llevamos este premio y la experiencia inédita de haber estado en el Centro Cultural Recoleta. Nosotros no conocemos estos lugares...”

Toty Flores (MTD La Matanza)

Durante el último mes de agosto reapareció El Eternauta -la obra cumbre de la historieta argentina- en los kioscos de Buenos Aires. Su autor, Francisco Solano López, descendiente del homónimo patriota guaraní y sobreviviente de la experiencia original guionizada por Oesterheld, ubica esta continuación de la saga en un presente en el que los sicarios de los invasores (los Ellos), asociados al FMI, ocupan puestos claves en las grandes empresas argentinas. Y Martita, la hija del hombre destinado a recorrer los tiempos, ya estudiante universitaria, procura saber quién es, a la manera de los hijos de detenidos-desaparecidos. La novedad consiste en que la joven habrá de toparse con un grupo de rebeldes que le devolverá su historia y su destino: La organización popular Nosotros.
Se me ocurre un buen introito para referirme a la acción del Movimiento de Documentalistas, en general, y a los trascendentes logros por él concretados durante este año, en particular: El 2° Festival Internacional Tres Continentes, celebrado en Sudáfrica con la presencia de Miguel Mirra (acontecimiento que deja expedito el camino hacia el 3er Festival Internacional Tres Continentes, a celebrarse el próximo año en la India), la materialización del Movimiento Internacional del Documental Tres Continentes, y el Festival Nacional de Cine y Video Documental 2003, celebrado en las sedes La Plata, Córdoba y Mendoza. Porque cada emprendimiento del Movimiento de Documentalistas supone un manifiesto filosófico y una orientación concreta. La inauguración de la Muestra de Festivales, llevada a cabo el 6 de octubre en el Centro Cultural Recoleta, reunió -por ejemplo- más actores sociales que funcionarios. Allí estuvieron los organismos defensores de los derechos humanos (Madres Línea Fundadora, Familiares, MEDH, SERPAJ, Memoria Viva) con los MTDs (Claypole, La Matanza, Villa Corina), los cartoneros de Villa Itatí, y las Empresas Recuperadas (Metalúrgica Baca, Imprenta Chilavert). Y eso implica un posicionamiento claro respecto del quehacer específico, bien diferente al de otras experiencias en curso.
Como de costumbre, y abriéndose a otras manifestaciones del arte igualmente comprometidas con la suerte de los excluidos, así como el año pasado se convocó al grupo musical Buenos Aires Negro, expresión de la poesía rebelde ciudadana, este año se hizo lo propio con el grupo que lidera Sara Mamani, conjunto de mujeres que interpreta el sentir profundo de nuestra tierra. La proyección inaugural de la muestra reunió dos experiencias latinoamericanas de nacionalización de los servicios públicos y acumulación de poder popular: Una edición del viejo noticiero nacional Sucesos Argentinos titulada Los ferrocarriles ya son nuestros (1948), y el imperdible documental que obtuviera el Premio Especial del Jurado, Sudáfrica 2003, Chávez, el golpe no será televisado (2002).
El auspicioso evento también contó con la presencia de numerosas personalidades del quehacer cultural, tales como el investigador Adolfo Colombres, autor -entre otros textos- del canónico Cine, antropología y colonialismo y el realizador Bebe Kamin (Escuelas ORT).
Lo expresado por un trabajador quilmeño quedó resonando en el auditorio como carta de intención de la mayoría de los invitados y de todos los organizadores: No queremos subsidios. Somos autogestivos.
El Movimiento de Documentalistas está convencido de que se puede reconstruir la sociedad desde una lógica dura pero realista: Los de abajo sólo nos tenemos a nosotros mismos.-

A la memoria de Héctor Germán Oesterheld


LA SEMANA EN QUE ME LLENÉ DE LUZ

por Jorge Falcone

Jornadas Nacionales de Cine y Video Documental
"Pensar, Ver, Indagar el Documental"
Universidad Nacional de Quilmes,
Mesa Redonda "Las representaciones sociales en cine"

Algunas reflexiones sobre mi experiencia como jurado del VI Festival de Cine y Video Documental organizado por el Movimiento de Documentalistas durante octubre de 2004

“...la conciencia mágica de ser uno mismo..."

Osvaldo Guglielmino

Promediando "Sangre de Cóndor" -emblemático filme del Nuevo Cine Latinoamericano, realizado en 1969 por el gran documentalista boliviano Jorge Sanjinés-, conflictuado por los pesares que padece su comunidad, la que acaba de recibir a un grupo de asistentes sociales norteamericanos que, con el pretexto de un control sanitario, está esterilizando a sus mujeres, el cacique Ignacio Yanahuaya asciende al peñasco más alto y se hinca por largo rato ante el sol. Alguno de los forasteros demanda explicaciones a un comunero sobre tal actitud. El indio responde: "Se está llenando de luz..."
Así me sentí yo durante la semana del 4 al 11 de octubre próximo pasados, en mi condición de jurado de un festival de cine documental que me brindó el privilegio de revisar buena parte de los títulos producidos en nuestro país a lo largo de los últimos cuatro años. Ocurre que mi doble jornada laboral comienza capacitando futuros documentalistas en la Universidad de Palermo y culmina produciendo actualmente los contenidos científico-tecnológicos del noticiero de Canal 7 desde la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la Nación, todo lo cual, aceptado el compromiso con el Movimiento de Documentalistas en que milito, sólo me permitió visionar los filmes seleccionados en el espacio comprendido entre las doce de la noche y las seis de la mañana de esos días. Así lo hice pues, cumpliendo en tiempo y forma con mi evaluación, estragado pero feliz. A lo largo de dicho período pude apreciar muchas producciones que ahora se están exhibiendo en muestras itinerantes como la que se viene realizando en la Universidad de Quilmes: "Oscar", de Sergio Morkin; "Las sábanas de Norberto" de Hernan Khourian; "Grissinópolis", de Darío Doria; "Historias Recuperadas", de Alejandro Barrientos. Y otras no menos destacables, como "Toro es", de Natalia Bacalini y Maximiliano Ezzaoui; "Pochormiga" de Francisco Matiozzi; "Río Arriba", de Ulises de la Orden; y "Errepé", de Gustavo de Jesús y Gabriel Corvi, por citar solo algunas.
Una primera aproximación a ese material -atenta a la temática propuesta para esta mesa redonda- permitiría afirmar que durante los últimos años, y con mayor fuerza a partir de la severa crisis del 2001 -más allá de la vigencia de la fórmula convencional consistente en "busto parlante sumado a imágenes de archivo sumadas a locución en off"-, puede verificarse un notable avance en la representación de el otro desde un punto de vista fraternal, narrando historias "con", más que "sobre" ese prójimo. Buen ejemplo de esto serían "Oscar", "Errepé" y -fundamentalmente- "Grissinópolis", obviamente, cada cual en su estilo. Particularmente en este último filme, resulta sorprendente la virtual desaparición de la "frontera" delante-detrás de cámara, lográndose momentos de intimidad -e intensidad- dignos de la mejor cámara oculta, lo que contribuye a testimoniar muy ricamente el desarrollo de una gesta colectiva, como si la impronta de una noble tradición que va desde el Grierson de "Drifters" al Vallejo de "El camino hacia la muerte del Viejo Reales" estuviera más viva que nunca.
También es rescatable la evolución de la mirada antropológica de algunos exponentes de las últimas promociones universitarias de cine: Sin obviar cierto rasgo de candidez en la puesta en escena docudramática, esto ocurre -por ejemplo- con "Río Arriba", meritorio trabajo en que el joven realizador se adentra en el noroeste argentino indagando sobre la gesta pionera de un abuelo industrial azucarero, de quien al cabo de su odisea andina descubrirá la contracara. Se rescata así la tradición reveladora de el viaje, tan cara a los latinoamericanos desde el "Cronista de Indias" Guamán Poma de Ayala hasta el Che de los "Diarios de Motocicleta". El citado filme rescata y traduce el antiguo mito de "El Familiar", engendro habitante de la bodega de los ingenios azucareros, siempre dispuesto a devorar al peón díscolo. Y expone claramente la construcción popular colectiva de una representación que -en años de feroz represión- aludió metafóricamente a los sicarios instruidos para desaparecer discretamente a los dirigentes cañeros dispuestos a desafiar los intereses de esa oligarquía terrateniente encarnada por Blaquier o Patrón Costas. La función cumplida por este personaje me recuerda a otro similar, descubierto en un viaje a Bolivia: El Cari-Cari, explicación mágica que los kollas dan al asedio del cólera, describiéndolo como un monje que sustrae la grasa del cuerpo del indio dormido y lo diseca en vida, en clara alusión a los sacerdotes hispánicos que acompañaron el saqueo de nuestro continente.
Apelando a una estética videoclipera (que alguno podría apreciar como frivolizadora del arcaísmo cultural que envasa), otro tanto ocurre con "Toro es", documental que registra un antiguo ritual de tauromaquia celebrado anualmente en Casabindo, Jujuy. Ambos filmes descienden hacia las napas más profundas de una verdad ancestral, burlando a los gendarmes de un Súper Yo cultural, en pos del Ello de los pueblos originarios. "Toro es" describe una lidia que representa sobre la arena el sacrificio de un antiguo libertador de la comunidad. Este sincretismo kolla-hispánico de carácter negativo, también me recuerda una figura que conocí en otro reciente viaje por Nuestra América, "El Güegüense" de Nicaragua, representación vergonzante del lugareño creada a partir de la mirada del invasor que lo abochorna. O la que se juega en la danza bélica boliviana de "El Tinku", en la que dos indios -que representan a la población autóctona y al conquistador- se enfrentan embriagados por el alcohol hasta la muerte literal de uno de ellos, que suele ser -en acuerdo con quien lo interpreta- el español.
En ambos casos, el imaginario resultante del violento choque entre dos culturas -una supuestamente bárbara y otra supuestamente civilizadora- no hace otra cosa que poner de manifiesto ese litigio que aún nos ocupa: El de la Chacana (Cruz del Sur quechua-aymara) contra la cruz católica, que para contribuir a la expoliación de la materia nos arrebató la identidad.
En resumen, mientras la mirada epidérmica de la posmodernidad propició que un grupo de estudiantes comparara -en mi cátedra de Introducción al Lenguaje Audiovisual- el magazine televisivo norteamericano
"Jackass", del oligofrénico Tom Green, con el sublime despliegue dadaísta de René Clair en "Entreacto", la gente antigua, visitada en distintos tiempos por Jorge Prelorán o Tristán Bauer, sigue tan dispuesta a prescindir de capataces y patrones como nuestro Movimiento de Documentalistas. Y los jóvenes documentalistas, cada vez más lejos de aquel "sustitutivismo cultural" denunciado sistemáticamente por Adolfo Colombres, desde "Errepé" a "Grissinópoli", pasando por "Pochormiga", se van comprometiendo gradualmente con el rescate de siglos de lucha del pueblo argentino contra el colonialismo.-
A Frantz Fanon,
Amilcar Cabral,
Paulo Freire,
Rodolfo Kusch,
y Alfredo Moffat.

En nombre del Movimiento de Documentalistas


LA TRABAJOSA CONSTRUCCIÓN DEL "NOSOTROS"
o el reposo del botón de play

por Jorge Falcone

Apuntes sobre la mirada documental y el nuevo movimiento social.

"El concepto de cultura popular sigue dando pie a graves confusiones, desde que aún se llama con este nombre a los productos de la cultura de masas (que justamente constituye hoy su principal enemiga), así como a una serie de obras de mayor calidad que ciertas minorías realizan para el pueblo, y que van desde el sustitutivismo de una cultura juvenil politizada de tipo estudiantil a las más groseras formas de paternalismo estético, de uno u otro signo ideológico. La auténtica cultura popular es la que hacen los diversos sectores del pueblo a partir de su interacción directa, como respuesta solidaria a necesidades compartidas. Lo demás es utilización, manipulación, sustitución, cubrimiento y no apoyo desinteresado a su propio proceso evolutivo"
Adolfo Colombres

No es sencillo llegar a Roca Negra, el predio de algo más de una manzana de extensión situado en Lanús, que la Asociación Madres de Plaza de Mayo cedió a los MTDs. El Movimiento de Documentalistas arribó temprano, a media mañana de un día gris que más tarde se solidarizaría con el evento donando un poco de sol. Gentilmente recibidos por el encargado, que semblanteaba a los concurrentes desde una cabina, atravesamos un largo sendero pedregoso hasta dar con el galpón mayor -hay un par más- en el que pronto habría de inaugurarse la Ronda de Pensamiento Autónomo prevista para el primer sábado de cada mes. El espacio que albergaría a los más diversos protagonistas de una política alimentada al calor del "Argentinazo" de diciembre 2001, que crece al margen de cualquier prebenda estatal, se nos reveló enorme y algo penumbroso, sólo iluminado por la difusa luz verdosa que atravesaba las estrechas hileras de vidrio del techo, y por el estilete de algún rayo de sol capaz de perforar los viejos chapones. Gracias a la humareda que preludiaba dorados choripanes, la atmósfera daba la textura de un filme de Pino Solanas. Pero estaba en condiciones de exigirle rendimiento extremo a cualquier fotómetro. Ya los modestos puestos de las agrupaciones concurrentes comenzaban a circundar el lugar, en amplio arco presidido al frente por un enorme palco al que trepaban los más pequeños, y a exhibir productos artesanales, fruto de múltiples microemprendimientos productivos. Una constante: la cartulina manuscrita con fibrón, y la recurrente evocación de Darío, Maxi, Javier Barrionuevo (víctima de un gatillo fácil) o mártires más anónimos que cada barrio tiene. Allá al fondo, el puesto de un "Teatro Piquetero" que organiza la "Cantata Popular Darío Santillán". "Que nuestros focos se enciendan en cada función con la eficacia de un corte de rutas", la consigna de rigor. Títeres, dulces caseros, y pan de igual origen para probarlos. Comunidades mapuches representadas con atuendo ancestral. Mesa de Escrache Popular prometiendo visita -para el 28 de junio a las 14 hs- al "Gordo" Enrique Braulio Olea, domiciliado en Iberá 3520 PB. Asamblea Popular de Olivos (señora paqueta y solidaria que recibe con un beso la visita de Teresa Parodi). Diciembre 2001 y Puente Pueyrredón en llamas, en las fotos del colectivo "Argentina Arde". La gente de Indymedia obsequia la hoja "Indymedia argentina, Especial 26 de junio", que reza "cada persona es un corresponsal", y vende el periódico 19/20 (una amiga fotógrafa llega con retraso a cronicar el evento y se prescinde de su labor debido a sus últimos faltazos: el militante full life sanciona al que trabaja). El Movimiento de Unidad Popular de La Plata muestra vecinos pobres entre los más pobres. El MTD de Guernica vino con Elisa al frente. En los actos la llaman Vicky. En 1985 no votó, durante la Pascua Alfonsinista le mataron su compañero en Villa Martelli, en 1989 tampoco votó... Elisa nunca vota, siempre trabaja por sus compañeros. Las compas del MTD de Solano venden caretas multicolores de cartapesta, floreros construidos con envases plásticos de agua mineral, y su periódico "El Pikete". Un afiche habla de la ladrillera "Darío Vive". Al MTD Aníbal Verón le compran como pan caliente, a cinco pesos el ejemplar, el libro "Darío y Maxi, dignidad piquetera", que promete una investigación sobre el gobierno de Duhalde y la planificación criminal de la masacre del 26 de junio en Avellaneda. Al lado, Pancho Ferrara atiende su propio puesto familiar. Es sicólogo y ejerce la docencia en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Hoy ofrece a diez pesos su libro"Más allá del corte de rutas", una aguda reflexión sobre la lucha por una nueva subjetividad. Un centinela de alrededor de veinte años escruta el humeante paisaje de El Jaguel a torso descubierto, rostro embozado, y palo en ristre, el último 6 de febrero, desde la fotografía en que lo congeló Olga Morales, artista de la Asamblea Popular de San Telmo (Plaza Dorrego), que hoy vende a diez pesos sus elocuentes trabajos enmarcados en paspartú. "Recordar, del latín recordis: Volver a pasar por el corazón", dice la consigna del "Taller Popular de Serigrafía", en el que los concurrentes pueden grabar sus remeras gratuitamente. Ahora alguien bate palmas y, poco a poco, un puñado de gente -no los más indigentes sino los activistas de aspecto más progre- se nuclean en torno a un fogón imaginario, de pié, sentados en tablones, o bien sobre el propio piso de hormigón. Cuesta escucharse, sin micrófono y entre el bullicio. Irrumpe una murga sonando sus redoblantes. Un compañero de alrededor de 60 años, semejante a un Einstein de aspecto militante, nos da la bienvenida enfundado en anorak verde oliva. Dice que aquí nadie es más que nadie, y que todos pueden hablar con sólo respetar su turno. Propone revisar las alternativas de la que bautiza como "primavera progresista del país". Lo rodean muchos jóvenes de ambos sexos que se pasan un mate de mano en mano; congeneracionales que eludieron a los matarifes del 76 y ahora toman nota; y muy poquitas señoras de barrio, de tez cobriza y aspecto aindiado, atentas pero sumidas en un silencio ancestral. Toma la palabra otro compañero de la misma edad que el que nos convocó, e ignorando el temario propuesto, se presenta como miembro del Centro de Estudios Económicos y Sociales, y convoca al Encuentro Nacional del Movimiento de Amistad y Solidaridad Argentino Cubano, a celebrarse el 26 y 27 de julio en Lomas de Zamora. Descubre que para hacerse oír por todos los presentes debe ir girando democráticamente. Se propone y se desestima corrernos a otro sitio con menos barullo. Ahora es Moira quien habla, una joven y avispada dirigente mapuche, muy carismática, que se pronuncia contra el remate de la Patagonia y subraya diferencias con el Movimiento Campesino (no se trata de pedir parcelas para hacerlas producir sino de recuperar todo el patrimonio arrebatado desde la Conquista del desierto). Reivindica la diversidad cultural y denuncia la persecución de la que su comunidad es objeto. Reseña la marcha de 25.000 personas contra la multinacional minera Meridian Gold. Propone avanzar hacia una nueva lógica de la organización social que recoja nuestras tradiciones milenarias, y se declara ofendida por la categoría de Latinoamérica, defendiendo enfáticamente la de Indoamérica (aplausos). Y concluye sentenciando que no entregarán sus montañas, porque en ellas se resume su identidad. Una maestra rechaza el concepto "sectorialmente posesivo" que pretende hablar de "nuestras montañas", nuestra parcela, o nuestro lugar, abogando por lo que se debe reconquistar para toda la comunidad. Un dirigente de Zanón produce el discurso más orgánico y politizado, augurando con desmesurada gesticulación un tiempo en que habrá de abolirse el dinero. La ronda se da por concluida hasta el mes entrante. Y se pasa a los talleres, de "Autogestión de la salud", "Economía Solidaria y Cooperativismo", "Represión y Derechos Humanos", etc. Nuestros amigos del lugar se aprestan a registrar fotográfica y videográficamente el acontecimiento, manipulando -en la mayoría de los casos- infraestructura prestada, y deslumbrados ante la sobreabundancia de estímulos. Una compañera carga su videocámara digital y expresa su compromiso de registrar lo que sucede para enviar esas imágenes a una comunidad aborigen del sur, de algún modo manifiesta una vocación autoral, pero de corresponsalía. Otra compañera exhibe con orgullo la portentosa cámara Nikon que -según trasciende- usada le costó mil pesos. Se empeña en aclarar que sólo la operará la dueña. Otro compañero maneja la segunda videocámara digital. Dice que grabará detalles. Se la prestó una francesa que le impartió esa consigna. Su material integrará después un documental mayor, a editarse en Europa. La mirada de los MTDs no da el presente. Conversamos con Andrés Fernández, dirigente de Solano que confirma y comparte nuestra preocupación: El entrismo militante registra todo y edita lo que quiere. El compañero objeta duramente a aquellos documentales que reducen el sentido de su lucha al corte de rutas, obviando -por ejemplo- la rica experiencia de los proyectos productivos. "Para qué exponernos a ser demonizados como violentos irracionales", se pregunta. Y nosotros pensamos que, para mostrarnos, primero debemos saber quiénes somos. Entonces no nos arrepentimos de haber dejado dormir nuestra videocámara en el baúl del auto que nos trajo, por esta vez. Porque el verdadero documentalista observa primero atentamente el terreno en el que habrá de moverse, sacrificando la tentación siempre presente de inmortalizar lo que acontece, en función de interpretar y respetar las reglas específicas de sociabilidad. A eso se abocó el Movimiento de Documentalistas. A indagar el lugar de ese nuevo "nosotros" en lenta gestación. La tarea de descubrir y plasmar una palabra, una imagen verdadera, es larga y recién empieza. Pero allá vamos. Al caer la tarde todas las redes estaban tejidas. A lo largo de una jornada completa, los ninguneados durante un cuarto de siglo de cultura martindehocista habilitaron sin pedir permiso un espacio de dignidad, y se sintieron orgullosos de haber resuelto diseñar su propio destino. Una pre adolescente cuya cálida sonrisa nos despide contagiando fe, exhibe sobre la musculosa que remarca un busto incipiente el grabado de Darío Santillán sonriente y abierto al abrazo, debajo de la foto se lee "Ni muerto me detendrán". Olga, la fotógrafa que congeló tanta joven esperanza nos dice: "Tiene catorce años, la cruzo en todas las marchas".-

A la compañera Nora Rachid, líder del colectivo de mujeres Lola Mora,
de Rosario.
LENGUAJE, DIVERSIDAD Y DISCURSO HEGEMÓNICO

por Fernando Buen Abad

Soy mexicano, vengo de un país que queda lejos de dios y muy cerca de EE UU. Lo cual no es poca cosa. Esta posibilidad de participar acá para reflexionar en conjunto sobre el lenguaje hegemónico y los otros, plantea dilemas diversos para pensar qué cosa es un lenguaje y una lengua que cuentan cosas sobre lo que somos y cómo somos y no es cosa fácil porque hay que pensar que nos metemos con problemas de profundidad a veces inalcanzable que a veces se vuelve invisible a la vista común y creo que además reflexionar de dónde parten los lenguajes incluso de que partes oscuras de nuestro pensar de nuestro ser individual y colectivo emerge nuestro decir verbal… fílmico etc.. de todas las formas que sea posible decir, de qué parte escondida incluso de nosotros mismos, para decir a veces lo que no queremos y para decir a veces lo que se pone en contra de lo que creemos que pensamos.
Y yo me he venido dando cuenta de algunas cosas que quiero compartir con ustedes, voy a tener que hacer una mirada sobre este país y pido disculpas para que no vayan ustedes a decir que un extranjero vino a decir cosas sobre la Argentina.
Me encontré que hay un punto de medición interesante en Argentina que parte de no se que profundidad del pensar Argentino, conste que esto incluye a un montón de personas que participan de este hábito o vicio cotidiano que hace flotar de no se dónde cosas que yo no sé si están claras en el pensamiento de cada cual, hay un punto de medición, hay un objeto casi como si fuera un "astrolabio" generalizado de la cultura argentina, un algo con que medir el cosmos, el macro-cosmos y el micro cosmos y que se usa con singular alegría para medir con la misma palabra las cosas más dicotómicas, por ejemplo: alguien al que le va mal en este país se dice que “le va para el culo”, pero a alguien al que le va muy bien se dice “que culo que tiene” y a mi me llama la atención que con los esfínteres y traseros se pueda medir latitudes tan complejas y disímiles.
Esta es una reflexión que me obliga a avanzar sobre una profundidad que no es la de los esfínteres pero que es la de ciertos planos de la inteligencia de ustedes a partir de la cual todo pasa a tener que ver con el culo, por ejemplo: alguien que vive lejos... “la loma del orto” dicen no?
Cuando llueve mucho caen "zoretes de punta", cuando a alguien le llama la atención a otro por algo que hizo mal, dicen “lo cagan a pedos”, podría seguir… he recopilado hasta ahora 600 voces que aluden de manera directa o indirecta al problema del culo y la mierda. ¿Porque? En qué órbita, de qué forma de pensar, en qué taxonomía, en qué valores del mundo se ve como se ve para el culo, desde el culo, porque el paisaje todo, es paisaje de mierda, yo sé que hay calles de Buenos Aires donde el perro sale a hacer caca mientras el dueño se manda una cagada, dicen. No voy a extenderme demasiado sobre esta escatología aplicada, yo quería entrar es esta coartada donde lo que dice uno en la vida diaria y lo que dice uno asimiladamente sin pensar qué esta diciendo y que a veces porta alguna especie de pensamiento que por ahora llamare pensamiento infiltrado que reproduce quizá formas del pensar hegemónico, quizá una forma de pensar que los españoles nos heredaron, hay que saber que los españoles “tiran mierda para todos lados”, en más de un sentido, me refiero a esta cosa que tienen que ver con una herencia que se desliza casi subterráneamente, que uno mama de algún lado y empieza a repetir alegremente toda su vida sin, a veces, pensar ¿qué estoy diciendo de la realidad? . Si pasa que todos los días recreamos la escatología por herencia española e italiana resulta que en Argentina son generosas en materia de mierdalización de la existencia, hay muchas herencias importantes pero me parece que acá se han puesto creativos y han agregado al vocabulario escatológico, además de la mierda, otras zonas por ejemplo, está la expresión “el quinto forro de las pelotas”. Que es un lugar donde se cumplen algunos designios insondables o ese lugar extraordinario que es “la concha de la lora”, lugar que alude a una expresión surrealista por lo profundamente absurdo de la expresión, pero para ustedes tan plena de sentido.
Qué lingüística tendríamos que enderezar nosotros ahora para repensar esa cosmovisión cotidiana, ese hacerse ustedes mismos mierda, a partir de medir con el culo, para bien o para mal, los designios de los días venideros, cómo será la expresión sin esas cosas escandalosas de mierda a ultranza… y qué será si uno abré la sospecha sobre tantas otras cosas habremos mamado desde la infancia, de la radio, del profe, del cine, de la prensa.. cuántas cosas habrán pasado en directo hacia nosotros, qué habremos asimilado, por qué creemos que el mundo es así, que la vida es así y no hay más que hacer que estarse quitecitos para que no nos caigan “zoretes” estos teresos de punta. Me parece que vale la pena invitar a la sospecha, no esquizoide, sobre cómo uno repite estas cosas en la cotidianeidad… seguro habrá muchos más. Como invitación al ejercicio de la autocrítica, ¿qué estoy pensando, en el fondo, sobre mí mismo? ¿Qué estará pasando realmente con lo que yo llamo pensar, esa cosa que no pasa por mi conciencia?.
Quería avanzar sobre la cosa de pensarnos como hablantes de cosas que pasan por nuestras cabezas a veces conscientemente y a veces no, pero con las cuales acabamos diciendo a otros, a veces para denigrarlos, incluso cuando no es ese el objetivo, cuando a veces es todo lo contrario, un personaje importante en el imaginario Argentino es la puta, que se ha vuelto una función escatológica a través de la cual se puede marcar incluso la jerarquía de deshecho del otro, con lo ínfimo con lo indeseable. En a escala de ciertos valores no hay cosa peor que decirle a otra persona “hijo de puta”, expresión que acá se usa con riqueza y variedad de significados.
Quiero hacerles una confesión, la primera cena con mi esposa Patricia, argentina de la cual me enamore y por lo que estoy acá… la primera vez que fui a la casa de mi cuñado, era la primera reunión familiar, en medio de la cena el ex esposo de mi cuñada le dijo “que hija de puta”..., confieso que hice la silla para atrás porque juro que pensé que le reventaba una botella de vino, que estaba en la mesa, sobre la cabeza, porque la mamá estaba ahí… cómo se la va a tratar de puta, si la mamá estaba ahí, juro que me asuste en mi ingenuidad extranjera porque pensé que era un insulto fuerte… para mi sorpresa era un halago.
Lo qué estamos pensando cuando producimos nuestros lenguajes se relaciona con rangos de la intimidad colectiva e individual y el desarrollo de un ser y un modo de ser, en el que deberíamos ir pensando hasta dónde somos dueños de los instrumentos para construir (producir) nuestro discurso , para mi gusto la proposición temática de esta mesa que alude al pensar, a ese pensar llamado hegemónico y el otro, que habría que caracterizar, nos invita a pensar qué es ese lenguaje hegemónico, desmontarlo, desebrarlo sin atomizarlo y habría 3 o 4 características que valdría la pena pensar al calor de las circunstancias históricas actuales para ver si podemos inventar una nueva lingüística que nos deje entender y conocer esta problemática de los lenguajes múltiples.
Por ejemplo una época en la cual el mundo gasta como su más importante presupuesto a nivel global en armas, no hay cosa en la que se gaste mas se gastan millones anuales, no hace 2 años que empezó la guerra con Irak, no hace 4 ni 5. Desde 1945 sigue siendo esa la fuente de gastos más importante a nivel global, le sigue el gasto en medios de comunicación y publicidad datos tomados de Desarrollo Humano de Naciones Unidas. Digo esta es una característica de cómo se ha desarrollado el discurso hegemónico hoy, discurso que tiene que ver con agredir a los pueblos para sacarle 2 cosas centralmente, materia prima y mano de obra barata, fundamentalmente. No importa su historia, no importa la lengua que se hable. Incluso creo que se puede aterrizar y con gente que hable mapuche, para intentar como lo hemos visto en Chiapas, hablar en lengua propia algo que tiene que ver con agarrarle la conciencia a la gente y ponerla a servicio de explotarla y sacarle el trabajo y la materia prima barata. El discurso hegemónico tiene que ver con estas maneras, formas con este conjunto complejo, rico y amplio de maneras para someter a otros, para explotar a otros, para alienarlos, etc.
El discurso hegemónico tendría que ver, me parece, con eso que nos hacen, nos proponen y nos venden y, buena cantidad de veces, incluso sin darnos cuenta, para que andemos alegremente por el mundo repitiendo frases, bailes, fiestas, imágenes etc. que corresponden a una contribución, que ya hacemos nosotros a veces voluntariamente, para seguir siendo explotados, por ejemplo aquellas teorías que hay de carácter apocalíptico, que dicen que esto ya no tiene remedio, el discurso único que nos propone que “este es el fin de la historia” no el fin como aquí se acabo, sino que ésta era la finalidad, a esto queríamos llegar a donde estamos ahora.
Quieren convencernos que ya estamos en la parte más alta del desarrollo social, humano. Que ha esto queríamos llegar y ya llegamos...

No repitamos el discurso del patrón.

A propósito de este problema que me parece principal si hay una relación importante en el debate contra los discursos hegemónicos una buena tarea es comenzar desde el campo que cada cual tiene y preguntarnos qué es eso de la hegemonía de los discursos donde esta y como actúa y después cuánto ya me tragué y ni cuenta me di.
LOS DOCUMENTALISTAS Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES

por Miguel Mirra

Introducción

El 19 y 20 de diciembre de 2001 el pueblo argentino salió a las calles y al grito de “que se vayan todos” derribó al gobierno. Tal como dice el colectivo Situaciones ,

“la clausura del espacio y de las condiciones de comunicación con el sistema político dejó en evidencia la ruptura de las mediaciones políticas, reveló la impotencia de las instituciones partidarias y gubernamentales y abrió una interrogación sobre el futuro de los argentinos.

Pero además de una ruptura, esta movilización produjo una constatable nueva realidad: el surgimiento de relaciones sociales independientes del sistema y la cultura dominante: “Otra consecuencia de la ruptura de diciembre del 2001 fue la visibilización de un conjunto heterogéneo de formas de protagonismo social que fueron surgiendo en períodos disímiles y en relación a diferentes problemáticas y que, hasta diciembre, apenas si eran conocidos, tenidos en cuenta y valorados.
En este contexto surge el movimiento de los documentalistas, que se comprometió sin dudar con el nuevo movimiento social y se mantuvo junto a las asambleas populares, los trabajadores de las empresas recuperadas, los movimientos de trabajadores desocupados, los movimientos campesinos. De allí su pujanza y protagonismo en el terreno de la comunicación y la producción audiovisual en el presente, relevancia que se fue gestando por lo menos desde las movilizaciones de los fogoneros de Cutral Co, en 1996 y 1997.
Hoy, el conjunto del nuevo movimiento social surgido de las luchas contra las privatizaciones, la miseria y la desocupación se sostiene y resiste a pesar del chantaje y la propaganda oficial y el bombardeo de los medios masivos de comunicación.

El reto de los documentalistas

Frente a esta realidad, y desde el limitado ángulo de un trabajador de la cultura, valdría preguntarse: ¿Cuál es el papel que le cabe al documentalista comprometido con este movimiento social? ¿Debería contentarse con registrar y proyectar la imagen del nuevo movimiento, es decir mirar, y compartir la mirada?

“Mirar no implica actuar, (al menos no implica relacionarse). Entre uno y otro momento se entabla una dialéctica contradictoria de miradas que son de clase siempre. ¿Quién mira, cómo mira para qué mira?, un documental que sólo “mira” es sospechoso. Es falso que no se pueda teorizar críticamente sobre la “mirada”, es falso que esta sea poseedora de un principio autónomo de objetividad, es falso que la “mirada” por sí satisfaga las necesidades principales de cualquier relación humana. La mirada es sólo un momento de un proceso que queda incompleto si no pasa a categorías superiores de la lógica, como la praxis. “Mirada” no es sinónimo de claridad, reflexión, legibilidad no objetividad. Ni siquiera para el voyeurismo más patológico. Ante la pantalla que exhibe documentales ninguna mirada es de hecho pasiva. El que mira lo hace armado con una red social que lo acompaña en la experiencia particular pero que cobrará sentido sólo en el marco de sus dispositivos de clase, de la conciencia que de eso tenga y de cómo se predispone para la producción de sentido. ”
Fernando Buen Abad

Si mirar y hacer mirar no es suficiente ¿debería, entonces, echar mano a todos los medios, los métodos, técnicas e instrumentos que por su especialidad conozca y que considere capaces de auxiliar al movimiento social en el logro de sus objetivos, es decir pasar a la acción? ¿esa acción debería consistir en descubrir la forma de poner dichos medios en manos de los propios protagonistas?
Hace ya dos décadas, Adolfo Colombres e Isabel Hernández se plantearon las mismas preguntas con respecto a la cuestión indígena. A pesar de las obvias diferencias de actores sociales y situaciones históricas, veremos que los métodos de autogestión adoptados en las comunidades indígenas, así como el documental antropológico social, son caminos válidos para ser adaptados a la realidad de los nuevos movimientos sociales.
Sin duda, es un desafío el hecho de reflexionar sobre temas tan específicos para llegar luego a definir entre ellos una relación que a primera vista pareciera no existir. Es que creemos que tan lejanas no son las realidades y las tareas que han tenido por delante las comunidades indígenas sometidas por la conquista, de las realidades y las tareas que los trabajadores ocupados y desocupados tienen hoy en la realidad argentina bajo un estado “nacional” convertido en administración colonial. Afirmación esta última a primera vista aventurada, pero absolutamente justificada al ponerla en el contexto teórico y político definido por Franz Fanon en Los condenados de la tierra.
Esta es una de las principales razones por las cuales este documento intenta relacionar dos temas poco desarrollados en la realidad de la cultura audiovisual y socio-política actual: por un lado la teoría y la metodología del documental antropológico-social, y por otro la autogestión como una estrategia válida tanto para que el movimiento social afiance su identidad y logre auto representarse social y culturalmente, como para que la sociedad en su conjunto hoy en crisis encuentre y asuma el significado profundamente liberador del proceso de transformación social en marcha.
Frente a este reto volvemos a hacernos preguntas:
¿Cuál es el comienzo?
¿Cuál es el papel que frente al inicio de esta profunda renovación de conductas le cabe a los trabajadores de la cultura, en el más amplio sentido?
¿Cuál es el camino, la instancia organizativa que permitiría una acción conjunta y eficaz capaz de rescatar experiencias pasadas y perfeccionarlas, o de coordinar las actuales y enriquecerlas?
¿Cuál es el papel que en este sentido les compete a los trabajadores de la cultura y particularmente a los documentalistas?

Documental para la resistencia

Lucrecia Mastrángelo decía en su ponencia presentada al Foro Documentalista del año 2002, que “si esta historia la hemos de escribir entre todos, si la memoria es un puente necesario... si nos están quitando todo hasta el derecho a soñar , serán entonces los tiempos en que deberemos producir para la resistencia. Producir desde la autogestión y el compromiso, denunciando y poniendo en imágenes lo que no se ve... dando la palabra al oprimido, haciendo que éste sea sujeto y no objeto del filme. Multiplicando experiencias, debatiendo, reflotando las ideas del cine-acto generando la participación activa de los espectadores. Debemos tomar conciencia... y sencillamente multiplicarla.

Y agregaba que debemos cambiar los conceptos de producción para trabajar junto al movimiento social. Ya no será una idea creada desde la cabeza del director, ni siquiera desde un equipo de realizadores. Es necesario, decía ... “empezar a hablar de co-producción entre los realizadores y la propia gente en conflicto, generar un vínculo que permita la confianza y el trabajo compartido, posibilitar la toma de conciencia de lo que significa un medio puesto al servicio de los que hoy están excluidos, desamparados, o desaparecidos de la inserción laboral; hacer del documental una herramienta para la liberación, una suerte de devolución: cultura y arte restituyendo la dignidad perdida.

Por eso rechazamos de plano la generación de contra información como la actividad de los documentalistas en este contexto histórico. En la idea misma de contra información hay una clara contaminación paternalista y burocrática: el “pueblo” es tenido en cuenta sólo como receptor de un proceso informacional que otros generan por él; no tiene participación alguna más allá de formar parte del contenido de la información y una vez iniciado el proceso contra informacional no tiene acceso ni al control de la producción, ni de la distribución del producto informativo. Termina, en el mejor de los casos, siendo un mero consumidor.

”Las primeras películas del grupo Ukamau mostraban el estado de pobreza y miseria de algunas capas de la población. (...)fueron las proyecciones populares, las proyecciones en las minas o barrios marginales las que les abrieron los ojos a esos jóvenes cineastas y los ubicaron correctamente (...) Fue la misma gente del pueblo la que les hizo notar esos defectos, cuando les dijeron que ellos conocían casos mas terribles de pobreza y sufrimiento que los que los cineastas les mostraban; en otras palabras: con ese tipo de cine no se les daba a conocer nada nuevo. Los cineastas revolucionarios pensaron entonces que andaban por mal camino (...) puesto que esos obreros, esos campesinos, eran y son en Bolivia los protagonistas de la miseria, por lo tanto aparte de sentimentalizar a unos cuantos pequeño burgueses individualistas, ese cine no servía para nada.

Jorge Sanjinés

Además, la adopción de la falsa opción información - contra información lleva a caer en la subordinación con lo que el sistema genera como información. Y la contra información puesta en términos de opción frente a la información surgida del sistema, adoptando sus mismos recursos y mecanismos, inexorablemente aporta a la dialéctica fatal de información - desinformación que manejan los medios del sistema al servicio del poder que los genera.

“Cuánto más revolucionario sería darle la palabra al colonizado, al explotado, para que nos muestre su realidad tal cual es, con todas las grandezas y miserias de su humanidad, sin deformaciones interesadas en ilustrar otros postulados (...) Cuando el objeto del film, ese extraño u otro, es al mismo tiempo el sujeto creador, estamos transitando un camino de liberación.
Jorge Prelorán

Independencia política y autogestión

Pero además de cambiar los conceptos de producción y rechazar tajantemente el de contra información, es preciso introducir los conceptos de independencia política y de autogestión. Afirmaba Isabel Hernández que el concepto de independencia política hace referencia a las decisiones de un grupo humano auto identificado (una clase social, un pueblo) durante el proceso de constituirse en sujeto de su propia historia. Por su parte, la autogestión es la concreción metodológica, es el ejercicio orgánico de este principio; o sea la expresión organizada de los factores distintivos de pertenencia y poder. Y auto gestar no es participar. Esta última acción se refiere a la admisión de un determinado grupo humano en el desarrollo de una actividad que ya existe y que tiene vida propia en base a un sentido de ser que ya otros le imprimieron; tampoco implica cogestión, ni cooperativización, ni control de base. La autogestión debe ser entendida como el instrumento de poder y a su vez de aprendizaje en el ejercicio de la independencia política que necesariamente debe conducir los quehaceres concretos de la producción del movimiento social.
Obviamente, la autogestión cultural y la producción audiovisual no desembocan mecánicamente en el terreno de la independencia política, imprescindible para la consolidación de las nuevas formas de protagonismo social, pero aportan significativamente. Decía Isabel Hernández que “...no son formas independientes, y lo más probable es que frente a una realidad tan acuciante, promover la autogestión cultural, tarde o temprano implicará inaugurar un proceso de autogestión política”.
Los conceptos de independencia y autogestión se complementan respectivamente con los de auto representación ante la sociedad global y participación de las bases (democracia interna) frente al poder del estado y los aparatos burocráticos sindicales y políticos. Sin auto representación y democracia interna, el movimiento social nunca lograría definir políticamente el carácter que impone su presencia frente a un poder que lo desconoce y lo degrada. A su vez, sin estos dos aspectos fundamentales, el movimiento social “...correría el riesgo de reducir el conflicto social a saga folklórica, o desandar la historia en forma acrítica, embarcándose en nuevas utopías populistas. Mientras sea el propio pueblo quien haga conocer su historia, su visión de la sociedad y del poder, conjuntamente con las penurias de su avasallamiento, correrá menos peligro de elegir tales salidas”.
El debate desde las bases sobre éstos y otros aspectos relacionados a las necesidades de las comunidades, los barrios, las fábricas recuperadas, estará configurando en los hechos un proceso de movilización cultural permanente, y en este proceso que va más allá de las fronteras de los barrios o las galpones de las fábricas, es que el trabajador de la cultura, el documentalista, respetuoso de la independencia y la autogestión, deberá acrecentar su labor de acompañamiento y profundización de la auto representación del propio movimiento social. Por todo esto, definimos los procesos de autogestión documental, así como la acción de los trabajadores de la cultura y los documentalistas que la apoyan, como la línea estratégica de acción de primera prioridad a fortalecer en este momento histórico.

Autogestión y auto referenciamiento

¿Por dónde debemos empezar, entonces? ¿Cómo debemos posicionarnos en tanto que documentalistas? ¿Cuál debería ser nuestra mirada frente a nosotros y frente a los otros con los que conformamos el nuevo movimiento social?
“El otro ya no es objeto sino sujeto, que no es observado sino valorado; el otro semejante del que también puedo aprender, significa desterrar la discriminación de las minorías, la supremacía del poder frente a los que menos tienen. Significa promover el respeto por las diferencias con una actitud pensante, trabajar en el desarrollo de sujetos atravesados por la historia, capaces de producir transformaciones y no adaptarse simplemente a situaciones nuevas. La relación entre el documentalista y el sujeto del film, será casi una co-producción basada en el respeto, la confianza, el afecto y la responsabilidad compartida. Debe ser un proyecto común, facilitando la denuncia de situaciones injustas, pero no quedarse solamente allí, sino avanzar hacia la construcción de una alternativa de poder. Pero debemos asumir que no somos los iluminados que venimos a echar un poco de luz, sino que somos parte de una aldea global. . .somos también obreros del arte oprimidos y explotados por un sistema, no estamos a salvo ni somos los salvadores, simplemente aportamos lo que aprendimos a hacer, como herramienta de liberación”
Lucrecia Mastrángelo
El marco teórico

El grupo Bella Vista, de Córdoba, en su tesis de grado definen algunos conceptos teóricos, particularmente los referidos al auto referenciamiento como herramienta de transformación.
Al igual que Laura Tourn y Carlos y Alicia Cáceres , pensamos que en el trabajo documental junto al nuevo movimiento social nuestro punto de partida será el de “abrir un espacio de reflexión para volver a poner en valor la palabra... la palabra propia, la palabra que permanece al margen de los discursos del poder”. Pero ese "volver a poner en valor la palabra" debe estar acompañado de una transferencia de la técnica y el lenguaje, que legitime y posibilite la efectiva comunicación de los “nuevos documentalistas" pertenecientes al propio movimiento social.
Siguiendo la propuesta del equipo Bella Vista, uno de los principales objetivos tiene que ser el de promover la revisión de las representaciones sociales de los “protagonistas realizadores” integrantes de las organizaciones de base del movimiento social y del espectador interno y externo de la organización, a partir de la puesta en común de una representación construida por esos mismos protagonistas.
Es evidente que en la estructura del discurso mediático, según cuáles sean los rasgos y representaciones que se prioricen, se fortifican ciertas lecturas sobre la realidad y se debilitan otras. Este proceder abre un espacio al poder para comunicar, reforzar y consolidar, a través de los medios de comunicación, por ejemplo, el estigma sostenido por los grupos hegemónicos sobre los sectores populares.
“Estigma, entendido como "un rasgo de connotaciones sociales negativas, no por tratarse de características despreciables en sí mismas, sino por construir significaciones que han ido elaborando los sujetos sociales". Elaboración ésta, que no es ni más ni menos que la "representación social" que de los estigmatizados construye un grupo que se encuentra en situación de poder respecto de los mismos. De este modo, "la utilización del estigma (...) interviene decididamente en las sucesivas redefiniciones sociales como si fueran constantes negociaciones acerca de cuáles son las limitaciones y las ventajas que este rasgo peculiar impone". El estigma aparece, entonces, como un atributo que no sólo se impone desde el poder hegemónico, sino que además se asume desde los estigmatizados (...) En este sentido, la lectura de estos rasgos es percibida por los mismos estigmatizados desde una perspectiva fatalista, como algo dado, imposible de modificar.
Todo esto está en concordancia, como dice el equipo Bella Vista, con el fenómeno de la "trampa social o tragedia del hombre común" ya que: "a medida que aumenta el grado de carencia social y económica, disminuye el reconocimiento de las necesidades básicas 'no tan obvias' de un grupo social. Cuanto mayor es la privación sufrida por un grupo, tanto más dificultoso resulta el reconocimiento de sus necesidades objetivas." Incorporar otra mirada en la estructura del discurso mediático se nos presentará quizá como una forma de cuestionar, las relaciones que éste pretende reforzar. La construcción de una imagen representativa de algunos aspectos de la identidad de los nuevos protagonistas realizadores, plantea una revisión obligada del estigma del que son depositarios.
Pretenderemos entonces que la realización audiovisual sea abordada como un medio para objetivar las representaciones sociales de los actores intervinientes.
"Cada uno, cineasta incluido, se encuentra bajo la mirada de los demás y hasta inclusive las cosas, cuando nos devuelven nuestra mirada, nos la dan cargada de ellas, modificadas por ellas...La mirada nunca es solamente la mirada del hombre sobre el mundo, es también (y a veces sobre todo) la mirada del mundo sobre el hombre” y la mirada nunca es sólo mirada, sino también acción del hombre sobre el mundo y del mundo sobre el hombre; hombre, además, entendido como ser social y mundo entendido como una construcción social de la realidad.
Concretamente al interior de la realización documental esa dimensión reflexiva de la mirada y la acción que la mirada implica es propuesta por el equipo Bella Vista en la idea de la "auto representación" como un modo del proceder documental. "Cuando la representación de un objeto exige la adecuación a este objeto, la solución más adecuada es que dicho 'objeto' se represente a sí mismo (...) Porque una presentación desde fuera, por muy sutil que sea, no siempre llega a ser adecuada al objeto representado". Esta idea, por un lado, supone un rol diferente para el "representado" en el relato documental, pero por otro, la explicitación de la existencia de un espectador, con cuya sola presencia participa del relato.
Una representación social siempre establece, en definitiva, una relación sujeto-sujeto. En nuestra propuesta los protagonistas realizadores y el espectador a través de ellos, estarían adquiriendo las herramientas para replantear sus mutuas representaciones. El hecho de constituirse en sujetos de su propio relato, implicaría a la vez, que el espectador los reconociera como sujetos constructores de una "realidad social". Llegado a este punto, es lícito que nos preguntemos cuál sería el lugar del documentalista. Si la auto representación que proponemos supone que el "objeto" sea "sujeto" ¿Cuál es el nuevo lugar del realizador para favorecer ese "ser sujeto" de la realización?
Creemos que ese lugar tiene que ser entendido como un espacio de trabajo conjunto del equipo realizador (que se "auto representa"), con el equipo de documentalistas. En este encuentro se generará un espacio de análisis y discusión acerca de los aspectos que se trabajarán, el abordaje, las prioridades temáticas. La finalidad es el logro de un producto documental que exprese las necesidades, alternativas, expectativas e insatisfacciones del grupo participante, y por proyección de las mismas, las colectivas. El sujeto será "sujeto" de su propio relato como actor y autor a la vez. Ese "mostrarse", ese "presentarse" y para ello construir la "representación", es lo que denominamos "auto representación".
Pero este proceso debe estar acompañado de una transferencia de la técnica, que legitime y posibilite la efectiva comunicación de los "nuevos documentalistas".
Y entonces nos queda claro el objetivo de nuestra participación en el proceso, ya que es a partir de este planteo limitaremos nuestro rol a la transferencia de elementos técnicos y al “...acompañamiento de los protagonistas en el proceso de auto representarse, participando de situaciones de reflexión sobre su relación con el mundo a partir de la explicitación de la existencia de un "otro" espectador”.
El momento del montaje, como procedimiento de clausura del relato abierto, se presenta como un espacio donde se concretan las decisiones definitivas en cuanto al relato. Se define el qué digo, qué elijo mostrar, cómo quiero que el espectador me conozca y reconozca, a través de la representación sobre mí y mi realidad. Y es en ese "delimitar" la imagen que elijo presentar a un "otro" donde “...el montaje se constituye como un momento de crisis para el sujeto constructor de su propio relato, que deberá superar para concluir su trabajo realizativo y pasar a la etapa de exhibición.
La apropiación de la técnica audiovisual posibilitará al grupo representado una nueva instancia de reflexión y de exposición de su propio discurso. Pero, “....a su vez la exhibición del documental les proporcionará elementos para hacer una lectura analítica, posibilitando una re-visión en los otros actores sociales, de los discursos con los que determinan la imagen social del grupo representado.
La importancia de este recorrido puede ser subrayada en los siguientes términos: "Así como resulta evidente que la comunicación de algo presume el conocimiento de aquello que se comunica, no suele verse con la misma claridad que la inversa también se da: al pleno conocimiento de ese algo se llega cuando existe la ocasión y la exigencia de comunicarlo. Es en ese esfuerzo de socialización donde se va profundizando en el conocimiento a ser comunicado y descubriendo aspectos hasta entonces apenas vagamente intuidos de la cuestión en estudio; en el pre-diálogo imaginario con los destinatarios van apareciendo los contra-argumentos, los vacíos, debilidades y contradicciones de unas nociones que aparentaban coherentes y sólidas; y se va llegando a la formulación de un pensamiento propio al que difícilmente se arribaría sin interlocutores, presentes o distantes."
Y para terminar, volvemos a Isabel Hernández: “sólo queremos expresar que en nuestra opinión, una sociedad de esta forma motivada e incentivada hacia la autogestión y la participación en la movilización es una sociedad de hecho involucrada en un proceso de transformación cultural y social capaz de enfrentar desafíos hoy no imaginables”.

Una experiencia confluyente

La Lic. Gabriela González Fuentes , ha realizado un trabajo de investigación para la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela sobre un canal de la televisión comunitaria de su país. En él arriba de manera independiente a resultados parecidos a los previstos por nosotros y establece fundamentos y objetivos que ponen en estrecha relación la propuesta del Movimiento de Documentalistas con la de la televisión comunitaria venezolana: “...Catia Tve, tiene dos vertientes de trabajo, una dirigida a establecer fuertes vínculos con la comunidad a través de la capacitación en el área de la producción, vertiente que garantiza, una programación comunitaria permanente y su acercamiento creador a la obra audiovisual; la otra vertiente, está dirigida a instalar y consolidar la infraestructura técnica y operativa que permite la transmisión de esta programación a toda la comunidad del oeste”.
Para ello han desarrollado talleres de formación que se han caracterizado por brindar las herramientas teóricas metodológicas necesarias para que los colectivos pertenecientes a los distintos sectores de la comunidad se conformen y consoliden en equipos autónomos de producción audiovisual, que permitan a los equipos comunitarios, realizar producciones vinculadas con sus procesos y necesidades. Es importante señalar –dice la autora- que “....el video les ha permitido a cada uno de los participantes pasar de pronto, del rol de consumidores pasivos de la información al de productores altamente participativos”.
Así, los talleres de formación organizados por la Televisora Comunitaria del Oeste buscan consolidar Equipos Comunitarios de Producción Audiovisual Independientes, en los cuales los participantes, luego de haber adquirido los conocimientos básicos para producir en video, pueden trabajar de forma autónoma “...decidiendo no sólo sobre cual o tal tema quieren producir, sino que pueden inventar cotidianamente desde qué estética quieren hablar, puesto que este equipo considera que los realizadores comunitarios no sólo tienen muchas cosas que decir, sino que cuentan con un sin número de vivencias, por demás únicas y especiales, capaces no sólo de producir historias nuevas, sino de crear nuevos lenguajes para contarlas”.
Los talleres de formación de Catia Tve se dictan a los miembros de las comunidades con el propósito de que éstos obtengan un alto nivel de capacitación en el área audiovisual, y lograr de esta forma, “...que por primera vez las comunidades populares tengan acceso al producción de los discursos audiovisuales y puedan convertirse en autoras y protagonistas de su propia historia.”
No se trata, como es evidente de un grupo de intelectuales que posee los medios para emitir una señal televisiva y que decide cuándo y dónde emitir ofreciéndosela al movimiento social desde afuera, sino que es el propio movimiento social el que produce y emite. No hay tampoco en esta experiencia la idea de producir una señal al sólo efecto propagandístico útil al grupo poseedor del medio de emisión.
En este sentido, remarca la autora: “Cada uno de los productores independientes es responsable del mensaje que produce, y no la Televisora, puesto que la televisora, al igual que el teléfono, es el medio por el que circula el mensaje, pero quien lo produce, es quien habla, y en este caso los que tienen la palabra son los productores independientes y no la televisora”.
La puesta en marcha de experiencias genuinas de televisión comunitaria será un paso próximo a partir de la confluencia de múltiples experiencias. Por ahora, la propuesta de la televisión comunitaria venezolana nos ha servido sobre todo para reforzar los principios metodológicos que sostenemos para la producción documental en nuestro país.

La experiencia piloto

El original de esta ponencia fue un documento escrito a principios de 2003 como material de debate interno del Movimiento de Documentalistas a partir del cuál se iniciaron las experiencias de los Talleres Documentales de Base. Algunas situaciones difíciles tuvieron que ser enfrentadas y asumidas, pero podemos sacar como conclusión que la calidad de esas experiencias y el funcionamiento hoy de esos talleres en distintos barrios del gran Buenos Aires demuestra la vigencia y eficacia del aporte teórico y metodológico generado por ese material desarrollado con el aporte y el debate del conjunto de los compañeros del Movimiento. Uno de sus logros fundamentales fue el propio crecimiento como documentalistas de los compañeros que participaron directamente en el proceso de autogestión documental, ya que la relación con los movimientos de los barrios, con sus formas de organización y movilización enriqueció su mirada y su acción al tiempo que, a través suyo, aportó al salto cualitativo político presente del Movimiento de Documentalistas.
Sin embargo, este trabajo no estaría completo sin la exposición de una experiencia concreta. Para ello tomaremos el Taller Documental de Base
desarrollado por el Movimiento de Documentalistas junto al Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza.

El Taller de la Matanza

Dice Fernando Álvarez , uno de los coordinadores, en su informe sobre el Taller : “En el caso del MTD de La Matanza el único dato que teníamos era que un miembro de ese grupo llamado Toty Flores había escrito un libro con un título promisorio “De la culpa a la Autogestión”.
El propio Toty Flores, referente del MTD de La Matanza, describe los comienzos del taller: “Así fue como un día de Marzo del año dos mil tres -Febrero, dicen algunos compañeros- llegaron por la Escuela abandonada donde funciona nuestro Centro, Miguel Mirra, Alejo Araujo y Fernando Álvarez, dicen ser de un Movimiento de Documentalistas y que trabajan con videos. Nos contaron que hacían, hablaron de su compromiso militante con los cambios de la sociedad, y entre mate y mate fuimos enterándonos de para qué servia hacer videos documentales. Acordamos iniciar un intercambio que consistía en principio, en la capacitación para el manejo de cámaras y otras yerbas a un grupo de compañeros del MTD y con el tiempo llegar a crear nuestros propios documentales”.
A su vez, Fernando Álvarez recuerda así ese primer encuentro: “Nos recibieron en una ronda, allí explicamos brevemente nuestra propuesta. Básicamente que aprendan lo básico del lenguaje audiovisual y así puedan crear su propia imagen . No solo ellos sino también la gente del barrio que quiera hacerlo. La gente podrá decir lo que quiera, no habrá lugar a censuras ni enojos, advertimos. Esa es una propuesta ética y política con la que estamos de acuerdo –nos respondieron. De modo que aceptaron con gusto y acordamos empezar la semana siguiente”.
Toty Flores continúa describiendo los primero pasos: ”A los pocos días comenzaron con la tarea Jorge, Vilma, Nélida, Ileana, Pablito, Israel y otros compañeros que fueron convocados para aprender los secretos del manejo de las cámaras. Ese mismo día, Miguel, Alejo y Fernando nos dejaron un Documento y nos dijeron que era interno de su agrupación. ¿Exagerada confianza? ¿Una nueva y hermosa manera de relacionarse? La cuestión es que el documento era un escrito que daba ganas de estar de acuerdo. Nosotros también abrimos nuestros corazones y se empezó a filmar como nunca nadie lo había hecho antes, reuniones donde el debate transcurría con dureza, tal cual son nuestras costumbres y, sin embargo, el ojo indiscreto de la cámara no era un impedimento para que cada compañero expresara lo que en ese momento sentía. La confianza en el proyecto en conjunto, la confianza en que nada nos cambiaria en nuestra forma de construcción o quién sabe que mecanismos desconocidos para nosotros hicieron que la relación fuera realmente asombrosa. El neoliberalismo que cimentó su accionar en la desconfianza para desarticular las posibilidades de interacción entre grupos tan diversos perdía una pequeña batalla”.
El resultado del Taller de La Matanza fue la realización integral de su primer trabajo documental titulado “La realidad que construimos”, presentado el 19 de Junio de 2004 en el marco de la Jornada Lenguas y Lenguajes realizada en el Hotel Bauen recuperado.
Dice Fernando Álvarez en su informe: “Repasando el año transcurrido creo que la experiencia ha sido muy rica para todos. No hubo un sujeto que observa y un objeto que es observado. Y se gestó una relación de reciprocidad ”.
Una relación de reciprocidad y respeto que permitió avanzar en acuerdos más profundos. Así vio, en lo concreto, Toty Flores esta relación: “Con el mismo grado de audacia –creo- que tenemos en el MTD para transitar los espacios de construcción de pensamiento o meternos en discusiones sobre el arte y otras cuestiones reservadas solo para los eruditos, el Movimiento de Documentalistas me propone ocupar un espacio de “cursista”, en el módulo que se refiere a los Movimientos Sociales en un seminario que ellos realizarían a mitad del año dos mil tres, en un edificio de la calle Piedras. ¡Un nuevo desafío. Por supuesto tenemos experiencias de charlas en las Facultades, Seminarios, Foros, pero siempre, de alguna manera, nuestra intervención fue desde el lugar de “objeto de estudio”, continuamente éramos “el caso” y la interpretación de lo que nos pasaba, la daban otros, los que sin lugar a dudas tienen muchísima más capacidad intelectual para hacerlo que nosotros. Ahora era totalmente distinto. Puntualmente, la propuesta fue de establecer cuatro momentos, un día fijo por semana, durante un mes. Estuvimos juntos: los interesados por el arte se encontraron con alguien que les contaba la experiencia de vida de las familias marginadas, pero que también opinaba cuando lo creía conveniente, sobre por dónde pasa la resolución de los problemas que aquejan a la humanidad. Nadie me dijo qué tenía que decir, de qué tema tenía que hablar o no hablar, como muchas veces se acostumbra en otros ámbitos, la temática la fuimos desarrollando entre todos”.
Fernando Álvarez escribía entonces algunas reflexiones ”telegráficas” : “-La producción de imágenes está monopolizada por gente que se beneficia económicamente de ello. -Le han expropiado a los pueblos la posibilidad de generar imágenes y no pueden desarrollarse autónomamente si no la recuperan. -El imaginarse desencadena la acción y la orienta. -Para empezar cualquier empresa por lo menos hay que poder imaginarse el primer paso. - La posibilidad de auto valorarse tiene directa relación con apropiarse del lugar del narrador. - El sistema no valora a los seres humanos porque para él solo cuentan en su faz económica. - Restituir la capacidad de imaginarse, de imaginar al otro, y poder expresarlo es central para poder resignificarse. - Mientras sean los que usufructúan este sistema los que nos digan qué pasa y qué va a pasar en el futuro, tratarán de hacernos creer que ha llegado el fin de la historia, que en los barrios lo único que crece son los pibes chorros, que todos los excluidos salen de caño a chorear o son piltrafas que ni siquiera sirven para eso, y que en un futuro cercano Terminator o un huevón de ese tipo nos va a correr a los tiros en un mundo donde las iniquidades se habrán potenciado al infinito. - Aún cuando la competencia parezca desproporcionada, los pueblos que se movilizan tienen que poder narrar la historia, la que ellos quieren vivir”.
Y decía Toty Flores, como balance final del Taller: “Puedo afirmar, sin temor a equivocarme que los espacios de libertad que nos propusimos construir se multiplicaron por todas partes. Esta experiencia es la demostración palpable de que existen. No es un lugar, no es un espacio. Son infinidades de partículas que pujan por salir y desplegarse. Es el pensamiento, es la política hecha acción que busca y busca nuevas formas de relaciones sociales. (...) De pronto un metalúrgico desocupado se da cuenta que puede ser costurero, panadero, editorialista, compilador de libros, conferencista, docente en un curso de videastas. Sujeto de su propia historia, actor, protagonista, insurrecto, insurgente, sedicioso. ¿Quién nos convence ahora de que ya no servimos para nada?”
El cuestionamiento que descarga la experiencia del Movimiento de Documentalistas sobre el modo de producción documental tradicional en relación con los nuevos movimientos sociales tiene dos ejes claros: el primero es con relación al autor, ya que aparece con fuerza la colectivización de la autoría y la inclusión del protagonista social en esa autoría. El segundo eje es la de la eliminación del documentalista testigo y la aparición del documentalista como protagonista del proceso social en acción en el documental.

Bibliografía: Lucrecia Matrángelo Documental para la resistencia ; Isabel Hernández Documental antropológico y autogestión ; Adolfo Colombres Cine, antropología y colonialismo ; Jorge Sanjinés, Teoría y práctica de un cine junto al pueblo ; Laura Tourn, Alicia y Carlos Cáceres, Tesis de Licenciatura, Universidad de Córdoba ; Paulo Freire, Pedagogía del oprimido ; Franz Fanon, Los condenados de la tierra ; Adolfo Colombres Manual del Promotor Cultural ; Autor colectivo El Documental en Movimiento ; Toty Flores De la culpa a la Autogestión

LOS MEDIOS ESTATALES EN AMERICA LATINA
por Miguel Mirra

Ponencia debatida en el Foro Latinoamericano del Documental y la Comunicación, Buenos Aires 2005.

Tesis:
Los medios estatales en América Latina son herramientas al servicio del poder de turno en el seno del estado capitalista. Hoy están unos, pero mañana pueden estar otros.
Conclusión:
Apostar a su construcción y crecimiento implica necesariamente aportar a fortalecer los mecanismos de dominación comunicacional del estado capitalista sobre el pueblo trabajador. Esto se refleja en pantalla, aunque el discurso declamado fuera de pantalla aparezca como democrático, e incluso alternativo.

Para exponer rápidamente el tema, y haciendo un nada ingenuo reduccionismo, basta con hacernos algunas preguntas sencillas sobre estos medios estatales. Sus respuestas serán reveladoras.
¿Quién es el propietario del medio de producción comunicacional?
Respuesta: El estado capitalista.
¿Quién decide la programación?
Respuesta: Funcionarios a sueldo del estado capitalista (1).
¿Qué participación tiene la comunidad en la línea editorial y la programación?
Respuesta: Ninguna.
La comunidad sólo funciona allí como objeto y consumidor, nunca accede a ser un sujeto productor de contenidos.
Sin embargo, hay quiénes apuestan a participar de los medios estatales desde la "izquierda" para fortalecerse sin tener en cuenta que así en realidad fortalecen al enemigo.
Y lo peor es que en esa dialéctica, y para desarrollar esa política, las dos partes coinciden en los mismos macaneos. Ambos necesitan mistificar el sistema estatal capitalista en los medios con el objeto de legitimarlo. Para los que participan desde la "izquierda" esa legitimación es necesaria a dos puntas: ante sí para mantenerse a salvo de culpas políticas por su capitulación a la maniobra coptadora del estado y ante los independientes para sortear los pruritos ideológicos que pudieran impedir o retacear su voluntaria inclusión en el sistema mediático estatal.
El fondo de la maniobra legitimadora consiste en ocultar deliberadamente que la participación en esos canales, sin cambiar de raíz todo el sistema de propiedad de los medios de producción capitalistas y sin cuestionar de raíz este mecanismo fundamental de control social en beneficio de los explotadores es aportar desde la izquierda a la dialéctica fatal de comunicación-manipulación de la que se sirve el capitalismo desde que aprendió a disfrazarse de "progresista".
Es una realidad incontestable que todo proyecto de aportar al sistema comunicacional del estado capitalista para "ocuparlo" desde adentro implica en última instancia y necesariamente -independientemente del discurso que lo sostenga- el no cuestionamiento de sus fundamentos de clase. A pesar de la muy conveniente coartada gramsciana.
Este tipo de participación en la comunicación le facilita en definitiva al sistema el maquillaje progresista que aporta inevitablemente al sostenimiento de las condiciones de explotación y de opresión de la conciencia histórica, social y política del pueblo.
Una conclusión apresurada, sin embargo, podría ser que no debemos participar como documentalistas de la problemática comunicacional. Pero no es esto lo que proponemos. Nuestra idea, cuyos principios metodológicos son los mismos que expusimos para la participación de los documentalistas junto a los movimientos sociales en "El reto de los Documentalistas" (2), es que podemos y debemos participar, pero desde una perspectiva liberadora.
¿Cómo? Utilizando el documental como herramienta de resistencia de los movimientos sociales frente a la comunicación discriminatoria del sistema. Facilitando el acceso de los protagonistas sociales a documentales que ayuden a la autogestión informativa. Aportando material documental a las cátedras libres, centros de estudiantes, sindicatos y medios independientes que decidan luchar por una comunicación para la liberación.
Generando nuevas formas de comunicación. Creando medios como La Tribu, las radios del Mocase, Catia TV o TV Libre de La Matanza. Obteniendo recursos de las organizaciones sociales o arrancándoselos a los funcionarios para producir junto a los trabajadores y el pueblo y no para los medios del sistema que ayudan a dominarlos y explotarlos.
Claro, un proyecto así no ofrece grandes réditos inmediatos para el aparato político. Tampoco ofrece prestigio académico, publicaciones, cátedras y contratos universitarios.
Pero es una apuesta a una comunicación para la liberación.
¿No alcanza?

(1) Vale aclarar que no nos estamos refiriendo a los trabajadores que dependen de un salario. Ellos son los primeros explotados por el estado capitalista en los medios. Así, toda referencia a los medios estatales debe implicar en primer lugar, y sin excusa "táctica" alguna, la denuncia de la explotación que sufren sus trabajadores.
(2) "El reto de los Documentalistas" ensayo de Miguel Mirra premiado en el Concurso Pensar a Contracorriente organizado por el Ministerio de
Cultura de Cuba, el Instituto Cubano del Libro y su Editorial Ciencias Sociales.
MOVIMIENTO Y POLÍTICA

por Miguel Mirra

Ponencia presentada ante la Mesa de Metodología y Políticas

Está claro que el Movimiento de Documentalistas, en su corta pero rica historia, ha demostrado que no es, ni se parece, a un siniestro aparato estalinista. Pero el Movimiento de Documentalistas tampoco es, ni se parece, a una monolítica y autocomplaciente secta de izquierda cuasi troskista. No es que seamos analfabetos políticos, sino simplemente que no queremos reivindicarnos ni partido, ni obrero, ni de masas. No nos consideramos a nosotros mismos como vanguardia ni en el sentido político, ni artístico. No queremos estar adelante de nadie. No nos sentimos mejores que nadie, ni más esclarecidos, ni más concientizados. No queremos encarcelar nuestra lucha de años en la jaula de las sectas, queremos que camine libre en el movimiento y en la acción.

Tampoco creemos que el Movimiento de Documentalistas deba desarrollar su “conciencia de clase”, y menos aún encaminarse a una integración organizada y crítica con “grupos avanzados teórica y prácticamente”. Todo lo contrario. Queremos alejarnos de las capillas y camarillas para caminar gastando suela junto al pueblo movilizado: no tenemos casi nada que enseñarle y sí mucho por aprender. Aquéllos que en este país se dicen los portadores del pensamiento más avanzado se debaten desde hace años en discusiones estériles, se la pasan citando todo el tiempo a los “clásicos” en vez de pensar con su propia cabeza, desprecian toda manifestación artística que no se subordine al programa del “partido” y editan pasquines lamentables por su contenido y por su forma.

Cualquier intento por imponer la idea de unificar concepciones o igualar posiciones ideológicas o políticas va en contra del espíritu que originó el movimiento, en contra de la experiencia de su trabajo y crecimiento y atenta directamente contra sus mejores logros: la pluralidad, la diferencia, la contradicción dinámica interna que lo ha hecho ser lo que es y significar lo que significa.
Es que en el Movimiento de Documentalistas conviven y luchan compañeros de muy diferente origen, formación y trayectoria: peronistas, anarquistas, socialistas de diferentes vertientes y hasta luxemburguistas. También están aquellos que prefieren definirse políticamente como existencialistas o surrealistas. ¿Es un signo de debilidad que no haya en el Movimiento de Documentalistas un pensamiento hegemónico?
Todo lo contrario.
Ese es uno de sus fundamentos y tal vez su mayor fortaleza.
¡Lo grandioso no es que todos pensemos igual, sino que todos pensamos diferente!
¿Quién dice que para que el movimiento crezca hay que ponerse de acuerdo en que la lucha de clases es motor de la historia y la columna del pensamiento? Es decir ¿quién puede afirmar que para moverse en conjunto es necesario atarse a la columna de otro?
Efectivamente dentro del Movimiento hay quienes sostienen que la lucha de clases es el motor de la historia, pero también hay quienes creen que lo es la lucha permanente del individuo contra el estado y hay quienes defienden la idea de que los son pueblos contra los imperios.
Hay quien aboga por un futuro de colectivización de la propiedad, otros con la defensa de la propiedad individual asociada, otros piensan un una propiedad comunitaria y otros directamente reniegan de toda concepto de propiedad. ¿Estamos de acuerdo en estos puntos? Por supuesto que no. ¿Pero en qué manual del perfecto intelectual está escrito que debemos colgar el retrato de Marx en cada debate?
¿Si tenemos referentes? Sí claro. Cada uno tiene el suyo y entre todos compartimos otros. Entre los de cada uno están Eva Perón, Carlos Marx, el Che Guevara, León Trotsky, Bakunin, André Breton, Rosa Luxemburgo, John William Cooke, Jean Paul Sartre, Franz Fanon, Tupac Katari, el subcomandante Marcos. Entre todos compartimos a Raymundo Gleyzer y Rodolfo Walsh. ¿No basta?
El Movimiento de Documentalistas no tiene ni motivaciones ni objetivos trascendentes al propio movimiento. Tanto sus motivaciones como sus objetivos surgen de la interrelación entre las motivaciones y objetivos de sus miembros en relación con el movimiento social. Tampoco existen los “a priori”, fuera de los propios procesos de movilización y crecimiento individual y colectivo. No hay condiciones establecidas, ni juramentos de fidelidad, disciplina o subordinación a comités centrales, o a los cuerpos orgánicos, o a los programas mínimos y máximos, de transición, de Huerta Grande o Lacandona. Tampoco hay imposiciones estéticas o ideológicas.

Sólo algunas pautas metodológicas y de principios. A saber: no imponer las ideas propias a los demás, colaborar con los proyectos y relacionarse en la reciprocidad y la solidaridad con los compañeros. Independencia del poder político y económico y de los aparatos burocráticos políticos, sociales o gremiales. Siempre marchar junto a los explotados, los oprimidos, los discriminados. ¿No alcanza con eso?

NUEVOS EDITORIALES DE LA CUADRILLA

por Fernando Alvarez

En el primer programa del ciclo 2005:

Ir al encuentro de gente
sus ansias sus dioses
sus más y sus menos

Buscar y encontrar
la alegría del trabajo
debajo de la piel o de las piedras

Fijar la mirada es ese
que es mi igual
y reconocerme y conocerme en sus pliegues
en sus silencios y en su voz
tratarlo con respeto, como si fuera a hacer con él el mundo

Y, ya que estamos,
empezar a hacerlo hoy, ahora
para qué esperar
no nos han dejado nada que esperar.



Hoy invitamos a participar del programa al director de la película Misionaire y a su productora. Esta película se basa en la vida de una monja que se salvó de desaparecer junto con dos compañeras que ayudaban a las madres durante la dictadura y se reunían en la Iglesia de la Santa Cruz, en 24 de Noviembre y Estados unidos.
Por estos días se murió el papa y como la fe ya no es lo que era y ni siquiera ella se salva de la máxima que dice: “lo que no está en televisión no existe”, tuvimos muerte en vivo, reportes paso a paso, y una multitud que, como no la calculó la policía federal, se estimó en cuatro millones de personas.
Su procedencia, más de espectadores de televisión que de peregrinos habituales, se delataba en los carteles que portaban pidiendo la santificación instantánea del papa. Como si la santidad se votara, como en un reality show.
Por otra parte la noticia vino acompañada con la de que a un obispo argentino lo pueden elegir papa. Con este motivo, el domingo pasado en un diario de esta ciudad se publicó la denuncia de que este hombre habría colaborado con la dictadura entregando curas a los que consideraba con conexiones con la subversión.
¿Porqué, desde que un emperador romano la convirtió en religión oficial del imperio, siempre la iglesia a sido manejada por estos siniestros personajes?
Cuando me encuentro con este tipo de noticias me surge una pregunta que hago con el mayor de los respetos:
¿La gente como las monjas francesas o los curas palotinos o tantos curas obreros que andan por los barrios, no fueron y son funcionales al poder que se encarna en estos tipos? ¿Los que son como el señor obispo no necesitan de gente que se embarre las patas para llevar su poder hasta los confines de la sociedad?
Son preguntas que me hago y que tal vez alguna vez, sería bueno que me las pudiera responder.


Desde hace tiempo los aparatos políticos avanzan sobre las organizaciones populares, en muchos casos con los dineros que reparte discrecionalmente el gobierno. Hoy avanzan sobre IMPA.

Un oportunista o un grupo de ellos, de los tantos que hay en el negocio de la política se ha montado sobre las dificultades que atraviesa la emblemática fábrica para tratar de cambiar su signo.
La Policía Federal que debía desalojar a los usurpadores reprimió a los auténticos trabajadores que resistían en la puerta de la empresa.
Molestan los auténticos movimientos sociales, molesta una fábrica que hace punta y es ejemplo de aquello de lo que son capaces los trabajadores.
Y sobre todo molesta la alianza que representa IMPA, la que espontáneamente se dio en la calle a partir del 19 de diciembre del 2001, cuando amplísimos sectores de las capas medias y los trabajadores ocupados o desocupados decidieron que no aguantaban más a toda la basura encaramada en el poder y salieron a hacer de nuevo la Argentina.
Eso es lo que está en juego. Sobre eso es que avanzan, para borrar toda posibilidad de cambio. Disfrazados de gatopardo.
La semana pasada, un grupo minoritario de IMPA tomó la fábrica y dejó afuera a la mayoría de los trabajadores.
Los ocupantes eran empujados por gente cercana al poder, algunos lo hacían por la promesa de un futuro económico promisorio y otros intentaban cubrir el robo sistemático de materia prima a la cooperativa.
Más allá del claro avance de sectores afines al gobierno sobre las fábricas recuperadas ¿No es hora de repensar qué pasa con la gente? ¿Por qué se deja seducir por estos cantos de sirena? ¿Por qué muchos compañeros quieren ser estafados una vez más? ¿Qué lleva a algunos trabajadores delegar su protagonismo? ¿No será que los oportunistas medran por esta delegación? ¿No es por eso que se abren paso personajes de la laya de Caro, ayer candidato a intendente de Avellaneda por el partido de Rico, ahora kirchnerista, y siempre alcahuete?
Una vez más tenemos muchas preguntas y ninguna respuesta.



Hace 195 años, los vecinos de Buenos Aires inauguraban con su presencia fuera del cabildo un espacio que, de allí en adelante sería el espacio de interpelación del poder. Fue en Mayo de 1810.
Por allí pasaron los excluidos durante los gobiernos fraudulentos del siglo XIX, comerciantes e industriales a principios del siglo XX , después los trabajadores, las Madres, y en los últimos diez años los desocupados. A lo largo de la historia a habido siempre una sociedad civil dispuesta a ir al centro del poder a expresar su reclamo.
Mañana se realiza la primera transmisión del Canal 21 TV libre, en la Juanita a 28kms. de esa Plaza. Este emprendimiento que lanzamos en
común con el MTD de la Matanza, pretende ser un instrumento que transforme el reclamo en acción positiva.
Restituirle a los trabajadores ocupados o desocupados la posibilidad de narrar su historia, de generar su propia imagen, de comunicar con su voz es una tarea digna.
Mañana empieza, muy modestamente por cierto, pero sin techo.



Los candidatos disputan por ver quién será en definitiva candidato electo, y es tan claro que no les interesa la gente que en páginas y páginas de diarios no se habla de ella y sus necesidades sino de acuerdos, tironeos, escaramuzas verbales e improperios que van subiendo de tono a medida que se acerca la fecha de la elección; todo en una desesperada carrera por aparecer en los medios.
Ibarra se ha convertido en un salvavidas de plomo y es vapuleado por gente de igual o peor calaña mientras él mientras termina de mostrar su indignidad, aferrándose al gobierno nacional, que lo aparta como si fuera un perro sarnoso.
Por otro lado, el sacerdote a cargo de la Pastoral Social de la Iglesia Católica saca una declaración en donde dice “los argentinos hemos sido sucesivamente filo guerrilleros y filo represores” y “la represión se pudo imponer por la indiferencia y la falte de discernimiento de la sociedad”.
Es claro, si todos somos responsables de la represión nadie es responsable.
Alguien debiera avisarle a estos obispos que cuando uno generaliza, en realidad solo habla de uno mismo. No existen los argentinos como una unidad sicosocial, pero si existe la política de la iglesia.
Mientras tanto, una mujer, joven y pobre (tres pecados) probablemente violada, es condenada a 14 años de prisión, y en ese caso, no hay falta de discernimiento ni indiferencia.
La política nació cuando hubo que ocuparse de la cosa pública, lo de todos. La religión nació cuando el hombre necesitó religarse con los planos superiores de la espiritualidad. A ésto algunos lo llaman dios.
Si bien las dos cosas pueden ser buenas, los que se apropiaron de ellas hace rato que dejaron de serlo.



Como ya he dicho en otras oportunidades creo que en la sociedad humana no existe nada que sea natural. No hay naturaleza en las relaciones de producción, en el régimen de propiedad que impera, en la estratificación social y, ni siquiera en la patria. Todas estas son construcciones humanas.
Tomemos un ejemplo:
En 1938, el gobierno de entonces instauró el 20 de Junio como Día de la Bandera. La fecha fue elegida por ser aniversario de la muerte del Doctor Manuel Belgrano. Es coherente con la época esta necesidad de afirmación nacional. Eran los años en que las corrientes nacionalistas se expandían en el mundo. Era el auge del nazismo, el fascismo, el franquismo y otros.
Después, con el tiempo, naturalizamos este homenaje y se incorporó a aquello que llamamos genéricamente patria.
Esta reflexión viene a cuento porque en este pequeño ejemplo, podemos ver que todo puede ser re-significado. Y que es allí, en el espacio simbólico, donde tenemos posibilidades de que surjan las ideas, los signos, las imágenes de ese otro mundo al que aspiramos.




Nos llegó con retraso, dado que no tenemos por costumbre comprarlo, un recorte del pasquín de la rosca financiera nativa llamado “ámbito financiero”. En él se denosta nuestro intento de crear un canal de televisión comunitario en La matanza.
A fin de fundamentar sus dichos entrevistan al célebre ¿empresario? Alberto Pierri, quién asegura que vamos a ensuciar el aire con nuestras trasmisiones.
Tanto el como Moneta, Manzano, Eurnekian y allegados están tan acostumbrados a blanquear que ahora desesperan por blanquear el aire.
Que nuestras clases dirigentes abreven en semejantes “medios”, da cuenta de la cortedad de mente, de miras y de la catadura de quienes detentan el poder económico en la Argentina.
Paso a cosas más serias.
Ayer murió un chico de diecisiete años, hincha de Defensores de Belgrano. De acuerdo a la denuncia de los familiares fue asesinado por la policía, después del partido entre Defensores y Chacarita.
Hoy, un equipo de médicos estuvo transplantando un corazón a una nena durante 10 horas, y, pese a todos los esfuerzos ésta murió.
¿Cómo puede ser que algo que vale tanto para unos, que justifica todo los esfuerzos y todos los saberes, para otros no vale nada?
¿No será que lo que vuelve esquizofrénica a esta sociedad son sus principios y sus valores?
¿No tendremos que seguir el ejemplo del MTD de la Matanza que medio año antes de que funcionara la escuela empezó a reflexionar acerca de que principos y valores la iban a regir? Dos meses antes de comenzar las clases los debatieron con los padres con el propósito de no repetir lo establecido.
Se me ocurre que, al margen de las urgecias y de la necesaria justicia, esa discusión acerca de sociedad queremos es la parte de responsabilidad que nos toca en este momento, y ese replanteo profundo es lo único que puede garantizar que no nos maten en una cancha, en un recital o en Cromagnon, los cromagnones.




Pasó otro 9 de julio.
Mientras tanto el terrorismo imperial masacra un pueblo porque tiene la desgracia de estar parado sobre un mar de petróleo, y el mundo se debate en una supuesta lucha entre terroristas de distinto signo. Sin embargo da toda la impresión de que los atentados en las metrópolis occidentales están pensados por la misma cabeza que ataca Irak.
No es una casualidad que las bombas en ambos bandos maten a gente del pueblo, trabajadores, estudiantes. Los que deciden las guerras no van a trabajar en subte ni en ómnibus ni en tren.
Da que pensar ¿porque no atentan contra los directorios de las empresas que están haciendo negocios con esta guerra? ¿no será que siguen siendo socios?
El terrorismo es arma de fascistas. Los únicos que se benefician con el terror son los autoritarios, sean de la nacionalidad que sean.



Pasaron 189 años de la declaración de independencia y la exhortación de San Martín sigue siendo válida. “Seamos libres y lo demás no importa nada”.



A veces uno tiene el dato, lo leyó, o se lo contó un tercero, alguien no directamente involucrado. Entonces ese dato queda allí, destinado a un casi olvido.
Hasta que aparece el testimonio.
Ayer pasaron por canal 7 un documental televisivo sobre desaparecidos que termina con las llamadas telefónicas de Cecilia Viñas a su madre.
Cecilia Viñas era una desaparecida y corría marzo del año 1984.
Estaba viva.
El llamado con cuya grabación los familiares interpelaron al entonces ministro Tróccoli , fue la última señal.
Ese testimonio y ese asesinato, son la prueba más descarnada de que nada de lo que dijeron las fuerzas armadas en su defensa es verdad.
La voces que se escuchan apenas contienen el llanto, y 21 años después transforman en presente la tragedia y develan el sin sentido y la gratuidad del mal.


Un huracán anunciado que deja más de diez mil muertos, según las primeras estimaciones, una nave espacial que es lanzada a sabiendas de que es defectuosa y que consigue regresar porque los astronautas le hacen el service allá arriba. Son ejemplos de lo que es hoy el capitalismo en el imperio, mucha soberbia, mucha fuerza y ninguna humanidad.
No sólo es capaz de mandar al muere a sus pobres, negros en su mayoría, sino también a sus científicos de elite y a sus astronautas.
Le importa tan poco su gente que no acepta la ayuda que ofrece Cuba, 1600 médicos y 23 toneladas de remedios. Ayuda que podría estar allí en apenas un par de horas y hace tres días que espera la autorización para ser enviada. Mientras tanto se sigue muriendo gente y el emperador se aboca a la humanitaria tarea de sacarse fotos abrazado con negros. Soberbia, estupidez, y codicia. A esa basura se le acortan los tiempos.



Falta un mes para las elecciones y es bastante evidente que nadie de los elegidos va a mejorar la situación del pueblo. La inmensa mayoría de los candidatos con posibilidades de ser electos no se lo proponen siquiera. Farfullan algunas cuestiones como para convencer a los distraídos de que tienen algo que decir.
Los que tal vez hicieran algo por la gente común tienen muy poca chance, y en el caso de que fueran electos serían tan pocos que solo les quedaría el lugar de la denuncia.
Mientras tanto ocupan nuestras cabezas y nuestro tiempo, con los temas que ellos quieren, asuntos en los que no podemos ganar nunca.
Por esto es que insistimos en la necesidad de organizarse para construir con el que esté al lado, de modo autogestivo, sin pedir permiso, las alternativas de poder popular.
Esas alternativas necesariamente deben estar referidas a su propio calendario. Esa agenda propia puede ser la que nos permita llevarlas a buen fin.



Probablemente llovía, al menos en el memoria llueve, creo que era una noche fría, parecida a la de hoy. En la calle vacía de una pequeña y chata ciudad de provincia en el medio de la pampa camino hacia la casa de un amigo a escuchar la radio, era necesario confirmar la noticia.
Debía ser 9 o 10 de Octubre supongo, de esa noche escuchamos a Fidel leyendo la despedida del Che. Ese personaje del mundo a quien alguien llamó el Cristo de Las Higueras.

Estos editoriales fueron puestos en el aire en FM La Tribu durante 2005 y leídos por Fernando Alvarez al comienzo de cada programa de “La Cuadrilla”.
OJOS DE PETARE

Fernando Buen Abad

Dónde más sino en los ojos uno anda buscando la verdad a la hora en que arrecian las calumnias y las difamaciones. Como contra Venezuela. Dónde más sino en los ojos de los niños, las mujeres, los hombres, como los de Petare (1), jóvenes todos y viejos todos, en simultáneo y a contrapelo de la historia. Ojos dolorosos y esperanzados, ojos tiernos y crudos… poderosos, endurecidos y rebeldes con su ternura indómita contra el cincel pertinaz de la miseria y en pleno amanecer de una revolución. Ojos que ven y corazón que siente.
En la “bombilla” del Petare un soplo de viento rebelde se hace huracán de certezas según pasan los días. Uno de tales días, la mano mágica de la revolución venezolana apuntó un camino que seguimos gracias a esos corazones, en pie de lucha cotidiana, con que vive (2), VIVE TV. Llegamos a mirar documentales (3) (ese día africanos) que se volvieron espejos sobre la fachada de una casa convertida en pantalla y microscopio al mismo tiempo. Esta vez, todos éramos todos, de un lado y del otro, en sincronía estéreo-visual, estereofónica. La línea divisoria entre “allá” y “acá” de la pantalla acabó volviéndose puente. Por la fuerza de los hechos.
Total que ahí los ojos estaban de fiesta. Antes de proyectar las películas (4) un taller de danza integrado por niñas y niños del barrio, emprendió a golpes de cadera un viaje directo al corazón de los que mirábamos, oíamos, olfateábamos y agradecíamos las marejadas de futuro que andaban pícaras en cada sonrisa y especialmente en cada mirada. Ojos de niños a todo vapor convertidos en musas majestuosas de la revolución misma. Ahí ante nuestros ojos. De pronto, una mala pasada del disco compacto, copiado especialmente con la música para el baile pero con defectos, abrió una oportunidad que no imaginábamos. Un hombre, un amigo (como dicen en Caracas) que batía las palmas al ritmo de la danza, saltó al micrófono y se ofreció como cantante que, diciendo y haciendo, entonó con la anuencia inmediata de todos, un canto democrático y enamorado, hinchado de alma llanera, que con fondo de palmas más encendidas y cómplices… escoltó el baile de las niñas bailarinas y convirtió la falla del disco en lección imborrable. El socialismo mágico… ahí a la vista de todos. Gracias a todos. Hay testimonios video grabados por VIVE como debe ser. Como acostumbran.
Eran las 6 de esa tarde caribeña, cálida y embriagadora, en más de muchos sentidos. Miles de ojos por todas partes miraban nuestra foraneidad. Miles de ojos con preguntas y con manifiestos bien claritos, que sentenciaron lo que se debe sentenciar a todo el que viene y va. O sea: vayan a contar lo que aquí pasa… lo que estamos construyendo, la verdad, sin maquillajes, sin complacencias, sin turismos “revolucionarios”, sin llenarse de fotos y presumir de progres. Hay que contar lo que aquí pasa con mesura y con ternura, con respeto y sin reparos. Tal cual se produce y multiplica. Hay que contar sin tardanza y con sus contradicciones lo que los ojos ven y el corazón siente. Con la razón por testigo. Por supuesto nadie dio semejante orden pero así fue entendida. Uno asume sus responsabilidades y tareas. Sus cegueras y sorderas.
El día nos regaló un poco más de luz para que echáramos una caminata por el barrio, entre esos laberintos de casas que entran por aquí, van hacia allá, vuelven, suben, bajan… envuelven. Una señora con los ojos bien cargados de compresión, casi materna, (por qué “casi”) proveyó agua que nadie pidió. Su mano negra por un lado y blanca por el otro era como espuma fraternal silenciosa y adusta. No hubo uno que no la agradeciera con fruición. El calor hacia de las suyas mansamente. Fue un paseo que no se hace con facilidad, al que no cualquiera se atreve, que no es sencillo incluso para algunos locales. Fue un paseo de muchas cuadras, circunvoluciones y pensamientos. Entre la música que salía de todas las casa, los niños que juegan en las callejuelas, los saludos perplejos de algunos vecinos… paseo nada fácil que de a poco se facilita más para muchos. No fuimos a un “lugar lindo”, no fuimos a un spá ideológico para amansar críticas, no fuimos a “divertirnos” ni a “entretenernos”. Fuimos visitar a esa Venezuela desnuda y rigurosa que exhibe sus carnes orgullosa y digna. Porque está en pie de lucha. Y eso es una forma de hermosura, se crea o no, de las mejores. Se nos iban los ojos.
Hay ahí tareas que los vecinos de Petare encaran sin que les tiemble la voz. Drogas, robos, crímenes, pleitos… problemas a montones que aquí no serán detallados porque allá se trabajan con reserva y respeto, dignidad y solidaridad. Hay asambleas, diálogos, acompañamientos y una especie de fuerza renovada que, esta vez, no permite que las personas se queden encerradas en sus casas. Fuerza peculiar y diferente… un vecino contó, sin dar nombres, algunos de sus diálogos con jóvenes del barrio, él mismo no entiende por qué sacrifica ahora sus horas de descanso a cambio de charlar sobre una “revolución bonita”. Claro que hay problemas, que aquí no se ventilarán porque es indebido, porque aluden a personas y lugares que ya trabaron compromisos y que nadie debe manosear para vender como morbo de noticieros.
Fue un paseo que dejó ver muchos infiernos, es decir, que dejó ver los estragos de la miseria, el abandono, el dolor y la impotencia hacinada entre ladrillos de desesperanza. Herencia de un pasado devastador y criminal. Un paseo, al mismo tiempo, todo lo contrario. Crudo y portentoso… ahí donde los niños sobreviven la pobreza, donde las mujeres remontan sus dramas históricos, donde los trabajadores meten la vida para guarecerse de la vorágine explotadora… ahí justamente emerge un entusiasmo que educa y moviliza. Uno adquiere conciencia solidaria mientras se avergüenza, como se debe, de sus propias preocupaciones y “problemas”. Sin exagerar, pues. Ahí está un terreno fértil para la guerra contra la burocracia (5). Un campo fértil para luchar contra toda complacencia gobiernera y toda propaganda obsecuente.
Vimos a los médicos cubanos, esa tarde reunidos para hacer ejercicio, como acostumbran: levantar pesas, contarse anécdotas, intercambiar terapéuticas. Había 7 de ellos, detrás de una “casa consultorio”, barnizados de sudor y vestidos de carcajadas isleñas y bochincheras. Ahí nos aposentamos un ratito, pa no interrumpir la levantada de pesas ni los abdominales. Un ratito bien cargado de calidad humana. Los cuates parecen felices. Dan la mano con calidez y bien apretada. Ponen el pecho pal abrazo… cuentan sus nostalgias y preocupaciones, la familia está lejos. En una palabra son personas de verdad y como tales inspiran confianza. Hay un montón de ellos en todos los barrios y estos, en el Petare, lo vimos, parecen amigos de muchos. Eso se detecta desde el saludo. “Cómo le va doctor… que calorcito ¿no?… luego le mando unas caraoticas…” dijo una vecina, a paso rápido, desde una callecita aledaña. Muchos nos saboreamos el plato.
Vimos una tienda Mercal 6 a la hora buena en que vienen muchas mujeres y niños a las compras para la cena. Preguntamos precios, calidades, cantidades. Hicimos conversiones y conversaciones. Todo está claro. Se ve en los ojos de esa mujer con mirada de túnica, de manto inmenso capaz de comprender con ayuda de sus kilos y años, el significado constructor de su trabajo diario desde su silla en la tienda, desde sus saludo a las vecinas y vecinos, desde su saludo de mano regordeta y maternal, su mano venezolana que mientras saluda repara heridas. Mano erudita en arepas. Una mirada suya bastó para radiografiar la ignorancia descarnada de los foráneos. Inmediatamente, ella y sus hijos asumieron unilateralmente, su tarea docente y nos pusieron al tanto de la procedencia y el destino de las caraotas y de los pollos, de la leche y de las galletas. Todo claro. Sumas, restas, multiplicaciones y divisiones. Mercal no resuelve todos los problemas, le falta mucho, no son perfectos… pero son indispensables. Uno lo ve bien clarito en el Petare.
Vimos los comedores especiales para atender a quienes ni para el Mercal tienen. Vimos el entusiasmo de abajo para los de abajo. Mujeres y niños primero. Vimos esa mano que se tiende, como en tantas partes, para dar el calor que tiene y el pan que consigue. Vimos una voluntad de muchos envuelta en su música de radio añejo. Escuchamos el “tres” y el arpa y se vio clarito cómo el vapor de las arepas se contorneaba al ritmo de esa música que ahora, por ley, tiene lugares más dignos y fututo más promisorio para las orejas de todos. Para fortuna nuestra. “caballo viejo no puede perder la oportunidad…”
Vimos la escuela, una de ellas, donde están las semillas de un árbol inmenso en cuya rama mayor ondea una bandera, nueva y oronda, por estar plantado en un país libre de analfabetismo. Un profesor nos dio un abrazo, está estudiando, tiene un crédito para renovar su casa, sus hijos van a la escuela. Fue a la feria del libro (7) que se inauguró en el Parque del Este. (En ese Parque vimos unos tanques con agua potable, había personas, de la alcaldía, que trajeron hielo para refrescar el agua y ¡vasos! para quien quisiera paliar la sed… gratis) Compró algunos libros “de los más baratos”. Tiene sus críticas y algunas ideas para mejorar la enseñanza, sonríe, hace chistes sobre los mexicanos, Fox no se le escapa, tiene razón, sabe que falta mucho, sabe que mucho esta en marcha. Uno quisiera esta ahí para verlo siempre. Era un profesor absolutamente simpático e inteligente que nos regaló, sin que nosotros hiciéramos algo para merecerlo, un torrente de humanidad promisoria y fraternal. ¿Quedó claramente dicho?
Y todo eso, y más, lo vimos no porque un funcionario espía, como en las películas gringas suele decirse, nos llevara y tradujera a su antojo y conveniencia, a cada minuto, todas esas verdades a la vista. No fuimos llevados por un paseo para turistas ávidos de verse a sí mismos en sus fotos y rodeados de “gente exótica”, no fuimos llevados por un puñado de vecinos “serviles al chavismo”, como dicen algunos “escuálidos”. No fuimos llevados por funcionarios de partido alguno ni de administración alguna. Si fuimos llevados por los mismos venezolanos que un buen día bajaron desde los cerros a rescatar a su Presidente y a reiterarle el mandato supremo de que mande obedeciendo. De que siga ahí en Miraflores y por todo el mundo repitiendo la orden de construir una revolución con dignidad, tal cual se ve y se siente, entre las callecitas del Petare. Donde no vimos basura regada, ni cacas de perros sembradas a cada paso.
Vimos con los ojos nuestros y los ojos de Petare, lo que debería verse en todo el mundo… lo que algunos jamás han visto y no verán. Vimos cómo el día se volvió noche, vimos cómo el paisaje se volvió espectro de luces sobre los cerros y cómo la vida del Petare se apropió de la noche para contarle sus romances de foquitos a la revolución, entre callejones de montañas. Hay que estar ahí para ver cómo sonríe Venezuela desde la latitud Petare del sueño bolivariano.
Vimos los documentales con otros ojos. Vimos la televisión con otros ojos. Vimos nuestra visita con otros ojos. Nos vimos, incluso, a nosotros mismos con otros ojos y con los nuestros que, para esas alturas, tenían otras miradas. Los ojos de todos escudriñaban nuestras miradas. Se veía clarito. Buscaban con todo derecho y correctamente, un reflejo de honestidad, que sin palabras, fuese capaz comprometerse con ellos para salir a narrar en un chispazo de responsabilidad, lo que hay que narrar para merecerse semejante regalo de amistad recibido así porque si, por humanidad y camaradería. Jamás hicimos mérito alguno para merecerlo, eso es cierto. Claro que nadie pronunció palabra, nadie pronunció mandato alguno. Un grupo de señoras y sus maridos escuchó nuestro entusiasmo y escuchó la algarabía de nuestros corazones enamorados para siempre del Petare. Aunque eso sirva de muy poco, aunque eso no borrará las heridas ni la violencia, ni la realidad cruda, ni cambiará mágicamente lo que ellos empezaron a cambiar ya en esos lares dolorosos. Lo vimos de cerca.
Vimos claramente cuando uno de los camarógrafos de VIVE TV, en pleno uso de su silencio más solidario y profundo, nos hizo portadores de una voz que no admite griteríos. La voz de su cámara que habla con imágenes un poema que se hizo también nuestro. Él, fue de un lado a otro, ente las personas y las calles. Subió a las sillas, se arrodilló, buscó un encuadre aquí, otro allá… escuchó a las mujeres, acarició la mejilla de los niños; le pegó tres buenos tragos a una botella con agua oportuna y refrescante… sudó “la gota gorda” y todo mientras nos miraba su mirada fraternal. Exactamente igual que los camarógrafos de TV Petare, que los compañeros que ahí andaban registrando el hecho. No había mirones, no los detectamos. Había si una cátedra de los ojos que sólo en sitios como el Petare aprenden a mirar lo que debe ser visto para hacerlo visible… que enseñan a mirar los sonidos, las simpatías, el humor sin palabras, la frescura del saludo.
Vimos un repertorio mágico de colores vernáculos, sometidos al encanto del atardecer para transformarse, a lomos de sonidos, en una fiesta de imágenes que ahí es costumbrismo estético y carnaval de emociones. Día tras día. Y ahora con más ganas porque de ahí sale esa especie de lava revolucionaria, esa especie de magma incandescente que un día bajó de la montaña e inundó Venezuela al sumarse a otros efluvios revolucionarios, que son el mismo y muchos, y que también vinieron de otros cerros, otras planicies y mares para fundirse en uno solo que va directo al futuro con escalas y sin retorno. Se ve clarito desde el Petare, como si se tratara de un paisaje que sabe dar vuelta sobre sí y nos dejara metidos a todos en su recuadro. Todos, quiere decir todos. Nosotros vimos nuestras figuras foráneas y perplejas, no poco pretenciosos, no poco engreídos con nuestros escepticismos pequeño burgueses infectados de desconfianza entupida, en más de un sentido. Nos vimos, no todos pues, patéticos, con nuestras cáscaras de intelectuales inmaculados con verdades de libros o mentiras inteligentes. Nos vimos ahí, envueltos por ese abrazo agridulce de hermanos, propinado por un pueblo, gracias al cual recibimos hospedaje, transporte y privilegios que no todos gozan. Nos vimos ahí sin mérito alguno, sin poder resolver algo, sin haber trabajado para ellos, sin merecimiento, sin sudarlo, sin más ni más… beneficiarios y privilegiados, bien tratados, con una lección de vida invaluable, nuestros miedos enanos, prejuicios y limitaciones tozudos. Con muchas heridas curadas.
Nos vimos ahí envueltos y acogidos por un proceso revolucionario por el que poco hemos hecho, por que le que podríamos hacer más, junto al Petare, junto a VIVE TV, no delante, no encima, con sus ojos, también nuestros para que nos renueven la vista, esta vez a todos. ¿Cómo la ven desde ahí? Ojos que ven y corazón que siente.

(1) Página de TV Petare. El Municipio Sucre forma parte del área metropolitana de Caracas, Petare su Capital fue fundada el día 17 de Febrero de 1621, como pueblo de doctrina de indios con la advocación al Dulce Nombre de Jesús de Petare. Situada a 844 metros sobre el nivel del mar. Petare significa en el vocablo de sus aborígenes los Mariches “de cara al río”.
http://www.mipagina.cantv.net/tvpetare/home.html
(2) Chóferes, camarógrafos, editores, productores, asistentes, administradores... Ya cumplieron dos años.
(3) Durante los días del 4 al 14 de noviembre acudí como jurado del IV Festival Tres Continentes organizado por el Movimiento de Documentalistas y VIVE TV.
(4) Correspondió ese día el turno a la obra de Abdulkair Made Said y Bridget Thomson. Sudáfrica.
(5) http://www.rebelion.org/noticia.php?id=19691
(6) http://www.mercal.gov.ve/
(7) FILVEN 2005 I Feria Internacional del libro de Venezuela. Capitulo Caracas: XII edición. Del 11 al 20 de noviembre, Caracas, Venezuela.


PANTALLA HORIZONTAL

por Fernando Buen Abad

Para mirar paisajes y horizontes de manera más o menos completa, son recomendables, juntas o separadas, (además de otras cosas) las escaleras, las lentes binoculares, una silla, una mesa... una montaña. Herramientas que no son el paisaje aunque estén contenidas, que no son la mirada aunque la facilite, que no son indispensables aunque sean muy útiles y que no son la totalidad aunque dejen mirar mucho. Tal cual, el Primer Festival Internacional del Documental Tres Continentes fue silla, mesa o montaña
para que nos trepáramos a mirar un paisaje horizontal, complejo, aleccionador y pasmoso. No todo y sí mucho.
Un movimiento de Documentalistas para serlo precisa moverse. Parte de su ser es la acción, la movilización, pues. Pero hay movimientos y movimientos. Algunos incluso no se mueven.
El Movimiento de Documentalistas que ideó, organizó y movilizó el Festival Tres Continentes se nutre con ideas muy diversas pero coincidentes en la posibilidad de hacerse en movimiento para perfeccionarse en la práctica. Movimiento no necesariamente es mezcolanza, clientelismo, contubernio. Este Movimiento de Documentalistas es producto de sus pretensiones y sus muchos sueños que en la práctica maduraron su independencia.

Acción, pues.

Este Primer Festival Internacional del Documental Tres Continentes, no exento de limitaciones, contradicciones y algunos desaciertos, sintetiza el espíritu general del Movimiento de Documentalistas. Es su espejo, su resumen, su informe de actividades. Todo lo que fue (desde los Festivales Nacionales) y mucho de lo que será. No es sólo la sinopsis de un año de trabajo, convocatorias y debates. Es mucho más. Es el producto de una movilización de voluntades que quieren construir las sillas, mesas o montañas necesarias para contribuir a hacer visible todo documento sobre el paisaje complejo, hoy por hoy, de las realidades y luchas sociales hacia una vida digna. Es decir, sin explotación. Todo lo pensado, dicho y hecho durante la preparación del Festival es aproximadamente igual a lo dicho, hecho y pensado para la creación y organización del Movimiento de Documentalistas sólo que con más movilizados. Son indisociables porque son lo mismo.
Luego de mirarlos documentales, que cada cual quiso o pudo, durante el Festival Tres Continentes, nada es igual. No debe serlo. Nadie se baña dos veces en el mismo Festival. País por país, región por región, persona por persona, la realidad nos espejó y nos definió lugares nuevos. Unos en la pantalla, otros frente a ella, nos “miramos” lo idéntico y lo diferente, las realidades y las necesidades. Inexcusablemente intercambiamos posiciones y nos vimos como ese uno que somos aunque nos fragmenten en clases de todo tipo. Ahí estuvimos informándonos, enfureciéndonos, emocionándonos a cada pantallazo que nos propinó esta movilización de imágenes. A cada cual el salto cualitativo de la conciencia que le corresponda, que se merezca, que se permita. ¿Para qué otras cosas ha deservir este Movimiento de Documentalistas.
Todavía no sé si ésta es la mejor manera de organizar un Movimiento y un Festival, a cada cual se le antojan estrategias y tácticas diversas. Tengo algunas criticas y estoy obligado a convertirlas en propuestas. Pido más trabajo teórico, pido más experimentación, pido más investigación. Hubo durante el Festival un hervidero de ideas, debates por aquí y allá, gustos y disgustos, por los documentales, por las ponencias en el Foro, por lo que faltó y lo que sobró. Pido que no se pierda esa riqueza. Pido un Festival de más continentes. Propongo un espacio permanente, de acopio e investigación, preparatorio de todos los eventos venideros.
Este Festival Movimiento silla, montaña y/o escalera, no pudo ser usado por algunos trepadores. Resultó resbaloso como algunas montañas de Chiapas a donde no llegan tan fácilmente ciertos aparatos. De cualquier tipo. Este Festival que sirvió para mirar el paisaje complejo y desafiante de muchas realidades es y será, según dije, como esas montañas de Chiapas que tienen arriba una horizontalidad en movimiento.
Como una pantalla de cine con películas rebeldes.
¿Cómo convertir esta experiencia en convocatoria nueva? ¿Cómo asegurarnos de acometer con autocrítica la ampliación de los paisajes y la horizontalidad? ¿Cómo hacer que este Festival de muchos mundos movilice mejor al Movimiento de Documentalistas y viceversa? Con más trabajo, no hay dudas.
No hay horizontalidad que valga si niega toda relación dialéctica con sus propias coordenadas verticales. No otras, las propias, las que “mandar obedeciendo”, las que obedecen el mandato de los más organizados críticamente para una práctica transformadora en todas sus dimensiones. Hay que perfeccionarla organización y la práctica. El Movimiento de Documentalistas será revolucionario o será nada y cada paso dado implica la responsabilidad poética de auto superarse. Eso implicará mayor y mejor inserción con obreros, campesinos, estudiantes, desocupados. El Movimiento de Documentalistas deberá potenciar sus tesis, madurar sus tácticas y estrategias, hundir su ser y modo de ser en un debate consigo mismo y con otros que le aseguren mayor profundidad teórica y práctica. Contra todo sectarismo.
Toda la peste tóxica del imperialismo que agoniza, descarga por estos días su peor furia esclavizante. Lo vimos en todos o casi todos los documentales exhibidos. Vimos la miseria, la muerte, la tortura... vimos la desolación, la desesperanza y la crueldad infinita. Vimos cómo todo puede empeorar y que no existe solución mágica ni mesiánica. También vimos de qué manera los pueblos aprenden se organizan y luchan para salvarse a sí mismos. No pocas veces quienes asistieron, extranjeros o nacionales, coincidieron en la necesidad de una lucha común anti imperialista que cada cual a su modo invoca para que se emancipe la humanidad y recupere su dignidad más portentosa. Esto también fue una misión cumplida por el Festival ypor el Movimiento de Documentalistas.
Muchos pronósticos se colmaron, muchas expectativas de rebasaron desde que comenzó a organizarse el Movimiento de Documentalistas, pasó lo mismo con el Festival. Todos nos subimos a la silla, mesa... montaña en que se convirtió el Festival y miramos un paisaje ancho y desafiante de otros y de nosotros. Era esa una misión del Festival. Todos sabemos que no resultó perfecto, eso es imposible por inexacto. Se trata de una misión cumplida en un camino que quiere, puede, debe ser largo. Es una misión cumplida, siempre provisionalmente... inacabadamente. Con futuro. Como debe ser, pues.

PANTALLA PANORAMICA DE TRES CONTINENTES

por Fernando Buen Abad

El Festival Internacional 3 Continentes de Documental,, Venezuela 2005.

Un Festival de Documentalistas que sólo sirva para exhibir películas es un desperdicio. Ya no estamos para eso. Un Festival de cine y video documental será una intervención social y cultural, un espacio de lucha semiótica, una movilización organizada, un ascenso de la conciencia o será nada. Hay tantos, "festivales", "muestras", "concursos", "retrospectivas"... dedicados a los documentales, que sería imperdonable la aparición de otro sin una distinción vívida que defina sus cualidades y sus luchas. De lo otro ya tenemos suficiente.
Este es un Festival que no tiene dueños pero emerge de un Movimiento1[1]. Es una acción que se arma a fuerza de encuentros aquí y allá, una trashumancia de necesidades que encontró en las imágenes documentales una coartada guerrera y un lugar para imaginar y construir saltos ecuestres de la conciencia en pie de lucha contra lo que la aliena. Eso no se logra sólo con la exhibición de películas.
Es un Festival que se propone hacer con los que hacen y, esta vez, hacer con VIVE TV, que valla si hace con lo suyo y desde lo suyo. Nunca más oportuno, éste encuentro de trabajadores de la comunicación, Movimiento de Documentalistas y VIVE TV, cuando el viento negro neoliberal, el aliento fétido del imperialismo, anda por el mundo saqueando materia prima y robando a los trabajadores. Nunca más oportuno cuando es indispensable y urgente una convocatoria mundial a los trabajadores de la producción audiovisual, un encuentro organizado para avanzar unidos sin uniformes hacia consensos comunicacionales en todo el mundo. Nunca más oportuno ahora que es indispensable y urgente mirar, en acción, lo que nos, lo que nos duele y lacera, lo que nos une y convoca... mirarlo en documentales y con documentales para movilizarnos de mil modos.
Es un Festival que ha de cumplir sin sectarismos tareas no dogmáticas ni burocráticas. Como siempre, como se debe. Es un Festival que no rendirá culto al ocio burgués, ni a la mirada pasiva, ni al intelectualismo sedentario, ni al snobismo mercenario. Es un Festival que no ha de fallar al principio solidario del respeto por el trabajo de los compañeros ni a la crítica fraternal alimentada con autocríticas. Es un Festival que ha de ser serio sin ser solemne y que ha de ser rico sin acumular bienes.
O será nada.
Este festival ha convocado durante cuatro años la solidaridad no complaciente de documentalistas capaces de mantenerse en pie de lucha con dignidad. Ha trabado vínculos de trabajo con compañeros que hacen sus películas a fuerza de trabajo transformador y sin complacencias. Que no se bajan los pantalones para coger becas, sueldos o cargos burocráticos. Que valoran lo que es urgente valorar. He ahí el acuerdo de trabajo con VIVE TV, por ejemplo.
Este Festival trata de intervenir organizadamente pero de manera crítica. Para todos lados. Es una necesidad metodológica que se moviliza hacia las salas de cine, escuelas, oficinas, estudios. Una intervención que camina atenta a las necesidades expresivas y a la lucha de clases como proyecto de un Movimiento de Documentalistas, grande y creativo, que entiende que hay que poner en claro cuál es la conciencia de nuestra fuerza y nuestras coincidencias de rumbo. Transformar el mundo.

La realidad no es cosa del otro mundo.
Este Festival comparte con la Revolución venezolana una pasión magnética por entender y transformar la realidad. Realidad que es objeto de estudio e intervención para los documentalistas, realidad que es problema mayor e interrogación extenuante, inagotable y exigente donde los documentalistas acrisolan, con praxis de clase, sus herramientas metodológicas y sus producciones. El Festival está enamorado, y no de ahora, de ese espíritu revolucionario, de ese pueblo insurrecto que desde abajo transforma la realidad venezolana. Que va en la ruta de la Revolución. Realidad revolucionaria que es necesaria en el planeta entero.
Este Festival entiende que la "realidad", es decir el mundo concreto con sus riquezas concretas, con las fuerzas productivas, está plagada de calamidades... entiende también que no es "indefinible", cosa sólo de la "razón", de la "imaginación" o del "estado de ánimo". Que la realidad no es inasible ni idealizable ni extraterrestre.. Que la realidad está aquí y ahora con su historia y fututo lista para que se la transforme en algo mejor esta vez bajo el acuerdo de todos. Que debería ser hecha por todos y que debería ser una expresión de libertad y de felicidad humana; sin explotación, sin miseria, sin alienación.
Mostrar documentales no tiene en este Festival el propósito de crear una galería de "hechos" intocables. No pretende abrumar con documentos dolorosos ni inmovilizar con tristezas audiovisuales. Pretende ofrecer el trabajo de los documentalistas que, de una manera u otra, han trabado un debate con esa realidad que les acucia, o maravilla, para abrir un espacio por donde la conciencia pegue un salto cualitativo y nos movilice.
Formamos parte de la realidad que es inmensamente rica y contradictoria, las pruebas están en todas partes, su complejidad es asombrosa y es modificable en su totalidad aunque, a veces, nos parezca que vamos al porvenir con los pies descalzos. Falta de empleos, de atención médica, de educación, de vivienda. El hambre, el desempleo, la ignorancia, la inseguridad, la corrupción, la violencia, la discriminación, son notas esenciales para definir la realidad pero son también espacios donde de hecho se lucha realmente en estos mismos momentos. No es una lucha fácil pero más difícil será si se la ignora, si no se documentan sus estragos, si no le vemos el rostro, si no vemos claramente cómo se expresa y si no vemos cómo se lucha y se resiste heroicamente, en todas partes. He ahí la fuerza del documentalista y la importancia del Festival.
Nada está aislado del torbellino de la realidad mundial. Es estos momentos es muy importante que estudiemos críticamente todas las manifestaciones del imperialismo. Es hora de poner cuanta herramienta conquistemos al servicio de la emancipación humana con lo mejor que ha logrado la civilización para establecer cuanto espacio de análisis sea necesario para que la conciencia se comporte como ráfaga de aire fresco contra esta atmósfera contaminada por las emanaciones cadavéricas del capitalismo. Que ver sirva para pensar, y, que ver y pensar sirvan para actuar.
No es fácil. Las tareas de un Festival que pretende ser serio son tremendas, las dificultades innumerables. Es necesario hacer ver el poderío de los trabajos documentales al exhibirlos y dedicar tiempo y atención a su análisis. Sabemos que los acontecimientos que amenazan a la humanidad no dejan piedra sobre piedra. Un Festival como este es un trabajo no doctrinario dedicado a ponerlo en claro y a enfrentarlo. Esto es cada día más cierto y pos eso muchos documentalistas asumen una responsabilidad histórica y una entrega completa que nos regalan como compensación extraordinaria la conciencia de participar de la construcción de movimiento mundial de trabajadores de la imagen y los imaginarios más fuertes, no atemorizados, más lúcidos.
Este Festival responde a un programa colectivo forjado en la experiencia de base y con vocación, acaso obligación, de intervenir en el presente, de no dejar que la realidad siga siendo este espectáculo inhumano y denigrante, obsceno y excluyente,... Este Festival 3 Continentes pretende superar toda "mirada" y todo quietismo armado con su Movimiento, acción transformadora, que es fuerza de aprendizaje y praxis desde abajo y al lado de los compañeros que han venido aclarándole consensos y rumbos.
El Festival Internacional 3 Continentes está en campaña... otra campaña, y ha de ser coherente si ha de pretenderse vivo más allá de sus logros [2]. Ese es en todo caso el desafío de la independencia semántica en la independencia política que defiende como una de sus convocatorias para la emancipación definitiva de los documentalistas que, como trabajadores de las imágenes, buscan caminar hermanados con los movimientos sociales y las luchas revolucionarias. Hasta ahora muchos documentalistas se han dedicado a reflejar la realidad... de lo que se trata es de transformarla. Y de eso, esperamos, este Festival tendrá imágenes muy claras. Vamos a ver.
Y no sólo.
PARA RAYMUNDO EN NUESTO DIA

por Jorge Falcone

Hubo una época en que el único cine posible fue documental. En ese
entonces, un Día de los Inocentes de 1895 para ser más precisos una
”diapositiva” monocromática y silente se convirtió en locomotora en marcha hacia el público. Y fue como para decir una vez más: ,”Que la inocencia les valga”. Que no era la vida misma como pretendiera el diario Le Post sino el origen de un arte desconocido, de una industria en ciernes, y de un nuevo standard en la representación de la realidad.

Prosiguió su marcha aquel tren cuya primer escala fue Lumière.
Y arrivó a una latitud donde el mundo se convulsionaba en tránsito hacia un nuevo orden social. Y esa estación se llamó Dennis Kauffman, más conocido como Dziga Vertov, que tuvo fe ciega en el objetivo de su cámara. Y la cargó a bordo del convoy para documentar el primer ensayo del sueño de Marx y Engels, de Trotsky y Lenin, sobre la faz de la tierra. Y recibió estrictas instrucciones del estado en pos del más absoluto realismo, pero siempre se las ingenió, “El hombre con la cámara”, para dejar poesía en todos los rincones de su obra.

Y más luego nuestro tren arrivó al ártico. Concretamente, a la Bahía de
Hudson, y esa escala se llamó Robert Flaherty. Y nos dejó como herencia la pertinacia de quien no cede al siniestro que consume la primera construcción de un iglú. Y reincide, si es preciso, subordinando la realidad a su mando. Y estrenando “Nanook”. Y la familia del esquimal se excusa, ante el estreno, porque este ha sucumbido en una partida de caza frente a un oso polar. Y como pasará más tarde con el cañero Ramón Gerardo Reales, esos protagonistas de una nueva mirada no llegan a enterarse que ya son parte de la historia.

Y en la estación siguiente, que se llama Grierson, contemplando “Moana”, esta mirada se bautiza con el nombre de documental. Y deja una sola obra quien saca del anonimato a nuestro oficio sobre el sacrificio del pescador de arenques. Pero también nos deja la Escuela del Documental Británico, que comparte con Cavalcanti, Hitchcock, Mc Laren.

Y dice, ya confinado a trabajar para una dependencia estatal, “si vamos a abordar la historia del correo, contemos la biografía de una carta”. Y entonces el tren arriva a una de las estaciones más solidarias, que se llama Joris Ivens. Y que, lejos de todo pintoresquismo, procura la verdad en los campos de batalla. Y, en tiempos de desalambrar, nos posa su mano generosa sobre el hombro saliendo padrino de la Cinemateca Uruguaya.

Y va al encuentro, ese tren, de otra escala, etnográfica, que en el norte
se llama Jean Rouch y en el sur Jorge Prelorán. Y es entonces que “el
buen salvaje” de Flaherty abandona la construcción de iglús, adquiere voz propia y arma, en pleno Chaco, un órgano de caña para interpretar a Bach. Y la “barbarie” se yergue ante el “mundo civilizado” con el nombre de Hermógenes Cayo.

Para entonces, ya vienen flanqueando a nuestro tren las manos cobrizas de América, que claman al mundo “¡Tire dié, tire dié!”. Y de paso por el caribe, saluda ese tren al noticiero de una tierra joven, que despierta de la pesadilla del capitalismo salvaje y, de la mano de Santiago Álvarez, recurre sin prejuicios al futuro videoclip y al fotomontaje. Para muchos pueblos es aún noche cerrada, mas desde el sur del mundo, crece la resolana que anuncia el arrivo de La hora de los Hornos.

Entonces sí, llegamos por fin a la estación prevista por un viaje tan
arbitrario como provisorio, porque ya están dadas las condiciones en
nuestra tierra, después de tres años de relevamiento etnográfico y en
medio de la pólvora, para que surja Raymundo, intelectual orgánico del
movimiento revolucionario al igual que Walsh y venido al mundo para imprimir la historia en celuloide, a razón de veinticuatro fotogramas por segundo.

Al decir del autor de “Operación Masacre”, “sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso (...) de dar testimonio en momentos difíciles”. Nuestro tren viene marchando desde hace 107 años. Si hay una estación terminal para su viaje, se llama DIGNIDAD DEL HOMBRE.

27 de Mayo de 2002, en el Día del Documentalista.
POESÍA DOCUMENTAL

por Jorge Falcone

Hacia una lírica de emergencia.

Ponencia para "Segundas Jornadas de Arte Público Latinoamericano - Buenos Aires- 2004" celebradas en Gráfica Chilavert Recuperada, del 12 al 16 de octubre.

"El gran poeta de la revolución es el pueblo"
Francisco Urondo


Albores del Siglo XXI: Composición de lugar

En su "Divina Comedia" el Dante comenzaba diciendo "En medio del camino de la vida, me descubrí perdido en selva oscura...". No es mal comienzo para que un sobreviviente de la dura experiencia de los años setenta intente un alto en su itinerario de modesto trabajador de la cultura, de productor de bienes culturales, y revise en voz alta en qué consiste -por ejemplo- la literatura que propone. En una bisagra de la historia que exhibe desde el espejo retrovisor la caducidad de las dos grandes identidades nacionales desde las que el pueblo argentino viniera peleando por un destino mejor -yrigoyenismo y peronismo-, y desde el parabrisa un mundo multipolar en reacomodamiento, con una potencia hegemónica belicista capaz de poner en riesgo el futuro de la especie, enfrentada a países periféricos que -más allá de la auspiciosa e incipiente instancia del Foro Social Mundial de Porto Alegre- no han logrado coaligar aún sus intereses como en aquel escenario de la no-alineación, vengo dirigiendo mi trabajo literario prioritariamente hacia las nuevas generaciones, víctimas preferenciales de un largo y esmerado proceso de vaciamiento de conciencias. En ese camino he resuelto no autocensurarme, cualquiera sean las consecuencias que me toque afrontar. Esto no sólo implica un gesto elemental de honestidad intelectual, sino asumir públicamente la cuota-parte de responsabilidad que me cabe como protagonista de los hechos que narro. Por eso no me cuido de explicitar mi pertenencia al tronco ideológico nacional, popular, y revolucionario alimentado desde el fondo de la historia por las grandes mayorías , aunque ese legado estorbe. Nombro frecuentemente a la oligarquía porque esa clase social parasitaria y retrógrada no admite eufemismos que encubran su culpabilidad histórica respecto al estado de postración que hoy padecemos. Y también me permito ironizar a menudo sobre la gobernabilidad vigente, porque sostengo que nuestro deber de argentinos es transformar la Colonia en Nación, y no darle una mano más de pintura.

La poesía es inherente a la naturaleza de los pueblos.

En repetidas ocasiones se ha polemizado acerca del patrimonio de la "inspiración creadora", como si esta pudiera aflorar mágicamente entre pocos y negarse sistemáticamente a otros muchos. En lo que a poética se refiere, yo parto de la base de que el nuestro es un pueblo que canta. A su modo en el interior, a su modo en la gran urbe, pero el nuestro es un pueblo que tiene por costumbre -como tantos otros- cantarle a su desdicha y su alborozo. Se ve en las canchas, en las peregrinaciones religiosas y, obviamente, en las concentraciones políticas. Y es un pueblo con mucha inventiva. Lógicamente, yo emito este juicio desde una latitud determinada (pese a que he recorrido casi toda la extensión de nuestra geografía). Nací a hora y media del Puerto de Buenos Aires y tengo, por ende, una cosmovisión provincial y ciudadana. Por eso mismo creo que planto un pié sobre José Hernández y otro sobre el Grupo de Boedo. Bonaerense al fin, esas son mis referencias principales. Y es desde ese enclave que constato a diario lo que afirmaba anteriormente: La enorme capacidad de nuestro pueblo para sublimar su realidad cotidiana. Viajaba recientemente en un taxi bajo el cielo gris plomizo de la capital, filosofando con el chofer acerca de las coincidencias del rigor climático y el de la actualidad socioeconómica, cuando el hombre, después de guardar un reflexivo silencio, se volvió hacia mí espetando: "Lo único que nos falta es que la primavera se rechifle y también los largue en baranda". Si lo traigo a colación es para que recapaciten los desprevenidos que suponían que en ese diálogo el poeta era yo.

El poeta como ladrón de la imaginería popular

En todo caso, la habilidad de quien ha elegido una poesía referencial como su medio de expresión será la de percibir y capturar los datos de aquella esencialidad que -según el autor de "El Principito"- sería invisible a los ojos; lo que a mi leal saber y entender, y como tantas otras cosas, se logra a fuerza de observación y trabajo. Y, lógicamente, asumiendo a la vez un compromiso afectivo con la tarea que se desea acometer. Referiré brevemente un par de ejemplos de mi cosecha a fin de aclarar lo que expongo. El primer caso vinculado a la retransmisión oral y el segundo a la vivencia directa. Mi poema titulado "Composición: La Vaca" surgió casualmente ante la sórdida descripción de un hecho acaecido en un barrio muy pobre de la Provincia de Buenos Aires durante los saqueos de 1989, el cual me fue referido con particular elocuencia por un testigo directo. El impacto emocional que me produjo la anécdota, consistente en el descuartizamiento de un animal vivo a manos de la población famélica, fue en mi tan poderoso que me indujo a contrastar violentamente la escena con aquellas ingenuas composiciones literarias que nos eran reclamadas desde una escuela primaria remota e irreal. Si tiene algún valor comunicativo, seguramente nace de semejante contraste. En él coloqué mi condimento autoral:

COMPOSICIÓN: LA VACA

Señorita "Chispa" Migues,
Maestra de mi primer grado:
He tratado, desde aquellos días,
de ser como soñaba usted.
Hoy confieso,
Segunda Madre,
Que no me fue del todo bien.
Los vigilantes no se dedican,
como en las lecturas de "Agüita Clara",
a cruzar la calle a las viejecitas.
Los abuelos ya no comparten
ni las faldas ni los cuentos
sino la desesperación.
Ya no canta como entonces
"El sapito Glo Glo Glo".
Y he sabido que Sarmiento,
maestra,
no sólo no faltaba nunca a clase
sino que -de grande-
se dedicó a regar la pampa
con la sangre del criollaje.
He buscado, no obstante,
como se ve,
mantener mi letra pareja,
no comerme los mocos,
y aprender de los mayores
(Solo obtuve -de ese modo-
historias de inconclusas gestas).
De tanto en tanto
He intentado,
Como lo hacia en su clase,
Plasmar imágenes sobre un papel.
No hay caso:
Me llevo mal con la belleza impuesta.
Pruebo...
"Composición:
La vaca"
Y no acude en mi auxilio
La estampa bucólica
de los caramelos "Cremalín",
sino la bestia desaforada
que empujaron a la villa
en los días del saqueo,
y pinto literariamente un festín dantesco
de harapos, sangre y bufidos:
"Clava su cornamenta en el polvo
y la busca,
cual plaga de langostas,
un enjambre de cuchillos.
Muge brutalmente y se tumba.
Se yergue y huye torpemente
cayendo sin tregua sobre el costado
en donde hasta hace poco
la sustentaba una pata.
Tose muerte y se estrella
contra el alambrado.
Después,
viejos, mujeres, y niños...
Gente con hambre que danza
en derredor sin que entienda.
Y se la lleva
de a partes".
Lo sé,
maestra de mi primer grado,
nunca volverá usted
a ponerme MUY BIEN DIEZ.-

En el otro caso -el poema "Roja flor en mano negra"-, sucedió que quedé prendado, durante una conmemoración de la gesta de Malvinas llevada a cabo en mi ciudad natal, del detalle producido por el contrapunto entre una humilde mano morena portando una flor y el fondo solemne de una placa de bronce. Ese fue el disparador que me permitió luego desarrollar el poema: El austero homenaje de nuestro pueblo y la grandilocuencia ceremonial de los poderosos. La sencillez y la gloria impostada:

ROJA FLOR EN MANO NEGRA

Segundo día de abril,
uniforme aceitunado
galardonado en sangre y barro,
roja flor en mano negra,
piel y bronce y atrás
¿qué, compadre?, ¡¿Qué?!
Atrás,
pero muy atrás,
el frío glacial.
Y unas islas que, a veces,
ni figuran en el planisferio,
y una sonrisa joven
atrincherada,
y acostumbrada a ver la guerra por TV.
Y una ciudad remota,
plagada de oficinistas,
adonde no llegan más esquirlas
que las de una malversada información.
Y unos pocos voluntarios,
y unos muchos incrédulos,
y el show de las recaudaciones que se evaporan,
y la Primer Ministro gruñendo
desde los kioskos,
y los aviones clavándose
desde el cielo
como gaviotas que descubren
que el pez buscado es ballena.
"¿Qué mierda valen esas piedras?";
se preguntó un argentino.
Y otro cayó, al mismo tiempo,
degollado por los gurkhas
a distancia sideral
del último long play de Sui Generis.
Hablo de ustedes, cumpitas,
y las metáforas no acuden...
Los tengo que nombrar sin vuelta
porque el poema no alcanza para decirlos:
Mazorqueritos del Atlántico Sur,
Riveritos de tierra adentro,
cada criollo de buena madre
lleva sus sueños de escarapela.
Como escribiera un sargento
caído en aquellas nieves:
"La rendición no cabe en mi vida.
Después de muerto, hablaremos".
Roja flor les deja
-año tras año-
una mano negra.
Manito de la memoria:
Atrás tuyo
¿qué se esconde?
Un pueblo sobreviviente,
una casita de chapas,
una estampa de Ceferino,
un calentador Bram Metal,
un pibe y un perro jugando
a compartir la misma sarna;
aquí no se habla de Patria.
Solamente
se trabaja y se muere.
Y se sale, de vez en cuando,
sin despedirse siquiera,
la vista puesta en el sur de las cosas
(a sabiendas de que el norte usurpa)
para volver acaso
arrastrando del cabello a la esperanza
o -en su defecto-
en algún lugar ignoto
clavar para siempre la guampa.-

Es aquí donde tomo partido por una épica de lo cotidiano. De esta manera entiendo yo que -al igual que otros artistas- el poeta es un cazador de imágenes al acecho.

Verdad histórica e imaginario colectivo

En su novela póstuma, "Megafón o la guerra", el gigantesco Leopoldo Marechal hablaba de una "batalla terrestre" y una "batalla celeste". Allí se pueden sondear las claves del inestable equilibrio entre lo entendido como "histórico" en tanto "hecho real", y aquello que se nutre de la imaginación colectiva, abrevando siempre en lo anterior. Yo elijo producir mi trabajo poético haciendo pié en un punto intermedio entre ambos polos de esta aparente contradicción (si digo "aparente" es porque entiendo que hablamos de fenómenos complementarios e interdependientes). Opto por una verdad histórica en tanto creo que sin pasado no hay futuro. Y cultivo una fantasía que se nutre en nuestra gente porque es ella quien demuestra , desde tiempo inmemorial, que sin sueños y sin magia no se puede afrontar el rigor de esta lucha desigual por la dignidad humana, ni acometer las grandes empresas pendientes. Un par de ejemplos sencillos en relación a lo dicho: Durante el mediodía del 25 de mayo de 1980 fue interceptado el ómnibus en que yo viajaba desde Brasil hacia la Capital Federal de nuestro país, para reinsertarme clandestinamente en la resistencia popular contra la dictadura. En dicha ocasión y durante un interminable lapso de tiempo, un Grupo de Tareas puso en tela de juicio la legitimidad de los documentos que yo portaba. Como un relámpago me cruzó la idea de hacer referencia a un matrimonio mayor que había conocido en la frontera. Advirtiendo la situación y sin previo aviso, el hombre de aquella inolvidable pareja, obrero ferroviario cesanteado por el régimen, reaccionó de inmediato en mi favor presentándose como un tío y sorteando el riesgoso entredicho. En concreto, me salvó la vida. Este es uno de los tantos hechos reales que me siento compelido a rescatar. A mi me deja una moraleja simple: El pueblo trabajador no permaneció impasible frente al horror de la tiranía oligárquica. Y ESTO DEBE SABERSE. En otro plano, a mediados de la década del 80 me tocó asistir a una fiesta realizada en una villa de emergencia de las afueras de mi ciudad natal donde años atrás se filmara parte de la película "La noche de los lápices", referida a una conocida gesta de estudiantes secundarios sumamente respetados en la región. La desaparición de mi hermana en dicho episodio me vincula con el tema aludido desde el dolor y el orgullo. En tales circunstancias, e identificándome como familiar directo de una de las víctimas, un grupo de niños que participase de la reconstrucción cinematográfica de una jornada solidaria de alfabetización me "informó" , en inconsciente alusión a la actriz protagonista del filme, que ellos habían tenido la suerte de conocer personalmente a mi hermana cuando estuvo por allí, días antes, enseñándoles a leer. Está de más expresar que, ante la convicción con que hablaban esos pibes, mi emoción fue tal que ni siquiera intenté rectificar su versión: María Claudia Falcone estaba viva para ellos. Y, en aquel instante, en su imaginario esto era cierto. Acaso fue la forma que encontraron para insertarse -en alguna medida- en unja historia que no vivieron. Esa será su historia -tan válida como la "real"-, al menos hasta que crezcan. Y ningún racionalismo positivista tiene derecho a arrebatársela.

Rescatar a la poesía de su prisión libresca

No agrega nada nuevo describir el quebranto de nuestra industria editorial o el desembarco de los "tanques" extranjeros en dicho rubro. Tampoco resulta original afirmar que una economía de subsistencia ha llevado a que, merced a las urgencias de la vida cotidiana, el hábito de la lectura desaparezca de la mayoría de los hogares argentinos. Ni qué hablar en la franja juvenil a que aludí como destinataria preferencial de mi producción. Esta situación, sumada a la irrupción masiva de las nuevas tecnologías, que facilitan el acceso a la información por nuevas vías, de asimilación aparentemente menos exigente que la lectura, va cerrando aceleradamente el ciclo que Mc Luhan definiera como "Galaxia Gutemberg". Siguiendo este razonamiento, la suerte del libro -tal y como lo conocimos durante el siglo pasado- estaría echada. Ya circulan entre nosotros las obras completas de Shakespeare contenidas en soportes digitales que irán siendo gradualmente cada vez más miniaturizados. De modo que, de ahora en más bien podría creerse que escribir un libro será sentar un arcaico precedente de que se ha existido. Pero la poesía, nacida en asociación estrecha con la música, no es un género literario que se haya ceñido siempre a dicho envase. Sin ir más lejos, desde épocas remotas, juglares y trovadores la pasearon por los puntos más inimaginables del globo contagiándola a voz en cuello. Hoy se percibe en los foros encargados de cultivarla una revalorización de la oralidad. No pocos beneficios le ha proporcionado la canción. Lo dice quien conoció a Machado en la voz de Serrat y a Martí en la de Milanés. A esta altura puedo afirmar con enorme satisfacción que la mía es una poesía en circulación y uso permanente: En el aula, en la FM comunitaria, en el cancionero popular, en Internet. Entiendo pues que se impone adaptarnos a los tiempos que corren e imaginar con audacia nuevas formas de difusión esencialmente masivas.

Conclusión

Desde Concolocorvo hasta Eduardo Galeano existe un vasto territorio de la escritura no reclamado por la crónica periodística ni el ensayo literario. Si el testimonio directo es tan intrínseco al documental como la metáfora lo es a la poesía, en ese cruce de caminos nace la mía. Toda poesía que se proponga militar en el cambio devendrá, en los tiempos que corren, lírica de emergencia. Así lo entendió Benedetti cuando arreciaba la represión en su Patria y publicó el poemario "Letras de emergencia". Lo propio haría Silvio Rodríguez cuando la inminente Revolución Popular Sandinista se vió amenazada por una posible invasión de marines norteamericanos, y editó mundialmente su célebre disco "Canciones urgentes". Mi humilde contribución se propone, desde la Cooperativa Sur, nacida en 1988 con el lema "Trabajadores de la cultura por la cultura del trabajo" en aquella CGT liderada por Saúl Ubaldini; hasta mi actual labor conjunta con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas, retomar la senda trazada por artistas comprometidos con la lucha de los trabajadores y el pueblo, como aquel Ricardo Carpani que definiera la gráfica inolvidable de la CGT de los Argentinos. Mucho me he cuestionado acerca de si lo que escribo es realmente poesía, o merece otra definición, como la de prosa poética, o -lisa y llanamente- texto poético. Y muchas han sido las impugnaciones recibidas por haber rescatado vocablos del habla popular carentes de tradición poética. De hecho, para la mayoría de los cenáculos en que la poesía se eleva hacia el Parnaso de unos pocos, nada tengo que ver con ellos. En octubre de 1990 -no obstante- recibí una carta de mi gran amigo, el difunto poeta Alberto Vanasco, que sostenía al respecto: "No puedo decirte si tus textos tienen algo que ver directamente con la poesía, pero estoy seguro que la poesía del futuro irá por esos mismos carriles".

Por ahora me basta con eso.-

Octubre 2004


POSTAL DE MUERTO QUE ACUSA DESDE SU TODAVÍA
por Jorge Falcone

En ocasión de la Marcha Popular de repudio al fusilamiento de Darío Santillán y Maximiliano Kostecki.


Cada vez que el operador da la orden de play
como si secretamente sonara un
levántate y anda
conglomerados de señales electromagnéticas
se organizan para encarnarte,
y volvés a acusar,
eterno en tu todavía
(que es pasado y,
a veces, no).
Erguís el cuerpo
sostenido sobre un codo, y
reconocés que ese lugar
nublado por los gases,
adonde los desconocidos te miran desgarrados,
es -efectivamente-
la Estación de Avellaneda.
Entonces el pecho se te incendia
como en una póstuma y feroz angina
y querés gritar
(pero estas mudo):
¿Acaso no me ven?
¿Acaso no se nota
que el caño de la Itaka
apunta horizontal?
¿Acaso no estoy solo
rodeado en este instante
de (encargados del orden)...?
Hacia el rewind,
perplejo y agónico,
espera Maxi
tu mano solidaria.
Hacia el forward,
un comisario embustero
-que nunca tendrá paz-
te arrastra como a una bolsa y
te palpa como a un ratero...
Eterno en tu todavía,
volvés y volvés,
a decirnos:
Pedimos pan y
traen la guerra.
Ellos
siempre han sido
los fundadores de la violencia.-



PRAXIS DE TVLIBRE

por Fernando Buen Abad

Cuando los movimientos sociales se apropian de los medios.

No se organizaron para crear un canal de televisión, crearon un medio que deberá fortalecer un proceso de organización con objetivos más amplios, anchos y profundos. Incluida la cultura.
Canal 21 - TVLibre organizada por el Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza, en Argentina y el Movimiento de Documentalistas, se propuso satisfacer sus necesidades comunicacionales y aportar voces en la resolución de problemas inmediatos en materia de salud, educación, alimentación, vivienda, cultura y dignidad. No se trata de una anécdota “pintoresca” de “piqueteros” que hacen cosas simpáticas para granjearse limosnas empresariales o gubernamentales, (nacionales o internacionales). No se trata de crear una fuente de “divertimento” o “entretenimiento”, como lo entiende la clase media más adicta a la TV humillación. No se ha creado un reducto alternativo para las formas de penetración ingeniosas con que sueñan las agencias de publicidad más mercenarias. No se trata de una curiosidad sociológica para que vengan algunos estudiantes bienintencionados a nutrir sus tesis o monografías con demagogia estudiantil para mejorar sus calificaciones, becas o canonjías de secta ilustrada. No se trata de inventar una palanca de “cuarto poder” para ver cómo se negocia el verdadero poder de una comunidad que somete a sus necesidades el comportamiento de la comunicación. Se trata de una praxis libre.
Se trata de producir televisión, sonidos e imágenes, con una historia y conciencia critica capaz de crear un mundo distinto. Se trata de una lección política y cultural que inaugura período de pruebas de todo orden, desde las pruebas técnicas, de señal, cables, sonido e imágenes… hasta las pruebas conceptuales y estéticas más urgentes en estos tiempos de miseria y barbarie desenfrenadas. Periodo de prueba que desde su nacimiento cuestiona a la propiedad privada de los medios de producción, los modos de producción y las relaciones de producción de imágenes e imaginarios televisivos. Periodo de pruebas que ya sienta en la silla de los acusados el papel del gobierno que, por un lado, prorroga concesiones a los consorcios de la comunicación mercantil y por otro lado intenta cobijar bajo, un manto de contradicciones pertinaces, al proyecto Tele Sur, que debería caminar con otro rumbo según se supone. Si las burocracias lo dejan.
Era de esperarse que el 25 de mayo la primera actividad productiva de TVLibre se transmitiera en directo durante una hora y luego transmitiera un primer programa, grabado, de media hora. Era de esperarse que los camarógrafos de los Talleres Documentales de Base (de 2003 y 2004) hicieran cámara… y era de esperarse que acudieran no menos de diez grupos de medios zonales, entre periódicos y radios, interesados en cubrir la inauguración de Canal 21 TVLibre y participar de algo muy parecido a una fiesta. Además ya se inscribieron más de veinte personas del barrio para participar en los talleres de televisión comunitaria, tecnología apropiada, televisión y periodismo comunitario…que comenzarán sus trabajos la semana siguiente. Así de organizados.
De inmediato TVLibre recibió no menos de setenta ofrecimientos de colaboración vía correo electrónico, entre personas e instituciones nacionales y extranjeras. Llegaron adhesiones y propuestas de convenios de colaboración mutua entre canales comunitarios de Venezuela, Perú y Chile.
Además se hicieron presentes radios y canales masivos de aire para hacer reportajes sobre el evento. En un balance así, inmediato, TVLibre atinó un éxito que lo es por el interés y la atención puesta por los vecinos que ahora tendrán otra herramienta para comunicarse entre sí y comunicar a los otros lo qué les pasa y lo que quieren. Sin dejar de luchar contra lo que los somete, incluso por televisión.
Mientras tanto el equipamiento de la televisora comunitaria de La Matanza, que no es propiedad de individuos ajenos a la comunidad ni de empresas privadas o instituciones partidarias o estatales, simplemente pertenece a la comunidad y es administrado bajo consenso por una coordinación pertinente. Así de simple y así de importante. Nada por encima o por afuera de la comunidad, formas y metodologías de diseño, producción y transmisión de contenidos son creados y desarrollados desde la comunidad a través de sus equipos de producción que tienen por antecedente sus propios talleres de formación y capacitación de base. El programa de comunicación, su política de comunicación y sus programaciones permanentes, vendrán de las propuestas de los vecinos de La Matanza. Saben que no basta con abrir canales de televisión “comunitarios” sólo por abrirlos, que no basta con exigir leyes, financiamientos, apoyos… que la televisión es una herramienta que puede servir casi para cualquier cosa y que tal herramienta vive hoy secuestrada económica, militar e ideológicamente para ser prostituida entre efluvios de borrachera mercantil donde reinan los atropellos, impunidades, violaciones y humillaciones de todo orden. TVLibre sabe que crear un canal nuevo no significa haber derrotado o superado a los que existen. Así de complejo.


PRONUNCIAMIENTO DEL 27 DE MAYO DE 2004

Declaración del Movimiento de Documentalistas

EN EL DIA DEL DOCUMENTALISTA

Como quería Rodolfo Walsh, volvemos a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad.

En la década del setenta, las multinacionales y el capital financiero internacional lanzan una persistente ofensiva para imponer un dominio directo sobre la economía argentina con el fin de apropiarse de la riqueza nacional.
En 1975, tienen todo listo para su golpe final. Pero para ello necesitan descargar contra los trabajadores y el pueblo una represión tal que elimine todo factor de resistencia a su plan global de dominación.
En 1976, las fuerzas armadas -convertidas en ejército de ocupación al servicio del imperio neoliberal- dan comienzo al más siniestro plan de aniquilamiento de la resistencia obrera, popular y antiimperialista. En este contexto es secuestrado, torturado y asesinado nuestro compañero documentalista Raymundo Gleyzer. Este 27 de Mayo se cumplen 28 años de su secuestro a manos de un grupo de tareas de la dictadura genocida.
Tres años atrás, a iniciativa del Movimiento de Documentalistas se instituyó el 27 de Mayo, fecha de la desaparición de Raymundo, como el Día del Documentalista.
Hoy, con este pronunciamiento, el Movimiento de Documentalistas quiere rendir homenaje al compañero Gleyzer. Pero este homenaje sería sólo una declaración vacía, si no afirmáramos lo siguiente:
No hay homenaje ni gesto simbólico alguno que le haga justicia a él y los compañeros y compañeras torturados y desaparecidos que no sea continuar su lucha movilizándonos permanentemente junto a los explotados y los oprimidos.
El plan de dominio imperial que torturó y asesinó a Raymuno Gleyzer y a miles de luchadores obreros y populares sigue en absoluta vigencia, oculto por el doble discurso, la hipocresía y la mentira descarada.

Cada vez que un obrero resigna su dignidad de trabajador para no ser despedido, Raymundo vuelve a ser torturado.

Cada vez que un trabajador sube a un tren privatizado sin saber si llegará a destino, Raymundo vuelve a ser torturado.

Cada vez que un desocupado cobra un miserable subsidio en vez de tener un trabajo, Raymundo vuelve a ser torturado.

Cada vez que un trabajador camina decenas de cuadras para comprar una garrafa, Raymundo vuelve a ser torturado.

Cada vez que un albañil cae de un andamio, Raymundo vuelve a ser asesinado.

Por lo tanto, el Movimiento de Documentalistas en este 27 de Mayo redobla su compromiso de permanecer junto a los trabajadores/as y los sectores populares que resisten luchando como el único homenaje digno hacia nuestro compañero Raymundo Gleyzer.

De tal modo, como quería Rodolfo Walsh, volvemos a sentir la satisfacción moral de un acto de libertad.

En el Día del Documentalista,
Movimiento de Documentalistas
27 de mayo de 2004
RUPTURAS Y CONTINUIDADES

por Jorge Falcone

La mirada documental argentina después de Diciembre de 2001

"El sentido está antes de cualquier producción discursiva"

Algirdas Julien Greimas

"El cine como instrumento y medio de expresión estética es,
por supuesto, un lenguaje; y cada lengua tiene su gramática.
Pero primero es necesario el ejercicio espontáneo
y a la vez trabajado de la expresión para que finalmente puedan detectarse los códigos, las constantes, las reglas.
Sería una verdadera monstruosidad que lo que esté por venir,
antes de poder expresarse, tuviera que someterse
a todos esos códigos y reglas".

Fernando "Pino" Solanas

Lenguaje y lenguas: Cine y cinematografías

El hombre, tomado en un determinado momento de su propia historia encuentra a su mundo circundante constituido como un universo de signos. En virtud de la función derivada de su facultad semiótica, resulta natural para el hombre significar cuanto le rodea, o sea, transformar a su universo externo e interno en signos. Mediante esta modificación de su entorno (al cual el animal, utilizando otra vía, se adaptaría), lo transforma en objeto de conocimiento y, así, su intervención consiste en la elaboración de una específica artificialidad. La práctica de su humanidad en el mundo consiste en elaborar esas veladuras de lo real, mediante las que se aliena definitivamente de lo natural y genera un ámbito específico a su naturaleza: el ámbito de la significación. El hombre, mediante esta actividad de transformar a lo natural en signos, resulta ser naturalmente artificial. Desde hace 108 años, el cine figura entre los principales instrumentos de producción de conocimiento creados por el hombre. Podría decirse que su lenguaje fue gestándose accidentalmente: La osadía de Proemio -corresponsal de los hermanos Lumière- montó tempranamente su cámara sobre una góndola en Venecia, y así, inadvertidamente, descubrió uno de los movimientos más bellos y descriptivos del "séptimo arte": El travelling. Cuenta la leyenda que a Georges Meliés se le trabó la manivela de su cámara en una avenida parisina mientras registraba el tránsito vehicular. Las cosas sucedieron de tal suerte que, cuando logró solucionar el desperfecto, a continuación de la carroza nupcial que filmara imprimió otra, pero fúnebre. Cuál no fue su sorpresa cuando, revelado el filme, se produjo la mágica y siniestra sustitución. Las ataduras al último paradigma del espectáculo, el teatro, mantuvieron a estos pioneros en una infancia de la mirada cinematográfica. Al lenguaje en cuestión lo enriquecieron los curiosos y los audaces. Con aquel primigenio travelling de Proemio Orson Welles exploraría luego la más verosímil de las tomas: el plano-secuencia. Y, con la yuxtaposición accidental producida por El Mago de Montrèuil, Eisenstein desarrollaría más tarde su teoría sobre el Montaje de Choque. Luego, hacia los revulsivos 70s, en esta remota latitud que nos tocó en suerte, el brasileño Ruy Guerra sostendría que acaso el plano secuencia sea el recurso expresivo que mejor representa el timing cultural de los latinoamericanos. Y hace apenas un rato, apelando a los incontables recursos que hoy ofrece la post producción digital, nuestro Fernando "Pino" Solanas renovaría los planteos eisenstenianos construyendo las tragicómicas e inolvidables secuencias de los parlamentarios "levantabrazos" y los gremialistas "besuqueiros", en su "Memoria del Saqueo".

Diciembre 2001: Documental y barricadas

Cuando miramos develamos o desvelamos: quitamos los velos o el sueño. Ser objeto de mirada es como andar desnudo. Cuando alguien nos mira ejecuta en nosotros una expoliación. De alguna manera, a eso se dedica el documental cinematográfico, género de sólida tradición en nuestro país, donde la crisis del modelo neoliberal produce -hacia fines del año 2001- un significativo levantamiento popular y su consiguiente cuota de represión. Ya nada volverá a ser igual en la cultura de los argentinos: Si el Nunca Más al genocidio había conquistado importante terreno en la conciencia de las mayorías, desde entonces comenzaría a tomar forma el Nunca Más al saqueo.
Una nueva generación de cineastas y estudiantes formados en la era de las nuevas tecnologías recurriría a su mayor funcionalidad y accesible costo y -motorizada por la violenta reaparición de la política y la historia en la escena nacional- se sumaría a las camadas ya experimentadas registrando un sinnúmero de versiones de lo acontecido por aquellos días. Para entonces, en el mundo entero el documental apela a múltiples formatos y estrategias discursivas. Acaso "Bowling for Columbine", de Michael Moore, con sus pasajes de comedia, videoclip, o dibujo animado, sea un buen ejemplo contemporáneo de la superación de la falsa dicotomía fundante Lumière-Meliès; fenómeno que en nuestro medio acaso expresan trabajos como "La sangre y el tiempo", de Alejandra Almirón, que recurre al fotomontaje y la animación digital de grafismos infantiles para construir uno de los mosaicos vivenciales más originales y emotivos que se haya realizado hasta la fecha sobre la militancia montonera.
Para revisar el indisimulable impulso adquirido por el documental argentino en los últimos tres años cabría formularse por lo menos tres interrogantes:

Cuál es el escenario en cuestión

Aquí vale la pena recordar que el nuestro era un país bajo sospecha, sumido en una profunda crisis de credibilidad basada en la visible ruina económica a la que nos llevó una clase dirigente vitalicia y leal a los postulados del modelo liberal-monetarista impuesto por el ministro de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz. Tomando como referencia la emblemática pantalla televisiva, las representaciones de lo real se repartían entre el tratamiento naturalista de algunas producciones nacionales de ficción moderadamente audaces, y una obscena construcción de las noticias que llevó a los informativos de entonces a soportar uno de los ratings más bajos de su historia (hecho que propició -en su auxilio- la salida al aire de numerosos magazines de investigación basados en denuncias más o menos resonantes). Si el cine de consumo masivo compite con esa andanada de realismo que circula por la TV a la hora de construir sus ficciones, parece plausible la apuesta del documental como género, como si se apostara a desmontar el mecanismo de la puesta en escena de la realidad. No porque deje la "realidad" (o lo que pueda entenderse que este término significa hoy) de lado. Por el contrario, se acecha a la realidad en sus costados más singulares, más escondidos, sean del presente o del pasado, y se la expresa desde sus rasgos más conmovedores y dramáticos.

Quién es el que mira

Una nueva generación, ávida de respuestas negadas -y consagrados predecesores que no resistieron la tentación de volver sobre sus pasos-, inunda las calles cámara en mano por aquellos días. Su público potencial es una sociedad lastimada y descreída, que ya no está dispuesta a tolerar más engaños. Entonces el pueblo movilizado reconquista su derecho a escuchar otras voces, a apreciar otras imágenes. Salvo escasas excepciones, los jóvenes realizadores descreen de los cánones conductistas y didactistas del documentalismo militante de los 70s y se asoman a esa realidad candente desde una mirada perpleja(como la que exhibe María Inés Roqué en "Papá Iván", interpelando a su padre muerto en combate; o Albertina Carri en "Los Rubios", rearmando el rompecabezas de sus padres con retacitos de una memoria esquiva), inaugural(como la que ensaya el Grupo Ojo Obrero en "Piqueteros, Carajo!", aventurando la caracterización de la etapa como pre insurreccional)o indagatoria(como la de Adrián Jaime en "Los Perros", que revisa la conducta de los ex combatientes del ERP logrando momentos de entrañable intimidad). En la mayoría de los casos, la constante es no aceptar versiones de la historia "a libro cerrado".

Quién es el mirado

Acaso la evolución del documental sea también la de la tensa relación observador-observado. Si en los albores del género Flaherty se enfrenta a "Nanook" con ojos de entomólogo, a mediados del Siglo XX Joris Ivens se consagra como uno de los primeros corresponsales de guerra con mirada de autor, inaugurando un vínculo paritario con los protagonistas de su obra, que avanzará en los 70s hacia el predominio del sujeto social, como ocurre en nuestra geografía con "El camino hacia la muerte del Viejo Reales", de Gerardo Vallejo. A lo largo de dicho derrotero, en nombre del oprimido y de las víctimas de la injusticia se han producido muchos panfletos pretendidamente "populares", pero que en realidad no lo son; a lo sumo podría hablarse de paternalismo expresivo, usurpación de la palabra o sustitución del protagonista. De allí que el conocimiento del lenguaje y sus recursos expresivos es indispensable en el trabajo del documentalista para encontrar el mecanismo comunicativo que logre sensibilizar y a partir de allí organizar un conocimiento reflexivo del tema, evitando la doble sustitución del protagonista, que se produce cuando el realizador, además de intérprete del protagonista, se convierte en traductor de la mirada de un tercero. Pero, a decir verdad, salvo en contadas ocasiones -como en "La libertad", de Lisandro Alonso-, la mirada de Flaherty ha quedado en el camino. Hoy buena parte de los realizadores trabaja sobre el urgente tema de la exclusión social, codo a codo con sus víctimas; o bien revisa severamente a la generación de sus padres, a distancia considerable de montarle un pedestal. Acaso una de las novedades más singulares de esta etapa estribe en la búsqueda de un nuevo lugar donde posicionar el YO del documentalista, que comienza a aparecer cada vez más a menudo delante de cámaras y mezclado entre los protagonistas de su historia.

Impacto de las nuevas tecnologías en la representación de lo real

Hacia la última década del siglo pasado el paradigma informático se impuso definitivamente sobre la producción audiovisual, brindando impensables posibilidades a la circulación de la verdad como a su tergiversación. Paradojalmente, la tecnología en cuestión ofrece tanto la oportunidad de que un hecho se convierta en acontecimiento público con absoluta inmediatez (ej. remisión inmediata -vía mail- de fotografía digital hacia cualquier terminal del planeta), como de que una diva de TV se transforme en un nuevo Dorian Gray producto del Photoshop. En el marco de la cultura escópica imperante, el razonable costo de los nuevos equipos, diseminados entre cada vez más usuarios, está creando fenómenos dignos de atención: Si existe en nuestros archivos una sola -y trajinada- versión cinematográfica del 17 de octubre de 1945, hoy contamos con un sinnúmero de registros audiovisuales del "Argentinazo" del 2001. Y cada una de ellos -obviamente- supone una subjetividad particular sobre el acontecimiento documentado. ¿Qué ha sido, en tanto, de aquel legendario plano-secuencia de Orson Welles? Alexander Sokurov lo ha dejado en el olvido filmando con su DVCam "El Arca Rusa" en una sola toma de dos horas. El sueño vertoviano del kino-glass, un registro de la vida en tiempo real -y con un mínimo de manipulación-, ya es tecnológicamente posible. Sólo resta redoblar la apuesta por una ética que reúne antecedentes insobornables, y evitar la solitaria tentación del cine autógrafo para sumirse una vez más, construyendo un discurso colectivo, en la marea irrefrenable en la que navegan los verdaderos constructores de la historia.-


SEMIOSIS INSURGENTES

por Fernando Buen Abad

La independencia política en la independencia semántica.

"¿No es el primer deber del que busca la verdad dirigirse
directamente a la verdad sin mirar a diestra o siniestra?"
Carlos Marx


Hay problemas nuevos para la producción de documentales1 porque, entre otras cosas, están en ascenso mil formas nuevas de producir Semiosis2. Están en ascenso fuerzas nuevas para la transformación del mundo y por eso están en ascenso desafíos específicos para la producción documental. Se expande e intensifica una oleada mundial de Semiosis revolucionaria más comprometida con la maduración de la lucha, de la fuerza y de la conciencia... eso problematiza e intensifica la tarea de documentar significados que emergen gracias el desarrollo interno de luchas sociales que tienen orígenes comunes, que no sin dificultades extraordinarias, consolidan saltos cualitativos importantes y perfeccionan los modo ideados desde abajo para transformar la realidad. Emerge una Semiosis revolucionaria que no quiere distorsiones, intermediarios ni "traductores" que lucha contra la imposición de significados alienantes3. Y no parece haber, en esta etapa, tarea más importante para los documentalistas que organizarse tras una táctica consensuada, estudiar y fortalecer esas Semiosis revolucionarias en ascenso. Contra subjetivismos de antojos caprichosos, contra todo vampirismo burocrático, contra la desorientación y los miedos, contra el pragmatismo y la improvisación cándida. Contra el atraso, contra los mesianismos, contra los sectarismos.
Ese ascenso de una Semiosis rebelde4 es un salto cuantitativo y cualitativo que busca y consolida su independencia contra el discurso hegemónico, independencia conceptual, formal, estética y política definitiva... revolucionaria. No como una "novedad estilística"ni como una "monería estética"; se trata de una independencia que tiene historia y causas concretas, inmediatas e impostergables. Se trata de una independencia de significados que se adueña de cuanta herramienta se ofrece al paso para narrar el ascenso histórico de las luchas sociales con imágenes, símbolos, signos y comunicación rebeldes. Es un proceso de Semiosis revolucionaria que se produce desde las bases. Esto debe movilizar a los documentalistas en muchos sentidos porque esto significa mucho. No es difícil establecer un punto convergente en esta insurgencia de significados, no es difícil identificar como denominador común al conjunto de las luchas sociales que tomaron protagonismo entre 1994 y 2005... desde México hasta Argentina, con la expulsión de la Rua... en Ecuador, Chile, Brasil, Bolivia, Venezuela... los movimientos sociales agitan las rebeldías e imaginación de los más sensibles... y las de los no tanto. Muchos tomaron las plumas, las cámaras fotográficas, los pinceles... otros se hicieron documentalistas. Pensamiento y acción que en la producción de Semiosis rebelde, de todo el mundo, han acumulado experiencias cargadas de fortalezas múltiples y contribuciones extraordinarias. Desde Chiapas hasta las asambleas barriales, desde las fábricas, recuperadas o no, hasta las organizaciones campesinas e indígenas. Con periódicos, radiodifusoras y televisoras comunitarias y de base, con megáfonos y volantes, con muros y correos electrónicos... con documentales, reuniones, conferencias, talleres, páginas de Internet... se hace oír un lenguaje de imágenes y sonidos que buscan, como se puede y con lo que se tiene, el triunfo de los pueblos originarios, contra el ALCA, NAFTA, de los piqueteros más avanzados, de la organización obrera contra lideres sindicales mafiosos y traidores, contra las burocracias y los empresarios, contra la destrucción de los ecosistemas, los monocultivos trasgénicos, el saqueo de los recurso naturales, las privatizaciones... Semiosis pues anticapitalista y antiimperialista. De sur a norte, de este u oeste. De abajo hacia arriba.
¿Qué es esta Semiosis en ascenso5? ¿Qué lugar ocupa en la problemática de la producción creadora de documentales? ¿Cómo se analiza? ¿Dónde? ¿Cuáles son sus debates y tensiones más ricas? ¿Cuáles son sus contribuciones? Intentar una aproximación crítica interesada en desentrañar las operaciones individuales y colectivas de la Semiosis revolucionaria es de interés fundamental y hay que eludir toda teoría lineal o atomista. Desentrañar la Semiosis revolucionaria implica problemas de hondura mayúscula como el problema de la libertad del pensamiento, la libertad de la expresión y la crítica contra las hegemonías de la razón burguesa. Implica el debate sobre la realidad, los resortes verdaderos y complejos del pensamiento, el conocimiento, la ética y la estética. E implica una mirada crítica sobre modos, medios y relaciones de producción documental que suponen la emergencia de Semiosis transformada por el ejercicio de la conciencia crítica, la libertad y la transformación de la realidad. Producción dialéctica de significados, emergencia de signos revolucionarios para una conciencia de la transformación permanente. El documental se nutre de la experiencia social viva.
Aun con la confianza y celebraciones que merecen las Semiosis revolucionarias en ascenso, es preciso no perder de vista en qué escenarios ocurren las tensiones de tal ascenso. Hoy la producción de significado, no está a salvo de los vicios del atraso histórico que se vive. Ni en las organizaciones sociales más avanzadas ni en los documentalistas. Incluso sin quererlo, en ocasiones se repiten los formatos alienantes. Burocracias, incluso. Al identificar la presencia de ciertos focos de alienación en la producción de Semiosis rebelde se comprenden los riesgos y deformaciones en que la producción de significados puede incurrir si se despega de la base social y si pierde de vista la importancia vital de la independencia política de trabajadores. Independencia de clase. Domina el empíriocriticismo, hay sobreproducción, fetichismo utilitarismo burgués, clientelismo académico y cientificismo, sectarismos... por todas partes y camuflado de mil maneras.

Este es el momento de decir abierta y claramente que es necesario contar con espacios de crítica y autocritica en el seno mismo de los movimientos que impulsan una Semiosis revolucionaria, sus marcos teórico-metodológicos y cómo debe ser planteada la liberación no atomizada de los medios y modos para la producción de Semiosis. Es que no basta con ser capaces de identificar, caracterizar y estudiar problemas en los medios y modos para la producción de Semiosis. No bastan, aun siendo indispensables, los diagnósticos más conspicuos ni las casuísticas más originales. Hace falta la práctica, el Trabajo científico, artístico, académico, crítico organizados para intervenir organizadamente.

¿Estamos los documentalistas preparados?

Ninguna práctica de consenso puede pasar de largo sobre este repertorio de problemas y es suicida menospreciar la fortaleza alcanzada por la producción documental que ha sido obediente al ascenso delos movimientos sociales. Sería suicida pasar de largo incluso las tareas de crítica y autocrítica solidarias con semejante experiencia. Es ridículo e incluso estúpido excluir la crítica y la autocrítica... permanecer indiferentes a un análisis exhaustivo de los signos, símbolos, imágenes e imaginarios revolucionarios de este momento, aunque no se presenten como algunos esquemas lo hubieren previsto. Incluso por ello mismo. Acaso este momento reclame preparar el acontecimiento exigente de un consenso para la praxis revolucionaria de la producción documental, realizarla para actuar con, (no sobre6), los movimientos sociales más avanzados, desde ellos mismos, para transformarnos todos. Pero hace falta la herramienta de la crítica porque pueblos e individuos acarreamos, y no pocas veces atesoramos, atrasos y vicios de los cuales solemos no ser del todo conscientes.

Las herramientas:

Esta semiósis revolucionaria no se produce simplemente como "alternativa" a lo que ofrecen los medios de comunicación monopólicos, no se produce sólo como un discurso que puede "convivir" pacíficamente con el enemigo. No se construye como una ínsula para la felicidad semántica en un sólo círculo, no se produce para dejar intacto el paisaje bajo la trampa lógica del liberalismo que miente con aquello de "daré la vida por defender su derecho a decir expresarse libremente". Esta semosis revolucionaria ofrece entendimiento, claridad, interrogación, conciencia dinámica nueva, innovadora, que se mueve para movilizar y organizar a los grupos incluso valiéndose de las llamadas "nuevas tecnologías". Es independencia semántica de la clase que lucha por su emancipación. Aun cuando los costos y la simplificación de la tecnología influyan parcialmente al explicar el ascenso de la Semiosis revolucionaria, es decir una parte de ella, ésta no depende sólo de que la tecnología tenga costos bajos u operación sencilla. Eso es un reduccionismo tramposo. De ser así la propia Revolución Soviética seguiría a la espera de ofertas en las tiendas especializadas. La historia de la prensa revolucionaria es un ejemplo de que el contenido no depende linealmente de los medios disponibles para su propagación y eso no les niega importancia.
Cada uno de los medios de producción documental posee cualidades expresivas propias de la misma manera que un lápiz ayuda a hacer cosas en las que un ordenador en un inútil y viceversa. Cada herramienta posee una especie de gramática no monolítica determinada por características cambiantes que dan a las Semiosis posibilidades, y limitaciones, múltiples a veces para su bien y otras no, que derivan en la fusión de códigos lingüísticos, cinéticos, sonoros, pictográficos icónicos, y una variedad de sub-códigos relacionados e interdependientes de aquellos. Pero esas relaciones entre códigos, como materia concreta para la producción de discurso revolucionario, con una semiósis revolucionaria, requiere espacios de experimentación e investigación sistematizadas y rigurosas que, sin solemnidades ni fajas, den paso a la emergencia de lenguajes nuevos. Para nosotros lo mejor está por verse.
La Semiosis revolucionaria involucra a todas las operaciones mentales. Desde el comportamiento natural del cerebro hasta su culturización. Está comprometido el humor y el amor, el juego, los sueños, las emociones todas. Está comprometida la fantasía y la imaginación. Están comprometidos los sentidos y las pasiones. Están comprometidas todas las fuerzas de producción, el trabajo, el ocio y la creatividad. ¿De qué le sirve al hombre ganar el mundo si pierde el alma?
Toda Semiosis revolucionaria es explicable y cognoscible. Entendida como práctica humana toda Semiosis actualiza dialécticamente lo objetivo y lo subjetivo, es práctica social determinada por su historia, función e intereses de clase. Y eso no es poco o menos enigmático. La producción de Semiosis revolucionaria está atada a las leyes generales del desarrollo desigual y combinado, (y las calamidades que padece la destrucción de las fuerzas productivas) determinada por sus marcos teórico-metodológicos y por su grado de desarrollo, es producción determinada ideológicamente.

No hay Semiosis huérfana.

Si la Semiosis se produce contradictoriamente, es decir en una lucha, como el trabajo y por el trabajo, de la tensión individual y colectiva entre las necesidades y sus satisfactores... si la Semiosis se resuelve dialécticamente como desarrollo y ésta a su vez se resuelve como producción creativa, siempre obediente a sus marcos ideológicos, está claro que la producción de Semiosis es explicable y cognoscible por los términos de sus intereses... a qué sirve, a quién, cómo, dónde y cuándo. Si la producción de significado en todos los ámbitos de la actividad social, representa a su Tiempo, es decir le da significado, está claro que en toda producción Semiosis existe una tensión interna que sintetiza las tensiones dialécticas de su ser y modo de ser con sus propósitos prácticos de clase. Está claro, pues, que el acto de significar no es episodio místico ni arrebato idealista extraterrestre de musas veleidosas. Está claro que el acto de significar no es imitación de los dioses ni privilegio de ellos. Está claro que la producción de significado no es iluminación individualista ni dádiva del destino para provecho mercantil de algunos "genios". Está claro que el acto de significar no es exclusividad de demiurgos, no es reservorio de iluminados, no es luz de "genio" iluminador mesiánico de los espíritus.
Significar es lucha y proceso desde lo inferior (desde lo simple) a lo superior (a lo complejo), de lo particular a lo general, que pone de manifiesto y realiza la lucha de tendencias internas y externas, juntas o por separado, cuya forma característica presenta un aspecto de espiral.

Hoy las teorías y herramientas para la producción de Semiosis son en el presente más poderosas, eficaces, eficientes y están más concentradas hegemónicamente que en cualquier momento de la Historia. Hoy la mayoría de las maravillas tecnológicas y las conquistas humanas sirven para encerrar la Semiosis en prisiones de miseria y esclavitud. La humanidad es cada día más pobre. Se frena el desarrollo, se destruyen las fuerzas productivas. Se destruye el estado de ánimo, estamos desconfiados, desesperados y desorganizados. No inutilizados.
Toda Semiosis se construye por una gama de conceptos en lucha que buscan soluciones expresivas. Esa búsqueda es también una lucha dialéctica. Es preciso participar en los procesos más íntimos de la producción de Semiosis revolucionaria, saberla colectiva y móvil, sujeta a las condiciones materiales, a la lucha de clases y a las condiciones técnicas de los instrumentos de la producción documental para crear estrategias políticas y transformar no sólo el campo de batalla de las Semiosis sino el modo de usar las herramientas de producción documental en los movimientos sociales revolucionarios. Pasar de tácticas defensivas con los medios de comunicación, algunas de ellas tácticas de resistencia ejemplares, pasar pues a un período donde surja la expresión nueva, crítica, necesaria en cada momento de la lucha.
Conocer la dialéctica interna y los procesos de Semiosis desde sus tensiones en la producción y transmisión, representación y reproducción, es imprescindible para apropiarse de todas las posibilidades de enunciación y toda la riqueza necesaria para la transformación definitiva de la sociedad. Descifrar las tácticas y estrategias de una Semiosis revolucionaria constituye una etapa primordial de una lucha que también es acción revolucionaria. La tarea de crear nuevos medios y modos de comunicación incluye a las relaciones de producción. La Semiosis insurgente no implica sólo agitación política, implica también espacio para la imaginar una vida nueva incluso detrás de las denuncias más crudas y multitud de producciones que dan testimonio de ello. En no pocos espacios las Semiosis revolucionarias muestran su maduración para pasar del capitalismo al socialismo7...
Proceso de Semiosis transformadora que es, poco a poco consenso y autogestión, fuerza de la diversidad unida y capaz de ejercer el control de los medios informativos independientes, alternativos... fuerza que será capaz incluso de expropiar los medios ya expropiados por las oligarquías. Fuerzas transformadoras que producen una Semiosis diversa, que opone al poder de manipulación y adoctrinamiento de la burguesía una respuesta de dignidad, de justicia, de libertad contra la explotación y el saqueo. Como ocurrió y ocurre en Venezuela donde ni todo el aparato de ofensiva mediática logró convencer a los venezolanos de que habían perdido a su presidente, su proyecto de gobierno y su revolución. Las Semiosis revolucionarias replantean su estrategia discursiva en sus propios medios de expresión y divulgación para ejercer una presión rumbo al cambio del poder por otro poder que nada se parece a aquel ni en sus definiciones ni es sus modos de construcción. Forma nueva de hacer política pues... también simbólicamente.
En este terreno el documental contribuye a derrotar el concepto burgués de libertad de prensa y de expresión, el mito de la "objetividad" que es una trampa lógica para anular la intervención del productor de Semiosis rebelde8. Contra todas las campañas oligarcas que se desarrollan "en defensa de la libertad de prensa y de expresión" se multiplican las radios comunitarias las páginas en Internet, las televisoras barriales y la prensa alternativa. Se contribuye a la revolución utilizando la tecnología sometida con significados nuevos a crear educación, estética y ética nuevas. Es decir se lucha con el documental, en el documental y desde el documental para contribuir a la revolución con una Semiosis nueva que crece en el centro de los movimientos sociales de base. Y las repuestas aparecen como emanaciones de lucha que entienden cómo desde los intestinos de la bestia surgen las respuestas superadoras.
Expresado como estallido de significados el documental involucrado con el ascenso de una Semiosis nueva establece su propio concepto de libertad de expresión al materializar en imágenes y sonido la dialéctica de las luchas sociales. Se trata de una lucha, en los hechos, contra el silogismo que hace pasar por libertad de expresión las libertades de la propiedad privada. Lucha del documental que desenmascara el sistema de alianzas y servidumbre entre las burguesías vernáculas y sus padres multinacionales en su idilio de solidaridad imperialista alienante. Documental que se hace una sola voz con la voz social que denuncia con mayor claridad el entreguismo faldero de las burocracias políticas. Esto hace cada vez más difícil la práctica burguesa de adueñarse de las luchas, desfigurarlas y servirse de sus caricaturas para auto convencerse de sus triunfos y desmoralizar a sus antagónicos. En este espacio las Semiosis insurgentes han cumplido un papel definitivo desde 1994 y los documentales que han acompañado y ayudado esa lucha son hoy los motores de una epoca nueva que será fundamental en la medida en que se consolide.
Esta Semiosis tiene además otra característica: no se trata de una toma del sentido gracias a que alguien "le devuelve al habla al pueblo", no se trata de una Semiosis animada por el voluntarismo mesiánico de quienes se imaginan poniendo al pueblo en el centro de sus escenarios mentales... esta vez lo que se ve es que son los propios movimientos sociales quienes, desde sus bases, toman la determinación de construir con sus imaginarios los imaginarios de una lucha que se extiende exponencialmente. Esta vez no se trata de la realización del sueño paternalista que le da al pueblo los juguetes para que se exprese, se trata de la apropiación (por ahora) de algunas herramientas de producción expresiva para (acaso pronto) la expropiación de todas las herramientas. Mientras, la producción de una Semiosis revolucionaria madura, con sus tiempos, en el imaginario revolucionario de cada medio que se incorpora a la lucha para ocupar el lugar que le toca en la contienda específica.
Al lado del objetivo histórico de quitarle a la clase dominante el control de la información y de la cultura, está la producción de sentido revolucionaria del documentalista antagónico a las noticias, versiones y temas que se hacen circular en los aparatos funcionales a la explotación... Emerge poco a poco en la producción de documentales la tarea de elevar el nivel de conciencian de entender el documental también como herramienta organizadora que irradia fuerzas vertebradoras con claridad hacia la toma del poder desde abajo. Ya no es fácil que los colectivos de producción documental que trabajan con una Semiosis rebelde se traguen el truco viejo de poner como centro de su crítica la conducta de los gobiernos con sus burócratas, como si fuese el único antagonista de la revolución, se ha logrado dar un paso irreversible que deja ver, cada vez con más claridad, las relaciones promiscuas de orden patronal que ejerce la burguesía sobre cierta clase política amaestrada como guardián de la propiedad privada, y lo mejor es que los documentalistas han puesto como eje la construcción de sus propias fuerzas revolucionarias para cambiar su realidad confiando en sus ideas y en sus tácticas de lucha con los movimientos sociales más avanzados9. Eso es un salto cualitativo.

Semiosis rebelde mundial (10).

No se puede elevar la conciencia de la lucha si la producción de Semiosis se encierra en sí misma. Avanzará muy lenta la conciencia, por ejemplo, de los indígenas si los indígenas sólo ven la problemática de los indígenas. Es magnífico el desarrollo de redes, colectivos de producción documental que intercambian realizaciones y contribuyen al conocimiento de obreros, campesinos, trabajadores de todo el mundo y contribuyen a conocer las coincidencias... impulsan la conciencia de que en todas partes muchos como uno emprenden luchas y eso fortalece la moral y clarifica al enemigo. Entre otras cosas.
Y emerge una Semiosis revolucionaria mundial que lucha contra esa Semiosis hegemónica, que tiende a la sustitución del sujeto, que interpone siempre a un explicador que como voz off, locutor en pantalla, "periodista"... desplaza el testimonio directo de los protagonistas para privilegiar una puesta en escena mediática de cierta perspectiva que nunca es "neutra" "objetiva" ni desinteresada... como suele presumirse. En las Semiosis revolucionarias hay una clara interpretación de esa trampa y una propensión fundamental a construir el discurso con las fuentes directas del hecho. Contra toda mitología mediática impuesta al imaginario colectivo; contra la sumisión a los símbolos y arquetipos que han contribuido a edificar las bases del capitalismo y el imperialismo; contra un mundo único con historia, filosofía y realidad únicas construidas con estereotipos desmovilizadores, deprimentes... devastadores y alienantes11.
Contra el modelo ideológico que hace pensar en las herramientas del documental como máquinas sólo útiles para la seducción o diversión para mantener a las masas alejadas de sí mismas, contra sí y domesticadas para legitimar todo lo que las explota.

Una semiótica no antipática.

Contra la alienación es necesaria una práctica semiótica que contrarreste y superare el imperio de los signos y de los discursos hegemónicos porque el control de los signos no es ajeno al control del poder. Contra la semosis de la barbarie impuesta gradualmente y que tiende a fijar un imaginario social donde reina la resignación, la desmovilización, el quietismo, el individualismo, el nihilismo y el pragmatismo. Contra los símbolos y estereotipos que ejercen violencia psicológica y física para fortalecer esa civilización de la explotación obra de la filosofía y la cultura del capitalismo y de sus industrias culturales.
Es necesaria una praxis semiótica revolucionaria que no olvide las luchas que se libran para la producción del significado revolucionario, en sus contextos de clase y contra las metarrealidades alienantes, los megadiscursos de las redes massmediáticas, sus videosferas o iconósferas con opio mercantil traficándose impunemente la galaxia hipermediática. Semiótica para denunciar de manera directa los sujetos de la enunciación alienante ocultos tras el discurso de la moral burguesa y artífices de los mecanismos de opresión del imaginario social ¿Quiénes son los sujetos de la enunciación de los mass media mercantiles?, ¿Sus beneficiados?
Es necesaria una praxis semiótica científica para denunciar todo subterfugio sígnico y toda forma de ideologización reaccionaria. Cuando la zorra predica, no están seguros los pollos. Semiótica científica para desmontar toda esa parafernalia, ciertamente fascinante, narcotizante incluso, en la Semiosis del cine comercial, las publicidades, las series televisivas regidos por efectos especiales y digitales para una megacultura de masas. Parafernalia financiada por monopolios especializados en construir armas de guerra ideológica que tienen efectos de largo alcance en los imaginarios imponiéndoles matrices de significación estereotipadas y estereotipantes. Necesitamos una praxis semiótica capaz de trabar un pacto ético solidario con las causas revolucionarias más avanzadas para colaborar en la solución de los problemas causados por la alienación, la destrucción de las fuerzas productivas y la negación de cultura libre.
Necesitamos una teoría semiótica revolucionaria, no contemplativa sino transformadora, que bien pudiera intervenir, en el marco histórico de la lucha de clases, comprometida críticamente con su objeto de estudio y contra las prácticas enunciativas más perversas... contra los procesos de producción de sentido, los modos y las relaciones de producción y la transmisión y distribución de mensajes impuestos por los programadores, los dueños de los medios. Desmontar las estratagemas de la publicística mercantil, las falacias de la cultura hegemónica, la simbólica narcótica del clero, la demagogia de los oropeles nacionalistas y gobierneros y el repertorio de emblemas y fetiches burgueses con su estética del crimen, la opresión y la dominación mundial con "imagen corporativa" de la propiedad privada. Desmontar con una semiótica seria toda fabricación de signos obediente a los intereses imperialistas y a sus operaciones semánticas, sintácticas y pragmáticas para esconder los crímenes sistemáticos del negocio de la guerra, denunciar científicamente cómo operan sus estudios de recepción que culpabilizan a las víctimas, semiótica decente, no de sabihondos inentendibles, contra la alienación, contra lo que devasta las fuerzas movilizadoras de las sociedades, lo que desanima, atemoriza y atomiza. Una semiótica que salga de sus jergas y pedanterías, que se oponga a las manías empíricas y a los devaneos neo-kantianos para explicar y contribuir a terminar con toda historia de la alienación y la explotación. Semiótica que no ayude a la miseria. No olvidar las tácticas burguesas para criminalizar las luchas sociales.
También una semiótica no atomista que permita ver por qué es posible que el "receptor", a quien algunos definen como pasivo, en un proceso revolucionario de transformación de la Semiosis es también enunciador gracias a un consenso enunciativo comunicacional y crítico que casi nadie estudia porque a muy pocos interesa, ya que no es negocio, y que no conocemos porque nos falta conocer todavía lo mejor de la humanidad que está naciendo... Semiótica para potenciar la generación de Semiosis revolucionaria que cuenta con las voces de otros que son su voz propia en lucha, en conjunto, en revolución social. Es urgente una praxis semiótica como estudio de signos, símbolos, sistemas de significación, prácticas significantes en contextos históricos y de clase concretos. Que sea una disciplina científica capaz de denunciar y transformar los efectos generados por las industrias culturales transnacionales, y por los medios de comunicación de masas responsables de la pérdida del sentido de transformación de la realidad. Capaz de intervenir comprometidamente en el ascenso de la Semiosis revolucionaria de los movimientos sociales y los medios y modos de producción de sentido generados hoy como pasos avanzados. Semiótica transformadora herramienta del documental, también.

Ascensos a la vista.

Los sistemas de significación y los procesos de producción documental más avanzados conforman hoy una 'función semiótica', que busca los detonantes de la acción, la movilización comunicativa en búsqueda de consensos para una acción mundial, integrada minuciosamente por miles de trabajadores de la Semiosis, la representación, la apropiación y construcción de una realidad opuesta, para siempre, a la miseria y la explotación. Semiosis en estado de alerta con todos los recursos de la invención y de la imaginación para intervenir organizados. Construcción de la Semiosis revolucionaria con base en el hacer mismo de las bases y sin dejar de señalar las tácticas enemigas. Semiosis para la vinculación del mensaje con una práctica social de la imaginación, la intuición... el nuevo contenido dado por la praxis de la lucha desde las células de información, al nivel de las organizaciones de base, contra el discurso del caos.

Esta producción de Semiosis que se ve ya en la práctica parte de un movimiento mundial de base. Parte de principios y de hechos conjugados uno y otro al movilizar al sujeto del proceso revolucionario y de vulnerar concretamente la hegemonía del capitalismo y romper con la cultura de dominación. Semiosis revolucionaria que al movilizar también a los documentalistas moviliza formas nuevas de distribución de sus significados. Esta Semiosis insurgente no se produce en un laboratorio, es proceso dialéctico: negación de la anterior, su superación no surge de fuentes desconocidas, se debe al desarrollo lógico de la suma de experiencias acumuladas. Se trata de la conquista de una significación histórica como expresión de clase revolucionaria que no ha rechazado en modo alguno las más valiosas conquistas de la época burguesa, por el contrario, asimila críticamente y reelabora todo lo que hubo de valioso en más de dos mil años de desarrollo del pensamiento y la cultura.

Hoy es un triunfo toda superación del documentalismo bucólico, purista, doctrinario, nostálgico o "neutral". Llevada por la Semiosis revolucionaria en ascenso la producción de documentales aprende, no sin dolores de parto, que no toda su experiencia, pasada y presente, es o ha sido "inmaculada", que le urge autocrítica, que el paso siguiente no puede eludir, en ninguno de los géneros documentales, las búsquedas y condiciones dialécticas que confieren fortaleza a la lucha por la construcción de sentido... significado. Hoy la responsabilidad del productor, trabajador, documentalista no puede excusarse de intervenir para expresar el movimiento real de las luchas sociales más avanzadas, es decir, sumarse para expresar las Semiosis en lucha mundial contra la barbarie, la miseria, la explotación, el opio clerical, la domesticación simbólica de los silogismos burgueses, el debate capital trabajo... bien puede el trabajador del documental ocupar un lugar de significación extraordinaria. No se puede faltar a la cita de la historia.
Todos los lenguajes del documental son un instrumento, no un fin; su relación con el significado posee una tensión dialéctica inseparable del contexto de clase y el momento histórico donde se exige búsqueda y experimentación transformadoras para una revolución semiótica permanente en el corazón mismo de toda realización documental. Sin lucha revolucionaria por el significado puede suceder que sólo tengamos lenguajes huecos, (imágenes, movimientos, sonidos...muy ubicuos, muy oportunos quizá) para decir naderías. La Semiosis revolucionaria en ascenso es expresión de este momento en que la humanidad se dispone al salto magnifico de lo cuantitativo a lo cualitativo... a su desarrollo en contra de todo lo que la frena. Los documentalistas no están exentos ni por delante de esto. Lo más importante radica en que es ineludible semejante experiencia, plena de emoción, que no dejará de expresar su campanilleo misterioso, ya que, efectivamente, la humanidad comenzará a auto-pertenecerse. No hay que empezar la casa por el tejado.
Referencias: http://www.rebelion.org/
http://www.sincensura.org.ar www.barriodelcarmen.net
http://alainet.org/publica/comm_mov/ http://alainet.org/publica/msred/
(www.movimientos.org) http://alainet.org/

1 Se alude aquí a todo documental: educativo, científico, de capacitación... todos son documentales sociales a pesar de los atomismos y desontextuaciones más recalcitrantes y en decadencia.
2 "Ejército Revolucionario", "Indígena", no significan lo mismo después de Chiapas. "Cacerolazo", "piquetero" no son lo mismo desde que el pueblo argentino derrotó a la mafia De la Rua. "Resistencia" no significa lo mismo con la ejemplo del pueblo iraki, "Revolución" tiene sonidos nuevos por la música del pueblo venezolano. "Tierra" no significa lo mismo gracias a las luchas de base en Brasil. "Globalización", "trasgénicos" no son lo mismo desde Seattle y todas las protestas de obreros y campesinos por todo el mundo. "Fábrica" no es lo mismo desde que los obreros recuperan y expropias las fuentes de trabajo...
3 Como en la Matanza, Argentina donde "No se organizaron para crear un canal de televisión, crearon un medio que deberá fortalecer un proceso de organización con objetivos más amplios, anchos y profundos. Incluida la cultura." Ver Praxis de TV libre
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=15842 El caso de Canal 21 TVLibre es un ejemplo embrionario llamativo por su origen y su proceso de construcción. tvlibre@wamani,apc.org es un ejemplo embrionario llamativo por su origen y su proceso de construcción. tvlibre@wamani,apc.org
4 Asambleas, correos electrónicos, páginas en Internet, documentales, fotografías, reportajes, cuentos...
5 Alguna lista de datos sobre la insurgente desde 1994: Proliferación las luchas sociales, evidencias sobre su fuerza y mayor información sobre ellas. Proliferación de datos sobre la realidad (influencia de Internet) Esclarecimiento del papel del imperialismo en la destrucción de las fuerzas de producción, infelicidad e inestabilidad histórica y cotidiana. Crisis del modelo neoliberal aplicado al "Tercer Mundo" Crecimiento de la miseria. Debate profundo sobre la "objetividad" Debate sobre la realidad. Accesibilidad a cierta tecnología simplificada. Necesidad de intervención. Reivindicación de las luchas y derechos indígenas. Descrédito a las mafias empresariales y a las burocracias políticas (Gobiernos, partidos tradicionales...) Reivindicación del discurso naturalista-ecologista. Movilización crítica de las mujeres. Reivindicación de la diversidad cultural, sexual, étnica... Relanzamiento de las luchas sindicales sin burocracias. Necesidad de registros directos de tipo documental. Visual, sonoro... Formas nuevas de intervención audiovisual. Luchas contra la alienación. Conciencia contra los bloques mercantiles ALCA, NAFTA (TLC)...
6 Cada vez cobra más estado público la síntesis metodológica empleada por Miguel Mirra cuando le dicen qué trabajo realizarán "quiero hacer un documental cartoneros"... otro dice "haré una película sobre Mapuches"... Mirra responde "No se hacen documentales sobre... se hacen documentales con..." Diferencia dialéctica magnífica que sacude y modifica perspectivas, epistemologías, semióticas y praxis con un salto cualitativo inmediato.
7 Conviene conocer los contenidos de las 6ª Declaración de la Selva Lacandona y de las conclusiones obtenidas en las reuniones de agosto de 2005 en Chiapas. http://www.fzln.org.mx/
8 Ahí está el documental "Puente Llaguno" claves de una masacre, con dirección de Ángel Palacios y producción de la Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos de Venezuela.
ttp://www.venezuelaenvideos.com/pt01v01.htm
9 Conviene estudiar el propi desarrollo del Movimiento de Documentalistas en Argentina que se ha internacionalizados casi desde el primer momento y que muy proto creció a saltos enormes, entre otras cosas, por su interrelación con los movimientos sociales de Argentina (MTD Matanza, EZLN, África, India...para detalles ver:
http://www.documentalistas.org.ar/
10 "El movimiento de protesta popular contra las transnacionales que llamó la atención en las calles de Seattle en noviembre pasado no está unificado por nadie... Las diferentes campañas (ahí presentes) no convergieron para alumbrar un movimiento unificado. Más bien, son conexiones complejas y estrechas que les vinculan una a otra, como los enlaces que conectan sus sitios Web. Esta comparación no es fortuita, al contrario, es esencial para quien quiera comprender el nuevo militantismo político. Pues, si muchos han remarcado que las grandes manifestaciones de los últimos tiempos habrían sido imposibles sin Internet, muy poco se ha dicho que Internet, por su parte, ha configurado a esos movimientos a su imagen, imprimiéndoles la forma de una telaraña. Gracias a la Red, las movilizaciones se han podido llevar a cabo con una burocracia y una jerarquía reducidas al mínimo; los consensos y los manifiestos forzados han dado paso a los intercambios de informaciones constantes, poco estructurados y a veces compulsivos". Naomi Klein Tomadote
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=10552 Movimientos sociales y comunicación Osvaldo León.
11 Existe en el Movimiento de Documentalistas una filmografía extensa que puede consultarse para ejemplificar la variedad de las modalidades generadas por la Semiosis revolucionaria en ascenso.


SI BIEN....

por Miguel Mirra

Con motivo del lanzamiento de la Revista La Cuadrilla.

Si bien, como hemos sostenido siempre, la movilización es la instancia decisiva del quehacer cultural y comunicacional, no puede obviarse el papel esencial de la reflexión y el análisis crítico en su proceso de producción.
Concretada a partir de nuestra práctica, la construcción teórica y metodológica deviene imprescindible para crecer como trabajadores de la cultura y la comunicación y se constituye en el punto de referencia de la producción y la movilización posterior.
Sobre todo hoy, cuando la crisis social hace tambalear la validez y la eficacia de los lugares comunes y seguros heredados del pasado en toda América Latina.
Todo se mueve.
Baste mencionar al movimiento de los Sin Tierra de Brasil, a los movimientos indígenas y campesinos de Bolivia y Ecuador, el movimiento zapatista de Chiapas, al movimiento popular bolivariano de Venezuela, a los nuevos movimientos campesinos, de trabajadores desocupados y de empresas recuperadas de Argentina.
Todo se mueve.
Y nosotros también.

Revista La Cuadrilla de Cultura y Comunicación
Movimiento de Documentalistas

Cuadrilla:
(sust / fem)
(sinónimos) Caterva, Turba, Tropel, Bandada, Multitud, Concentración,
Montón,
Hato, Tropa, Gavilla, Grupo, Conjunto, Partida, Banda, Brigada, Patrulla
Camada, Parcialidad, Fracción.
(antónimos) Soledad, Aislamiento
(argent) Grupo de trabajadores que realizan en equipo tareas de reparación y construcción en aceras y calles.


TOMAR LA PALABRA

por Fernando Buen Abad

“En los ejércitos de antes, el militar aprovechaba el tiempo para limpiar su arma y rehacerse de parque. En este caso, como nuestras armas son las palabras, tenemos que estar pendientes de nuestro arsenal a cada momento”
(Subcomandante Insurgente Marcos 25 de marzo de 2001

Denunciemos la barbarie que nos acorrala y devasta, denunciemos los genocidios y la censura donde ocurran. Denunciemos la miseria. Somos testigos, protagonistas y víctimas de una guerra ideológica virulenta empeñada en imponer los valores burgueses más nocivos y aberrantes. Padecemos el gran embrollo de las mafias mercantiles trasnacionales. Se censura y asesina al espíritu rebelde, sus creaciones, enseñanzas y comunicaciones.
A estas horas la palabra libre debe abrirse para que las gargantas canten tempestades de insurrección bien pensada. Palabra primero ética que estética, ciencia, técnica, artesanía, ancha e irreductible, un arma, una forma superior de lucha con sus imágenes... una “álgebra profunda”. Un producto de cierto trabajo no alienado purificado y purificante... una alquimia del ser liberado. Palabra que no es mejor o peor que otras, que no es beneficiaria de “iluminaciones” o privilegios de especie o clase. Palabra de exteriorización humana donde las formas vibran emocionalmente electrizadas. Palabra capaz de transformar la vida... cambiar al mundo.
Palabra militante de la libertad e investigadora fantástica de la Imagen, rebelde en la práctica. Palabra que habrá de valerse de cuantos medios tenga al alcance para movilizar todos los ejércitos emocionales hacia el triunfo final de la humanidad en contra de todas las opresiones. Palabra transformadora que expanda e inaugure visiones y conciencia de una humanidad sin clases, sin estado, sin propiedad privada.
Palabra magnética que encienda todas las máquinas amorosas para la resolución de los problemas en la vida práctica armada también con poesía para liberar a la humanidad de todo aquello que la aprisiona en los límites de sus necesidades más elementales. Palabra que gozará la vida en todos los poros como una música contraria a la estupidez y la gratuidad. Y si logramos algunas imágenes bellas esas serán las de la Revolución (no las de una secta, no las de una imposición dogmática, no las de una burocracia) Será precisamente poesía donde toma parte otra especie de música intelectual desde el fondo del corazón. Palabra contra el culto de la vanidad salivosa. Contra todo engendro vomitado a destajo en trances de prostitución o cursilería negociables. Palabra contra la palabrería santificada entre genitales insatisfechos con calenturas patrioteras. Contra los retruécanos eyaculatorios de caballeros o niñas sensibleros, se llamen como se llamen, publiquen lo que publiquen, se premien como se premien.
Es decir, palabra necesaria, arma-herramienta de lucha capaz de iluminar con sus fulgores las zonas más intrincadas del la vida, de los universos interiores y exteriores, luz multi direccional, luz centrífuga y centrípeta hacedora de formas nuevas, venidas de la materia, del tiempo y el movimiento en la producción emocional de todos, la magnificencia misma de la humanidad estremecida con poesía. Palabra con luz de metralla escalofriante, luz de repetición y turbulencia que agita corazones y espasmos. Belleza convulsiva. Palabra magnética que atrae magnificencias al terreno de los hechos. Palabra lumínica que transforme al mundo... que transforme la vida.
Sabemos que hay riesgos como nunca en las circunstancias presentes. Es imposible revitalizar el mundo en que vivimos, es inútil aferrarse a él, es preciso atreverse a cambiarlo desde sus logros mejores. Y eso tiene costos que son hoy por hoy ineludibles. Una vez que hayamos asumido un estado de visión semejante ya no será posible, como antes, confundir la mentira con la verdad.
No es la fuerza de las palabras un medio para acceder a un mundo “ideal”, “perfecto” dogma de sectarios, sino para salir de uno falso. Para la reclasificación espontánea de las cosas según un orden más profundo y más preciso e imposible de dilucidar mediante la razón de la miseria. Para un orden, organización, sensible e inteligente. Palabras para hacernos comprender no bajo las maneras ordinarias, sino con lenguajes nuevos no exclusivos ni excluyentes, con el filo de nuestra obstinación revolucionaria encarnizada, para que conmocionemos, desequilibraremos el pensamiento hegemónico. Y, sin negar los mejores logros, avanzar desde donde estamos.
En nuestros días es necesario sembrar la palabra revolucionaria por todas partes, impulsar términos nuevos hasta que el espíritu alcance la idea absoluta de la necesidad revolucionaria, en el sístole y el diástole, donde se pondrá en marcha la unidad, no uniforme, de todas las categorías poéticas. Palabras hechas por todos, no por uno, lo mejor es agruparse, no amontonarse, pero no para hacer triunfar intereses individuales, sino para cambiar la vida, las estructuras sociales y la realidad del individuo. Y no serán los poetas quienes hagan la revolución, serán los obreros y los campesinos organizados bajo un programa en el que no estará ausente una táctica y estrategia poéticas aportadas por escritores revolucionarios, poetas llamados a sumarse en la lucha como un guerrero más, bajo crítica y autocrítica permanente, acompañante de los protagonistas y protagonista a su vez.
A las palabras que, son una de las más importantes conquistas de la humanidad, también ha ocurrido el saqueo, la malversación, el robo y la censura para beneficio de unos cuantos y la explotación de la mayoría. Muchos de los mejores logros de las palabras viven secuestrados bajo el imperio de comerciantes que hacen pasar por logro moral su habilidad impune para beneficiarse con lo que es propiedad humana colectiva: la producción del pensar y el saber… la Cultura. Maquinarias, medicamentos, tecnología, medios de comunicación, pinturas, esculturas, lenguajes… una arsenal de conquistas humanas al servicio de un sector o clase que con violencia administrada (Cultura bélica) saquea y destruye las fuerzas productivas de la Cultura a diestra y siniestra.
No soñemos con palabras plenas y libres en una sociedad enferma. Soñemos la transformación de la sociedad y además la transformación de su Cultura, sus palabras y lenguajes. No se puede (o debe) pensar la palabra, la Cultura y los lenguajes al margen del estado que guarda objetivamente el desarrollo de las fuerzas productivas. No se debe pensar el trabajo de expresarse libremente (incluido el de la Cultura) sin los trabajadores, sus circunstancias, las calamidades que los marcan y las potencialidades liberadoras posibles. No hay tesis coherente sobre la Palabra, si se omiten las condiciones concretas donde se produce y de quienes la producen. Aunque en la concepción burguesa de lenguaje se den cita enunciados con apariencia pluralista, democrática e incluso “revolucionaria”… es necesario establecer que en una sociedad dividida en clases el debate sobre la Palabra es ineludiblemente un debate de clase. Las palabras no son un acontecer abstracto que puede despegarse de las condiciones concretas y las necesidades colectivas. La Palabra sólo se desarrollará sobre sus mejores conquistas, dialéctica y colectivamente, cuando la sociedad logre su emancipación definitiva. Y permanezca armada para defenderse. Mientras tanto los logros impulsados desde las ciencias, artes o tecnologías, hasta hoy privilegio de pocos, son sólo índices de un grado importantísimo pero parcial del desarrollo humano total. Sin un programa político de la Palabra no se pone por eje modificar semejante encrucijada, simplemente es extensión de lo mismo que ya nos ha mostrado su incapacidad para impulsar el desarrollo de las fuerzas expresivas bajo un plan distinto que sea hecho desde una humanidad en sí y para sí. En todos sus significados la producción de una Cultura, palabras. Lenguas y lenguajes no alienados, supone la existencia del trabajo no alienado y la posibilidad de participar libremente que en cada momento. Supone un pie de igualdad en las condiciones de su producción, un acceso irrestricto a las herramientas de producción y la construcción de espacios, medios y modos para la exhibición libre de las propuestas y logros. Pero especialmente supone conciencia de las necesidades puesta en programas legitimados colectivamente para una praxis no sectaria, no iluminista y no burocrática de la creación y recreación de la Cultura.
Ya hemos visto que a la Palabra se la usa como Caballo de Troya. En las escuelas, los espectáculos, los círculos intelectuales y científicos… para desembarcar ejércitos ideológicos y doctrinas domesticadoras que “elevan” al espíritu de los pueblos y lo alejan de esos de hábitos “ignorantes” que afean el decorado burgués. Ya hemos visto, bajo todas sus variantes, el ataque modelizador de conductas que se visten con lentejuelas “cultas” para esconder discursos donde sólo los valores dominantes tienen cabida. Ya hemos visto el circo oligárquico de los empresarios que ven en la Palabra ese toque de “gran estilo” que hace pasar por “culto” cualquier ardid para llenar teatros, hoteles, aviones… destinos turísticos. Ya hemos visto lo que las burocracias son capaces de hacer con la Palabra para hermosear, con dadivas tramposas, el ejercicio de su poder y de sus presupuestos. Desde el capitalismo hasta el stalinismo.
En general el esmero, detalle, pulcritud y palabrería con que se elaboran los planes y plataformas Culturales para la Palabra, sus lenguas y sus lenguajes, desde los gobiernos al servicio de la burguesía, son púlpitos para un clientelismo disfrazado de erudición que extorsiona a los pueblos con la jugarreta de un saber burocrático concentrado en su vanidad de poder. No les faltan especialistas, títulos ni argumentos de clase, son impecables en la logística de las prebendas y canonjías. Son suficientemente escolásticos y eclécticos, y, sobre todo, son eficientemente demagógicos. Rinden informes detallados, hacen pasar por riqueza una red miserable de auto-proclamaciones llenas de aplausos para un rey tuerto que gusta de tragar ojos de súbditos. Algunos ganan premios internacionales.
En circunstancias así la división del trabajo Cultural debe desaparecer y debe desaparecer todo halo fetichista. Un trabajador de las artes, las ciencias o la educación es un trabajador más, igual que todos, sus posibilidades de desarrollo están determinadas por el desarrollo de todos y sus producciones, incluso con las peculiaridades más innovadoras, deberían ser contribución al desarrollo general de los seres humanos liberados de la explotación. Los poetas, pintores, músicos, teatristas, vídeo astas, intelectuales, bailarines… no son más dueños ni más hacedores de Cultura que los obreros, los panaderos, los electricistas... La idea de creación Cultural restringida a inteligentes o genios reproduce la separación clasista de la sociedad y la fetichiza. Los talentos individuales, que son innegables, deben explicar históricamente a qué intereses sirven.
Contra la censura nuestras armas no son distintas a las armas comunes en función revolucionaria. Es decir, el arma no es una representación simbólica de lo que la lucha y el mundo son, sino herramienta de destrucción-construcción bajo la brújula de un programa revolucionario. Tatuado en las armas. Con la poética engendrada por la revolución toda arma es además relato de la gesta gracias a necesidades conscientes y a una imaginación colectiva no alienada. No son panfletos, no son pose y falacia. Las armas de la poesía revolucionaria son relato de una teoría y práctica transformadoras que recuerdan siempre sus objetivos como un reloj histórico que apunta, con sus manecillas, la hora del triunfo.
Esta idea de revolución unida a la palabra no es otra cosa que la poesía al servicio de la revolución. En el corazón de la revolución reposa el amor, la poesía, lo maravilloso. La vida no es un fluir lineal predestinado, fluye en estallidos hacia fuera gracias al amor con su erotismo, por eso los modos más elevados de comunicación deben ser acción y reflexión en el pensamiento poético revolucionario. La revolución, el acto de amor y el acto de poesía no son incompatibles. La comprensión de esta premisa complementa toda nuestra táctica y estrategia… mostrar al amor como una ceremonia (un lenguaje) que no se realiza a espaldas de la sociedad y que es una necesidad primordial para una vida que se dignifique en y con la lucha. Lucha en primera y última instancia con amor revolucionario en un mundo en transición hacia un amor revolucionario permanente. El amor es en nuestra definición guerrera, reconocimiento de la revolución en la persona amada, es la libertad, es ceremonia, purificación y piedra de fundación: el misterio de la persona libre. La poesía se hace en el lecho como el amor. Sus sábanas deshechas son la aurora de las cosas. La poesía se hace en los bosques y en las fábricas, en las escuelas y en los límites. Debe tener todo el espacio que necesite.

Para preguntar por la hora de la revolución la humanidad debe preguntar por sí. Entonces otro mundo puede nacer de la contradicción entre lo que vivimos y cómo queremos, debemos, merecemos vivir. Puede nacer una revolución ahí donde la conciencia se disponga a evitar toda caída en la miseria del mundo. Eso será también poética revolucionaria que, de la teoría a la práctica, y viceversa, contribuya, objetiva y subjetivamente, en la destrucción del imperio burgués y al ascenso del espíritu libre, hacia una humanidad plena.
Seguramente lo que no avance con la revolución terminará disecado en alguna vitrina de la historia, acaso como testimonio de lo que hubo de morir para que naciera lo nuevo. Y la poesía no está exenta de semejante dialéctica. Hubo quizá gérmenes revolucionarios en toda obra que se propuso impulsar el desarrollo humano. Probablemente estuvo presente en todo salto cualitativo que implicó avance. Pero muchas afluentes revolucionarias en la cultura quedaron paralizadas, por razones endógenas y exógenas, de manera desigual y combinada, hasta el punto de impedir el desarrollo de sí y desde sí. Lo revolucionario cesó de serlo incluso en la poesía hasta romper con sus términos esenciales y cancelar incluso su definición.
Cada uno es libre de decir y escribir lo que le agrade, afirmaba Lenin en 1905, la libertad de prensa y de palabra debe ser completa. Tomemos el derecho de llevar adelante, tanto en literatura como en arte, en ciencia, en educación, en agricultura y en carpintería… la investigación de nuevos medios de expresión, como derecho de la humanidad de continuar profundizando el problema humano de la libertad y renunciar a juzgar la calidad de una obra por la actual vastedad de su público. Opongámonos a cualquier tentativa de limitación del campo de observación y de acción que la humanidad aspire a crear intelectualmente para atender sus necesidades cambiantes.
Logremos un acuerdo sobre las condiciones que, desde un punto de vista revolucionario poético faculte al arte, a la ciencia… a la poesía toda, a participar en la lucha emancipadora, permaneciendo enteramente libres, en su dominio específico. Sin que libertad implique indiferencia, sin que libertad suponga falta de solidaridad con la lucha obrera y campesina. Acordemos luchar contra quienes consienten que el arte, la ciencia y el pensamiento todo, sean sometidos a disciplinas incompatibles con sus medios, ratifiquemos nuestra voluntad deliberada de atenernos a la fórmula: toda la libertad en arte.
Coincidamos en que bajo las condiciones actuales de genocidio, en todas sus formas, la tarea suprema del arte, la ciencia y el pensamiento es participar conciente y activamente en la preparación de la revolución. Acordemos que ni científicos, ni intelectuales, ni aristas pueden servir a la lucha emancipadora a no ser que estén subjetivamente penetrados por la necesidad revolucionaria organizada, social e individual, que traduzca el sentido y drama de la revolución en sus nervios para que procure libremente dar una encarnación artística, científica etc. a su mundo interior y exterior.
Coincidamos en no someternos a burocracia o secta alguna. En no aceptar la felicidad por etapas o en un solo país. No esperemos de la burguesía y del estalinismo nada que no sea execrable. Coincidamos en que es necesario organizarnos, que si la organización es, en lo posible, expresión de avance, nuestra situación es francamente atrasada, poco inteligente y acaso miserable. Aunque nos cueste a muchos será necesario someter a crítica atenta ciertos pensamientos nuestros que nos impiden luchar juntos. ¿Queremos, podremos?
Seremos capaces de encontrar la poesía Revolucionaria si trabamos un conflicto universal contra la lógica de la miseria. Si nos oponemos a cuanto reduce La poesía revolucionaria a un marco literario o decorativo. Si reunimos fuerzas de sobra para dar fin a toda farsa siniestra, a esta pulsión burguesa delirante y enloquecida que nos explota, a este circo de bestias asesinas. Todo está aún por hacer, lo estará siempre. No hay obra acabada. No se admiten compromisos dubitativos. La historia de la humanidad renacerá de la noche bajo el pico de una cigüeña tartamuda. Es nuestra realidad.
Ataremos el viento a los cabellos de la poesía revolucionaria y al plan de los obreros en una batalla de arco-iris extremo donde se apoye todo pie para montar estrellas. Batalla arco-iris en las entrañas del cielo que tomaremos por asalto con el engranaje perfecto de pétalos a caballo galopando la risa de Marx, de Lenin, de Trotsky y de Engels. Poesía conciente de sus determinaciones histórico, culturales. Es decir una poesía revolucionaria como luz que busca el ojo hasta que lo encuentra, como balbuceo que busca su lengua astronómica y la encuentra, como luz de idioma magnético. La poesía revolucionaria pastará ensimismada sobre las voces obreras nuevas. Algún día, lo sabremos sin secretos, saldrá un arco-iris como un tranvía, haciendo el amor y del amor saldrá una selva, una flecha, una liebre, una cinta, una catarata, una mirada nueva hoy escondida al fondo del ojo.
Cuantos se impongan la misión de construir una pensar y hacer poesía revolucionaria lucharán contra los sacerdotes de la “inteligencia” burguesa, y apuntarán, contra todas las miserias, las armas del marxismo de largo alcance. Y nos urge organizarnos. Es necesario que se sepa, es necesario que alguien lo diga con voz de mariposa milenaria, profeta de constelaciones, mientras bailamos sobre el azar de la vida y empezamos los años y los siglos nuevos como cascada épica sobre el cielo. Después de tantos siglos y más siglos andará por la tierra la poesía revolucionaria con miríadas de frases proféticas que se convertirán en constelaciones. Como una ruta hacia el horizonte de la revolución ahora luciérnaga-volcán del futuro donde los astros crujirán las entrañas y el cielo cruzará la garganta del poeta que lo toma por asalto.
Desafiaremos al silencio incluso con blasfemias y gritos hasta que caiga el rayo ansiado de esa alquimia de poesía revolucionaria que nos llevará al otro lado de la periferia consciente e inconsciente… Sonora como el fuego de una orquesta de sirenas. Como cuna de todas las lenguas nuevas de donde salga una flecha contra la barbarie higiénica, limpia, entre ruinas de humanos en los mercados plantados de preceptos. Poesía revolucionaria para escuchar la elocuencia de las estrellas y la oratoria del árbol, del alma y la luna almendra. Poesía protesta en gritos oceánicos y araño al destino de los miserables. El eco de voz que hace tronar el caos.
Mientras los astros y las olas tengan algo que decir será por boca de la poesía revolucionaria que hablará a los hombres como procesión de instintos que asciende en pos de la verdad a la hora de vivir la libertad como instinto contagioso de campanas con pies de arroyo.
Lo posible, mientras tanto sigue siendo extenso y desafiante. También lo imposible. A estas horas el sol tantea el último rincón donde se guarda la poesía revolucionaria. Y nace una selva mágica y sube un canto de mil barcos que llegan. Es hora de despertar en todas partes un sueño que saca al hombre de la tierra para que tome el cielo por asalto. Y lance pájaros con esperanza al amanecer de la bóveda como amor y paciencia de la poesía revolucionaria con que nos frotamos las manos y reímos, nos lavamos los ojos y jugamos. Cada tiempo tendrá insinuación distinta. Todo es posible en este mirar sencillo los subterráneos de la vida, nada será lo mismo. Esta poesía revolucionaria teje ya las noches y las mañanas para que el paisaje se llene de locuras frescas y el trigo vaya y venga de la tierra al cielo, del cielo al mar, buscando las cosquillas de las espigas.
Se trata del estado superior de las imágenes... su “álgebra profunda”. Su realización purificada y purificante... la alquimia materialista del ser dialéctico. Por causa de heridas que nos atan las alas, la magia poética lima los barrotes y hurta la llave de los sueños encerrados bajo una certeza de raíces en cielo rebelde que no huye de nuestros mares íntimos. La poesía como estrategia de la vida, producción humana monumental que escampa horizontes, revela territorios, expande el deseo. Podemos creerlo, la poesía revolucionaria tiene el mismo poder que los ojos de la amada. Hace pensar en el comienzo del mundo que sigue su órbita concienzudamente.
Los verdaderos poemas revolucionarios son incendios cósmicos como el amanecer. Se propagan e iluminan sus consumaciones con estremecimientos de placer o de agonía. Huyen de lo sublime externo. Hablan una lengua de corazones bajo las leyes del sol entre nubes comunicantes y colchones de neblina intermitente. Las llamas de la poesía revolucionaria ven las montañas, los ríos, las selvas, el mar, los barcos, las flores y los caracoles. La noche y el día, eje en que se juntan el gran poeta y su caballo, que come alpiste, calientan su garganta con claros de luna.
Por cada gota de poesía revolucionaria la montaña hará suspiros que conocen los secretos de la noche, los martillos y los monederos falsos. Aquél que bebe el vaso caliente de la poesía revolucionaria conoce la ruta de la fatiga, la estela hirviente que dejan los almacenes de recuerdos.
La poesía revolucionaria es semejante a una red parpadeante de aerolitos sin testigo, se levanta en el corazón y baja los párpados para hacerse la noche del reposo agrícola. Es cazadora de pájaros sin corazón. Está quizá al extremo de la canción próxima y será como cascada en libertad y rica como línea ecuatorial.
Todas las cobardías, las abdicaciones, las traiciones que quepa imaginar no lograrán impedir la erupción descomunal de la poesía revolucionaria. Por eso la fidelidad inquebrantable a las obligaciones que impone exige interés por el riesgo. La poesía revolucionaria vivirá incluso cuando no quede ni uno de aquellos que fueron los primeros en percatarse de sus promesas. Es demasiado tarde ya para que la semilla no germine infinitamente en el campo humano, pese al miedo y a las restantes variedades de hierbas de insensatez que aspiran a dominarlo todo. Si deseamos librarnos de la apatía ante la miseria hay que encuadrar la experiencia de la poesía revolucionaria en todos los frentes donde se libre una lucha real contra la ignorancia. Cada época padece de un mal concreto y la época actual padece de un imperialismo agudo.
No hay tiempo que perder, para hablar de la poesía revolucionaria como un agricultor que sale de los cruzamientos de la espera, urge una sinceridad nueva contra la miseria.
No hay tiempo que perder, todo esto como la letra cae al medio de pájaros anónimos que cantan como el rubí en el cerebro de las mariposas.
No hay tiempo que perder, el buque tiene los días contados, se abren las estrellas con sus banderas que estallan de semillas y alguien aprieta los pedales del viento, pasa el rebaño de estrellas en olas nuevas de materia desnuda. La revolución no viene de tan lejos a pesar del odio petrificado como un sombrero.
No hay tiempo que perder, nos hablan los horizontes aun imprecisos con su boca de selva montaña y noche. La lengua traza arpegios sobre el camino. Darse prisa, darse prisa. Están listas las semillas y esperan una orden para florecer por su escalera proletaria antes del viaje al cielo. La poesía revolucionaria hace temblar a la licantropía con sus garras viento.
No hay tiempo que perder, conocemos el camino sin límites obediente al instinto de los sentidos. En el tapiz del cielo se juega nuestra suerte y urge tomarlo por asalto
Un cortejo de horas golpea el futuro, se juega el alma, la suerte vuela todas las mañanas con los ojos llenos de fusiles refugio del cielo.
La poesía revolucionaria tiene los pies atados a su estrella propia que plantará continentes sobre los mares. Lo aprovechable sólo lo aprovechable para la vida que preparan los obreros con sus astros sonrientes color mundo y carne. Catarata libertad y río lleno de corazón sobre la tierra pájaro celeste tras los barcos magnéticos de las palabras que tienen sombra de astros. Poemas que tengan fuego de rayos e incendien donde caigan, que no se congelen en la lengua, poesía con imanes para el alma de luz y cascadas lujosas. La poesía revolucionaria será música de espíritu cítara, plantada en el cuerpo que estallará en luminarias dentro del sueño. Poesía revolucionaria mojada en mares no nacidos como un combate de estrellas y veleros que parten a distribuir el alma rebelde por el mundo.
Verdaderamente no se puede jugar con la poesía. La función de la poesía revolucionaria consiste en organizar de manera diferente ideas e intuiciones que tenemos medio esbozadas, hacernos ver mejor, hacernos ver "a través de", ponernos en sintonía con nosotros mismos, y con todo lo que nos rodea para organizarnos mejor, luchar mejor, buscar lo mejor en cada acción humana. Las anotaciones personales y los subrayados desde el primer momento deben tener una proyección hacia el futuro, de cara a la revolución. Cuanto más importante es el problema y más densa la problemática de clase, tanto más necesaria la poesía revolucionaria. Hay que trabajar sobre la poesía con la poesía para la revolución en caliente, desde una concepción de clase.
El meteoro de la militancia cruza por el cielo como aviador de estrellas cuidado por la aurora como aeronauta y estrella errante que los ojos han visto entre los pájaros. Ante la guerra sin cuartel, debajo de las luces y las ropas colgadas, la tierra y su cielo cantan en las ramas del cerebro la clave del campo inexplorado. Hay un espacio despoblado que es preciso poblar con poesía revolucionaria, con semillas abiertas, juegos y aerolitos de violín que nos traen el recuerdo del horizonte nuestro.
Si nos armamos con la poesía revolucionaria y la vivimos plenamente, desde el interior, aprenderemos a orientarnos en estos mundos. Las preguntas fundamentales no provocarán en nosotros el reflejo feo de hojear mentalmente el pasado, para "volver a ver" la página en la que está todo explicado, sino, más bien, el reflejo de "situarnos" con la imaginación concreta en una revolución plena, en una solución impregnada de amor geológico, y después al "mirar a nuestro alrededor", describiremos que vemos una humanidad para si.
Todos los lenguajes son un instrumento, no un fin. Sin poesía puede suceder que, si sólo sabemos los lenguajes, nada tengamos que decir. Hay que estudiar los lenguajes todos mientras se estudian otras cosas, no en lugar de estudiar. La poesía revolucionaria se baña en algún piano donde brotan las palabras como recuerdo de música en el silencio. Nadie impedirá que La poesía revolucionaria se clave en la eternidad para alumbramos con fuego la suerte. Y con nuestra carne florezca donde el aliento se corta para hinchar las campanas de todas las estrellas sobre los ríos desbordados como hoguera imperativa con olor de pasión que invadirá al orbe del futuro.
La poesía revolucionaria se ocupa y se ocupará constantemente, ante todo, de reproducir este momento ideal en que el hombre, presa de una emoción particular, queda súbitamente a la merced de algo «más fuerte que él» que le lanza, pese ciertas limitaciones de su realidad, hacia los ámbitos de la revolución permanente. Al salto magnifico de lo cuantitativo y lo cualitativo hacia su desarrollo en contra de todo lo que lo frena. Lúcido y alerta, sale, después, a enfrentar un paso nuevo. Lo más importante radica en que es ineludible semejante experiencia, plena de emoción, que no dejará de expresar su campanilleo misterioso, ya que, efectivamente, la humanidad comienza a auto-pertenecerse. La poesía revolucionaria tiene un mirar de vértigos. Alborada que borda certezas sobre el cielo que tomará por asalto y del que todos tomaremos tinta sin nombre. Poesía lengua de obra y lucha que hablaremos para siempre vertiginosos. Belleza convulsiva que abrirá para siempre esta caja de mil fondos llamada humanidad.
Deberíamos re-inventar, con poesía revolucionaria y a partir de sus logros máximos, las obras todas dadas hace siglos. La hora de la poesía revolucionaria es también una hora de transformación de nuestras necesidades en rompecabezas bastante más refinados. Los conjuntos naturales de objetos y de fenómenos, tocados por la poesía revolucionaria, ya no coinciden con nuestros pensamientos ordinarios. La realidad impone problemas nuevos, exige luchas nuevas y estrategias nuevas. Dejemos de esquivar, levantemos la poesía revolucionara contra la vida miserable a que nos condenan a vivir. Levantemos unidos la poesía revolucionaria como ejército de luz, contra las emboscadas. Al lado (o detrás) de millones de obreros que levantan al cielo sus banderas de aurora, la única esperanza, la última esperanza contra el hambre eterna y el descorazonamiento, contra la angustia que cuelga de los pechos. Contra las alucinaciones de la angustia tantos siglos acumulada como lágrima inmensa. Contra la muerte infiltrada de rapsodias burócratas, infiltrada de pianos tenues y banderas camaleónicas con transfusiones eléctricas de pesadilla y fatalidad en nombre de un idiota.
Démonos la unidad, no uniforme, como flor de manos en acción y muchedumbres de aullidos rebeldes. Para que los mundos galopen en órbitas sin angustia. Para que se rompan los candados del cerebro y un huracán de poesía arrastre la podredumbre. Para que resuene otro violín gutural acompañando al piano de la revolución. Para que otra voz embrujadora traiga su gramática olorosa y triunfal como tempestad ardiente en nuestros cráneos.
No hay métodos rápidos ni técnicas milagreras para Unidad ni para la poesía Revolucionaria. El poeta revolucionario debe saber que toda oficina, toda fábrica tiene su buena cuota de ritualistas obsesivos, de sádicos, de petulantes... El especial sadismo de la burguesía sabihonda a costa del ignorante tiene una larga historia, densa y amarga... Durante siglos, los profesores, los preceptores, los maestros de música y de canto eran, entre otros, en realidad, sirvientes... ¿Y hoy? ¿Dónde estamos parados? ¿Qué nos une? ¿Quién fabrica nuestra incapacidad organizativa, de unidad, de lucha, juntos… no revueltos?
La poesía revolucionaria está aquí ¿Se escucha? Está detrás del ruido siniestro en los pechos cerrados. Abrirá la puerta del alma con un suspiro de huracán. ¿Acudiremos?
Y la tarea primera sigue siendo contribuir, sin dogmas, con la organización revolucionaria como un telescopio que apunta la cola de un cometa infatigable. No hay puerta de salida sin la revolución y sin su poesía. La unidad producirá grietas al fondo del infortunio, del tiempo y de nosotros mismos… por ahí se filtrará, a través de todos los espacios y todas las edades, el viento de la revolución que se enredará en la voz contra esta noche fría de gruta en huesos de miseria. ¿Eso es poco? Desorganizados somos como un barco que se hunde y apaga sus luces en las aguas de la impotencia, mientras, los perros burócratas ladran a las horas que se nos mueren.
Acordemos la unidad porque muchos siguen haciendo pasar por “poesía” una impostura decorativa de “artistas” dedicados a disfrazar, estéticamente , la miseria. Mueven la cola, hacen gracejetas al patrón que saca cheques para comprarles, rentarles, exhibirles obra. Siguen haciendo pasar por “poesía” el idealismo solipsista, más enfurecidamente nihilista.
Coincidamos en unirnos en un Frente Mundial revolucionario con lugar para disentir y construir. Frente que sea frente y no espaldas de algo o alguien. Frente que no nos diluya, que no nos corporativice. Frente para no dejar de ser lo que pensamos y somos y para dejar de serlo sólo si lo deseamos y acordamos. Frente para ganar, no para que nos ganen. Frente para acompañar la revolución obrera y campesina, no para ilustrarla ni usufructuarla. Frente para la unidad no para la uniformidad. Frente confiable, no rentable.
Coincidamos, porque es posible, para lo inmediato y lo mediato. Para lo de hoy y lo de siempre. Por lo legal y por lo legítimo. Por la esperanza y por la panza. Por la dignidad y por la espontaneidad. Por el humor y por el amor. Por el salario y por el ideario.
El caso es que una buen día quizá cuando el cansancio y la rabia nos antesalen a la noche, antes de caer dormidos, percibiremos nítidamente articulada, hasta el punto de que resulte imposible cambiar ni un solo elemento, la imagen de una revolución plena, no ajena al sonido de nuestra voz, de cualquier voz, como una frase nueva que llegará hasta nosotros sin llevar en sí el menor rastro de distancia y que, según ciertas revelaciones de la conciencia, nos ocupara el resto de la vida. Esa frase, la frase revolucionaria, parecerá, en un insistente, casi atrevida como el cristal. Aparecerá como un lenguaje nuevo de guerra poética, que no podrá entenderse más que hundiendo sus raíces en el humus revolucionario de los obreros y los campesinos para nacer como una planta nueva siempre. Grabemos rápidamente tal frase en la memoria, y, cuando nos dispongamos a pasar a otro asunto, el carácter orgánico de la frase retendrá nuestra atención. Y entonces poblaremos su vientre con una militancia nueva que se prolongara en la sangre a que responderemos sobre el surco de un arado de luz y ojos enaltecidos.
En el examen de la historia no sólo hay que saber, sino que hay que saber de una cierta manera poética. Tiemblen farsantes, uno conoce muy bien sus estrategias. Estamos en pie de guerra con nuestro cielo lleno de estrellas que esperan convertirse en poesía revolucionaria, con salpicaduras de astro que sopla sobre el pecho montañas a altura de los deseos. El entusiasmo intacto. Vivitos y coleando. Nos daremos la vida, desde esta muerte que nos dan y contra ella, si juntamos todas las frases revolucionarias, si las organizamos, aquí y allá, para tomar el cielo por asalto, hoy cercado con balas.

“Cada palabra que se pronuncia aquí dice al menos esta única cosa: que esta humillante época no ha podido ganarse nuestro respeto”
(H. Ball).

























INDICE DE TEXTOS POR AUTOR


FERNANDO ALVAREZ

CRONICA DE LA APERTURA – pag 49
EDITORIALES PARA EL PROGRAMA LA CUADRILLA – pag 54
EL TALLER DE LA MATANZA – pag 74
LA MIRADA DE ULISES – pag 119
NUEVOS EDITORIALES DE LA CUADRILLA – pag 165


FERNANDO BUEN ABAD

ALGUIEN HA VISTO A JOHN REED? – pag 9
ANALFABETO POLÍTICO - pag 16
APUNTES PARA UNA FUNDAMENTACION GENERAL – pag 27
BUROCRACIAS DE CULTURA Y VICEVERSA – pag 29
EL ALBA DE LA CULTURA Y LA COMUNICACIÓN – pag 50
ESTAMOS HARTOS... – pag 68
ESTÉTICA REVOLUCIONARIA – pag 83
FILOSOFIA DE LA IMAGEN DOCUMENTAL – pag 89
LENGUAJE, DIVERSIDAD Y DISCURSO HEGEMÓNICO – pag 140
OJOS DE PETARE - pag 173
PANTALLA HORIZONTAL – pag 179
PRAXIS DE TVLIBRE – pag 199
SEMIOSIS INSURGENTES – pag 208
TOMAR LA PALABRA – pag 224


JORGE FALCONE

ÁFRICA EN NUESTRA MILITANCIA – pag 7
APORTE A LOS ESTUDIANTES DE TALLER V – pag 20
BUSCANDO UNA IDENTIDAD EN TIERRA DE LOS ANTIGUOS – pag 37
EL LUGAR DEL HÉROE Y DEL MÁRTIR EN LA ARGENTINA DEL SIGLO XXI – pag 62
LA LARGA MARCHA DE LA LENTE INSOMNE – pag 110
LA NECESIDAD DE UNA COMUNICACIÓN SOBERANA – pag 126
LA NOCHE DE LOS NOSOTROS – pag 130
LA SEMANA EN QUE ME LLENÉ DE LUZ – pag 132
LA TRABAJOSA CONSTRUCCIÓN DEL "NOSOTROS" – pag 135
PARA RAYMUNDO EN NUESTO DIA – pag 186
POESÍA DOCUMENTAL – pag 188
POSTAL DE MUERTO QUE ACUSA DESDE SU TODAVÍA – pag 197
RUPTURAS Y CONTINUIDADES - 203


MIGUEL MIRRA

A PROPOSITO DE... El cine de la herida y la barbarie – pag 25
CANAL 21 - TV LIBRE – pag 47
EL DOCUMENTAL Y LA OPCION POR EL FUTURO – pag 61
EL NUEVO CINE ARGENTINO ESTÁ EN OTRA PARTE – pag 67
EL TEMA DE LA TELEVISIÓN ‘PIQUETERA’ – pag 71
GASTANDO SUELA – pag 99
HUELLAS – pag 100
IDEAS FUNDACIONALES DEL MOVIMIENTO – pag 101
INFORME S/ DOCUMENTAL Y GLOBALIZACIÓN – pag 106
LOS DOCUMENTALISTAS Y MOVIMIENTOS SOCIALES – pag 144
LOS MEDIOS ESTATALES EN AMERICA LATINA – pag160
MOVIMIENTO Y POLÍTICA – pag 163
SI BIEN.... – pag 223


DECLARACIONES DEL MOVIMIENTO DE DOCUMENTALISTAS

A LOS COMPAÑEROS DOCUMENTALISTAS – pag 15
BUSH EN ARGENTINA – pag 45
FRENTE A LA ASAMBLEA DE ADOC – pag 97
IMPERIALISMO, CENSURA Y FASCISMO – pag 107
PRONUNCIAMIENTO DEL 27 DE MAYO DE 2004 - pag 201
INDICE DE TEXTOS POR AÑO DE PUBLICACION ORIGINAL


AÑO 2001

A LOS COMPAÑEROS DOCUMENTALISTAS - Declaración del Movimiento - pag 15
FRENTE A LA ASAMBLEA DE ADOC - Declaración del Movimiento – pag 97
HUELLAS por Miguel Mirra – pag 100
INFORME SOBRE DOCUMENTAL Y GLOBALIZACIÓN por Miguel Mirra – pag 198



AÑO 2002

ANALFABETO POLÍTICO por Fernando Buen Abad – pag 16
APUNTES PARA UNA FUNDAMENTACION GENERAL por Fernando Buen Abad – pag 27
FILOSOFIA DE LA IMAGEN DOCUMENTAL por Fernando Buen Abad – PAG 89
GASTANDO SUELA por Miguel Mirra – pag 93
PANTALLA HORIZONTAL por Fernando Buen Abad – pag 179
POSTAL DE MUERTO QUE ACUSA DESDE SU TODAVÍA por Jorge Falcone – pag 197



AÑO 2003

CRONICA DE LA APERTURA por Fernando Alvarez – pag 49
IDEAS FUNDACIONALES por Miguel Mirra – pag 100
LA LARGA MARCHA DE LA LENTE INSOMNE por Jorge Falcone – pag 110
LA NOCHE DE LOS NOSOTROS por Jorge Falcone – pag 130
PARA RAYMUNDO EN NUESTO DIA por Jorge Falcone – pag 186
SI BIEN.... por Miguel Mirra – pag 223

AÑO 2004

ÁFRICA EN NUESTRA MILITANCIA por Jorge Falcone – pag 7
CANAL 21 - TV LIBRE por Miguel Mirra – pag 47
EDITORIALES PARA EL PROGRAMA LA CUADRILLA por Fernando Alvarez – pag 54
EL DOCUMENTAL Y LA OPCION EL FUTURO por Miguel Mirra – pag 61
EL NUEVO CINE ARGENTINO ESTÁ EN OTRA PARTE por Miguel Mirra – pag 67
EL TALLER DE LA MATANZA por Fernando Alvarez - pag 74
ESTAMOS HARTOS... por Fernando Buen Abad - 68
LA SEMANA EN QUE ME LLENÉ DE LUZ por Jorge Falcone - pag 132
LA TRABAJOSA CONSTRUCCIÓN DEL "NOSOTROS" por Jorge Falcone – pag 135
LENGUAJE, DIVERSIDAD Y DISCURSO HEGEMÓNICO por Fernando Buen Abad - 140
MOVIMIENTO Y POLÍTICA por Miguel Mirra – pag 163
POESÍA DOCUMENTAL por Jorge Falcone – pag 188
PRONUNCIAMIENTO DEL 27 DE MAYO DE 2004 - Declaración del Movimiento – pag 201
RUPTURAS Y CONTINUIDADES por Jorge Falcone – pag 203
TOMAR LA PALABRA por Fernando Buen Abad – pag 224


AÑO 2005

A PROPOSITO DE... El cine de la herida y la barbarie por Miguel Mirra – pag 25
ALGUIEN HA VISTO A JOHN REED? por Fernando Buen Abad – pag 9
APORTE A LOS ESTUDIANTES DE TALLER V por Jorge Falcone – pag 20
BUROCRACIAS DE CULTURA Y VICEVERSA por Fernando Buen Abad – pag 29
BUSCANDO UNA IDENTIDAD EN TIERRA DE LOS ANTIGUOS por Jorge Falcone – pag 37
BUSH EN ARGENTINA - Declaración del Movimiento – pag 45
EL ALBA DE LA CULTURA Y LA COMUNICACIÓN por Fernando Buen Abad – pag 50
EL LUGAR DEL HÉROE Y DEL MÁRTIR por Jorge Falcone – pag 62
ESTÉTICA REVOLUCIONARIA por Fernando Buen Abad – pag 83
EL TEMA DE LA TELEVISIÓN ‘PIQUETERA’ por Miguel Mirra – pag 71
IMPERIALISMO, CENSURA Y FASCISMO - Declaración del Movimiento – pag 107
LA MIRADA DE ULISES por Fernando Alvarez – pag 119
LA NECESIDAD DE UNA COMUNICACIÓN SOBERANA por Jorge Falcone – pag 126
LOS DOCUMENTALISTAS Y LOS MOVIMIENTOS SOCIALES por Miguel Mirra – pag 144
LOS MEDIOS ESTATALES EN AMERICA LATINA por Miguel Mirra – pag 160
NUEVOS EDITORIALES DE LA CUADRILLA por Fernando Alvarez – pag 165
OJOS DE PETARE por Fernando Buen Abad – pag 173
PRAXIS DE TVLIBRE por Fernando Buen Abad – pag 199
SEMIOSIS INSURGENTES por Fernando Buen Abad – pag 208